[Colombia] Crónica de la marcha a Bogota
Resistencia Indígena y Popular en Colombia:
Caminando la palabra hasta Bogotá
¿Que es la Minga?
El lunes 10 de Noviembre miles de personas salían caminando de la ciudad colombiana de Cali, eran la Minga de Resistencia Social y Comunitaría. Desde el pasado 12 de Octubre, aniversario del comienzo del genocidio y expolio de los pueblos originarios de América, la Minga ha ido creciendo con todo su proceso. Nació de la región del Cauca, donde los indígenas nasa, guambianos y coconucos son conocidos por su fuerte organización, su pelea constante por no dejarse pisotear en un país donde se amenaza, se asesina y se vulneran los derechos humanos de todo aquel que se atreva a alzar la voz.
Nació de los indígenas del Cauca, pero fue creciendo. A la Minga, que para ellos significa trabajo colectivo y en este caso una lucha colectiva, se le unieron otros sectores sociales del país. Quizás los primeros en hacerse notar y el lazo mas fuerte fue con los corteros de caña, que duraron cerca de dos meses en huelga denunciando sus condiciones de esclavitud. Campesinos, trabajadores de la educación, universidades, sindicatos, etc. Han querido también sumarse a esta minga, porque como ellos dicen, ya no se trata de solidaridad, sino de formar parte. Los cinco puntos de la agenda de la Minga continúan vigentes tras el encuentro con Uribe el pasado 2 de Noviembre en el resguardo de la María. Esa ocasión fue aprovechada por el movimiento indígena y campesino para poder decirle las cosas a la cara al presidente de la República, pero sobretodo para amplificar su voz a todo el país y traspasar fronteras.
Ahora la Minga continua, y miles de indígenas viajan por Colombia hasta Bogotá, donde esperan tener un nuevo encuentro con el presidente, pero sobretodo crear una red de resistencia por el camino. Tejer una minga que vaya creando poco a poco esa Colombia con la que se sueña.
Estos son los 5 puntos que centran las principales reivindicaciones de la Minga:
1. VIOLACION AL DERECHO A LA VIDA Y LOS DERECHOS HUMANOS.
2. AGRESION Y OCUPACIÓN TERRITORIAL.
3. ADOPTAR LA DECLARACIÓN DE LA ONU SOBRE PUEBLOS INDÍGENAS
4. LEGISLACIÓN DEL DESPOJO QUE COLOCA EN RIESGO LA PERVIVENCIA DE LOS PUEBLOS.
5. ACUERDOS INCUMPLIDOS CON ORGANIZACIONES Y MOVILIZACIONES SOCIALES
http://www.onic.org.co/
Caminando la palabra
Cuando el lunes partieron los primeros indígenas y sectores populares de la Universidad del Valle en Cali, todavía faltaba mucha gente por llegar. Ha pasado un mes desde el inicio de la Minga, esto ha supuesto un gasto muy grande de recursos, de abandonar trabajos y cultivos, y la escasez de presupuesto preocupaba en sobremanera. Pero milagrosamente, con el apoyo mutuo de todos, aparece dinero para la gasolina de las chivas, los camioneros se solidarizan y prestan camiones, las comunidades traen gran parte de sus cultivos para alimentar a los compañeros caminantes, sindicatos y universidades consiguen infraestructura donde plantar cada noche los "cambuches" y las tiendas de campaña,...
El primer día la Minga descanso en Palmira, ahí me uní con otros compañeros. Estaban como en un descampado vallado cercano al estadio que debía utilizarse normalmente como parking. La guardia indígena estaba en la puerta, ya era de noche, así que plantamos las tiendas, y buscamos a la comunidad de la gente con la que estaba. Cada comunidad se organiza para cocinar y coordinarse, pero nunca se le niega un plato a nadie. Tras la cena empezaba a sonar la música, era un coche con las puertas abiertas, pero el ambiente era de fiesta mayor. La gente pelea y camina de día, y de noche bailan. Así se mantiene siempre el espíritu fuerte y alegre.
Por la mañana la gente madruga, empieza a cocinar el desayuno. Suele ser arroz con algo o tortas (arepas) de harina de maíz. Se monta todo el equipaje en chivas y camiones. Las chivas son buses de colores tradicionales del país en los que el maletero es todo el techo. Hace un tiempo quisieron retirarlas de la circulación, pero finalmente se conservaron como patrimonio cultural.¿Donde sino iban a cargar gallinas y la cosecha los indígenas?
Marchamos por la ciudad de Palmira, dicen que somos unos 3mil, imposible calcularlo con exactitud, pero sé que vamos a ser muchos más. La gente sale a las puertas y los balcones de la casa a saludar y aplaudir. Se gritan consignas como "Queremos chicha, queremos maíz, multinacionales fuera del país!" , vivas al movimiento y la guardia indígena o se recuerda a lideres asesinados como el sacerdote Álvaro Ulque o la cacica Gaitana con un "presente, presente". Andamos durante unas horas hasta la salida de la ciudad dónde se encuentra el Ingenio Manuelita, donde nos esperan los corteros de caña.
La historia de los corteros ha sido triste porque después de tanto tiempo en huelga la negociación ha sido pésima. Gente que en teoría es solidaria con ellos han cogido su voz y han echado a perder tantos días de resistencia. El ingenio Manuelita ha sido uno de los focos mas fuertes y recibieron a la marcha con gente tocando y mucha alegría. Se notaba un vinculo, una mutua admiración entre los indígenas y los corteros. Se gritaron consigas juntos y los corteros nos daban un buen apretón de manos a todos. "Bienvenidos compañeros" decían. Y una se sentía extraña allí, contenta pero a la vez sintiendo que toda esa gratificación no correspondía a alguien extranjero. Pero tanto el movimiento indígena como los corteros agradecen mucho cualquier tipo de apoyo y acogen con calor a la gente que acude a aprender de su lucha como uno mas.
La música siguió y la comunidad de Toez-Caloto traía guarapo o chicha de caña para amenizar el encuentro. La Chicha es maiz o caña fermentada, una bebida ancestral que los mismos indígenas producen y que esta mucho mas rica que la cerveza envasada de las multinacionales. Mientras las primeras chivas salían cargadísimas de gente tanto en la parte de abajo como en el techo, los demás esperábamos a que llegara mas transporte para viajar hasta Armenia. Estábamos al lado de la carretera, rodeados de cultivos de caña de azúcar, pero bailando al ritmo de los corteros que tocaban alegres sin cansarse.
Los viajes en chivas son especiales. En los techos de estos autobuses que deben tener decenas de años, una viaja al lado de los sacos de patatas y los plátanos y con un montón mas de gente. Son también momentos de encuentro, ocasiones para conocer a otras comunidades o que te enseñen alguna canción. Cuando la gente ve pasar las caravanas de chivas, sonríe y muchos saludan y nos silban. Desde arriba se les responde, se alzan los bastones de mando y las banderas y pañoletas del CRIC bailan con el viento.
Armenia y el volcán Machin
En Armenia nos instalamos en los alrededores de un polideportivo. Hay una manguera para ducharse y todos los indígenas hacen cola. Cuando regreso de la ducha hay un circulo de gente que cada vez aumenta mas. Un tipo esta hablando y los demás escuchan con atención y le preguntan. Es un blanquito con gafas y cuenta la amenaza del volcán Machin que mantiene en vilo a todo el país. La atención mediática esta completamente centrada en eso, ya hay gente desplazada de la zona porque el río marcha con azufre y hay temblores suaves. Empieza a intervenir mas la gente. Algún indígena dice que no se puede ver a la naturaleza como a un enemigo y que el Machin se esta quejando. Entonces me enteró del origen de toda la discusión.
La siguiente ciudad por la que pasamos fue Ibagué, capital del departamento del Tolima. Y Uribe declaró públicamente que la Minga no iba a pasar por allí porque en esa ciudad se encontraban los desplazados de la zona de riesgo. Que era ponerlos en peligro a ellos y a la propia Minga. La gente empieza a hablar entre ella y otros van a buscar a consejeros y cabildos que representan a sus comunidades para hacer una asamblea sobre ese tema y otros que quedaban por atar.
Principalmente a la conclusión que se llega es que es absurdo que no se nos deje pasar por razones de seguridad cuando nos invitan a cambiar el recorrido por la variante de la ciudad, y sobretodo que Uribe no tiene ninguna legitimidad para ellos de decirles por dónde pueden o no pasar. Se comenta que hay que ir para solidarizarse también con esas victimas de ese desplazamiento forzado y ayudarles a exigir una reubicación. Las asambleas son dinámicas y la gente participa activamente pero respeta mucho la palabra de los demás. Sorprende como al principio la medio modera uno de los líderes mas carismáticos, Feliciano Valencia, pero acto seguido sigue coordinándolas otro hombre por igual. En las comunidades indígenas del Cauca se educa para ser dirigente, como cantaba alguna de sus canciones que escuche en las chivas. Pero se educa a todos, hombres y mujeres, lo que hace que cualquiera pueda asumir la responsabilidad, y que todos aunque no tengan en ese momento cargo tienen algo que decir.
Se decide que se va a ir a Ibagué y que vamos a entrar a la ciudad. La gente esta animada. La asamblea sigue resolviendo problemas de logística y sugerencias. Por la noche vuelve a haber baile. Al día siguiente salimos pronto y marchamos hasta el centro de Armenia donde se celebra un acto donde también están invitados otros sectores como sindicatos de profesores o una asociación de vendedores ambulantes. Al terminar empieza a llover y la gente apresura el paso. Las chivas están repletas y todo el mundo busca un hueco. Me subo al techo de una, encima de las papas y al arrancar la gente corre a poner el toldo. Algunos ya tienen camisetas y zapatos mojados y justamente ese día tenemos que subir el alto de "la linea", un tramo de carretera que sube hasta una montaña 3.200 metros. Sobre el nivel del mar.
Debajo del toldo de la chiva se nota menos el frió y se oye el chapoteo de la lluvia. El viaje hasta Ibagué es largo, pero los paisajes increíbles. Muchos de los indígenas que viajan conmigo tampoco han pasado nunca por allí. Saludamos a los campesinos de las lomas que se ven a lo lejos pequeños pequeños, y a la gente que vive a orillas de la carretera. Durante el viaje se revienta una llanta de la chiva en la que voy, el día anterior le ocurrió a la de la comunidad de Munchique.
Bienvenidos a Ibagué
La llegada a Ibagué es sobre las 15 o las 16 horas, pero la marcha no caminaría hasta por lo menos una hora mas tarde. Para sorpresa de todos la policía esta al principio de la marcha repartiendo agua. Me parece extraño y me acerco más. Leo una pancarta "Bienvenidos a Ibagué. Aquí se respetan todas las formas de pensamiento. Porque Ibagué...es primero. - Policía Nacional-". Me sorprendo todavía mas cuando la marcha empieza a organizarse y dos policías imberbes se colocan antes de la marcha mirando hacia nosotros.
Rápidamente se decide ir a retirar la pancarta y se le dice al representante de la alcaldía que es una falta de respeto y que no respeta su autonomía. Se enciende una discusión que los indígenas al verla estéril deciden abandonar dejando al tipo solo intentando defenderse. A continuación de esta pancarta nos esperaba un cordón policial para impedirnos pasar a la ciudad. Pero parece que no conozcan al movimiento indígena. Sin darle muchas vueltas al tema la gente llamo a abalanzarse sobre la policía y rompimos el cordón. Tras este había otro que partió la marcha en dos. La policía ya se exaltó y golpeo y empujo a la gente sin reparos, incluso un policía a caballo tiró a una mujer y casi la pisotean bajo el animal.
Me gustó la actitud de la gente, que son pacíficos pero tampoco dejan que les lluevan los palos, saben responder, lo han hecho durante demasiado tiempo. Tras la policía a caballos que un grupo conseguimos franquear nos espera la ESMAD, la policía antidisturbios colombiana. Eran entre 150 y 200 hombres con una tanqueta de gases detrás. Imponen, pues van totalmente protegidos y una ya sabe por los antecedentes que son capaces de todo. Pero los indígenas estaban dispuestos a pasar. En el último momento se acordó que nos dieran permiso, justamente por ese miedo a una batalla campal en la ciudad que no beneficiaba a nadie. La gente no quiere mas heridos.
Uribe y los seguidores de la política de "seguridad democrática" siempre dicen que las vías de hecho no funcionan, pero sólo con presión es como se escucha los reclamos de aquellos que sólo son pueblo. Los vecinos de Ibagué si nos recibieron calurosamente y por todo el camino hubo muestras de solidaridad. Terminamos la marcha en una plaza importante de la ciudad donde hablaron lideres indigenaza del Tolima (la región donde nos encontrábamos), campesinos de la Red por la Vida y la Dignidad, y algunos dirigentes sindicales. Se denunció con especial énfasis la "seguridad democrática" y la agresión ocurrida.
"Se vive, se siente, la minga esta presente"
Es cierto que la Minga se hace fuerte con toda la gente que se une, que en Ibagué fue mucha. Pero llama la atención la diferencia entre el discurso de los sindicalistas y el de los indígenas, aunque sólo sea por como se dice, por como se siente. Cuando andábamos por las calles de la ciudad y Aída Quilque, actual consejera mayor del CRIC, hablaba por un megáfono, atraía la atención de la gente de las calles. Hablaba desde lo vivido y lo sentido, y se podía ver a gente asintiendo y mirándola con respeto y empatía. Transmiten esa fuerza y entereza, cuando hablan de agresiones a la madre naturaleza las sienten como heridas propias, cuando denuncian los heridos y muertos recogen sus energía para continuar adelante, cuando gritan que se respete su autonomía lo muestran como una necesidad vital, tan necesario como el aire que se respira para poder SER. Y eso impresiona a la gente de las calles de Ibagué y de cualquier parte...
La Marcha continua y se espera llegar a Bogotá la semana próxima. Cada día se unen mas comunidades y en la capital colombiana se espera un gran recibimiento. Sólo queda un miedo ante tanta fuerza: que nadie se apodere de ella, que nadie les quite la voz. Pero son un pueblo fuerte y tienen mas de quinientos años de experiencia.
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