
Párrafos extraídos de un artículo más extenso, cuyo título es “Anarquismo y gastronomía: La utopía intensa de unir fogones, barricadas, placer y libertad”, que ha sido publicado en portugués por la revista Verve # 32, São Paulo, noviembre 2017; este número de la revista está en http://www.nu-sol.org/wp-content/uploads/2017/11/verve32.pdf [1]. Agradecemos al autor el acceso a la versión en nuestro idioma. De El Libertario [2].
Nelson Méndez
El fin de la Guerra Civil Española significó el inicio de una etapa de eclipse para el anarquismo que muchos creyeron marcaba su desaparición como teoría y práctica relevante. No analizaremos aquí esa situación y sus razones, pero lo cierto es que se extendió al menos hasta el Mayo francés de 1968, explosión social que de algún modo pareció revivir – al menos en Europa Occidental – preocupaciones, debates y modos de acción que se asociaban con un ideal ácrata que se había querido dar por muerto y enterrado. Sin embargo, la reaparición no fue instantánea ni significó que el anarquismo volviese a posiciones similares a las que lo caracterizaron en la segunda y tercera década del siglo XX; por un lado, el retorno libertario fue ocurriendo a desigual velocidad y con características variables de un lugar a otro en las tres décadas finales de ese siglo y el inicio del siguiente, luego tenemos que ya no está definido por la identidad anarcosindicalista como en tiempos pasados, y por último, junto con el reavivamiento del anarquismo en lugares donde su peso histórico es relevante como España, Italia, Argentina o Francia, es notable que se haga presente y hasta muy activo en sitios donde esa tradición era quizás menos notoria o no existía como en Grecia, Estados Unidos, Chile, Nueva Zelanda o Venezuela.
Para que se reactivase el nexo con la gastronomía, fue importante el contacto mutuamente enriquecedor que el anarquismo tuvo con nuevas perspectivas que iban desarrollándose para ese momento: la teoría y práctica de la autogestión, la temática del género, el debate sobre la ecología, y la lucha por los derechos animales. Esa confluencia fortaleció la crítica ácrata al modelo capitalista de alimentación, además de reforzar el basamento teórico que sustentaría diversas acciones e iniciativas de signo libertario que vuelven a manifestarse paulatinamente a partir de las décadas de 1980 y 1990. Van reapareciendo tanto distintas clases de espacios de sociabilidad anarquistas (centros sociales, restaurantes, bares, panaderías y ferias, entre otros), como el empeño productivo de nuevas colectividades agrarias anarquistas y afines en Europa y América, además de la participación e influencia libertaria que es clara en la multiplicación de iniciativas de distribución y consumo cooperativo en diversos rincones del planeta.
Otro asunto a mencionar es la incidencia de los puntos de vista de inspiración ácrata tanto en la polémica sobre cultivos genéticamente modificados y alimentos transgénicos, como en el activismo que se genera en torno esos temas, además estrechamente relacionados con el debate de hoy referido a los pro y contra del desarrollo científico-tecnológico, al que también se han dado interesantes aportaciones provenientes desde perspectivas anarquistas y afines 1 Vale apuntas que, aún cuando tienden a ser predominante, al menos en lo expresado en los medios de difusión libertarios, las posturas que rechazan y consideran intrínsecamente perversa cualquier aplicación de los recursos desarrollados recientemente por la genética y la biotecnología, encontramos al menos una voz que rescata para este tópico la confianza de Kropotkin en el aporte positivo de la ciencia y la tecnología; se trata del biólogo computacional venezolano Guido Núñez-Mujica, quien ha expuesto una posición que reivindica en los actuales desarrollos de esas áreas científico-tecnológicas importantes posibilidades para impulsar lo que él denomina la tecnoliberación2.
Una expresión llamativa de estas nuevas dimensiones que vienen a caracterizar la relación anarquismo-gastronomía es el llamado anarcoveganismo. Hacia la década de 1940, surge el concepto y la práctica del “veganismo” entre vegetarianos anglosajones que asumían una más estricta observancia de las restricciones al consumo de toda proteína de origen animal y la no aceptación de evidencia nutricional para justificar ese consumo, aunque debemos agregar que tal vegetarianismo extremo no estaba conectado con una orientación política definida ni con el vegetarianismo anarquista que le antecedió en décadas previas. Un nexo de esa índole debió aguardar hasta los años 1970 y 1980, cuando en especial desde el naciente movimiento anarcopunk vuelve a aparecer el interés por la opción dietética que rechaza los alimentos de origen animal, ahora con el referente del veganismo.
La fundamentación de lo que comienza a conocerse como anarcoveganismo se refuerza con la relación que activistas anarquistas y afines establecen con las ideas del ecologismo profundo y la defensa de los derechos animales a través de múltiples acciones directas radicales. Va a aspirar al reconocimiento como una nueva corriente del anarquismo en la medida que propone un original énfasis en el tema de cómo nos alimentamos y nos ajustamos con el entorno ambiental –en especial con la vida animal- tornándolo centro de las preocupaciones y la actividad que debe proponerse el anarquismo, algo que nunca estuvo tan marcado en el anterior vegetarianismo anarquista ni en el naturismo libertario de las años de 1920 y 30. Esta reivindicación de ser aceptada como una vertiente del anarquismo por derecho propio no deja de ser objetada desde las corrientes libertarias preexistentes, que cuestionan lo que se ve como estrechez de miras al dar desmedida importancia a estos temas con un sectarismo cuasi religioso al luchar por lo natural y animal, tendiendo a alejarse de los objetivos revolucionarios sociales del anarquismo 3.

“Food Not Bombs”: alimentar a los hambrientos como acto subversivo
Esta iniciativa 4 es –hasta donde sabemos- la expresión más extendida en la actualidad de las prácticas que conectan al anarquismo con lo gastronómico. FNB –Comida, No Bombas- es el slogan que usaba para identificarse un colectivo libertario presente en las luchas antinucleares y antimilitaristas en la zona de Nueva Inglaterra (Estados Unidos) hacia 1982. El lema se asumió como denominación tanto por expresar la denuncia al militarismo armamentista como por indicar la línea de acción práctica que asume el grupo: servir alimentos a quien concurriese, en especial a los menesterosos, a los actos de protesta antibélica en que participaba. Para fines de esa misma década un segundo grupo, más centrando en la alimentación a los necesitados, aparece en la costa oeste de Estados Unidos, específicamente en San Francisco; este grupo alcanza notoriedad por la tenaz pugna que le enfrenta a las autoridades locales empeñadas en prohibir y reprimir sus acciones callejeras de dar comida a los “homeless”. Tal perseverancia produce frutos, no solo en lograr que finalmente un nuevo gobierno municipal se vea obligado a tolerar las comidas públicas de FNB, sino en que el interés mediático sobre el tema favorece la expansión nacional e internacional de la iniciativa. Con el correr del tiempo, han llegado a constituirse cerca de 200 grupos, conectados en una estructura abierta de tipo federal, y aunque la mayoría de esos colectivos opera en Norteamérica, FNB ha alcanzado a tener presencia en 53 países, extendiéndose a Suramérica, Europa, África, Asia y Oceanía5
No por casualidad ha acontecido esa expansión en Estados Unidos y la participación de FNB es destacada y reconocible en tantas protestas y luchas sociales contemporáneas en ese país; su inspiración y acciones conecta con una larga tradición de activismo social no violento que tiene raíces tan ilustres allí como los cuáqueros, el “ferrocarril subterráneo” que auxiliaba a los esclavos fugitivos antes de la Guerra de Secesión, la lucha por los derechos civiles de diversos grupos oprimidos o la oposición a las diversas guerras imperialistas. Lo novedoso en este caso es la vinculación con el anarquismo, tal vez no expresada en el despliegue de la habitual simbología de la A dentro del círculo y la bandera negra, pero suficientemente expuesto bien sea en los modos de acción de FNB y en la fundamentación que dan a su existencia. Si esto parece poco preciso o un intento por atribuir forzadamente una identidad inexistente, recomendamos que se ubique en su website al libro que claramente se expone y promueve como contentivo de las propuestas centrales en torno a las que se organizan y actúan, que no por casualidad se llama The Anarchist Cookbook – El Recetario Anarquista- (¡no confundir con la virulenta obra homónima de W. Powell!), un texto que es claramente un manual de introducción al anarquismo 6.
Por último agreguemos que en cuanto se refiere a sus prácticas culinarias concretas, FNB se ha orientado hacia lo vegano y a enfrentar tanto el despilfarro de comida como el menosprecio a ciertos alimentos que es propio del capitalismo7; es de suponer que por esta clase de cosas es que un vocero del Federal Bureau of Investigation –el sombrío FBI- públicamente calificó a FNB como "organización con posibles conexiones terroristas", declaración que en cierto modo podemos interpretar como hosco reconocimiento al valor rebelde de la labor del grupo.

“Cucine del Popolo”
Esta iniciativa apareció en 2003, impulsada por la Federazione Anarchica Italiana (FAI) de Reggio Emilia, ciudad del centro-norte de Italia, con su sede en el Centro de Estudios de las Cocinas del Pueblo en la cercana población de Massenzatico8. El Centro impulsa eventos, con difusión vía Internet y con ediciones que reúnen intervenciones y ponencias; también organiza talleres, mercados, edita estudios e inspira la experimentación enogastronómica. Su actividad más relevante son las jornadas bianuales en su sede que se han denominado según el tema central: 2004: “Cocinas del pueblo”; 2006: “Cocinas literarias”; 2008: “Cocinas del utopista”; 2010: “Cocinas de la locomotora”; 2012: “Cocinas de la revolución”; 2014: “Cocinas de la solidaridad”; y 2016: “Cocinas del amor”. Para 2018 se propone “Cocinas de los pueblos”.
La actividad de “Cucine del Popolo” no es de ninguna manera la de constituir un reducto intelectual de gourmets o “foodies” con algún viso ácrata; se entiende como una labor plenamente integrada a los objetivos de propaganda, agitación y acción revolucionaria de la FAI. Ello se refleja en tres lemas que resumen lo que se propone “Cucine del Popolo”: “Lo revolucionario es la calidad”, “La revolución será un almuerzo de gala” y “Si tu pensamiento es débil, es porque lo has alimentado mal”. Por lo tanto, se ha tomado una clara opción de interesarse en particular por la cocina de los pobres o "cocina social", su contexto sociocultural, recetas, ingredientes, ámbitos geográficos y espacios de ejecución. Además, se impulsa la crítica teórica y las acciones prácticas contra el modelo de alimentación industrial capitalista y en favor del vegetarianismo, sin llegar a la rigidez anarcovegana, pues se admite que un rasgo propio de la cocina popular italiana que se reivindica es hacer gran uso de grasas animales9.
Como información adicional, señalemos que en Italia existe otra experiencia anarquista que actúa en similares temáticas que “Cucina del Popolo”, se trata de la red “Eat the Rich”, que ha promovido la realización de dos Festivales de las Cocinas Populares y Autogestionadas, el de 2016 en Bologna y el de 2017 en Roma10.
- 1. Por ejemplo ver lo accesible en el Blog de El Libertario (2017) bajo la etiqueta “Ciencia y Tecnología”.
- 2. Este autor desarrolla ampliamente sus ideas en Núñez-Mujica, Guido (2008). “Debate (A) – Tecnoliberación: Mundo por venir o simple espejismo” (+ video), http://periodicoellibertario.blogspot.com/2017/04/debate-tecnoliberacion-mundo-por-venir.html [3]
- 3. Como muestra de las polémicas en torno al anarcoveganismo, ver Revolución Feral (2013) “El mito del veganismo”, http://barcelona.indymedia.org/newswire/display/507242/index.php [4], y Castro, Johnny // Nelson Méndez (2003//2004) “Polemizando sobre vegetarianismo, veganismo y anarquismo”, http://periodicoellibertario.blogspot.com/2017/03/polemizando-sobre-vegetarianismo.html [5]
- 4. Ver el website de FNB, que incluye información en castellano, en http://www.foodnotbombs.net [6]
- 5. El mapa ubicando grupos y actividades de FNB en todo el mundo está en http://www.foodnotbombs.net/new_site/contacts.php [7]
- 6. Para la versión en inglés del libro de K. Mc Henry y Ch. Bufe, aún no traducido a otros idiomas, ver http://www.foodnotbombs.net/a.%20Anarchist%20Cookbook%20interior%207-30-15-1.pdf [8]
- 7. La exposición tanto de las prácticas culinarias de FNB como de su fundamentación, está en The Anarchist Cookbook, sección “Food” pp. 93-142.
- 8. Para más información (en italiano), ver su página web en http://www.cucine.arealibertaria.org [9]
- 9. Para más detalles, ver Ferrari, Gianandrea (2014). “Las aventuras de las Cocinas del Pueblo”, http://periodicoellibertario.blogspot.com/2014/12/italia-las-aventuras-de-las-cocinas-del.html [10], y González, Alfredo (2016) “La cocina del pueblo, del amor y de la anarquía”, http://periodicoellibertario.blogspot.com/2016/10/la-cocina-del-pueblo-del-amor-y-de-la.html [11]
- 10. Ver el website de esta iniciativa en https://reteeattherich.noblogs.org [12]. Con posterioridad a la redacción de este texto hemos tenido noticia de una tercera propuesta anarquista en el campo gastronómico afincada en Italia, la “Cocina Sovversiva”, cuya web es http://www.cucinasovversiva.it [13], con un manifiesto programático traducido al castellano en http://periodicoellibertario.blogspot.com/2017/10/italia-manifiesto-de-cocina-subversiva.html [14]