Dominación y empoderamiento libertario, y el nacimiento de los adoministas

Hay palabras circulando por el aire, que cuestionan otras a las que algunos anarquistas estábamos habituados. Hoy vamos a hablar de dominación, y de empoderamiento. No os asustéis. 

 

Antiguamente un anarquista era (por definición dogmática), una persona contraria a la jerarquía, a la autoridad, al gobierno. Muchos anarquistas lo resumían en la fórmula: "contra todo poder y autoridad", entendiendo que el Poder se sustentaba en la violencia y la coacción, y la Autoridad bebía de la fuente del Poder. Ningún anarquista estaba en contra, como he dicho repetidas veces, en contra de poder ir al retrete, o de tener mucha autoridad bailando el charlestón. Nada en contra de danzar con destreza o de defecar. Al contrario.

 

Pero a lo largo del siglo XX, diversos filósofos y profesores que se dedican a pensar, pensaron que el poder era algo que estaba en todas partes. El poder no era solo la reina y el rey, sino que el que la comunidad de vecinos pudiese contratar a una cuadrilla de paraguayos para arreglar la terraza, era también poder. Así que anunciaron muy contentos que el poder existe y existirá siempre, que posee un sentido positivo y no coactivo, y que la historia de la humanidad no es más que una infinita sucesión de personas que ejercen el poder. Pero claro, entonces se creaba el problema de buscar una palabra que explicase los sucesos negativos que acarreaba el poder: fusilamientos, embargos, violaciones, esas cosas. Y a esa parte, la llamaron dominación.

 

¿Qué sería la dominación? Pues muy sencillo. Si el poder está en todas partes, y aparece en cuanto alguien hace algo (como beberse una litrona), y se hace patente en cualquier tipo de relación interpersonal (como ir al cine), y si es imposible eliminarlo, porque el poder no es más que la capacidad que tiene la gente de obrar, hacer, actuar… La dominación aparece cuando un grupo de personas, o una persona, se apropia por diversas artimañas de ese poder. Y lo acumula. Y te jode. Dominar sería privar de poder a los demás. Una vez privados de poder, los dominados siguen teniendo fuerza individual y colectiva, pero esa fuerza es empleada en favor del dominador, trabajando para él, sirviendo en la mili, lavando calzones al marido y cosas así. Claro, ahora estaríamos en una situación de dominación, y nosotros seríamos los dominados.

 

¿Y qué sería empoderar? Pues el empoderamiento sería el proceso mediante el cual se le quita el poder acumulado al dominante, y se transfiere a los que no lo tienen. ¿Cómo? Mediante la lucha social los dominados darían la batalla al dominante, se empoderarían, y le quitarían el poder acumulado a ese elemento cabronario, repartiéndolo a continuación entre la multitud. Tan sencillo como eso. No hay que confundir empoderao con emparedao. Que es encerrar a alguien tras un muro, para ver si al cabo de un tiempo sigue vivo o muerto.

 

¿Tiene importancia todo esto? Pues es de una importancia relativa muy importante, porque si todos los anarquistas aceptasen que eso es así, inmediatamente habría que certificar la desaparición del anarquismo, que significa sin-poder, sin-autoridad o algo parecido. No podemos estar en contra del poder, porque es algo muy bueno… Pero ¡tranquilidad! que el Acratosaurio-que-todo-lo-sabe ha elaborado una solución. Si los anarquistas no estamos ya en contra de todo poder y autoridad, podremos decir de manera dogmática y absoluta… ¡Que estamos en contra de toda Dominación! Qué golpe mortal para todos los autoritarios que quieren empoderar al pueblo, por el procedimiento de llegar al gobierno y legislar. Porque los gobernantes de izquierdas tendrán que afirmar que si bien están a favor del poder, están de manera absoluta en contra de toda dominación. Qué palo. Que se jodan.

 

Nosotros en cambio, podremos cambiarnos la etiqueta en un Congreso Mundial. Pasaremos en él de ser anarquistas a ser adominos u adoministas. Ya que existen la acracia y la anarquía, distintas maneras de conservar el mismo producto, procuremos conservar un par de sinónimos. Por lo tanto no hablaremos de la Bella Acracia, si no de la Bella Adomina. Y del adominosindicalismo. Y así, cuando nos fusilen u apaleen u multen por las ideas, en lugar de gritar: "¡Viva la anarquía!!, resoplaremos un vigoroso: "¡Viva la adomina hijos de puta!". Queda raro pero seguro que podemos acostumbrarnos. Lo que es de uno es de todos, lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno.

Comentarios

Imagen de Octavio Alberola

Sí, Acrato, esa es la solución para que los anarquistas podamos ejercer nuestro "poder" (puesto que ya no es un sacrilegio ejercerlo) para cambiar la etiqueta de nuestros pantalones... Pero duro se lo pones a los que llevan tiempo intentando convencernos de que debíamos cambiar esa etiqueta por la de "Poder Popular" para que nuestros pantalones dejaran de oler al purismo y al dogmatismo.

Digo duro se lo pones... porque ya no le podrán pedir a Chávez (¡qué idea morirse en la cama y no en una trinchera antiimperialista) un discurso declarando que está "de manera absoluta en contra de la dominación" y a los Castro aún menos, puesto que (aunque los dos siguen vivos: biológicamente e intelectualmente) ya están empoderando al pueblo con los usos y abusos del capitalismo con ese proceso que conduce al "perfeccionamiento" del socialismo...

¡Viva pues la adomina, el adominismo y el adominosindicalismo hijos del poder de todos y de nadie!

Así pues, para terminar: un abrazo adominador !!!!!

 

Imagen de Acratosaurio rex

¡Viva la adomina, el adominismo, y desmandarísmo revolucionario! Por el poder de la palabra, yo os conmino: ¡rendíos rediós! ¡Por el poder de uno y de varios!

De igual forma podremos organizarnos contra el Dominio de forma dominante. Eso nos pasa por mezclar mayúsculas con minúsculas. Me cagüenn...

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