¿Qué está pasando en Cataluña? Revueltas populares y lucha de clases

Gritos desde la pecera

En la era de la información, la propaganda y las mentiras son lo más habitual. Internet, que puede parecer horizontal, no lo es en absoluto. Las grandes corporaciones, con conocimientos y dinero, son capaces de hacer aparecer en tu pantalla lo que quieran. Otras páginas con contenido relevante, como alasbarricadas.org, sufren la censura en plataformas tan poderosas como feisbuk.

No estando en un lugar ni teniendo contactos directos con esa realidad puede ser muy difícil encontrar información fidedigna. Sin conocer el entorno, la historia, las personas implicadas; es muy difícil entender. Si además a eso le sumamos la repetición constante de falacias y escasas herramientas metodológicas y conceptuales, encontramos caldo de cultivo para los fascistas y sus explicaciones simplistas. El objetivo de estos párrafos es refutar, al menos, dos de sus ideas principales.

Ciertamente consideramos que sobre los sucesos de lo que suelen llamar «independentismo» hay algunos mitos que es necesario desenmascarar. El primero es ese, el de reducirlo a «separatismo». Lo que está en juego es la República (en el sentido francés o de 1931 en la península ibérica, no en el sentido estadounidense). Varios de los líderes o voceros, pertenecientes a Esquerra Republicana de Catalunya, lo han expresado de forma clara, el propio nombre del partido también lo hace. Es antes un proceso republicano, anti monárquico y antifascista, que un tema de nacionalismo estúpido e irracional, como lo tratan de vender los grandes medios de comunicación. Comités de Defensa de la República. La bandera de la II República con el lazo amarillo en la manifestación madrileña en apoyo a la sentencia judicial. Las señales son claras.

Las cosas nunca son blancas ni negras y en las minorías (en relación al poder, no necesariamente porque sea un número pequeño de personas) hay muchísimas diferencias. Los grupos a favor de poder decidir la forma de gobierno son heterogéneos y la referencia más cercana son los grupos que lucharon contra el fascismo en los años 30 del siglo pasado.

Que el conflicto no deba reducirse al tema de la separación no niega que se está cuestionando que el centro del poder político sea Madrid, faltaría más. La descolonización (también) es necesaria en Europa.

La segunda falacia que vamos a explicar es sobre la causa de la violencia. Comúnmente escuchamos que es provocada por extremistas radicales o policías (infiltrados). Esa visión nos oculta la parte más importante de la violencia.

Johan Galtung ha dedicado muchos años de su vida a investigar los conflictos sociales, la violencia y la paz. Ha llegado a algunas conclusiones muy interesantes y útiles. Hay dos conceptos esenciales: el triángulo de la violencia y la diferencia entre paz positiva y paz negativa.

El triángulo de la violencia es como un iceberg, en la parte superior está la violencia directa, esa que es visible y de la que todo el mundo habla. Las bases de ese iceberg, que resultan imprescindibles para lograr la paz positiva, son la violencia estructural, las estructuras que impiden a cubrir sus necesidades a una parte de la población; y la violencia cultural, el marco ideológico que legitima esa violencia, justo donde tratamos de incidir con estas líneas, en las actitudes. Aunque somos conscientes de que la violencia más importante, más fuerte, es la violencia estructural. Ahí es donde más necesitamos acción, y para eso hace falta poder.

Dicho de otro modo, la violencia directa forma parte de conflictos en los que parte de la población es violentada, carece de los derechos básicos como alimentación, vivienda, libertad; además, sufre la actitud de la otra parte de la población. En particular, es el precariado excluido de la fiesta de la opulencia quien sufre constantemente violencia estructural y cultural y, en muchísimas ocasiones, directa. Muy pocas veces, y con un gran riesgo (cárcel, palizas, multas…) ejerce violencia directa contra representantes de las instituciones que lo oprimen y explotan. Ese precariado sufre más violencia cuando es mujer, cuando es inmigrante, cuando proviene de familias con menos recursos, o cuando tiene una orientación sexual disidente.

Las cantidades de dinero que se llevan los sicarios del capital, sus verdugos, sus representantes y quienes les hacen los trapos sucios, es violencia estructural. El desempleo, la explotación, la monarquía y las propiedades de la Iglesia católica, también. La DESIGUALDAD social es violencia estructural. Las actitudes homófobas, xenófobas, machistas, fascistas y racistas, son violencia cultural.

La dictadura franquista impuso una paz negativa, que no se caracteriza por la ausencia de conflicto, sino por el ocultamiento de la violencia directa (reprimida al máximo, excepto la usada por el régimen claro). Para lograr una paz positiva, la verdadera ausencia de violencia que todas deseamos, es necesario acabar con la violencia estructural y cultural. Por eso las revueltas populares y los disturbios son lucha de clases, porque las oprimidas resistimos y pedimos, a gritos, justicia.

Especial: 
Hacia la Huelga General
Enlaces relacionados / Fuente: 
http://gritosdesdelapecera.com/2019/10/19/que-esta-pasando-en-cataluna-revueltas-populares-y-lucha-de-clases/
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