Opinión

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Más allá del simbolismo anecdótico de las iniciativas independentistas -para actualizar su lucha desde el exilio- y del doble lenguaje, característico de los políticos, están la realidad de la Justicia represiva del Estado, la “simbólica” Declaración de Independencia –como lo reconocen ahora la mayoría de sus declarantes- y la confesión de Puigdemont reconociendo el triunfo de la Moncloa…

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Sebastián Endara
Cuenca, región ecuatoriana

Por @Quebrantando el Silencio

Así me siento. También perplejo ante mi incapacidad de entender lo que me rodea. La propia marcha de lo cotidiano se me escapa. No comprendo nada y, cada vez menos, a nadie.

Escupido por Irreverent ( @Nen__17 en twitter)

“Lo contrario a la violencia no es el pacifismo, es la autodefensa, el pacifismo tan sólo allana el camino a la violencia al no oponer resistencia”
-Un barriobajero.

En un interesante artículo, titulado “¿Qué queda del ideario socialista que quisimos tantas y tantos?” (1), Pepe Gutiérrez-Álvarez describe, en detalle y con gran lucidez y valentía, el proceso de ocaso -en la España y el mundo de hoy- del “proyecto socialista”, y, tras refutar la pretendida eficacia del “triunfal-capitalismo”, termina afirmando que “para comenzar a cambiar se requiere un desarrollo de la conciencia…”

Por Mumia Abu-Jamal

Su nombre resonó con similitud. Erica, Erica Garner.

La solidaridad no se mendigaba. Se ejercía con la misma intensidad tanto con compañerxs de lucha  como con compañerxs desconocidxs. Limones, piedras, agua y diferentes elementos para hacerle frente a la represión se repartían entre lxs presentes. Las bases estuvieron, y estarán. Las cúpulas no brillaron ni brillarán jamás. La plaza grita: “El pueblo unido, jamás será vencido” mientras se expulsa a los mercenarios uniformados. La plaza exige: “Que se vayan todos, que no quede, ni uno solo”.

Texto publicado en griego en iforinterview. Traducido por Verba Volant.

Hace muchísimos años, cuando los trabajadores tenían la conciencia y la voluntad de reivindicar lo obvio, la huelga tenía a la patronal acojonada. ¿Por qué?

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