Acción y Reacción
El gobierno ha aplazado por una semana la promulgación de la Ley de Protección de la Seguridad Ciudadana, por “ajustes técnicos de última hora”. Y andan dándole vueltas a una Ley de Huelga que la haga imposible. Algo les ha debido de apestar cuando retrasan siete días el contubernio. Mientras, doscientos trece abogados del Estado se encuentran en estos momentos cuadrando la Ley, buscando en internet lo que hacen en Corea con los escraches y cosas así. De una cosa podemos estar seguros: peor será el lapo, mientras más tiempo se tomen en elaborar el gargajo.
¿Qué efectos tendrá toda esta represión administrativa? Vamos a ver, ya no les basta con moler a palos a los activistas y con encarcelar a unos cuantos. Quieren impedir a toda costa que la gente se exprese a base de multazos de hasta 600.000 euros. Como cuando aparcas mal el coche y se lo lleva la grúa, pero a lo grande. Y luego, o pagas, o recurre, abona tasas y costas, paga, y mira cómo te embargan la casa -si la tienes-.
El efecto inmediato de esta política, podría ser el de la inhibición: si la gente percibe que las manifestaciones no solo son inútiles, si no costosas; si las ongs se percatan de que colgarse de un puente con una pancarta vale 200.000 euros; y si el trabajador ve que hacer huelga solo sirve para que te abaraten el sueldo… Pues dejarán de hacerlo abiertamente. ¿Se acabará ahí todo? No claro.
Es un principio de la física, una ley de la naturaleza, que toda acción tiene una reacción en sentido contrario y de igual fuerza. Una vez tapen la válvula de la olla a presión los reaccionarios, la temperatura aumentará. Aparecerán líneas de acción brutales, oscuras y clandestinas, que explorarán vías dudosas para salir de la miseria al margen de la ley: sicarios criminales y corruptos policías medrarán en este ambiente: vete preparando la cartera. También aparecerán grupos que ejercerán la violencia allí donde puedan ejercerla, con absoluto desprecio de la propia vida y la de los demás. Poco a poco el mundo que queremos, se vendrá abajo, y lo veremos lleno de mafias, soldados y tanquetas.
¿Le interesa al Poder establecido, que surjan muchos grupos de desesperados, para atemorizar a la población con guerritas localizadas que mantengan al pueblo acojonado en casa? Pues ya se verá. Porque en 1788 los aristócratas estaban tan tranquilos, y ni por un momento podían sospechar que en 1789 tendrían que subir al patíbulo.
Siglo XX: qué malo fuiste para el Capitalismo, que ahora el XXI ejecuta su venganza. Lo que es de uno es de todos, lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno.
- Inicie sesión o regístrese para comentar
- Imprimir
- 1503 lecturas
- Enviar a un amigo