Elogio de un heterodoxo al Anarquista

El Anarquista me mira con seguridad, escorándose en su rincón. No espera de mí sesudos análisis, ni que entone un réquiem. Sabe que la voz del letrado o la del tenor mortuorio no están a mi alcance. No se enfada si sólo le ofrezco rudimentaria poesía.

El Anarquista ha aceptado como lógica la condena del tabú más férreo que sigue sin desplomarse traspasadas las puertas del milenio: ha aceptado repudiar la Jerarquía. Aceptando como normal lo que para muchos es un “despropósito anti convencional”, ha aprendido a tolerar las teorías más marginadas –aun las más estrambóticas–, a comprenderlas o refutarlas con una sonrisa. Cuando las lenguas artificiales no encontraban calor, ahí tenían a un Viñas, a un Armand o a un Yamaga que les diera cobijo. El vegetarianismo, a su vez, recorría el “movimiento” desde Reclús a los díscolos “Bandidos Trágicos” de la “Banda Bonnot”. Y cuando Carpenter se sacudía las piedras que le tiraban los homófobos, ahí tenía a un Mackay dispuesto a clavar sus flechas en el “cuerpo” reaccionario.

Al Anarquista no le asombra ni escandalizada nada que se coloque más allá de los límites en los que se ha enclaustrado a la Libertad.

El Anarquista es el viejo que sabe sonreír con afecto ante los disparates ajenos. Es el joven que augura que la Revolución es un hecho de aquí a veinte años (y amenaza con meterse un tiro si ese día no llega). Es la mano generosa que palia el dolor; la crítica lacerante que, ante el tirano, sabe agravarlo.
El Anarquista nació en el gallinero del teatro Social. A veces sube a escena, pero es en contra de su voluntad. Busca el “protagonismo” en la tramoya; allí pretende cortar el cordel del telón y poner fin a la función que nos obliga a vivir como simples figurantes de la tragedia colectiva.

El Anarquista, sin ser Primitivista, sabe repugnarse ante el maquinismo y condenar el fatuo progreso de una era industrializada. Sin ser Comunista Libertario, sabe abrir las manos ante el llanto de la necesidad y cerrar el puño ante la omnipotencia del agio. Sin ser Sindicalista, hace vibrar su alma con el sufrimiento obrero y blande la piqueta hasta lograr derribar la aristocracia del peculio. Sin ser Individualista, se niega a convertirse en ganado y hace oír su voz cuando la mayoría lo orilla.

El Anarquista no se deja arrastrar por los “ortodoxos de la novedad” (usando un ingenioso término acuñado por Amanecer Fiorito), no comparece ante los tribunales oficiosos e insulta a los oficiales. El anarquista no se siente atado al pasado como no se hipoteca al futuro. Sabe lo que otros fueron y lo que le gustaría ser; pero por encima de todo sabe lo que “es”. El Anarquista sabe enfrentarse al pontífice de turno, sabe ridiculizar a sus epígonos y bajar del trono a puntapiés a todo sujeto ilustre. El Anarquista no es la comparsa de lo constituido, sabe disentir del contenido y hundir si hiciera falta al continente.

El Anarquista, cuando la situación lo requiere, está dispuesto a convertirse en Anarquista de los “anarquistas”.

El Anarquista sabe también desacreditarse. Sabe que cuando su tono empieza a oírse más que sus palabras es el momento de hacer un mutis por el foro. Sabe que el respeto y el cariño mal entendido dan paso a la admiración, y sabe que si consiente esto no será más Anarquista que quienes lo veneran. El Anarquista sabe condenarse a sí mismo. Sabe pasar por traidor, por provocador, por incendiario, cuando quienes lo tildan así se revelan al acusarlo. Sabe adoptar mil nombres con los que siempre decir lo mismo. Huye de la relevancia y ha aprendido a eclipsarse. No son para él los focos y la platea. Aunque siempre esté dispuesto a realizar un “gesto bello”.

El Anarquista tiene una gran sensibilidad. Incluso si es un bocazas, y presume de egoísta, el Anarquista sabe partir, o incluso renunciar, a su ración de “pan y sal”. El Anarquista es un ser emotivo, con sentimientos a flor de piel, y si escupe fuego y sus palabras desprenden ácido es porque no puede soportar una muestra más de ese “Dolor Universal” del que nos hablaba Faure. Hace de sus palabras una saeta porque le asquea tanta resignación, y le duele tanta pena.

El Anarquista quiere colaborar sin suprimirse, coadyuvar sin renunciar, discrepar sin herir el cariño que les profesa a sus hermanos. Pero si esto pasa, acepta con estoicismo ser carne excluida, desfederada, y emprende su camino, ora parapetado en la ataraxia, ora sumido en la nostalgia, abrigado con la convicción de que en el ostracismo también es posible hallar un lugar llamado Acracia.

El Anarquista sabe abofetear al líder, burlarse de la mayoría, ofrecer su brazo y precipitar la ruptura cuando los lazos contraídos pueden apercollarle. El Anarquista sabe traicionar a la Patria, matar a Dios y, parafraseando libremente a Han Ryner, en un periodo de civismo maldecir los crímenes de la especie civilizada.

Los Anarquistas no quieren aprender a morirse. Saben consumir su vida entregándolo todo a los demás, cargando en sus espaldas más de lo que aguanta el hormigón que fraguan y el papel que los insulta. Mueren muchas veces inmolados por la Causa, por la Organización, por la Idea. Seres, casi siempre anónimos, a los que se les descerraja un tiro de silencio en la cuneta de la Historia. En cuartitos desnudos, sin fetiches, con libros raídos, documentos amarillos y una bala nueva, reluciente y acerada, colocada en la recámara.
Delinquen cuando hablan, matan con su literatura, son terroristas del verso y, a veces, cuando ya nadie les espera, consiguen demostrarnos, tal y como decía Leo Ferré, que “golpearon tan fuerte que aún pueden volver a golpear”.

En criticar (1) al “anarquista” (con minúsculas) empleé el doble de páginas que en alabar al Anarquista (con mayúsculas); el Anarquista no necesita de más.

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NOTAS

(1) Ver la crítica del heterodoxo al anarquista en: http://www.alasbarricadas.org/noticias/?q=node/12198

Comentarios

Menudo raid.
:-))

No creas que me cabreo tanto, si me conocieras verias que mi caracter es un poco exaltado, soy un botapronto pero nada mas. De todas formas estaras conmigo que tampoco sería digamos normal, no sentir que con razon o sin ella te metan el dedo en ojo, ya se que tus respuestas van de mas buen rollo que no lo contrario, si pensara que fuera de otra forma, no hablaria contigo, para que perder tiempo.
Es verdad que mi escrito para el del elogio no era una critica, pero tampoco lo pretendia yo no queria mejorar lo que el dice, simplemente meterle un poco el dedo en el ojo, porque yo habia entendido que definia "al anarquista", y puesto que lo definia marcando un estereotipo buenista, concluia que ello era fruto del cristianismo imperante entre los libertarios revolucionarios, aunque tambien te he dicho en otro lugar que no le digo a nadie nada como reproche, sino como una constatacion de lo que yo mismo he dicho y hecho.
Yo despues de 35 años de "militancia revolucionaria", durante un año me fui de pastor de cabras, y en las largas horas de pastoreo, hice un poco de revision de mi aptuacion revolucionaria, y constate que de una forma u otra siempre me habian expulsado de partidos o de grupos y no podia ser que yo siempre tuviera la razon, hasta que conclui que cada uno tiene su razon, tenia ya 50 años.
En esas cayó en mis manos el unico de stirner, del cual habia oido hablar, pero no leido, de forma despectiva ,"era un individualista", ademas era un rollo muy dificil de leer decian. Confieso que me poseyo, pero de forma divertida, no podia creerme lo que decia pero me divertia sobremenera. Lo lei y lo relei y empezo a ayudarme a explicar mis propias sensaciones, de eso hace ya ocho años.
No te negare que hice apologia de esa genialidad y de unos planteamientos que en mi opinion eran anarquistas sin reclamarse, como tu has explicado, de la palabra. Pero tambien saque mis propias conclusiones,la anrquia no es la alternativa sino los sistemas son la alternativa a la anarquia, y que el anarquismo como sistema ,comunismo libertario, era de los mas puristas y el mas cristiano.
Tambien conclui que todos los partidarios de la construccion social, lo que yo llamo constructomanos, son ordenancistas y mantenian en elto el concepto jerarquizante, lo llamaran como lo llamaran.De la anarquia conclui que no era una idea ni una meta social sino una situacion exenta de regulacion , y que por tanto que pese a los sitemas la anarquia era una realidad aqui y ahora, y que cualquier individuo durante su quehacer diario podia experimentar vivir situaciones anarquistas, por eso le decia al del elogio que no solo lo que el decia sino hasta un cabron experimenta esas situaciones.
El que le pega a un patron y luego o antes a su mujer es un pegon,para su mujer un cabron, y para el patron un exaltado extremista, pero ello no es obice para que este individuo experimente situaciones anarquista, anarquia no es sinonimo de moralidad.
No digo que yo haya inventado la sopa de ajos, solo digo que durante un tiempo en los medios en los que yo me he desenvuelto, en criminal se decian cosas novedosas (viegisimas)provocativas, confusas y graciosas o sarcasticas, aderezadas con fracmentos de "el unico"firmadas por su autor,publique por fasciculos el unico y su propiedad, y puedo decir como el banquero anarquista que desde ha tiempo no lucho por imponer una nueva jerarquia.
No es nuevo en mi negar el individualismo de stirner, creo que lo tengo escrito, no obstante en los encuentros periodicos con amigos en Llavor de anarquia, asi lo he defendido.Quizas no sea muy coherente, pero me repatea que lo de individualismo sea expuesto en sentido despectivo, aunque ya sabes que strner tambien dice aquello de "Yo tambien soy com o Dios, nada me define, nada me agota". Tambien stirner plantea el hecho de nuestra dependencia hacia los demas, y de lo que nos necesitamos para muchas funciones de ahi el "usar y ser usado" que es como decir apoyo mutuo sin moralinas,por estas cosas lo digo pero sin mas.Ya sabes que los comunistas enseguida te largan al monte o al margen cuando dices lo de individualismo, por eso prefiero lo de original o no estandarizado.
Lo del anarquismo si no se plantea como sitema no tengo nada que decir, pero en la mayoria de los casos hoy se plantea como el paraiso de los anarquistas, el mejor cielo social, y sea cual fuere el planteamiento los "ismos" suenan a sistema, vamos eso me parece a mi.
Bueno por hoy ya vasta, yo estoy en Barcelona, tu tambien?
criminal

se habla de fraude, orson wells tiene una peli que se llama asi, habla de un falsificador de cuadros que vivia en ibiza y pintaba cuadros de picasso, dali, monet etc. que los criticos, entendidos, especialistas del arte no sabian distinguir de los que no eran fraude, y entonces venia la paradoja de que el verdadero fraude era la valoracion de los originales como obras de arte valuosas, y eso es lo que son el criminal y el epatante, el primero un fraude pero el segundo el veradero fraude con su lenguaje que no jerga presuntuoso de tener el valor de un autentico, pero vaya si de verdad viene la anarkia todo lo que representa el epatante tiene que ser destruido, su cultura su forma de usar el lenguaje, su prepotencia al citar los clasicos para dar fuerza y autoridad a us escritos, porque eso es el simbolo del verdadero fraude, la sobrevaloracion de algo que se vende como autentico y diferencial del fraudelento que es la forma que se distingue las elites, mil veces mas autentico el criminal que no el epatante y sus infulas de entendido,critico y especialista en anarquismo como si fuera un marchante del anarkismo diciendo o tasando lo que tiene valor y lo que no, lo que es original o fraude, en el epatante se da el dicho que solo ejercer de intelectuual te atrofia, por lo menos en el criminal se dislumbra el trabajo fisico no embtutecido por el esfuerzo de trabajar tambien con el intelecto, por lo que no entiendo porque no ejerce de verdadero criminal y agrede al epatante es que quizas ha quedado deslumbrado por la iluminaria de las replicas del epatante como un asustado enfermo ante una lumbrera medica con tesina sobresalinete con laudem, muerdele criminal porque el es el verdadero fraude como todos esos titulados que se pienesa que saben algo porque les han enseñado a memorizar y creer que por citar clasicos estan exentos de ejercitar el trabajo fisico y asi terminan todos atrofiados que es sino el mensaje ultimo del tal epatante sino un legajo de leguyelo endiosado por su atrofia, mostrando una vez mas la validez de la gente sencilla capaz de leer y tratar de entender lo que dice el otro y lo inutil de los que se creen desde su egocentrismo que su saber les exime de hacer el esfuerzo de tratar de enetender como se expresan los demas que el considera fraudes. hay mas vida y anarkia en el fraude del criminal que en la supercheria sobrevalorada del epATANTE el primero es un farsante usa la farsa para expresarse y tu ya sabes el segundo usa la falsedad y trata de envolverte en una red de palabras y citas para que asumas su autoridad de culto especialista iniciado critico entendido sobre el anarkismo y la anarkia, como si esta ultima se pudiera estudiar en una facultad y el diera las clases y pusiera las notas puaggg. salut y anarkia, destruyamos los museos las biblotecas y todo el saber acumulado que nada mas sirve para llevarnos al sitio que nos conduce gente como el epatante y vayamos con el criminal al aqui y el ahora o sea a vivir la anarkia, sin el lastre ni el impedimento de necesitar permiso de supuestos sabios que dicen lo que es anarkia y lo que es fraude.

Que triste eres... Tergiversas las ideas que se volcaron acá, desprestigias el ejercicio intelectual, y haces alarde del trabajo físico, pero esas manos que escriben no veo callo alguno... Tu forma de expresarte, ese resentimiento típico del cobarde, da asco.

Que triste eres...

Me tienen cansados estas lacras mal paridas que infectan el "movimiento" anarquista, tanto los sin-vida como ese criminal, que no duraría ni 3 segundos con vida si se lo coloca en un barrio de esos que huelen feo... barrios "humildes", o con alto índice de inseguridad como dicen por la TV, no los Europeos, mis queridos etnocentristas esos son juegos de niños, sino, ahí, donde la vida te parte la cara de un cachetazo y te muestra, que tanta masturbación mental y esnobismo patético, no te sirven de nada frente a la realidad...

Y después, el otro, el cobarde, el "vago" despectivamente hablando, el que prefiere tirar abajo pasiones, que intentar llevar a cabo las suya... ni 2 segundos le daría a este... 1 menos que el intento de criminal, porque el olor de su cobardía aceleraría la sed de las fieras.

DAN ASCO.

El mundo humano no tiene salida, no solo por el poder inmenso de la autoridad y el capital, sino especialmente por la poca capacidad humanas de personajes como este criminalito y el cobardito anti-todo de postal.

Es bueno saber que en ocasiones somos capaces de dejar la vista unidireccional del ciclope y elevar la vista, aun a riesgo, como Ícaro, de quemarnos las alas. Sobre tu último mensaje hay poco que comentar porque las circunstancias personales, para el observador, son como las novelas malas (criticarlas o alabarlas es signo de que se está interesado en ellas) y como los heridos recientes (intentando tocarlos, para ayudarlos, puede dañárseles). Sin embargo hay algunos puntos teóricos que sí son susceptibles de ser abordados.
Me alegra comprobar que has tratado de aproximarte al sentido que el autor del Elogio le daba a sus palabras. Como verás no se trataba de fijar el modelo paradigmático del “buen Anarquista”, sino las características de Individuos concretos, y no de arquetipos, que conjugan su sensibilidad con la Anarquía. Esto sólo puede comprenderse leyendo su Crítica, supongo que ya lo habrás hecho, y si no, te lo recomiendo encarecidamente. Se nos dice en definitiva que algunos tipos, en nombre de lo que no es susceptible de ser administrado, ni parcelado, ni restringido (la Anarquía), condenan a otros a humillarse ante el número, el sujeto ilustre, los novismos, la tradición, la parafernalia marxiana, la patria, ahora el capital y siempre la religión. Mientras que otros, consecuentes con lo que sienten, con un horizonte que no puede acotarse, entienden la Anarquía (aún borrachos de “absoluto”) como la necesidad de que cada uno haga de su capa un sayo, de no ponerle tope a las experiencias, como el deprecio a la voz del iluminado, a los balidos del rebaño y la conciencia de una voluntad irrestricta. Esto es un pensamiento antinómico, pero no de “buenos” y “malos” (no hay moral cuando el planteamiento práctico se le contrapone, tanto al mandato como a la resignación [dos formas de hacer circular un código], el hecho consumado de la elección). Los ejemplos expuestos en la crítica crean amos (los que ejercen) y esclavos (los que escuchan), y a esto sólo puede objetársele un Individuo que se otorgue su propio derecho (Stirner), independizado, auto emancipando y libertado por propia mano.
Llevado esto a sus últimas consecuencias es donde no podemos coincidir (creo que porque las “heridas” pasadas te han hecho enroscarte como un armadillo). ¿Un Rey puede “experimentar situaciones de anarquía”? Sí, desde el mismo momento en que deje de ser Rey y se construya un “Yo” con sus propias manos y no con las ajenas; antes de eso es mi declarado enemigo mortal (usando verbo stirneriano). Hasta que el líder no deja de ser líder todos los actos que haga fortalecen un tipo de autoridad propia o debilita un tipo de autoridad ajena. Cuando alguien mea en la copa del jefe o pinta un bigote en el cartel del secretario general del Partido, convierte sus actos de iconoclasia en meros artificios autoritarios en tanto en cuanto sólo socava un liderato para fundar otro (el propio). Esto se hace desde el cuartucho de mala muerte donde el obrero explotado pega a sus hijos, en la pequeña oficina donde el empleado amargado pisa al becario y en los despachos presidenciales donde uno muerde al otro. La antítesis Autoridad/Anarquía no es una cuestión de moral (se percibe de forma emocional y sensible, experimental, con el tiempo a través del pensamiento, siempre anímica y físicamente) sino una pulsión o deducción que se produce antes de ser amaestrado. Un individuo nacido ajeno a todo contacto “humano”, que saliera de los bosques y encontrara su camino vallado, estaría experimentado esa antinomia entre Libertad real (no abstracta; simplemente la capacidad de elegir entre Este u Oeste) y Autoridad práctica.
De igual modo, tampoco los actores y ejecutores de la Anarquía y la Autoridad tienen que ver con la moral (salvo cuando justifican sus actos. Véase el “No Matarás” y contrástese con la Guerra de Irak). Un sujeto fabricante de Autoridad, que ataca un poder central, no hace más que reclamar su parcela particular de poder. Así cuando un Estado quiebra (Somalia, Sudan) y surgen mil poderes reclamándose una parte del pastel se habla de “Anarquía”, cuando lo único que ha pasado es que la Autoridad sigue más fuerte que nunca, sólo que disputada y atomizada. Eso lo que pasa con los individuos, que es lo que hay detrás de cada poder. A mí no me importa si el “cabrón” es moral, amoral o antimoral, lo que me importa es si mientras dice “experimentar una situación de Anarquía”, por ejemplo pateando al “jefe del clan”, no pretende después ocupar el puesto del jefe y patearme a mí, “experimentado ambos” (él practicándola y yo sufriéndola) “una situación de Autoridad”. Porque entonces ocurriría, como decía Stirner, que si el príncipe reina en sólo porque los otros niños le dejan ser rey. En tal caso, el cabrón, “libertario para él y autoritario para los demás” (Hamon) no es mi enemigo por una cuestión de moral, sino de pervivencia de mi Individualidad. Negar esto no es defender una moral propia, sino aceptar la moral ajena; la moral del líder de turno: reconociéndose cabrón o proclamándose santo.
En El Falso Principio de Nuestra Educación Stirner dice que nuestros educados no son más que esclavos cuando no tristes amos de esclavos. La idea es romper la dinámica y no consentir convertirnos en eso, ni que otros pretendan serlo de nosotros. Lo contrario es tiranía o servidumbre, “los dos extremos de la degradación social” (Proudhon).
Ampliando el asunto y llevándolo al terreno del individualismo, tengo que ratificarme. La generalidad y la sistematicidad es moneda corriente incluso en los negadores de sistemas, y esto se debe al poco cuidado que se pone al observar los casos particulares. La gente toma el Individualismo como la teoría del cenobita y esto (siendo cierto en reducidos e interesantes casos) es en su mayoría una falacia basada en el prejuicio. La mayoría de Individualistas no renuncian a la colaboración, a los pactos, a la necesidad de entablar relaciones con el “otro”. Su reclamación es básica: que el “todo” no importe más que la partícula que compone ese todo. Así mirado, el Individualismo ha compuesto el esqueleto de lo que se conoce por Anarquismo, y, algún día, supongo, alguien se atreverá a explicarlo y otros tanto a practicarlo. Decir Individualismo no es por tanto una nomenclatura, es una sensibilidad y un retrato existencial; hablemos, si lo preferimos de lo “innombrable”, pero será un eufemismo que definirá lo mismo. Sea como sea evitemos caer en el “tabú” y pronunciemos las palabras con la misma facilidad con la que deberíamos estar dispuestos a desprendernos de ellas.
En general, en base al espíritu de tu mensaje, creo que adoptas la postura del que huye del “número”. Permíteme que me explique. Si un depredador caza, y toma esa porción de carne como propia, se pliega rápidamente ante una jauría cuantiosa que reclame el mismo festín. El guepardo lo hace ante las hienas, y el oso joven ante lobos y chacales. Denominas lo que es Anarquismo en base a como otros lo denominan y viven. Defines el Individualismo en base a como otros lo usan y sienten. Y eso, Criminal, no hace ver la vida a través de otros ojos, respirarla a través de otros pulmones y vivirla a través de otras vidas. Así el rencor que sentimos es tan ajeno como la certeza. No encorajinamos por lo que otros hacen en base a lo que nos dejan decirles, y hacemos esto desde la parcela que nos han reservado, la que nadie quiere, y desde donde podemos alzar la voz “libremente”…., siempre y cuando nadie venga a echarnos también de allí. Eso es política y moral, la política del vencido y la moral del resignado. Que insulte e increpe no importa; deja de importar en cuanto lo hace con un megáfono prestado. Te recomiendo, y recomiendo a todos, que no veamos ni la Anarquía, ni la Individualidad (ni los sentimientos que los defienden: Anarquismo e Individualismo), ni la Vida, tal y como otros nos la muestran; veámosla con nuestras propias lentes y pongamos el grito en el cielo cuando sean otros quienes ahúmen nuestros cristales, cuando sean otros quienes nos silencien y nos digan qué es el Anarquismo, qué es el Individualismo y cómo debemos vivirlos y vivir nuestra Vida. Lo contrario es negarnos a ser lo que queremos ser. Y si esto pasa porque en otro tiempo hicimos lo mismo pero con otros, entonces es tiempo de perdonarnos, y si no, por lo menos, de no repetirlo ni en carne propia ni en carne ajena; ni con el dogma fácil del “anti-” ni con el dogma lesivo del “pro-”. Dejemos de ser sufijos y seamos algo propio.
Para terminar nos separa un trecho de océano, pero ha sido interesante comunicarnos en estos lares. Yo pensaba en comunicarnos a través del Foro, pero no creo que haya mucho más que decir, así que, si no hay nada nuevo, Salud y hasta otro cabezazo.

Lo que Welles venía a explicar con “F for Fake” es justamente lo contrario de lo que rezuma tu mensaje. El academicismo toma por bueno aquello que está firmado por un nombre ilustre aun cuando es falso. La gente aplaude una verdad como infalible tan sólo con que la rubrique una luminaria. Mientras que cualquiera no sólo es capaz de falsificar una obra “original”, sino incluso de mejorarla. La conclusión es básica: la imitación (y no hablamos de las falsificaciones pictóricas o de moneda que quiebran el sistema) nos determina, pero porque los imitadores, siendo mejores que el original, no se atreven a demostrarlo, y se mueven según los caprichos de las modas, el mercado, las mayorías ciegas o las minorías petulantes.
Tu mensaje es un panegírico al mimetismo. Vienes a decir: “¿Qué tiene de malo no pensar por uno mismo, no ser uno mismo, si podemos pensar lo que piensa otro y llegar a ser otro? ¿Para qué pensar de forma independiente si podemos achatarnos ante el pensamiento ajeno? ¿Por qué crear una idea original si podemos aprovecharnos de las ya existentes? ¿Por qué no seguir a un Gurú y suplantarlo? Todo me vale mientras no suene demasiado intelectual”. Se te olvida que también la ramplonería es un artefacto intelectual ¡Cuántas academias se fundan sobre ella!
Según tu razonamiento recordar a Welles (como tú has hecho) sería tan pretencioso como citar a algunos polvorosos compañeros. Confundes no querer atribuirse el merito ajeno, o demostrar, por ejemplo, que los propios individualistas nunca dijeron lo que se les atribuye, con los argumentos ad verecundiam. Pero esa no es más que otra de tus numerosas presunciones.
Acusas a alguien de “intelectual” sin saber si hablas con un autodidacta, con alguien que jamás pisó una escuela o que te escribe con manos agrietadas. Para ti el prejuicio manda, y confundes la independencia cultural del que estigmatizan como analfabeto con la burricie del títere académico; quizás porque no llegas a la exuberancia del primero y aún la simplona nemotecnia mascotil del segundo se te escapa; como no lo sé no presupongo. Pero es revelador tu planteamiento: “este sujeto hilvana dos palabras complejas –te dices-, debe ser por tanto una cobaya universitaria”. Y eso sólo refleja que tú, que quieres destruir escuelas y doctrinas, estás embriagado de escolástico y doctrinal clasismo. Si dices palabras rebuscadas eres carne de cenáculo literario, pero si repites como un papagayo consignas pseudo inflamables (lo cual también puede hacer un estudiante acomodado) y escribes a golpe de pleonasmo, obviedad, cacofonía y eructos varios (lo cual hace todo teólogo del marxismo o buen catedrático universitario) entonces se es de los tuyos, porque lo valido es aplastarse ante el medio y no escribir con aristas.
Tú, que hablas de quemar academias, fundas mientras el sagrado instituto del arribismo, que se basa en defender la desaparición de toda disidencia. Para ti alzar la voz y proclamar que no se piensa como los demás, ni se ve lo que quieren los demás, ni se piensa a través de los demás es un pecado contra lo constituido; no importa que lo constituido sea el malditismo autonomista y caótico o la ortodoxia convencional bien pensante; el dogma siempre es dogma. Para ti es bueno pensar a través del papel pautado que otros dictan (siempre y cuando no se reconoce), balar según el código (no importa que diga “Muera la Inteligencia”, como Millán Astray, o “Mueran los Imbéciles” como un marxista de segunda) y cagarte sólo en los muertos que están habilitados para eso (todo con muchas kas, y mucho grito estentóreo, así se nota menos que somos rebaño).
Para ti, pensar reproduciendo hasta los puntos y las comas lo mismo que los demás es algo notable mientras no se admita (quizás mientras nadie lo note), porque eres un apologista del mimetismo. Para ti es fraude incentivar el Individualismo, porque lo original es lo que la mayoría reserva para la minoría “disconforme”. Así la iconoclasia es maldecir a Dios mientras la religión sigue viva en nuestro corazón (cosa que el sistema sanciona), la Rebeldía decir que el mundo es una mierda mientras sabiamente sabemos no cortarnos con los cristales rotos (cosa que el sistema prefiere), y el trabajo práctico es decir lo mismo que ha dicho otro, y usando la misma herramienta que otro (para el sistema es bueno que nos desfoguemos).
Así, un comentarista le dice a otro (cuando ambos han demostrado lo mismo) que su dialéctica denota falta de trabajo “revolucionario”, mientras que aquél que señala se olvida de que otros diez dedos pueden estar perfectamente apuntándole a él, pues el mismo bagaje ha demostrado el que acusa que el que contesta. No obstante, eres fiel a los juicios de valor porque son cómodos. Semi deduces que las palabras conflictivas son para los inactivos y la jerigonza calcada para los activos, y así, rebozado en clasismo, fortaleces y abrillantas un vetusto prejuicio, que además te viene de perlas, porque considerando que el activo es iletrado puedes renunciar al propio discernimiento.
Un tal Albert Libertad era huérfano, mendigo y vagabundo, nunca se sentó en el banco de una escuela, y escribía unos artículos tan elaborados que te hubieran impulsado a vomitarle “teórico” y “pedante”, y a pedir que se le destruyera, junto a su “teoría”, en plaza pública. Era tan “inactivo” que murió tiempo después de que unos policías le saltaran con los dos pies sobre el pecho, para que dejara de molestarlos con sus dichos artículos. Podríamos hablar de Proudhon el tonelero autodidacta y sus gruesos tomos repletos de elucubraciones que ensombrecían la parafernalia de los profesores y la sapiencia marxiana, pero no es necesario. Jean Genet, chapero, delincuente común y sin-clase, ha firmado algunas de las páginas más logradas del teatro contemporáneo, pero para ti debió de ser un traidor diletante ¡Mira que no escribir como manda el gusto imperante, de forma lineal y carente de toda literariedad! ¡A la hoguera con él!
Eres como un patricio aburrido en el circo romano: pides sangre, mordidas y ataques porque tú sólo ladras y si los demás no se destrozan, entonces, tú, que eres más pacato que ellos, te ves obligado a intervenir para azuzarles. Si no eres capaz de pensar por ti mismo, por lo menos libra tus propias batallas y no le digas a los demás -es sólo una recomendación- donde poner sus encías.
Sí, quema las escuelas, pero no te olvides de echar tu retórica prestada y tus prejuicios también a la pira.
Supongo que esto irá para largo, y la verdad es que me aburre soberanamente, pero como peor que escuchar una sandez es oírla y no hacer nada, supongo que hasta la próxima vez.
P.D: Como no soy amigo de suponer no me imaginaré que algunos tics de tu escritura tengan nada que ver con Criminal (sin conocerlo, no me lo imagino en esos juegos) y aunque me suenen parecidos a los de uno que discutía sobre un adjetivo determinado en otro artículo (tampoco me lo imagino, porque el otro tenía mejor fondo), tendré que creerme que eres un ser “inconexo”; tan mala copia, de unos y otros, sería demasiado penosa… Para el que la hace y para el que la soporta.

Por lo demás, seria interesante poder discutir sin tener que hinchar el pecho como un palomo. Esto de debatir entre insultos, es bastante aburrido. Además denota que esa “autoridad tan odiada” aún no se ha expurgado en nosotros mismos, de lo contrario ¿podemos soportar tan poco la discrepancia ajena como para vomitarle descalificaciones cada vez que abre la boca? Imagináis una asamblea, en un punto del mapa llamado Acracia, donde uno preferiría una carretera asfaltada y otro de tierra ¿hay algo más autoritario que insultar al contrario hasta hacerlo desistir? Insultar es siempre una forma de imponerse, de apabullar al adversario, de tratar de intimidarlo y meterle miedo, y a veces, como decía Cicerón, es, como la fuerza, el último refugio del incompetente.

Si unos no soportan X y otros no toleran Y, que se rehuyan hasta que no aprendan a resolver la ecuación sin dar un puñetazo en la mesa. Yo soy la antitesis del Criminal, puedo hablarle con palabras incisivas, pero ni a él ni a mí nos hace falta insultarnos. Espero que cunda. Y si no es sólo un consejo. Podéis mataros… aunque le recomendaría (sobre todo al más exaltado, el del último comentario) que tratará de evitar que la sangre salpicara a los que tratamos de intercambiar pensamientos y sensibilidades. Es, como he dicho, sólo un consejo bien intencionado.

Salud, tisanas e infusiones varias.

Totalmente deacuerdo con el último. ¡Ya está bien!

Solo dos cosas, la anarquia a la que yo me refiero es la que cotidianamente se da entre los individuos y sus pactos, la unica para mi real.Lo otro es que pese a todo siempre vemos la vida a traves de nuestros ojos, porque somos los que experimentamos, aun en un estado de estandarizacion, es lo que tiene ser un animal.
saludos.,Criminal

El relativismo de Prótagoras y el nihilismo-escepticismo de Gorgias y Pirrón nos decían algo parecido (también el perspectivismo de Ortega), algo que puede resumirse en esta frase de Sartre y que creo que es un buen colofón: “Nadie es como otro. Ni mejor ni peor. Es otro. Y si dos están de acuerdo es un malentendido”.

Salud y hasta la próxima.

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