Crónica manifestación 8-F en Madrid por las 6 de la Suiza. No están solas

CNT Comarcal Sur

“Todas las plazas, por pequeñas que sean; todos los colectivos, por pequeños que nos parezcan; todos los esfuerzos dedicados a poner en valor que las compañeras que luchan nos tienen detrás. No van a quedarse solas, no nos vamos a quedar solas. Vamos a seguir peleando: que no nos paren”. Estas fueron las palabras que cerraron el manifiesto leído en la convocatoria de emergencia impulsada por CNT Comarcal Sur y CNT Madrid tras conocer la desestimación del recurso de las 6 de La Suiza por parte del Tribunal Constitucional el pasado viernes 29 de noviembre. Así, se daba, a partes iguales, una respuesta clara tanto para quienes desestimaban un recurso y legitimaban el aparataje judicial del Estado español, como para todas las compañeras implicadas en la lucha: no solo las seis condenadas, sino todas las que han desbordado la solidaridad desde el primer momento en este camino, creciendo y reforzándose a cada golpe recibido.

Se daba entonces también el pistoletazo de salida con la mirada puesta en el 8 de febrero, la fecha escogida por la Plataforma Madrid por las 6 de La Suiza para tomar las calles de la capital en solidaridad con las compañeras. Este sábado de febrero que acabamos de vivir no ha sido una fecha con la que mantenerse a la espera, no ha sido la culminación de un período de recogimiento tras conocer el varapalo del Constitucional. Al contrario: haciendo valer lo dicho ante el alto tribunal, el camino hasta el 8 de febrero ha sido el de una hoja de ruta donde se ha estado en cada plaza, con cada colectivo, agitando los muros y las calles, rebosando cualquier expectativa de apoyo mutuo con un crowdfunding en favor de quienes ahora podrían encontrarse más desamparadas y, sin embargo, han estado más acogidas; y extendiendo la palabra de que, en este país, se tolera y se alienta la represión sindical contra quienes se levantan y ejercen el sindicalismo combativo que define y ha definido siempre a CNT.

Así pues, este pasado 8 de febrero ha supuesto un hito más en este camino de solidaridad de clase que venimos años recorriendo y, ni mucho menos, ha tocado ahora a su fin. Dándose cita en Madrid, en un mediodía soleado con cielos abiertos que quisieron acompañar el grito de amor y acción directa por las compañeras de Xixón, los sindicatos de CNT de la Comunidad de Madrid y de distintos puntos del Estado se vieron también acompañados por multitud de organizaciones de clase, partidos y sindicatos de base, revolucionarios y combativos, así como cientos de personas que, unidas en un solo bloque, dieron voz a una consigna que no pierde brillo, sino que cobra cada vez más fuerza con cada grito al unísono y que atronó desde Atocha hasta Jacinto Benavente: “Hacer sindicalismo no es delito”.

Algo más de dos millares de militantes y personas solidarias agitaron la capital del Estado, donde tan sangrantemente se hacen patentes la infinidad de heridas de un capital que, este día, fue confrontado con la respuesta ante la persecución y la represión sindical. Entre multitud de proclamas, donde no se dejó de reclamar la libertad para las 6 de La Suiza como de repetir que nunca van a estar solas, se alcanzó otra plaza de las tantas recorridas desde que dio comienzo este conflicto; otra de tantas, ya fuese grande o pequeña, donde se hizo trinchera y se ha presentado batalla en solidaridad con las compañeras para concluir, de nuevo, con otro manifiesto que no es un fin, sino un comienzo más en este camino recorrido.

Con el agradecimiento de un abrazo colectivo que estaba culminando, arrancó la lectura de un mensaje que deja claro la coyuntura en la que nos encontramos quienes nos movilizamos en solidaridad, no solo con las compañeras de Xixón, sino en respuesta a casos como el de los 6 de Zaragoza o las represaliadas por Rodea el Congreso, a lo largo y ancho del país: una coyuntura de “precariedad que aumenta el rearme del Estado”. Este es un momento de conflicto, un momento en el que una lucha que nunca ha desaparecido vuelve a la superficie reventando todas las costuras, un momento de persecución de “quien protesta, de quien se solidariza, quien sufre violencia en el puesto de trabajo y se organiza contra ella”; persecución de “quien sale a la calle a defender la vida contra la explotación y la miseria”: una persecución, a fin de cuentas, contra “una clase, la vuestra y la mía; la clase trabajadora”. Y, en este momento, se lanzó una advertencia, de nuevo, a partes iguales, contra quienes persiguen, dejándoles claro que su violencia no va a quedar impune, y para las perseguidas, tocando a rebato a la clase trabajadora: si las 6 de La Suiza entran en prisión, tomaremos las calles de nuevo; porque no van a quedarse solas, no nos vamos a quedar solas. 

Enlaces relacionados / Fuente: 
https://comarcalsur.cnt.es/cronica-manifestacion-8-f-en-madrid-por-las-6-de-la-suiza-no-estan-solas/
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