Ilustraciones, graffiti y patriarcado: Entrevista a N.O. Bonzo
Publicado en It's Going Down
Traducción por Alasbarricadas
Hay pocos artistas en la actualidad que combinen el graffiti ilegal, una intensa atención a los detalles, imágenes y personajes femeninos y mensajes de contundente contenido político como lo hace N.o. Bonzo, residente en Portland, Oregón. Habiéndose hecho un nombre tanto en la escena graffitera y del arte urbano como en círculos anarquistas, y empezando a publicar libros y arte impreso, queríamos ponernos al día con N.o. Bonzo para conocer su opinión sobre muy distintas cuestiones, desde la serie Portlandia hasta el eco-fascismo.
¿Cómo te metiste en el arte ilegal? ¿Sabías dibujar ya muy bien cuando era más joven, o es algo que has tenido que trabajar? ¿Cuál fue el proceso de empezar a moverte físicamente a las calles? ¿Puede describir los primeros años?
Me involucré cuando tenía 12 años, la chavalería del barrio de Tampa al que me acababa de mudar pintaba por todas partes y escuchaba música punk y hip-hop. Yo pegaba carteles políticos y luchaba para poner la típica retórica de punk adolescente en todo. Mientras, en casa, practicaba para convertirme en dibujante de comics o animar dibujos.
Dibujaba todos los días, y pasaba horas y horas practicando las líneas y las formas en cualquier lugar que encontraba. Hoy en día todavía me entra mucha ansiedad si estoy sin un cuaderno de dibujo. No fue hasta que me mudé a Indianápolis y vi gente como la peña de Sacred of Fab o Grawer, una gente que hace un trabajo extraordinario, lo que me empujó a tratar de evolucionar en mi propio trabajo y hacerlo realmente bonito.
Todavía me metía en problemas, pegando carteles sobre campañas locales contra los sin hogar y demás, pero pasaba la otra mitad de la semana comenzando a experimentar con carteles supercoloridos de gran tamaño que contaban historias. De ahí empezó a evolucionar todo, intentando hacer cada obra de mayor tamaño, más compleja, mezclando colores y contando historias más grandes.
Ahora vives en Portland. ¿Es en Portland donde has ganado prominencia en el mundo del graffiti? ¿Cómo ocurrió?
Mi padre era de Portland, así que pasé mucho tiempo aquí, visitándole y enamorándome de la ciudad. En los primeros años de vida me mudé a menudo, viví en un montón de lugares de la costa este, sureste y centro del país totalmente distintos entre sí. Un día, mi hermana se quedó embarazada, mi padre se suicidó, mi madre se asentó en otro estado, así que me reinstalé con la familia.
¡Ah! No estoy seguro de si prominencia es un término en el que vaya a pensar algún día, creo que todavía soy una de esas personas que te presenta una amistad en común. Mucha gente ha visto mi trabajo y lo reconoce de inmediato, pero casi nunca lo firmo. Portland fue donde al fin empecé a hacer las cosas de una manera que era difícil de ignorar. Al final había desarrollado muchas de las habilidades que quería tener para hacer esas grandes cosas en las que había estado soñando. Todavía estoy perfeccionando mis habilidades para ser capaz de hacer las cosas con las que sueño ahora. Creo que el trabajo que empecé a hacer aquí se convirtió en mucho más personal y narrativo, y la gente conecta con él de una forma mucho más íntima. Conectan de formas muy diferentes a las de otras experiencias que tienen lugar en la ciudad.
Tu arte siempre ha tenido el cuerpo femenino en el centro del mismo. ¿Qué te llevó a centrarte en este aspecto tan característico en tu arte? ¿Cómo reacciona la gente con ello?
Creo que muchos de quienes nos atrae este tipo de trabajo, lo hacemos porque tenemos experiencias personales avasallantes y narrativas culturales dominantes que nos dicen que no importamos y que nadie nos valora. Vengo de situaciones traumáticas de violencia doméstica, y bastante pronto vi falta de voluntad del Estado para intervenir en esa violencia y también la incapacidad o falta de interés de la comunidad (en ese momento) por pararlo.
Gran parte del trabajo y la organización que hago se basa en la intervención comunitaria y apoyo en casos de violencia doméstica y sexual. Mudándome tanto, rápidamente terminé en una localidad donde la gente que conocí y con la que viví estaba experimentando de forma muy intensa violencia racial, económica, doméstica y/o medioambiental. Muchas de las personas en mi grupo de pares no habían tenido la experiencia de que alguien les hubiera dicho que le importaban, así que pintar tu nombre en un muro, es un gran forma de romper con eso.
La mayoría de mis obras son muy personales, pues para mí es más fácil comunicarme visualmente Estoy arreglando las cosas. Dibujo las personas así porque no se ve a menudo a mujeres retratadas más que como objetos pasivos disponibles para el consumo. El único lugar de la ciudad donde vas a encontrar personas que están contando sus propias historias, es con los artistas murales, tradicionales y modernos, los escritores de graffiti y artistas de callejero. Quiero ver a las personas que sufren marginación ponerse en pie y tomar el espacio como mejor les parezca, sin complejos y de forma desafiante. En mi caso, el espacio que me atrae para desafiar esas narrativas dominantes está en el centro de la ciudad.
La gente reacciona de un montón de formas distintas teniendo en cuenta su orientación particular. La del centro quieren limpiarlo en menos de doce horas. Mucha otra, quieren tapar los pezones, destrozarlos o decirme "bonitas tetas". Y luego está la gente que escribe poemas sobre ellos, se recorren la mitad de la ciudad para sacarles fotos, intercambian esos sorprendentes fanzines que hacen o simplemente se sientan al lado un rato.
El graffiti siempre ha estado dominado por hombres. ¿Cuál ha sido la reacción a tu arte? ¿Ha recibido respuestas negativas? ¿Cómo ha ido?
Me parece que esa reacción ha ido cambiando, pero no el dominio masculino.
Para la mayoría de la gente, muchos pensaron que yo era un tío debido a la escala de una gran parte de mi trabajo, pero eso ha cambiado ya que he sido más clara en cuanto a visibilidad de mujeres y trans en la calle. Cuando estaba por primera vez en Portland, sufrí gran cantidad de misoginia muy dirigida, amenazas de violación, escribir con espray "rame**" en mis obras, y diciéndome cosas del tipo “No es sexismo, es porque eres un p**a”. Lo normal en el típico batiburrillo a lo Asociación Nacional del Rifle.
Pero también tienes la otra parte del ruido, donde un tipo tiene fijaciones y límites no saludables contigo y te envía algunos manifiestos en plan "buen tío" acerca de su relación imaginaria contigo auténticamente espeluznantes. un extraño al que, por supuesto, nunca has conocido. Creo que cualquier persona que no sea cis puede compartir este tipo de experiencia con otras, es por ello que no sólo nos gusta vernos, sino que lo necesitamos, Es como una radiación de fondo constante.
Recuerdo gratamente las ocasiones en que visitaba la Bahía [Nota: San Francisco] y me encontraba con la gente maravillosa de ahí abajo que, honestamente, fueron, mi principal fuente de validación artística. Tuve la suerte de contar con esa gente que me apoyó y ayudó a procesar, a reírme de ello, y a ir pensar en la próxima gran obra. Nunca podré dar suficiente amor a CircleFace por ser la persona más increíble de todas.
Siento que ha habido un cambio en Portland, soy mayor, me llemo moviendo durante un tiempo ya, ha ido y venido gente, y nunca pude soñar lo que está pasando ahora en la escena urbana. Se ha convertido en un espacio mucho más acogedor para otras voces, ahora veo gran cantidad de mujeres y personas queer. Estoy hablando de la escena urbana, en otros lugares es una historia muy distinta.
¿Ha animado con tu actividad a que más no-varones se involucren en el graffiti? Si es así, ¿puedes hablar un poco al respecto?
Me encantaría creerlo. No puedo dar ejemplos concretos. A veces recibo mensajes de personas increíbles que quieren contactar. Como esas dos hermanas que me enviaron un video haciendo hula-hoop para mostrar que eran pequeñas cabronazas sin miedo del patriarcado y lloré como por diez minutos.
Creo que es más cuestión de que la gente que sufre alguna forma de opresión genere un espacio de tensión enfrentado a las identidades de género hegemónicas, la supremacía blanca o cualquier otra cosa. A veces se trata de hacer un trabajo que anime a las demás a darse permiso a sí mismas para hacer la gran cosa que les gustaría hacer. Me gustaría pensar que ayudé a algunas personas que simplemente pasaron al lado de las paredes, y sería feliz si alguien en cualquier lugar, debido a mi trabajo, realizara algo que le hiciera sentir más fuerte y con más seguridad o más feliz.
Recientemente hiciste la portada del libro de AK Press, Against the Fascist Creep de Alexander Reid Ross, quien escribe la columna Trumpism para It’s Going Down. También has hecho algo para el nuevo Perspectives on Anarchist Theory. ¿Cómo surgieron esos proyectos? ¿Planeas seguir colaborando en el futuro con proyectos anarquistas?
Surgieron a través de relaciones y conversaciones. Ójala pueda hacer muchos más. En este momento estoy trabajando en dos piezas. Una se centra en detener la violencia policial y carcelaria contra las familias, concretamente madres y jóvenes. La otra es para apoyar a las supervivientes de la violencia sexual y doméstica. Normalmente soy feliz haciendo grandes diseños ilustrativos, especialmente si se trata de resistencia matriarcal al fascismo, y seguramente ya tenga algo hecho que pueda funcionar. Se trata sólo de encontrar espacio e incluirlo de forma equilibrada, en mi propia vida.
Tu trabajo reciente parece haberse hecho mucho más directo y radical. ¿Ha sido siempre una faceta de tu trabajo o ha ido desarrollándose el tiempo?
Solía mantener mi trabajo abiertamente político y mi trabajo como Bonzo separados a un nivel paranoico. Aunque mi trabajo político fuera básicamente vandalismo, estar en la calle y organizarme con otra gente, y mi trabajo como Bonzo fuera siempre muy político. Creo que en realidad te pasa con mucha gente. Un día te levantas y te das cuenta de que la persona que hizo esos carteles contra la brutalidad policíal y algunas de tus obras callejeras favoritas es la misma, y las dos cosas no se parecen nada entre sí.
Fue como hace dos años; simplemente era demasiado esfuerzo mantenerlo compartimentado y además dejé de sentir la motivación que me había llevado a hacerlo. Se convirtió en una enorme traición personal. Por mi parte, fue siempre un poco el temor a que una comunidad no me aceptara, o que irían más a por mí, ya fuera por el graffiti o la política. La gente con la que trabajo en Portland es tan maravillosa, que hace estar en ambas cosas algo muy seguro. Es un gran alivio no mantenerlo ya separado.
Además… Quería usar mi estilo de ilustración para mis personas más queridas y mis proyectos y movimientos favoritos..
En los últimos tiempos has creado carteles y obras de arte antifascistas que incorporan una gran cantidad de plantas, animales e imágenes naturales, que te son tan característicos. ¿Cuál es tu opinión de que los grupos fascistas se apropien cada vez más de estas formas artísticas, ya sea la imaginería celta o pagana o la estética ecológica?
Muchos movimientos fascistas se han presentado como un retorno a los valores tradicionales y ecológicos. Creo que la incorporación de elementos naturales y la imaginería pagana, imaginaria o real, siempre ha estado presente en el fascismo. Uno de los primeros defensores de la ecología fue el científico alemán Ernst Haeckel (a quien también se le atribuye haber acuñado el término) al que se refieren muchos académicos como un factor clave en el nacimiento de la ideología fascista del partido nazi en Alemania.
Dentro del movimiento ambiental, anti-civilización, o la gente primitivista, creo que se puede apreciar una gran cantidad del fascismo y supremacismo blanco haciéndose pasar por política radical o anarquista y eso me aterra. Pero el fascismo siempre se imagina a sí mismo como un proyecto radical de todos modos, mira a Alex Jones. Fíjate en la obra de Julius Evola, que abogaba por un retorno al tradicionalismo, la masculinidad heroica, y la búsqueda de un renacimiento de la grandeza. De alguna manera fusiona el Santo Imperio Romano con el Grial celta y con Alemania en una terrible espiral, es casi indistinguible de lo que podemos encontrar en una gran cantidad de círculos que son fácil y rápidamente aceptados dentro de los espacios anarquistas. Mezclan geometría sagrada, prácticas hindúes, Stonehenge y América en la misma espiral aúrea.
Hay un artículo, Ur-Fascismo, de Umberto Eco que detalla algunas de las características siempre presentes en los movimientos fascistas, independientemente de dónde y cuándo se dé el movimiento. Podemos observar cómo se manifiesta el fascismo en los movimientos ambientales y ecológicos; culto al retorno a un tradicionalismo imaginario (no un tradicionalismo vivo y real, como en las comunidades indígenas), la puesta en valor de la acción y la idea de que la vida es una guerra permanente, que hay "otra cosa" o "algo distinto" que ha perdido su fuerza, valor y pureza pasadas y el único medio para recuperar el honor y la vitalidad es un derramamiento de sangre. Blood and Soil [Sangre y Tierra].
Estas personas no tienen ningún interés en apoyar la Soberanía Indígena, ya que se han reinventado a sí mismas como los "verdaderos pueblos indígenas". No tienen ningún interés en tratar de organizarse para actuar en contra de la supremacía cis-hetero-patriarcal o blanca, ya que eso conlleva estar en el servicio activo a las demás, y ser en ocasiones capaces de imaginar alternativas a la violencia y el militarismo. No tienen ningún interés en desarrollar activamente relaciones profundas y saludables de respeto mutuo, reciprocidad y responsabilidad porque no pueden imaginar cómo.
Ya sabes, tenemos Deep Green Resistance aquí. Y ya ha sido catalogada como la mayor montaña de basura transfóbica que te puedas encontrar. Esa transfobia es inevitable en una ideología que pone en valor el militarismo y el asesinato en masa y que lo reivindica como la única estrategia posible. Ese tipo de militarismo no puede existir sin una masculinidad hegemónica, que fuerza primero y luego vigila un binarismo de género tóxico. Esas personas no sólo abogan por bombardear masivamente ciudades llenas de civiles, sino que dicen que es el camino inevitable. Han sido expulsadas de una gran cantidad de espacios, lo que es genial, pero me encuentro con gente exactamente igual que ellas que después de decirme que no son transfóbicas, sueltan que están de acuerdo con el bombardeo masivo. ¿En qué circunstancias es aceptable el bombardeo masivo? ¿Cómo puede ser eso anarquista?
Cualquiera que te diga que es inevitable que tengamos que MATAR o dejar morir a millones de personas para salvar el mundo, puede ser que simultáneamente trabaje para una compañía de gaseoductos o en los campos de petróleo de Dakota.
La comedia Portlandia ha puesto a Portland bajo la mirada de millones de personas. Aunque el programa es a menudo hilarante, ¿qué te parece la forma que presenta la ciudad a un público tan amplio?
Para la gente que trabaja aquí, ese programa es extremadamente perjudicial, es odiado y despreciado, básicamente porque esconde toda la porquería que hay en la ciudad. Portland no es un buen lugar para muchas personas. Tenemos una larga historia (y presente) de supremacismo blanco, somos la tercera ciudad más contaminada del país, y tenemos gran cantidad de violencia cotidiana hacia nuestras personas más vulnerables. Ese programa ayuda, de forma muy forzada, a mantener la imagen de Portland y asegura que cuando la gente habla de esta ciudad, no lo haga de nuestro jefe de la policía abiertamente nazi (Mark Kruger "La Garra") o la cantidad de casos de cáncer alrededor de la planta donde Warren Buffet fabrica Drones (Precision Castparts).
En Portland ha habido un montón de actividad por el tema de la vivienda, luchas por el control de alquileres, señalando a ciertos propietarios, y crecen las campañas en torno a cuestiones como Burgerville. También has hecho alguna obra para los grupos locales que tratan estos temas. ¿Cómo describirías Portland actualmente desde el punto de vista de la mayoría trabajadora y pobre? ¿Es cada vez más difícil apañárselas? ¿Cómo lucha la gente?
Este lugar se está convirtiendo en el patio de recreo de ciertas personas ricas y un cúmulo de estrés, ansiedad, y abuso para el resto. Sobrevivir se está volviendo muy difícil. Los desalojos se suceden, los edificios son demolidos mientras que nuestra población sin hogar y los campamentos chabolistas están creciendo. Las personas se están uniendo en apoyo unas de las otras de las formas más extraordinarias. No podría enumerarlas todas. Los grupos han estado organizando vigilancias y ayuda directa (es decir, evitando que sus pertenencias vayan al vertedero) cuando hay desmantelamientos de campamentos. Tenemos dos redes de solidaridad en torno a los derechos de los inquilinos y aumentan en intensidad las campañas comunitarias para presionar a los propietarios o empresas para que respeten los derechos y las necesidades de los inquilinos, una de ellas también se implica en cuestiones laborales.
Hay gente que exige limpiezas de nuestras zonas más tóxicas que es donde la gente pobre vive y/o acampa. Hay gente que hace jardines autóctonos. Hay quienes dejan acampar en su jardín. Tenemos Black Lives Matter Portland desafiando la tradición de brutalidad policial hacia las comunidades y las personas de color, promoviendo constantemente diálogos sobre racismo, lo que en una ciudad gentrificada como ésta, tiene un valor incalculable. Tenemos investigadoras como Walidah Imarisha (que acaba de mudarse) que enseña a la gente los orígenes del supremacismo blanco y está haciendo un trabajo de transformación en las cárceles increíble. Tenemos grupos inter-tribales que reclaman el derecho al aire, comida y agua limpias, que están limpiando los ríos, y acondicionando los sitios de pesca tradicionales, haciendo valer los derechos de los Tratados, protegiendo el salmón. La organización Right to Dream Too, una campamento en el mismo centro de la ciudad que ayuda a la gente en la transición a una vida estable, se mantiene con fuerza desde 2011, y promueve una Carta de Derechos para las personas sin techo. Tenemos el centro Native American Youth and Family organizando grandes programas de vivienda para la población nativa de Portland y que es una gran fuente de recursos de muchas otras formas.
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Aquí hay un número incalculable de personas increíbles, que trabajan incansablemente para tratar de asegurarse de que la gente en esta ciudad tiene derecho a vivienda, alimentos, agua y dignidad. Creo que aquí hay un montón de gente que desafía al ayuntamiento cuando nos dice que está "progresando". La gente se pregunta qué está progresando, ya que no es el acceso a alimentos, agua y vivienda. Hay personas que están desafiando las narrativas de progreso del ayuntamiento, y lo que se entiende exactamente por eso y quién va a sufrir para que unas pocas personas puedan progresar. Es a la vez agotador, inspirador. Me han echado de mi vivienda muy pocas veces, y considero que tengo suerte por vivir en la casa en la que ahora vivo.
La ilustración y la capacidad de crear buenas obras de arte es sin duda una habilidad muy necesaria en el movimiento anarquista. Sitios web, folletos, publicaciones,… necesitamos buenas imágenes, arte y diseño para que nos ayude a crecer y a incidir en la calle. ¿Qué crees que la gente debería estar haciendo en este sentido de que no esté haciendo ya? ¿Te parece que nuestro movimiento podría incorporar el arte de una manera distinta a la que lo hace?
Hay mucha gente en muchos lugares creando un trabajo que nos ayuda a conceptualizar nuestros movimientos y nos animan a colaborar.
Creo que una gran parte de la historia del arte político ha conceptualizado la resistencia como un acto de ataque o defensa, puramente físico. Veo la imaginería de una única forma de resistencia. Y me encanta. Quiero que un propietario o la policía tengan miedo. Pero también me gusta el trabajo de Erin Marie Konsmo, que trata sobre la justicia reproductiva entendida como derechos sobre la tierra y la restauración de las formas indígenas de justicia para detener la violencia colonial, o el de Demian DinéYazhi, que está realizando unas increíbles obras No-Wave indígenas feministas y dando a conocer las relaciones homosexuales precolombinas, Maz Atl que dibuja a la mujer, la vida y la alimentación, y animales en peligro de desaparición.
Y siento que a veces en la estética del anarquismo sólo se valora y muestra un tipo muy particular de resistencia, y que el diálogo sólo puede llegar hasta ahí. Las personas que he mencionado tienen amplios diálogos sobre lo que la resistencia es y puede ser. Y su trabajo es precioso, innegablemente maravilloso. La estética del anarquismo adopta líneas duras, formas duras, ángulos que sobresalen afilados, casi parece arquitectura. Quiero ver un arte que muestre personas y mundos vivos.
Diálogos y estéticas sobre los cuidados, formas diferentes y más saludables de estar en relación con las demás personas, resistencia familiar y materna, tradiciones vivas que anteceden a la colonización y la sobreviven. Estos son todos diálogos increíblemente transformadores, y me llego a aburrir de ver la resistencia o el anarquismo conceptualizado únicamente como un proyecto de militancia individualista o colectiva. Definitivamente, me gustaría que se mostrara más trabajo femenino o feminizado. Trabajo que se centra en la atención y el amor por los demás. Actos de resistencia que son extraordinarios y de gran alcance cuando se enfrentan a la forma en que muchas de nuestros relaciones están estructuradas o socializadas a través de la masculinidad hegemónica, el capitalismo, la supremacía blanca y todas las otras formas de abuso que aplastan a la gente.
Cuando el diálogo y la estética que rodean las respuestas militantes no están siendo compensadas por el cuidado y el amor, y no son claramente entendidas como provenientes de responsabilidades, como la defensa de las familias, los alimentos, el agua, la autodeterminación y la tierra, se tiende a reproducir el militarismo y el patriarcado en nuestros grupos. Lo que me parece que se da en gran cantidad dentro de los espacios anarquistas predominantemente blancos. Una gran cantidad de personas están ya ahí fuera haciendo este trabajo, y simplemente no se populariza o reconoce tanto como debería para poder crear esos espacios ampliamente transformadores que necesitamos.
¿Hay algún modo sostenible como artista para hacer arte radical, o para el caso, cualquier arte que esté conectado con un movimiento más amplio? ¿O crees que es más sostenible separarlo de una fuente más estable de ingresos que proporcionaría un trabajo "convencional"? ¿Algún consejo para jóvenes artistas que quieren hacer lo que están haciendo a tiempo completo?
Hmmm, eso es una pregunta difícil. Incluso con trabajos que tradicionalmente te pagaban el alquiler y la comida está siendo casi imposible sobrevivir. El arte es bastante divertido. Hay un montón de gente que no proviene de entornos que les apoyen financieramente y que ha encontrado maneras de ser capaces de trabajar en el arte como medio de supervivencia. Creo que la cuestión es como tú, personalmente, seas capaz de pagar el alquiler y satisfacer tus necesidades básicas. Ya sea mediante el arte, trabajos convencionales, estafas, o chanchullos.
Aparte de simplemente heredar un montón de dinero, no conozco ninguna forma sencilla para ser capaz de mantenerse sólo del arte, especialmente sin el apoyo masivo de la comunidad. No hay que dejar que te presionen para que creas que tu trabajo no tiene valor (y que tú no tienes ningún valor) si no te da para vivir, o a que te odies por falta de pureza política si lo hace, es lo que yo creo que es más importante. Trato de ver el arte como resilencia y conexión, y a veces, una manera de comprar un montón de burritos con chile para compartir con la gente que respeto y quiero.
¿Qué artistas animarías a que la gente prestara su atención? ¿Qué resaltarías de su trabajo?
Mucha gente. Pero sólo voy a hablar de algunas de las personas que me inspiran. Todas las mujeres de Few and Far, GATS, Deadeye, todo PTV y SDE, cualquiera que haya mencionado previamente, Entangled Roots, Joshua Mays, Sara Siestreem, Pancho Pescador, y mucha más peña. De lectura; Vandana Shiva, Evelyn Reed, Rhoda Reddock, Roxanne Dunbar-Ortiz, María Mies, Carolyn Merchant y Silvia Federici.
Lo que me inspira acerca de estas personas es que están creando historias asombrosas y trabajando en diálogos increíblemente transformadores sobre cómo podemos tener una relación más sana con nuestra propia persona, con las demás, y con la tierra. Las que conozco personalmente tanbién son algunas de las mejores personas que me he encontrado.
¿Tienes algún proyecto próximo interesante? ¿Cómo se puede apoyar tu trabajo?
En lo que a mí respecta, tengo dos proyectos que me emocionan. El primero es la realización de un alfabeto ilustrado de acción directa, estoy casi terminando todas esas letras, y será de libre disposición para su uso. El segundo es un libro ilustrado con el título All our mothers resisted fascism. Está todavía en proceso, pero espero colaborar con un grupo de gente que respeto para crear una gran publicación ilustrativa y descriptiva sobre la mujer y la resistencia de la familia ante el colonialismo y el fascismo. Para compartir esas historias que se normalmente se recuerdan como notas al pie o se presentan como un mero apoyo del trabajo de los hombres.
Tal como el patriarcado-hetero-cis trabaja para erradicar el poder de las mujeres, crea y refuerza estrictos roles de género, y define a las mujeres y a la naturaleza como recursos pasivos sujetos a la dominación y apropiación, las narrativas de las resistencias no muestran debidamente la participación de las mujeres, mientras proyectan a los hombres en roles de liderazgo y visibilidad. Los prejuicios patriarcales en narrativas sociales y políticas conciben la resistencia como proyectos orientados por la masculinidad, heroicos e individualistas y refuerzan aún más los comportamientos y las ideologías que conducen a la ausencia de participación de mujeres, queers y pesonas no conformes con su género en movimientos de resistencia popular y al rechazo a la misma cuando tiene lugar. Quiero trabajar en un libro ilustrado grande con un montón de gente que quiero y simplemente compartir estas historias y narrativas.
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