[Palestina / Israel] Uri Gordon: “No serviría en ningún ejército de ningún país”

// agência de notícias anarquistas-ana //traduccido al castellano para Alasbarricadas.org

El autor de "¡Anarquía Viva!” dice que el desastre económico es una señal de que el capitalismo alcanzó sus límites y explica por qué él no votará o servirá a cualquier ejército. La entrevista a continuación fue realizada por David B. Green, para la Revista israelí Haaretz, a principios de noviembre de 2008.]

Al teléfono Uri Gordon no parece como si estuviese pensando con satisfacción, pero para un anarquista como él, los desarrollos económicos que están sacudiendo la tierra en las últimas seis semanas debe de haberle proporcionado alguna satisfacción. A fin de cuentas, los/as anarquistas actuales están seguros de la relación de los falsos preceptos del sistema moderno capitalista, con su ineludible marcha hacia la gran concentración de la riqueza mundial en manos de unos pocos. La mayoría también ve la necesidad de un cambio radical en las relaciones humanas con el medio ambiente, una comprensión que parece haber sido adoptado por, al menos, mucha gente en Occidente durante los últimos meses, ya que los efectos del colapso del petróleo y el cambio climático se hicieron sensibles.

Gordon, de 32 años, es el autor del libro “¡Anarquía Viva!: Políticas Anti-Autoritarias de la Práctica a la Teoría” (Pluto Press, 183 páginas, 26.95$), un análisis un tanto intelectual del anarquismo contemporáneo. Crecido en Haifa, Gordon recibió su doctorado en teoría política por la Universidad de Oxford en 2005; su tesis sirvió como base para el libro. Pero así como describe en la introducción del libro, él llegó al Reino Unido en otoño del 2000, después de que los movimientos antiglobalización hubiesen comenzado a atraer a decenas de miles de personas a sus manifestaciones, y poco antes de las grandes protestas en Europa contra la inminente invasión de los aliados en Irak. Inmediatamente se encontró saltando de las barricadas a las librerías. Gordon resolvió el conflicto aparente, según él mismo escribe, cuando percibió que “podía fácilmente construir mi activismo como un campo de trabajo, y de hecho ensamblar mi trabajo académico junto a las necesidades de los/as activistas”.

“¡Anarquía Viva!” lidia con la mayoría de las grandes cuestiones que los lectores/as curiosos/as tal vez tengan sobre el movimiento: su conexión con el anarquismo revolucionario violento de comienzos del Siglo XX, y la visión de los anarquistas actuales sobre la violencia; la actitud de los/as anarquistas respecto a la tecnología y las cuestiones ecológicas; y porque tantos de los manifestantes contra los muros de separación israelies de Cisjordania son anarquistas –parte de una discusión general del anarquismo y de la cuestión Israel/Palestina. Gordon describe el concepto integral a los anarquistas de "acción prefigurativa”, en el cual, en términos simplistas, significa que él/ella no están esperando una revolución para comenzar a vivir de acuerdo con sus ideas. Desde otro principio fundamental del movimiento es la necesidad de la descentralización de todos los aspectos de la vida, se entiende entonces perfectamente que muchos/as anarquistas vivan en pequeñas comunidades, e intenten alcanzar un nivel de sostenibilidad. Gordon, por ejemplo, es un residente del Kibbutz Lotan, localizado por encima de la carretera que viene de Ketura, donde enseña política y ética en el Instituto para Estudios Ambientales de Araba. (También ha contribuido con muchos artículos sobre el tema ambiental para la Edición Inglesa de Haaretz). Él habló con nosotros desde allí.

David B. Green: ¿Qué sucedió para que te hicieses anarquista?

Uri Gordon: Yo crecí en una familia izquierdista, aunque mis padres no fueran políticamente activos. Yo hice mi mili en el Galei Tzahal, y hice reportajes de Cisjordania durante 1996 y 1997, cubriendo la transferencias de tropas de las ciudades. Me empecé a interesar por las cuestiones ambientales trás mi libertad, fue cuando dí con un libro, “Nuestra Tierra Enfurruñada”, escrito por Isaac Asimov y Frederick Pohl. Esto me ayudó a entender que ésta sería la cuestión definitiva del próximo siglo. Comencé a estudiar política y economía en la Universidad de Tel-Aviv, buscando cuestiones ambientales dentro de una perspectiva filosófica y económica; también me involucré con grupos como Acción Verde, así como en la lucha contra la Carretera Trans-Israel. Para mí quedó claro que la explotación de la naturaleza por los humanos está íntimamente conectada con la explotación de los humanos por los humanos.

David B. Green: ¿Cómo resumirias los principios básicos de las ideas anarquistas?

Uri Gordon:
Objetamos la centralización del poder, las estructuras jerárquicas en la sociedad y la institución del Estado. Nos oponemos al capitalismo y a las clases sociales, al sistema escolar designado a producir ciudadanos/as y trabajadores/as obedientes, y la mayoría de las formas de religiones organizadas. Creemos en formas horizontales de organización, en la asociación voluntaria y en el apoyo mutuo, y creemos que las decisiones deben ser tomadas en niveles menores o lo más locales posibles.

David B. Green: ¿Esto significa que no votarás en las inminentes elecciones en Israel, o no servirias a ningún ejército hoy?

Uri Gordon: Probablemente no votaré. En principio no quiero dar mi consentimiento para ser gobernado, ni mi aprovación a un sistema por medio del cuál tenemos que escoger quién nos intimida. Las elecciones dan a las personas la ilusión de una participación democrática, pero así como la famosa anarquista judía, Emma Goldman, dijo: si el voto cambiara alguna cosa, lo prohibirían. Y no, no serviría en ningún ejército de ningún país. Si todo el mundo fuera anarquista, no habría ejércitos y no habría guerras.

David B. Green: Parece que estás ignorando las características básicas de la naturaleza humana. Dada la elección, las sociedades –hasta los kibbutz– parecen preferir el capitalismo, desigual como tal vez sea. Y los humanos también parecen ser naturalmente agresivos, ¿no?

Uri Gordon: No estoy de acuerdo. Si preguntas a las personas si ellas quieren recibir órdenes o quieren hacer sus propias cosas, si quieren competir o cooperar –creo que si ellas tuvieran la elección de pensar sobre esto, en vez de que sean adoctrinadas por una sociedad basada en la competición y en la jerarquía, ellas escogerían la cooperación. Los/as Anarquistas siempre dicen que sus formas de organización no son nuevas. La mayoría de las relaciones humanas son naturalmente horizontales y cooperativas. Hay una diferencia entre orden y jerarquía. La anarquía también es una forma de orden, pero basada en el acuerdo, al contrario que la obediencia. Son reglas acordadas en lugar de leyes impuestas que protegen privilegiados.

David B. Green: Pero echa solamente un vistazo a la manera en como las personas se comportan en Israel, conduciendo –y aparcando– como si no existiera ninguna otra persona en la calle.

Uri Gordon: Las personas se comportan de la manera que ellas lo hacen a causa de su cultura y sus expectativas mutuas. No es nada sorprendente que en una cultura que nos educa para competir unos con los otros y además a mandar u obedecer, encontrar personas intentando abrirse camino y hacer lo máximo que puden en su propio beneficio. El anarquismo también hace un llamamiento para una revolución en la conciencia y en la cultura, una que permita dar rienda suelta a los instintos sociales humanos, el apoyo mutuo.

David B. Green: Todo eso suena muy bien, pero ¿qué sucedería si todo el mundo realmente fuera anarquista? Tendríamos instituciones como hospitales, universidades, o incluso aerolíneas?

Uri Gordon: Las economías centralizadas no son las únicas formas de organizar la producción y el servicio. En un sistema anarquista, cualquier forma de actividad productiva sería poseída y conducida directamente por los/as trabajadores/as, en vez de por los patrones privados y del Estado. La producción sería en base a la necesidad, no para el lucro. Los esfuerzos de los/as diversos/as trabajadores/as se coordinarían entre sí para la ejecución de cualquier tarea de gran envergadura. La idea básica es esa, si tu dejas que las personas actúen por cuenta propia, ellas se organizarán muy bien, y aquellas formas de organización de arriba hacia abajo, centralizadas, son oportunas para mantener  los sistemas de privilegio y dominación. Mira a Cataluña, durante los estadios más fuertes de la Revolución Española, en 1936. Había un sistema anarquista bien formado. Los/as campesinos/as tenían la posesión de las tierras, trabajadores/as de los tranvías administraban los tranvías, y todo funcionaba –y esto fue en medio de una guerra civil. Los kibbutz originales también eran anárquicos, aunque ellos no se llamen a sí mismos así. En Degania, los/as fundadores/as dicen, estamos intentando crear una sociedad sin explotados/as y explotadores/as. Queremos democracia directa, cada uno de acuerdo con su habilidad, cada uno según sus necesidades.

David B. Green: Dices que hoy no servirías a ningún ejército. Pero, ¿y si todo israelí dijera eso? –seguramente no negarías que Israel tiene importantes preocupaciones en defensa.

manifestación palestina con banderas anarquistasUri Gordon: Pienso que la ocupación crea el terrorismo, y no viceversa. Si todos los israelíes tuvieran la conciencia política de rechazar la mili, nosotros ya habríamos llegado a una situación revolucionaria. Esto significaría que todos ellos ya habrían liberado sus miedos continuos y artificiales, y se habrian levantado contra sus explotadores. En general, aunque, cuando las personas discutende  política, ellas se colocan en el lugar del político e imaginan lo que harían. Pero personas, como tu y yo, no están siendo preguntadas para ver lo que pensamos que el Estado debería hacer. Cualquier acuerdo que las élites políticas acaben suscribiendo no será el fin del conflicto. Es decir solamente el comienzo del proceso de paz. Lo que importa en esta práctica es construir lazos de solidaridad binacional y cooperación, para tener movimientos populares que busquen mostrar y manifestar con sus propias vidas y actos que otro Oriente Medio es posible. Tu no tienes que ser anarquista para estar de acuerdo con que es a través de las relaciones diarias que la paz es alcanzada. Entonces cuando mis amigos/as y yo vamos a las poblaciones de los/as palestinos/as en los cuáles las tierras están siendo confiscadas para la construcción del muro de segregación, estamos mostrando con nuestros propios cuerpos que alguna cosa es más fuerte que la perpetua amenaza que está siendo proyectada por partidos de todo tipo del espectro político. Mostramos que tenemos valores que trascienden todas las formas de separación.

David B. Green: ¿Ves el desastre económico como una justificación de tus ideas?

Uri Gordon: Pienso que la actual crisis financiera global es definitivamente un fuerte indicativo de que el capitalismo está alcanzando sus límites, y estoy convencido de que los diversos esfuerzos de comprar “tiempo”, en este sentido, no irán a cortarlo. Por un lado, estamos alcanzando los límites del planeta finito que vivimos –de los recursos que podemos extraer, y de la contamincación que podemos emitir– y por otro, un sistema capitalista basado en especulaciones sobre débitos futuros ya no está funcionando. El camino para encontrar la salida no está en los gobiernos socorriendo a los bancos, pero sí en las personas comenzando a crear estructuras populares que son autosuficientes, y que les permitirán deshacerse de ambos, capitalismo y Estado.

David B. Green: Estamos conversando poco antes de las elecciones en Estados Unidos, pero me parece que, probablemente, no te importa quien va a ganar.

Uri Gordon: La verdad, quiero que gane Obama, porque espero que, en el momento en que él rompa el corazón de todo el mundo, las personas se despertarán frente a el hecho de que no importa si es un títere azul o rojo el que está en manos capitalistas. Al mismo tiempo, a corto plazo, tuvimos ocho años de una administración ultraderechista en Washington, que ha arrastrado al mundo entero a una posición muy mala, y un pequeño alivio en este sentido marcará una diferencia en las vidas de muchos americanos, y muchos iraquíes, esperanzadora, y palestinos e israelíes.

Tradução > Marcelo Yokoi

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