Una crítica anarquista del horizontalismo

Andrew Flood - Traducido del catalán por Embat

"Horizontalismo" es un término emergente utilizado para describir las características claves comunes de las oleadas de rebelión de la última década. "Occupy", en 2011, ha sido la cumbre hasta la fecha, pero el término, por sí mismo, parece originarse con la rebelión en Argentina después de la crisis bancaria de 2001. Marina Sitra en su libro sobre aquella revuelta utiliza el término (en castellano, obviamente) para describir el barrio, lugar de trabajo y las asambleas de parados que surgieron para formar "los movimientos sociales que clamaban por la autogestión, la autonomía y la democracia directa".

El horizontalismo es más una práctica que una teoría, lo que quiere decir que allí donde aparece escrito, se lo describe en la práctica más que teorizarlo como ideal. Es lo más sencillo para seguir el hilo conductor en el contexto de los movimientos de base asamblearia desde la crisis argentina y especialmente, respecto a la ola originada en el norte de África y el sur de Europa desde 2010, hasta desembocar en una cosa global en 2011 con "Occupy".

Lo que todos estos movimientos tenían en común no era una base teórica subyacente, sino toda una serie de prácticas comunes desarrolladas y, hasta cierto punto, también, una determinada visión del mundo compartida. Aunque utilizo formas verbales del pasado, todos estos movimientos siguen vivos de una u otra manera (con el Gezi Park este verano como nuevo florecimiento de ese mismo horizontalismo a pesar de la no existencia de una asamblea general - con un tema unitario). Pero precisamente porque no se trata de organizaciones formales ni de grandes temas teóricos clásicos del momento, los grupos pequeños continúan organizándose y juntándose espontáneamente bajo sus pancartas y eso es, al mismo tiempo, su grandeza y su miseria.

El punto clave del horizontalismo

Al escribir para "Occupy", Strin hace una lista de características que podrían aplicarse en general a todos los movimientos de tipo horitzontalista:

  • "Abrir espacios a la gente para expresar sus preocupaciones y deseos y hacerlo de manera directamente democrática."
  • "La gente no se siente representada por gobiernos que dicen hablar en su nombre."
  • "Mirando de prefigurar la sociedad futura en las relaciones sociales presentes."
  • "Acabar con el poder de las corporaciones, mejorar el acceso a la vivienda y a la educación y acabar con los programas de austeridad y las guerras."
  • "Alimentación, apoyo legal y atención médica garantizados."

En una visión más crítica hacia el horizontalismo y, en parte, respondiendo a Sitra, David Marcus lo define como "parte de un cambio mucho mayor en la escala y el plano de la política occidental: un giro hacia patrones más locales y horizontales de la vida, un creciente escepticismo hacia las instituciones del estado y un aumento de deseo de buscar una mayor presencia en el campo de la libertad personal".

El adjetivo 'occidental' sería probablemente innecesario, atendiendo a que en el norte de África o Turquía, por ejemplo, los movimientos comparten las mismas características. Marxistas y neoreformistas se inclinan por ver todas estas tendencias como un problema para el desafío al capitalismo; el anarquismo, en cambio, les da ampliamente la bienvenida.

Horizontalismo y Anarquismo

El horizontalismo incluye aspectos que van en paralelo a la metodología anarquista y, en particular, el énfasis en la democracia y la acción directa. Incluye sin embargo aspectos que erróneamente se han atribuido al anarquismo como la toma de decisiones por consenso que, en realidad, irrumpió en la política radical por influencia de los cuáqueros durante los movimientos por la paz de los 60s.

De hecho, mucha de la gente que ha ido tomando parte en estos movimientos, ignoran los lazos históricos y creen que se trata de una metodología completamente nueva e inventada por ellos en las circunstancias que les ha tocado vivir. Han sido incapaces de ver la larga tradición de experimentación previa de anarquistas y otros movimientos que les han precedido.

Al menos en el caso de "Occupy" lo anterior se demostró como una debilidad. Hay capacidad y conocimientos para hacer efectivos los procesos asamblearios. Y pretender crearlo desde cero puede caer en la "tiranía" de la "no estructura" con las voces más llamativas que, a través de las dinámicas de intimidación, tienden naturalmente a dominar los huecos de las asambleas. Esto reproduce, inevitablemente, los modelos de nuestra sociedad: patriarcal y racista y las conversaciones y debates acaban dominados por hombres blancos que se sienten cómodos en su esperado rol de género. En lugares donde se han producido estas dinámicas insanas "post-Occupy", han acabado apareciendo equipos de carácter autoritario como el mismo SWP que guían las asambleas hacia resultados determinados, lo que 'no es verdaderamente democrático'.

Quizá la mayor debilidad de los movimientos horitzontalistas es la falta de análisis de clase, como se evidencia en el caso del Gezi Park en Estambul o la sustitución por meros clamores contra la corrupción, la opulencia y el papel de las multinacionales que tiende fácilmente a la aproximación conspiradora y reformista, más que a luchar propiamente por el cambio. Con ello tiendes a minimizar la raíz verdadera de los problemas, pensando que son cosa de 'gente mala que toma decisiones malas' y que evidenciar esto conllevará solucionarlo.

El icono del 1% podría ser un buen punto de partida para explicar el origen del capitalismo y la lucha de clases y mover a la gente a creer que el verdadero problema radica en las diferencias entre los barrios pobres y los pijos (un triste ejemplo que se repite en la política local). Pero también puede ser el inicio de una conversación en relación al control del mundo por parte de los Rotschild a través de los encuentros secretos de Bildeberg y de cómo nos piensan fumigar con fluoruro desde los aviones. Tal como se vio durante el "Occupy", todo lo anterior y las ideas asociadas de Freeman convierten frustrantes si no tienes a mano la tradición histórica de la izquierda como punto de origen común que te permite discernir y menospreciar las reiterativas teorías de la conspiración antisemita.

La cuestión de ganar

El horizontalismo también se diferencia del anarquismo en que no tiene, como este último, una visión clara de cómo debe ser una sociedad libre o de un proceso para ir de aquí para allá. Y no me refiero a un plan rector detallado (soy bastante escéptico en relación a la gente que dedica tiempo a planificar el futuro de la humanidad en detalle); me refiero al nivel de los anarquistas que dibujan la imagen social de un mundo en el que las asambleas en los lugares de trabajo gestionan el trabajo y las asambleas de vecinos y vecinas asumen y controlan las comunidades. No hace falta profundizar mucho para darse cuenta de las diferencias de este mundo que se dibuja, en relación al mundo en que vivimos.

Los procesos anarquistas tienden a comportarse siempre participaciones masivas (por ejemplo en términos de sindicatos) seguidos de momentos de insurgencia que se podría visualizar en términos de huelga general o también con grupos armados en la calle aunque lo más frecuente fuera una mezcla de ambas cosas. Incluso siendo discutible la factibilidad de estas insurrecciones armadas en la era de la artillería aérea, sí que podemos ver esto como momento transformador. ¿Y qué puede suponer un momento así para el horitzonalismo? ¿Qué entendería el horizontalismo por ganar?

El horizontalismo también prescinde y a menudo es hostil a la idea de la organización revolucionaria formal. Habiendo experimentado previamente como los movimientos revolucionarios han interactuado con los movimientos sociales, podemos entender las razones de esa hostilidad y por eso decidimos respetar las prohibiciones de organizarse políticamente durante los eventos del "Occupy". Las nuevas tecnologías han facilitado mucho la posibilidad de construir movimientos de masas para el cambio. Una vez que aparecen personas individuales con las mismas inquietudes deben cooperar con las organizaciones revolucionarias porque necesitan acceso a sus recursos: prensa y redes de comunicación.

Los partidos sabían todo esto y, por tanto, no tuvieron que modificar su comportamiento de acuerdo con la experiencia negativa acumulada; algunas organizaciones como SWP, tendían a aislar a quien se negaba a tolerar los comportamientos negativos. Aquel período parece superado en tanto muchas herramientas comunicativas de Internet han contribuido a debilitar y mucho, los vínculos entre organizaciones de masas y comunicación de masas.

La antigua manera de hacer de los partidos ha estado invirtiendo todo el capital acumulado para resistir este proceso y comienza a desintegrarse ante la falta de nueva militancia y fondos exhaustos.

En algunos casos extremos, topan con hostilidades externas y rebeliones internas porque incluso sus bases hacen uso de estas nuevas tecnologías más allá de los liderazgos formales.

El anarquismo tiene una manera de hacer diferente, tanto en relación al horizontalismo como en relación a los partidos. Aunque también ha intentado la comunicación masiva, considera imprescindible la necesidad de transmitir lecciones que puedan llegar a ser creídas a través del tiempo y el espacio. Y la necesidad de una plataforma común que permita la solidaridad a pesar de la distancia y las diferentes experiencias y culturas. En el período de "Occupy" mantuve conversaciones con anarquistas directamente involucrados en el movimiento y que compartían ampliamente las políticas del WSM. Todas estas conversaciones desembocaron no obstante en críticas muy profundas porque para nosotros se trataba simplemente de establecer rápidamente nuestra experiencia política organizativa.

Reformas a través de disturbios y electoralismo

Paul Mason escribe que "el poder de los movimientos horitzontalistas es, en primer lugar, la posibilidad de reproducirlos por parte de gente que no sabe nada de teoría y, en segundo lugar, hacer caer las jerarquías que tratan de contenerlos. Están expuestos a montajes de ideas que el conocimiento estructurado y difícil de conquistar los 70s y 80s nunca hubiera permitido (...). La gran cuestión del horizontalismo es que cuanto más tardes en articularte frente al poder, más incidirás en lo que se ha dado por llamar la "reforma a través de los disturbios" o, dicho de otro modo: un tipo con sudadera y capucha va a la cárcel durante un año para que un hombre con traje y corbata pueda promover una ley parlamentaria. "

Mason quiere ahora desarrollar este argumento para la creación de un nuevo partido sindicalista en la más típica tradición de De Leon o Connolly. Sería para crear una amplia formación electoral que pueda dotar al horizontalismo con la visión de una nueva sociedad y el método electoral para conseguirlo algo con lo que no estaríamos de acuerdo. Todavía tiene sin embargo otro argumento en relación a las reformas por disturbios. El horizontalismo, sin visión ni método revolucionarios, lo único que aporta son protestas más allá de las que lo único que sucederá es que un gobierno en sustituya otro. Esta fue una de las lecciones de las experiencias de Argentina en 2001 cuando se gritaba "que se vayan todos", un eslogan que se refería a todos los gobernantes pero que después de un tiempo, se impuso la estabilidad y un nuevo gobierno estable subió al poder y permaneció.

Una clave para entender todo esto es percibir que el horizontalismo no tiene más poder que el de los individuos y esto lo pone en peligro. Quizás por eso el desnudismo surge espontáneamente, como táctica. El anarquismo tiene expresiones de poder en forma de huelga general o gente armada. El poder de los horizontalismos consiste en movilizar gente para ocupar espacios y bloquear calles. En Argentina, el poder real de las asambleas de desempleados derivaba del hecho de bloquear carreteras y paralizar el comercio. En "Occupy Wall St." la intención de bloquear el puente de Brookling fue un momento estelar como lo fueron los propios intentos de paralizar Wall Street. Cuanta más gente puedas movilizar, más potente puede ser la táctica pero seguirán siendo tácticas de protesta, no de transformación social.

Lo que el anarquismo ofrece como alternativa al horizontalismo son una visión y un método que no quieren repetir el modelo sin fin de un gobierno tras otro gobierno. Nosotros tenemos una idea clara de cómo nos sentiríamos en caso de ganar, incluso si la ruta desde donde estamos ahora hasta llegar al triunfo, está por descubrir.

Texto original.- Andrew Flood
http://anarchism.pageabode.com/andrewnflood/anarchist-critique-horizontalism-occupy


Adición posterior: He escrito un texto en paralelo a este en el que se pide que durante la crisis vimos ocupaciones de plazas en lugar de darse ocupaciones de puestos de trabajo típicas de otras crisis. Y cuáles son las implicaciones de esto, en particular teniendo en cuenta que las ocupaciones semiespontánea de puestos de trabajo tuvieron ventajas significativas por la izquierda tanto en términos de polarización de las luchas interclasistas como también creando contrapoder a medida que progresaban. Leer Turnips, hammers & the square - why workplace occupations have faded.

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