–Acusado, ¡vuestras manos están llenas de sangre!
–¡Como vuestra toga roja, Señor Presidente!
Emile Henry (ante la Audiencia , 1894).
Hace unos días un hombre –según parece, una entidad biológica cargada de necesidades y deseos– cargó su coche contra la familia real de Holanda. El resultado fueron 8 muertos (incluyendo al propio regicida frustrado) y la dinastía monárquica ilesa.