IMPORTANCIA DE LA GANADERÍA EXTENSIVA
Fuente:
http://www.porpicos.com/ganaderia.exten ... tancia.htm
Introducción
Los beneficios de la ganadería extensiva son importantes y muy diversos. Enumerando las aportaciones principales de la actividad, éstas podrían resumirse en que:
1. La ganadería extensiva genera productos alimenticios de gran calidad (jamón de cerdo ibérico, quesos diversos, embutidos, carnes de calidad, etc.).
2. Permite aprovechar y mantener eco...sistemas de enorme valor ecológico y ambiental como pueden ser las dehesas y los pastos de montaña.
3. Aprovecha enormes superficies como son los barbechos, rastrojos, pastizales de montaña y eriales a pasto, extendidos por amplias regiones de la Península Ibérica, y a las que difícilmente podría sacárseles mayor provecho.
4. En áreas sujetas a climas áridos o semiáridos, el ovino mediante prácticas tradicionales (pastoreo, redileo, majadeo) contribuye de manera eficaz a incrementar la materia orgánica y a conservar la cubierta vegetal de los suelos más pobres.
5. La ganadería extensiva contribuye a amortiguar el cambio climático.
6. El ramoneo del ganado, especialmente del ovino y el caprino, constituye un arma eficaz para el control de la proliferación arbustiva y la prevención de incendios.
7. La ganadería extensiva contribuye, asimismo, a fijar población y mantener el tejido social en amplias regiones que, por la naturaleza difícil del medio, carecen de otra alternativa productiva posible.
8. De su actividad derivan directa o indirectamente otros sectores económicos locales: industrias de transformación de alimentos, artesanía, turismo y hostelería, que dependen, además de los productos generados directamente, del mantenimiento de los paisajes y ecosistemas que potencia la ganadería extensiva.
9. De su actividad deriva el mantenimiento de numerosos paisajes muy valorados y ecosistemas cuya biodiversidad depende netamente del pastoreo.
10. Constituyen la única actividad viable y productiva capaz de sostener la importante diversidad de razas de ganado que aún se conservan en el sur de Europa.
11. Es una de las pocas actividades económicas productivas humanas que resulta verdaderamente sostenible.
12. Es la forma de manejar el ganado más ética, al permitir a los animales gozar de una situación de semi-libertad al aire libre, respetando el ritmo de crecimiento y las condiciones de vida propias de cada especie.
13. Posee un enorme valor etnográfico.
14. Se adapta mejor que otros sistemas de explotación ganadera a las directrices europeas del agua.
15. Es un manejo muy adecuado a la recepción de recursos derivados de los beneficios ambientales que genera.
La Declaración de La Cumbre de la Tierra, conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, celebrada en 1992 en Río de Janeiro, realizó una mención expresa al papel desempeñado por la ganadería extensiva en aspectos como la conservación de la diversidad de razas rústicas (Principio 14.65) y la gestión del entorno mediante conocimientos y prácticas tradicionales en la explotación del medio natural (Principio 22). La Comunidad Europea ya considera prioritarias las explotaciones extensivas, tal y como se desprende de la Política Agraria Europea recogida en la Agenda 2000. Recordemos el desarrollo de programas europeos como Pastormed, destinado a valorizar los oficios vinculados a la ganadería y hacer hincapié en la importancia de su papel para la supervivencia, el mantenimiento y el equilibrio de las zonas montañosas y rurales. El Ministerio de Medio Ambiente del Gobierno de España reconoce por su parte los beneficios que proporciona el pastoreo[1], siempre y cuando se ajuste a la capacidad de soporte del ecosistema, estimando que:
• Estimula la producción (“paradoja pastoral”).
• Mejora la biodiversidad con un pastoreo moderado.
• Contribuye a la prevención de incendios forestales.
• Mantiene la cubierta vegetal.
• Favorece la conservación de hábitats despejados, refugio de fauna silvestre.
• Revaloriza los montes.
Bien es cierto que, por otro lado, existen algunos informes desfavorables hacia las actividades pastoriles. Los inconvenientes que algunos autores han propuesto para la ganadería extensiva son:
• Pérdida de biodiversidad
• Deforestación
• Contaminación de acuíferos
• Emisión de gases de efecto invernadero
Si bien la ganadería extensiva puede entrañar en determinadas circunstancias disfunciones ecológicas, que es preciso tener en cuenta para su corrección, ciertamente se debe siempre a un manejo del ganado inapropiado y evitable. Un factor clásico de distorsión en el manejo del ganado proviene de no tener en cuenta su condición semi-natural, lo que lleva a no respetar las fechas de floración de las especies vegetales o explotar los pastizales con cargas ganaderas inadecuadas (supra o infra pastoreo). Una incidencia negativa de la ganadería extensiva en las poblaciones de fauna silvestre podría deberse a la competencia por los recursos, a la transmisión de algunas enfermedades y a molestias ocasionadas a ungulados salvajes y aves galliformes en sus lugares de encame o cría. Además, el empleo de sustancias ecotóxicas en tratamientos anti-parasitarios puede desencadenar daños en las poblaciones de, por ejemplo, insectos.
Como se irá viendo a lo largo de este documento, estos inconvenientes son evitables o relativos. Tanto el sobrepastoreo como el infrapastoreo, la indebida sucesión de especies, las fechas inadecuadas de pasto, etc., pueden obviarse con una regularización de la carga ganadera –global e instantánea- bien estudiada, algo que ya se hace en casi toda Europa[2]. Por ejemplo, veremos como con una carga ganadera adecuada la biodiversidad se ve favorecida. Respecto a la deforestación, siempre puede –y debe- encontrarse un equilibrio entre la masa forestal y los ecosistemas abiertos[3], y promover su coexistencia es lo que más beneficia a la biodiversidad. Este equilibrio es muy variable, dependiendo mucho del relieve, del clima, y de las especies y cargas ganaderas que entran en juego en cada caso, pero se puede constatar su existencia en numerosas áreas rurales sometidas desde hace siglos al pastoreo, y que conjugan unas espléndidas masas forestales con unos pastizales no menos espléndidos.
Otros aspectos negativos reseñados son la contaminación de acuíferos o la emisión de gases de efecto invernadero (CO2, CH4, N2O). Respecto a la contaminación de acuíferos, es notorio que la ganadería extensiva es el tipo de ganadería que menos contaminación produce respecto a posibles filtraciones de purines, por su baja densidad y gran dispersión, así como por su alejamiento de las áreas más humanizadas. En el segundo caso, respecto al C y al N desprendidos, al proceder los gases de la materia vegetal digerida, la reposición de ésta por parte de los ecosistemas de pastizal volverá a fijar cantidades equivalentes; en el caso del carbono, lo hará de forma casi íntegra reabsorbiendo CO2. El problema principal de la emisión de este gas de efecto invernadero está, obviamente, en el uso de combustibles fósiles, cuyos átomos de C –y también los de N- no pertenecían a los ciclos de materia de nuestra era hasta la llegada de la Revolución Industrial. Relacionando el consumo de combustibles fósiles con las actividades ganaderas encontramos que, precisamente, la ganadería pastoril es la que menos maquinaria precisa y, por tanto, la menos contaminante. El metano - CH4- es uno de los gases de efecto invernadero que más está aumentando en la actualidad, aunque las fuentes de ese aumento y sus consecuencias sobre el clima son aún desconocidas. El ganado expulsa una cantidad considerable de metano debido a la acción microbiana en su aparato digestivo: una vaca expulsa unos 900 gramos de CH4 cada día. En todo caso, el posible problema de las emisiones de gases por parte del ganado extensivo no se debe a su manejo extensivo, sino a su condición de ganado. En este sentido hay que destacar que, además de por la escasa o nula mecanización, la ganadería extensiva es la que menos metano desprende debido a la ausencia de abonado químico, y a que la producción y el desprendimiento de este gas es mayor debido a la fermentación anaerobia de las deyecciones de los animales estabulados permanentemente. Por otro lado, los herbívoros silvestres que sustituirían en condiciones naturales al ganado doméstico que pasta en semilibertad también generarían los mismos gases. Además de los animales herbívoros, las selvas tropicales, los océanos y los humedales son productores naturales netos de CH4; las fuentes netamente humanas de metano derivan de la deforestación, la quema de combustibles fósiles, las plantaciones de arroz y los vertederos. Los mismos argumentos servirían para calibrar mejor la importancia de las emisiones de N2O por parte de la ganadería extensiva, pues, además de la fabricación de nylon y la quema de materia orgánica, son los vehículos con catalizador y el uso de fertilizantes las principales fuentes de ácido nitroso.
PUNTO 1: La ganadería extensiva genera productos alimenticios de gran calidad
Los productos alimenticios exclusivos y de gran calidad son una de las salidas económicas más importantes da gran parte del medio rural del Sur de Europa, cuyo relieve no permite competir en otros ámbitos agropecuarios como puede ser la agricultura o la ganadería intensivas. De norte a sur de la Península Ibérica, como también ocurre en otros lugares de la UE, se producen excelentes alimentos en torno a la ganadería extensiva. La calidad organoléptica de estos productos, derivada principalmente de la alimentación natural a la que lleva el manejo extensivo del ganado, así como del bienestar animal que se deriva de una vida en semilibertad, es notoria, y esa calidad es algo que cada vez está más demandado socialmente.
En algunas ocasiones son productos muy bien conocidos, valorados socialmente e implantados comercialmente, como pueden ser el exclusivo queso de Gamonéu del Puertu, o el más selecto de los quesos de Cabrales, ambos relacionados con el brañeo cantábrico, una trashumancia corta con hondas raíces en las antiguas costumbres seminómadas locales. Los quesos de las marcas Idiazábal, Idoki, Irati o Roncal son otros ejemplos de productos alimentarios de gama alta y calidad reconocida, muy apreciados en la sociedad vasca y relacionados con las prácticas ganaderas extensivas en territorio vasco. Más conocido aún, el Jamón Ibérico debe su calidad en gran parte a su alimentación natural y extensiva a base de bellotas por las dehesas y bosques del suroeste peninsular.
Muchos más son los productos que, a pesar de su enorme calidad, están mal implantados comercialmente, y en muchas ocasiones a punto de desaparecer, como el queso Casín del Puertu, otro producto de características muy exclusivas relacionado con la transterminancia cantábrica. Las potencialidades económicas de decenas de productos específicos están sin desarrollar aún.
También existen carnes de cualidades específicas, asociadas a razas adaptadas a los distintos medios y a su alimentación natural: las carnes vacunas de Casín, de Sayagüesa; la oveja Xalda; el cerdo Ibérico, el cerdo Cantábrico...
PUNTO 2: La ganadería extensiva permite aprovechar y mantener ecosistemas de elevado valor ambiental
Si nos fijamos en las cinco CC.AA. más grandes de España, que son también las que acumulan los mayores censos de ganado extensivo (ANEXO I), éstas tienen incluidas en la Red Natura 2000 y por tanto protegidas, nada menos que 282 zonas ZEPA y 627 lugares LIC que afectan a un total de 9.413.356 ha (26,84% de su territorio), lo que supone un 72,28% de la superficie total nacional incluida en la RN 2000 (este porcentaje es aún mayor si se excluyen las zonas marinas).[4] Las cinco primeras Comunidades Autónomas, indicadas por orden decreciente de importancia de su superficie incluida en la RN 2000, son: Andalucía (2.519.173 ha), Castilla y León (2.460.709 ha), Castilla- La Mancha (1.821.657 ha), Aragón (1.354.221 ha) y Extremadura (1.257.596 ha).
Un correcto manejo extensivo del ganado mantiene la cubierta vegetal, ya que disemina las semillas y fertiliza el suelo (aumenta la materia orgánica). En algunos movimientos de ganado el factor diseminador de semillas adquiere una importancia muy especial, dado que las numerosas barreras artificiales existentes –autopistas, corredores industriales, trenes de alta velocidad- se suman a las naturales –ríos- en la obstaculización del tránsito de semillas de muchas especies. Sumidos en un periodo de cambio climático como el que sufrimos, los corredores biológicos son claves para favorecer los desplazamientos de las distintas especies, y las rutas trashumantes actúan en este punto como verdaderos pasillos ecológicos que comunican diferentes ecosistemas. Además, el pastoreo favorece la conservación de hábitats despejados, refugio de fauna silvestre.[5] Los pastos semi-naturales se distinguen por la riqueza florística, en la que abundan los endemismos, y la variedad de plantas silvestres da pie a una riqueza de fauna en invertebrados, factor de atracción de la avifauna.
PUNTO 3. La ganadería extensiva aprovecha enormes superficies de difícil aprovechamiento alternativo Al menos el 60% de la superficie de España, son terrenos apropiados para uso ganadero, y un elevado porcentaje sólo son utilizables de forma directa (pastoreo) por una ganadería extensiva compuesta por razas rústicas[6] (ANEXO II).
PUNTO 4. La ganadería extensiva contribuye de manera eficaz a incrementar la materia orgánica y a conservar la cubierta vegetal de los suelos más pobres
El suelo es el recurso más valioso y el más difícil de renovar del ecosistema, por eso exige una gestión muy cuidadosa. Según datos del Ministerio de Medio Ambiente[7], en cerca del 46% del territorio nacional la intensidad del proceso de erosión es superior a los límites tolerables (12 tm/ha/año) y un 12% del territorio está sometido a una erosión muy severa (>50 tm/ha/año). Según este mismo Ministerio: “la explotación racional de los pastos, al dar permanencia a una cubierta vegetal, consigue efectos favorables sobre la defensa del suelo. El pastoreo de ganado extensivo facilita la mejora de los recursos edáficos básicamente a través de tres procesos[8]:
a) El pisoteo del ganado extensivo, que activa el reciclado de nutrientes y la conservación de suelos pobres, al mejorar la estructura, favorecer el drenaje y reducir la erosión de los suelos.
b) El movimiento del ganado conecta diferentes agro-ecosistemas: aporta una fertilidad horizontal, que compensa el lavado vertical de nutrientes por la nieve, lluvia, viento, etc. además de contribuir a la dispersión de semillas. Una sola oveja dispersa más de 5.000 semillas al día, unos cinco millones de semillas por rebaño.[9]
c) Las deyecciones del ganado aumentan la actividad biológica de los suelos (fauna detritívora, micorrizas, hongos).
PUNTO 5: La ganadería extensiva contribuye a amortiguar el cambio climático
Los herbívoros consumen una parte de los vegetales y, a cambio, enriquecen el suelo con sus deyecciones, aumentando su capacidad para proporcionar alimento a las plantas, tanto a las que vuelven a aprovechar los animales como a los árboles que quedan fuera de su alcance, y este efecto aumenta la asimilación de CO2. Sería bueno que se calculara el aumento del crecimiento de las masas arbóreas sometidas a un régimen de pastoreo respecto a las que no soportan ninguna carga ganadera. Hay estudios que calculan que si se recuperaran los niveles de materia orgánica existentes antes del desarrollo de la agricultura industrial, se capturaría entre el 30 y el 40% del exceso actual de CO2. La ganadería extensiva ayuda a aumentar la materia orgánica de los terrenos labrados, cuando consume las rastrojeras, y de los terrenos que no se labran.
PUNTO 6: La ganadería extensiva constituye un arma eficaz para el control de la proliferación arbustiva y la prevención de incendios
Todas las CC.AA. dedican cuantiosos recursos para la prevención y lucha contra los incendios. Así, la Junta de Castilla y León dispuso para el año 2007 de un presupuesto para la prevención de incendios de 77,8 millones de Euros (12.945 millones de pesetas), un 11,3% más que en el 2006. Según estudios realizados por la Fundación Territori i Paisatge de la Caixa Catalunya, sólo con el 10% del presupuesto contra incendios invertido en fomento de los pastores y rebaños, se reducirían sustancialmente la incidencia de éstos.
El pastoreo puede convertirse en una valiosa herramienta de gestión para controlar el desarrollo de matorrales y prevenir los incendios. Resulta indispensable incrementar la atención hacia las labores preventivas que colaboren a disminuir los riesgos y a facilitar las tareas de extinción[10]. El propio Ministerio de Medio Ambiente del Gobierno de España propone el pastoreo en la prevención de incendios forestales, como una herramienta complementaria más[11]. Según el informe mencionado: “El aprovechamiento ganadero del monte reduce la carga de combustibles y disminuye los costes de mantenimiento de áreas cortafuegos. Es un elemento clave en la revalorización y gestión multifuncional de los montes y, particularmente, en el monte mediterráneo, sin apenas aprovechamiento maderero y sumido en un proceso progresivo de abandono”. Este sistema de gestión novedoso en España toma como referencia el modelo francés, que aporta veinte años de experiencias en la aplicación de este sistema[12].
PUNTO 7: La ganadería extensiva contribuye a fijar población rural
Actualmente existen en España poco más de 300.000 cabezas de ganado trashumante, frente a los cinco millones con los que contábamos el siglo pasado. Además, existe un número aún mayor de cabezas que utiliza los montes de forma extensiva sin llegar a considerarse ganado trashumante, sino transterminante, debido a que las distancias entre los pastos de invierno y de verano son relativamente cortas. A pesar de ser un ejemplo de sostenibilidad, las 10.000 familias trashumantes que se dedican a esta práctica ancestral se ven abocadas a abandonar la actividad por los problemas que sufre actualmente. La ganadería extensiva ofrece una posibilidad de gestionar territorios con bajas densidades de población, al mantener actividades económicas y sociales. En amplias áreas rurales, la actividad ganadera extensiva es la única o la más viable actividad productiva agraria. Como ya se ha dicho, el relieve de gran parte del Sur de Europa, y concretamente de la Península Ibérica, dificulta enormemente la adecuación de las explotaciones intensivas. Así pues, tanto la actividades pastoriles como las que surgen en torno a éstas son claves para mantener un medio rural productivo.
Tanto la actividad pastoril como la producción derivada de alimentos y otros productos de calidad reconocidos y valorados socialmente proporcionan elementos de cohesión social e identidad cultural. Si se permite la viabilidad económica del sector, esto puede redundar en el deseo de la población local a permanecer en sus lugares de origen en lugar de emigrar a otras áreas, especialmente a las urbanas e industriales.
Estrategias como las que promueve la Administración con el fin de utilizar el pastoreo para un mayor control de los incendios forestales pueden colaborar también en la fijación de la población rural en su medio, al implicarla en las labores de vigilancia del monte.
PUNTO 8: De la actividad ganadera extensiva derivan otros sectores económicos locales
Además de los alimentos ya mencionados, existen asociadas a la actividad ganadera extensiva otros beneficios económicos y sociales derivado del mantenimiento de una variada industria local, que supone otra de las pocas tareas rurales posibles en determinadas áreas, como pueden ser la fabricación de collares, cencerros, artesanía, cuero, etc. Alguno de estos productos tienen un gran valor añadido y están bien implantados en el mercado, ya sea de manera general –como los derivados del cuero- o local -como las mantas de lana maragatas, etc.-.
El paisaje de espacios abiertos que sostiene la actividad pastoril contribuye además a una diversificación productiva, al ser compatible y favorecer incluso otros aprovechamientos no silvícolas de los suelos forestales, ya sean directos (apicultura, caza, recolección de setas y frutos) como indirectos (recreo, ocio y turismo).
PUNTO 9: De su actividad deriva el mantenimiento de numerosos paisajes muy valorados, y de ecosistemas cuya biodiversidad depende netamente del pastoreo
En las últimas décadas, diversos estudios científicos, avalan la alta correlación existente entre la actividad agraria tradicional y la conservación de determinados paisajes humanizados[13]: estepas cerealistas, sistemas adehesados, pastos de montaña, etc. Está ampliamente demostrado que el pastoreo extensivo con especies animales adecuadas y una carga media (ni alta, ni baja) incrementa la cobertura del pasto y mejora su producción en cantidad y calidad; de esta forma se aumenta y perpetúa su diversidad. El pastoreo controlado garantiza la permanencia de la cubierta vegetal y la naturalización de los ecosistemas abiertos. Al cesar el pastoreo los matorrales se embastecen, provocando que las plantas más competitivas desplacen al resto, resultando un pastadero frondoso de menor diversidad y calidad. El ramoneo y pisoteo de las variadas y complementarias especies de ganado doméstico regulan el crecimiento del vuelo arbustivo y da lugar a espacios armonizados por la alternancia de las zonas de pastos con los rodales de masas arboladas. Incluso algunos de los bosques más importantes de nuestro país se han desarrollado y conservado gracias a esta práctica, como los pinares de Guadarrama, de la Sierra de la Demanda o de la Serranía de Cuenca; los hayedos y robledos de la Cornisa Cantábrica, o los encinares y alcornocales de Andalucía y Extremadura.
Está suficientemente probado[14] que el mantenimiento de unos censos mínimos de ganado extensivo, con diferentes especies y cargas adecuadas, es imprescindible para garantizar la conservación de la biodiversidad de flora y fauna en los espacios incluidos en la RN 2000. No es pues, casual, que algunos de los espacios naturales mejor conservados de nuestro país como Monfragüe, Cabañeros y Doñana, o bien las montañas cantábricas, hayan sido utilizados durante siglos por la ganadería extensiva, ya sea transterminante o trashumante.
Además, la ganadería extensiva y los movimientos del ganado han jugado un importante papel sobre la supervivencia de algunos mamíferos señeros de nuestra fauna –como el oso pardo, el lince y el lobo ibéricos- y aves carroñeras -quebrantahuesos, buitre negro, buitre leonado y alimoche-, algunos en peligro de extinción, que seguían incluso la estela de los rebaños en las migraciones para aprovechar las bajas. Por otra parte, la conservación de los pastos es imprescindible para el mantenimiento de liebres, conejos y perdices[15] de las que a su vez dependen especies tan amenazas como el lince o las águilas imperial, real y perdicera. Asimismo, las dehesas extremeñas sustentan durante el invierno a miles de aves migratorias del norte de Europa, entre las que destacan las grullas, que buscan en ellas las preciadas bellotas.
PUNTO 10: Actividades económicas importantes como el turismo rural dependen del mantenimiento de los paisajes y ecosistemas que potencia la ganadería extensiva
Asturias, Paraíso Natural, es el reclamo publicitario para atraer el turismo en esa Comunidad Autónoma. Asturias, Paraíso Matorral publicaba irónicamente en su libro Mark Ostrowski, un norteamericano asentado en el Principado. El paisaje en Asturias está ligado estrechamente a las actividades agrarias tradicionales, en donde la ganadería extensiva siempre ocupó un lugar preponderante. La matorralización del paisaje es percibida por todos como una degradación paisajística importante que nunca deriva en un clímax forestal debido entre otras causas a los incendios que asuelan periódicamente estas superficies. Las autoridades del Principado han mostrado su preocupación por el deterioro del paisaje, con todo lo que ello implica, afectando especialmente al sector turístico tanto por la propia degradación del paisaje y la pérdida de productos locales de interés derivados de las actividades pastoriles como porque los senderos y caminos que accedían al monte se cubren de matorral, impidiendo el tránsito de las personas a través de ellos. Las rutas trashumantes, cortas o largas, permiten usos alternativos del territorio de gran interés, como el senderismo o las rutas a caballo, que contribuyen a mantener los derechos de paso y favorecen el desarrollo social y económico de las zonas rurales.
PUNTO 11: La ganadería extensiva es la única actividad viable productiva que puede sostener la diversidad de las razas de ganado existente en Europa
A pesar de los drásticos cambios acaecidos en las últimas décadas, la ganadería extensiva aún conserva una gran trascendencia tanto en la Península Ibérica como en otras regiones del sur de Europa, y se mantiene ligada a las razas autóctonas y al pasto natural como principal fuente de alimento. Este tipo de ganadería fomenta, pues, la diversidad genética del ganado doméstico, con el empleo de razas resistentes, sobrias y de objetivos productivos variados (leche, carne, etc.). Las razas autóctonas de ganado juegan un papel estratégico muy importante ante posibles crisis energéticas mundiales, que invalidarían o mermarían la capacidad de producción de la ganadería intensiva.
España cuenta con un amplio catálogo de razas autóctonas perfectamente adaptadas a las diferentes condiciones y producciones. En el apartado de razas de fomento, el MAPA[16] señala: 7 de la especie bovina (Asturiana de los Valles, Avileña Negra Ibérica, Lidia, Morucha, Pirenaica, Retinta y Rubia Gallega), 10 ovinas (Carranzana, Castellana, Churra, Latxa, Manchega, Merina, Navarra, Ojinegra de Teruel, Rasa Aragonesa y Segureña), 5 caprinas (Majorera, Malagueña, Murciana- Granadina, Palmera y Tinerfeña), 1 porcina (Ibérica) y 1 caballar (Española). Pero además, en el de protección especial, añade: 28 razas bovinas, 32 ovinas, 17 caprinas, 5 porcinas, 13 caballares, 6 asnales y 6 aviares.[17] Muchas de estas razas están vinculadas a la ganadería extensiva, como la Asturiana de los Valles, la Asturiana de la Montaña o la Avileña Negra Ibérica para el bovino, la Xalda y la Merina para el ovino, o la Bermeya, la Malagueña y la Murciana para el caprino. Existen, además, otras muchas variedades que pastan en régimen extensivo no mencionadas aún en dicho catálogo, como la oveja Rubia de Colmenar, la Negra de El Paular, la Ojalada o la vaca Tudanca.
PUNTO 12: La ganadería extensiva es una actividad económica sostenible
La lógica económica de la ganadería extensiva se fundamenta en que:
a) Consume recursos de otro modo desaprovechados.
b) Disminuye a nivel macroeconómico la dependencia del exterior (importaciones de abonos, energía, cereales y otras materias primas para la elaboración de piensos).
c) Representa un recurso de atracción de flujos turísticos.
Es obvio que el mantenimiento de la ganadería extensiva durante cientos, a veces miles de años[18], es una prueba de sostenibilidad irrefutable. Los ecosistemas de parte de Europa se han generado de forma inextricablemente unida con la actividad ganadera pastoril. Especies como el haya (Fagus sylvatica) ha podido colonizar parte del Parque Nacional de los Picos de Europa, en el noroeste peninsular, después de que en sus montes ya hubiera una significativa ocupación pastoril, que comenzó al terminar la última glaciación18.
Por otra parte, la ganadería extensiva es la más eficiente aprovechando superficies pastables, consumiendo recursos que no compiten con la alimentación humana, como rastrojos y hojas de vid, además de los pastos, algo especialmente importante en el contexto actual de crisis alimentaria. Esto permite a los rebaños ser prácticamente autosuficientes, no dependiendo su alimentación de piensos importados que –dado su elevado precio- están poniendo en jaque la rentabilidad de las explotaciones ganaderas más intensivas.
El pastoreo aún conserva una gran trascendencia en muchas áreas peninsulares, y se mantiene ligado a una producción natural espontánea como principal fuente de alimento. Con bajas producciones (aunque de gran calidad) y poco gasto de energía fósil, es capaz, sin embargo, de mantenerse con eficacia de forma equilibrada y duradera.
PUNTO 13: Es la forma de manejar el ganado más ética
Al permitir que los animales disfruten de una vida en semi-libertad, al aire libre, y respetando el ritmo de crecimiento y las condiciones de vida propias de cada especie, la ganadería extensiva constituye un medio de producción sumamente respetuoso con el bienestar animal. Generalmente, las variedades de ganado utilizadas aún llevan desde cientos hasta miles de años pastando en los mismos ecosistemas, estando extraordinariamente adaptados a la naturaleza del terreno, al clima, a la orografía, etc. La dieta es variada, pudiendo elegir entre diversas especies vegetales, según las inclinaciones naturales determinen a cada animal sus preferencias en cada momento. La mayor tranquilidad del ganado repercute en su ingestión de pasto y en su producción (Stoddart et al., 1975; Snaydon, 1987; Osoro, 2000) y, como indica Montoya (1983), la posibilidad de aprovechar cada hierba en su momento óptimo de calidad aumenta enormemente el bienestar animal. Etológicamente, tienen la oportunidad de satisfacer todas sus tendencias como animales gregarios, estableciendo sus familias, jerarquías, etc. con total naturalidad.
Para los animales, los movimientos estacionales proporcionan otras ventajas, porque se evita que sufran los efectos de climas extremos: no tienen que soportar ni el calor del verano ni el frío del invierno, de manera que prácticamente viven “dos primaveras y dos otoños”. Todo ello permite a los animales desarrollarse mejor, siendo más fecundos y prolíficos, y disfrutando de pastos frescos durante todo el año.
PUNTO 14: Posee un enorme valor etnográfico
Las culturas trashumantes tienen en España una historia de más de 6.000 años, conservando algunas prácticas del manejo tradicional del ganado, como el empleo de perros pastores, casi desaparecidas en la ganadería intensiva, y que no deberíamos permitir que se pierdan. Además de la elaboración de numerosa artesanía, productos alimentarios muy exclusivos, etc., las culturas pastoriles conservan un sin fin de conocimientos acerca del medio natural, especialmente en el ámbito de la etnobotánica, que se perderían irremisiblemente con la desaparición de la ganadería extensiva.
Conclusiones
Los aspectos reseñados evidencian la influencia positiva de la ganadería extensiva sobre el medio natural, el paisaje, la economía, la sociedad y la cultura. De algún modo, representa una aplicación del discurso de la multifuncionalidad agraria al ámbito pastoril: el sector agroforestal no sólo aporta a la sociedad la producción de materias primas y alimentos sino que, además, contribuye de forma paralela y gratuita a la gestión del entorno natural y al mantenimiento de un tejido social vivo y diverso. La ganadería extensiva se ajusta a las crecientes demandas sociales de una mayor calidad de los productos agropecuarios, de una mayor seguridad alimentaria y de una producción no industrializada, encajando con los criterios de la producción ecológica. Desde el punto de vista económico se puede considerar a la ganadería extensiva como un sector estratégico, ya que al ser menos dependiente de posibles subidas en los precios de los piensos o los carburantes puede llegar a ser imprescindible como método de explotación dependiente de recursos propios.
Por todos los beneficios mencionados de tipo medio ambiental, económico, social y territorial, deberían mantenerse estas formas de explotación extensiva en las regiones en las que conforma paisaje, tejido social y desarrollo económico. Es pues muy importante, a todos los niveles, la salvaguarda de los sistemas de explotación extensivos, siendo necesario un apoyo institucional profundo y esencial, fundamentado en el conocimiento de la actividad y el consenso con las organizaciones que pueden representar al colectivo.
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SEEP Sociedad Española para el Estudio de los Pastos. San Sebastián (España). Sistemas Agrosilvopastorales.
SERIDA
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[1]
http://www.mma.es/portal/secciones/biod ... rolado.pdf
[2] En la actualidad, diversos equipos de investigación siguen trabajando en procedimientos que permitan calcular las cargas ganaderas óptimas para distintos tipos de pastos peninsulares. Para la España mediterránea seca, el equipo del Centro del Zaidín, CSIC ha desarrollado algoritmos para calcular la capacidad sustentadora de pastos a partir de estimaciones previas de fitovolumen, producción y oferta de energía (Passera et al., 2001).; Para el Pirineo, el equipo del Instituto Pirenaico de Ecología, CSIC (Gómez-García et al., 2002) propone la utilización de un índice eco-pastoral que tiene en cuenta tanto la cantidad y calidad de la oferta de cada tipo de pasto de montaña como su valor ecológico. Para la Cordillera Cantábrica, en Asturias, el equipo del SERIDA (Celaya, R; García, U; Martínez, A; Osoro, K) ha estudiado minuciosamente la optimización del uso de los pastos según las especies, los ecosistemas, la temporalidad y otras diversas variables del manejo del ganado.
[3] Boza et al. (1998) y Robles et al. (2002) proponen ajustar la carga mediante procesos de diagnosis del estado de los pastos herbáceos y leñosos, a través de sus tasas de consumo estimadas.
[4] Rodríguez Pascual, Manuel (2006): La ganadería extensiva en España (Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC).
[5]
http://www.mma.es/portal/secciones/biod ... rolado.pdf
[6] Rodríguez Pascual, Manuel (2006): La ganadería extensiva en España. Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC.
[7]
http://www.mma.es/portal/secciones/biod ... rolado.pdf
[8] Jesús María Garayo Urruela (2009): Ámbito sociológico de la ganadería extensiva (Una reflexión desde la perspectiva multifuncional). Conferencia del 8-Mayo-2009. UNIÓN DE AGRICULTORES Y GANADEROS DE ÁLAVA (UAGA). Anexo III.
[9] Informe de ADENA (WWF España) y SEO birdlife:
http://mail.google.com/mail/?ui=2&ik=34 ... isp=vah&zw
[10] Ruíz-Mirazo et al. (2007): La prevención de incendios forestales mediante pastoreo controlado: el estado del arte en Andalucía. WildFire, Sevilla.
[11]
http://www.mma.es/portal/secciones/biod ... rolado.pdf
[12] Robles, A.B. (2004). Las áreas pasto-cortafuego como medida preventiva contra incendios. págs. 285-300 de: (Eds.) De Simón E, Ripoll M.A. y González-Rebollar J.L. Forestación en paisajes agrarios. Ed. Servicio de Publicaciones y Divulgación de la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía..
[13] Rodríguez Pascual, Manuel: La ganadería extensiva en España (2006). Ed. Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC.
[14] La ganadería extensiva en España (2006): Rodríguez Pascual, Manuel (Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC).
http://www.ruralnaturaleza.com/texto-la ... -en-espana
[15] Según el profesor F.J. Purroy (citado por Rodríguez Pascual, Manuel1), la liebre de piornal y las aves perdiz pardilla y roja, chotacabras gris, totovía, alondra y escribano cerillo, presentan un gran declive en la Cordillera Cantábrica por el creciente abandono de los pastos y la matorralización del paisaje.
[16] Los censos ganaderos utilizados se han extraído de las Encuestas Ganaderas, MAPA, diciembre 2004. (Véase el BOE nº 59 de 10 de Marzo de 2006, donde el MAPA actualiza el Catálogo Oficial de Razas de Ganado en España).
[17] Boletín Oficial del Estado nº 59, de 10 de Marzo de 2006.
[18] El Brañeo en Asturias (2005): Juan Antonio Valladares Álvarez. Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA)
Uno no es lo que dice ser, uno no es lo que cree ser, uno no es lo que sueña ser, uno solo es lo que hace.