Denuncias falsas por violencia de género
Hay gente que se queja de lo mala que es la ley, que deja inerme al hombre frente a una denuncia de su mujer, sin que exista presunción de inocencia. Añaden que hay un lobby feminista que se aprovecha de esa situación de privilegio, denunciando en falso para quedarse con joyas, pisos e hijos, dejando al hombre en pelotas. Esto, dicho así en general, es falso.
Rememoremos. Se partió hace años de una situación en la que agredir a una mujer era una cuestión menor, de pareja, realizada en el seno del hogar, que no tenía repercusión pública. Forzar relaciones sexuales en el matrimonio, ser acosada en el trabajo por compañeros y jefes con diferente intensidad, iba de lo normal al mal gusto. Añádase que una mujer abandonada por su marido solía verse sin recursos. Es decir, había (y hay) mujeres torturadas durante décadas, y eso era (y es) visto como normal.
Fueron las organizaciones de mujeres las que concienciaron a la sociedad de que las hembras de la especie podían actuar en los mismos ámbitos que los hombres, y que agredirlas sexual, física, sicológicamente, o todo eso a la vez, era una lacra que impedía a una sociedad alcanzar la paz, la libertad y la justicia.
Dicho esto, vamos a ver si hay denuncias falsas. Como primera reflexión, concluyo que sí, ya que hay perjurio en la Administración de la Justicia. La mentira forma parte del comportamiento humano, claro. Pero no basta con decir que las hay. Hay que cuantificarlas de manera objetiva, lo mejor que se pueda con los medios que disponemos. Y para ello vamos a echarle un ojo a la Fiscalía General del Estado. Y dice el fiscal que en 2009 de 135.540 denuncias presentadas por violencia de género, se siguieron procedimientos por falsedad en un 0,0184% de denuncias presentadas. Es decir, que en 2009 los fiscales estudiaron 25 posibles de denuncias en falso de ciento treinta y cinco mil y pico. La memoria del año 2011 añade que de las 25 posibles, 13 han sido absueltas, lo cual reduce las posibles falsas al 0,0096%. En la actualidad, desde que el Fiscal General del Estado inició las investigaciones, han sido dos las mujeres condenadas por denunciar en falso. En la Memoria del fiscal de 2012, se sigue la misma tendencia en cifras, que finaliza con la conclusión de que las denuncias falsas probadas en 2009, fueron de un 0,0074%. O sea, poquísimo.
Quienes dicen que hay muchas denuncias falsas, suelen añadir que los casos sobreseídos, o en los que se absuelve al hombre por falta de pruebas, son fruto de falsas denuncias. El fiscal manifiesta que no hay que confundir que no haya pruebas, con que la denuncia sea falsa. Las características de este delito, realizado en el hogar en muchas ocasiones, sin testigos y sin lesiones, en las que la víctima mantiene una relación tortuosa de afecto, o es presionada por familiares para que retire la denuncia, o tiene miedo o dependencia, o todo a la vez, y dado lo retorcido de un proceso judicial, hace que en muchas ocasiones los fiscales carezcan de pruebas objetivas. Las mujeres maltratadas, por si ello fuera poco, no denuncian, tienen comportamientos extraños, y suelen acogerse al derecho a no declarar, con lo cual el fiscal se ve con que el único testimonio que posee, se desvanece.
Preguntas: ¿suelen las mujeres denunciar a mansalva a sus agresores? Pues no. Suelen aguantarse bastante bien. Por ejemplo, en 2011 solo un 26% de mujeres asesinadas por violencia de género habían puesto una denuncia previa. ¿Cándido Conde-Pumpido Tourón, o Eduardo Torres-Dulce Lifante, ambos Fiscales Generales del Estado, forman parte de una conspiración del lobby gay-feminista? Mirando las fotografías de esos dos reaccionarios, es difícil de creer. ¿Es políticamente incorrecto señalar que las mujeres están sobreprotegidas, y que los hombres están indefensos frente a la ley? No, no es nada políticamente incorrecto el no comprobar datos que están al alcance de cualquiera en internet. Es, simplemente, fomentar conspiranoias y parlotear sin datos. Larga vida a la paz, al amor y a la independencia. Lo que es de uno es de todos, lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno.
Segunda parte
Siguiendo con el tema. Acudir a la estadística del Fiscal General del Estado, es como acudir a pedir opinión al Gran Inquisidor General del Reino. ¿Qué va a decir el Poder en torno a su aparato de Justicia? Que es cojonudo, que funciona de maravilla, que no hay apenas denuncias falsas por violencia de género. ¿Qué qué digo yo? Que el Poder siempre nos miente. Es su condición la de ser corrupto, malvado, maligno. Es decir, los que niegan la Justicia de la Ley de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género (vamos a llamarles negacionistas), vienen a decir que los informes judiciales son falsos y que no investigan los perjurios. Con una “justicia” que carece de medios, y que aunque los tuviera no sería gran cosa por ser española, pedirle a un fiscal que estudie si una mujer miente por interés, es pedirle peras al olmo. Demasiado trabajo para esa criatura.
Entonces, me pregunta el lector avanzado: «¿si nos dices que el Poder miente, por qué usas sus datos?». Pues porque son los únicos que tengo. Si emplease los de organizaciones feministas, de inmediato me dirían que esos informes están sesgados ideológicamente. Al menos el informe de un fiscal, hace un relato que no puede ser considerado de izquierda progre. No poseo nada mejor. Y de todas formas, mentir puede hacerlo cualquiera. Lo que importa es la reflexión sobre lo que se dice.
¿De dónde sacan entonces los datos los negacionistas, para afirmar que las lagartas denuncian por venganza, por odio, por avaricia?
Pues los sacan de testimonios de los afectados y de las opiniones de algunos jueces y abogados. Hombres que hayan sido acusados en falso de abusos sexuales contra sus hijos y amenazas contra su cónyuge, tienen por delante un larguísimo calvario de años, tortura infinita, dada la lentitud de la cosa. Claro, que un testimonio es siempre testimonial, y la imaginación juega su papel en él.
Pero vamos a la probatura en España. Mirando en internet en páginas negacionistas, señalan un número (que he contado) de 177 denuncias falsas demostradas. No me meto en que las demuestren o no, sino que son 177 casos que conocen. Si se han presentado cientos de miles de denuncias por violencia de género y se conocen 177 falsas…, que cada cual saque sus conclusiones. Me perdonáis que no coloque los enlaces, pero creo que es mejor que los busquéis vosotros mismos, que lo mismo encontráis información más fidedigna.
Los negacionistas insisten en que un 30% de hombres denunciados son absueltos. Sí, por falta de pruebas. Pero que no haya pruebas, no implica que la denuncia sea falsa.
Camaradas, mil años de vida a la feliz convivencia. Lo que es de uno es de todos, lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno.
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NOTA
La «Memoria del Fiscal General del Estado» 2010, 2011 y 2012 están en internet. Marcáis en el buscador, descargáis el documento pdf, escribís en búsquedas del documento «denuncias falsas», y ahí sale todo. También podéis buscar el «Informe sobre víctimas mortales de la violencia de género y de la violencia doméstica en el ámbito de la pareja o ex pareja en 2011», que edita el Consejo General del Poder Judicial. He rebuscado para resolver la duda, como podéis ver, en ámbitos absolutamente carcamales, evitando de este modo los sesgos que pudieran dar las organizaciones femeninas, de izquierda gay/lesbiana, o la prensa «políticamente correcta».
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