[EEUU] Se multiplican las luchas de presos en tiempos de Covid-19

 

"Algunos compañeros tras los muros de la cárcel se resisten a hacerse la prueba de la Covid. Y entonces, alguien pregunta  “Pero si están tan preocupados por la Covid, ¿por qué evitan la prueba?”. Resulta que un resultado positivo puede significar el traslado a una celda de aislamiento, sin llamadas, sin luz del sol. Puede suponer un aplazamiento para tu juicio, incluso si eres un preso preventivo. Podrían hacerse juicios por vídeoconferencia, es técnicamente posible, pero no se lleva a cabo. Un positivo puede emplazarte a pasar tres meses más en una jaula sucia, humillante y tediosa, tres meses más de ser jordido por matones violentos y mezquinos y por equipos de funcionarios que son robots insensibles.  Tu información sobre la Covid es escasa o inútil: las noticias de la televisión, una octavilla nada fiable impresa por los carceleros, o la radio macuto que continuamente ronronea tras los muros. Los presos no rechazan hacerse pruebas porque sean unos paletos supersticiosos. Los presos han de sortear desastres que no son tan fáciles de imaginar desde fuera, en un entorno de desinformación y de mierda asfixiante" (Oakland Abolition & Solidarity).
 

1) Los presos de la cárcel estatal de Ware, Georgia, empiezan el Agosto Negro con una rebelión.

IWOC Atlanta (It's Going  Down). - Una rebelión de esclavos –es decir, de encarcelados-, tuvo lugar en la prisión estatal de Ware, ubicada en Georgia del Sur, la noche del 1 de agosto de 2020, a  las 10 p.m. Un guardia fue atado, otros dos guardias fueron apuñalados, se rompieron cristales,  y se prendió fuego a un vehículo y diferentes secciones de la prisión.

La policía del condado de Ware también disparó contra tres prisioneros durante el levantamiento. Uno había recibido un disparo en el muslo y otro en el brazo. "¡Estamos cansados ​​de esta mierda, FUCK 12!" En un video publicado en línea, se puede ver a presos ayudando a los que recibieron disparos, tratando las lesiones, aplicando hielo y buscando atención médica para los heridos.

La portavoz de Instituciones Penitenciarias de Georgia, Joan Heath, declaró el domingo por la mañana que "la causa de los disturbios se desconoce en este momento". Decir esto es ridículo cuando la cárcel estatal de Ware ha estado operando a su máxima capacidad durante la actual pandemia. Eso significa que al menos 1.546 personas en el interior están continuamente expuestas a contagio, bajo negligencia médica y en una situación de ejecución por Covid-19. Dos presos en Ware han muerto debido al COVID-19, mientras que al menos veintidós dieron positivo, así como treinta y dos  empleados.

A lo largo de esta pandemia, los presos de Ware han vivido una negligencia médica extrema desde que comenzó el brote, donde incluso a las personas con los síntomas más graves del coronavirus, como dificultad para respirar, se les ha negado tratamiento médico.

Más allá de la pandemia, otras condiciones dentro de la prisión son igualmente malas. Según IWOC Atlanta, la epidemia de Covid sólo amplifica la nula dotación de medios de las cárceles. Los reclusos solo han estado recibiendo dos sándwiches al día -sin comidas calientes- y con poca o ninguna ducha. Como era de esperar, la línea telefónica de Ware sigue sonando sin respuesta, aunque llueven las llamadas de  medios de comunicación y de familiares preocupados por quienes están al otro lado del muro.

Puede que no veamos este año una huelga en las cárceles que abarque todo EEUU,  y tal vez las acciones necesarias hayan evolucionado. Esta podría ser la terrible dirección que tomarán de ahora en adelante otras personas esclavizadas en cárceles, penales y centros de detención estadounidenses. Las revueltas activadas en las prisiones y las rebeliones de esclavos son inminentes porque persiste la esclavitud.

El martes 11 de agosto se organizó una cacerolada y una caravana de vehículos por parte de abolicionistas frente a la prisión estatal de Ware –Oregon-.  Aunque se desplegó a lo largo de la ciudad, la manifestación no fue para las personas libres en Waycross, sino para las personas encarceladas en Ware, que no tienen electricidad, agua corriente ni atención médica.

Los manifestantes no se reunieron para apoyar a los equipos de funcionarios de prisiones faltos de personal,   que a menudo provienen de los mismos orígenes y experiencias que las personas a las que tienen la tarea de subyugar.  Los manifestantes mostraron su apoyo a la abolición total de las cárceles y a la liberación de todos los presos. Estos manifestantes no son paracaidistas ajenos al conflicto, sino personas que vinieron de todas partes del estado (algunos conduciendo durante cuatro horas) para mostrar solidaridad con las personas que sufren las mismas injusticias que todos sufrimos bajo el gobierno de EE. UU.,  personas de toda Georgia que, hay que subrayarlo, han sido encarceladas.

Se acercaron a las personas del vecindario para obtener información y escucharon lo que tenían que decir.  Hablaron con la gente de la ciudad, en buena parte acogedora y amable. Los manifestantes dicen que durante esta acción todas las decisiones se tomaron por consenso, lo que demuestra  su compromiso con la escucha mutua y con la no anulación de  la autonomía o libertad de cada persona.

Sus lemas son radicales y honestos, y la respuesta que les dio la policía subraya la necesidad de acciones radicales: trece vehículos, rodeándolos mientras se sentaban pacíficamente en un estacionamiento como si estuvieran llevando a cabo una redada de cuerpos especiales. Cuando esta es la respuesta a menos de veinte personas que solo usan sus palabras, se ilumina por qué no creemos en las medias tintas, las reducciones presupuestarias o el cambio de marca. La prisión estatal de Ware puede ser renombrada como Instituto de Educación y Rehabilitación del Estado de Ware, pero siempre será la misma por dentro. Mientras haya humanos encerrados en jaulas y encerrados en el mundo, nadie será libre. El 17 de agosto se ha convocado una alerta telefónica, con llamadas a la cárcel expresando preocupación por la situación de los presos, que siguen privados de una alimentación decente y medios de aseo.

 

2)  Las promesas vacias llevan a una nueva huelga en la cárcel de Barton, Oregon.

IGD / North-Shore Counter Info. - En la mañana del 5 de agosto, los presos de grado 4B de la cárcel de Barton -Ontario, Oregon-  iniciaron una huelga de hambre, la tercera en los últimos dos meses.  Su huelga más reciente a fines de julio terminó rápidamente cuando la administración acordó cumplir con sus demandas principales: poder recibir libros desde el exterior y ampliación de la oferta del economato. Sin embargo, estas promesas se han revelado vacías, ya que más de una semana después no se han llevado a cabo.

Las huelgas de hambre son una maniobra peligrosa y los presos en 4B están preparados para ir más allá en esta ocasión, ya que está claro que la administración hará más promesas vacías para socavar la acción colectiva. Necesitan solidaridad externa tanto para ayudarlos a alcanzar sus objetivos como para protegerlos de las represalias. La prisión está diseñada para la impunidad, pero al escuchar la voz de los presos y mostrarles que nunca lucharán solos, podemos dar un paso poderoso para derribar los muros.

Las demandas centrales de los presos, libros y productos básicos como pasta y  jabón desinfectante, son normales en otras instalaciones, pero están arbitrariamente prohibidas en Barton. El superintendente tiene la capacidad de satisfacer estas demandas de inmediato por los poderes que tiene transferidos. Se hace un llamamiento a comunicar con la dirección de la cárcel y expresar la solidaridad con los presos.

3) Séptima semana de huelga de hambre en la cárcel del Condado de Lane.

 

It's Going Down. . Dando prueba de la claridad mental de los presos  y de lo crítico de las injusticias del encarcelamiento durante una pandemia mortal, la huelga de hambre del condado de Lane llegó el 5 de agosto a su séptima semana. Después de cuarenta y cinco días consecutivos de huelga de hambre asumida por entre quince y veinte detenidos en prisión preventiva, no se ha cumplido ninguna de las demandas de los huelguistas. Aunque la cárcel aparentemente accedió a la demanda de que los guardias usen máscaras y de que se implementen procedimientos de limpieza efectivos y medidas de cuarentena adecuadas, no está claro si esto fue el resultado de la huelga o más bien el segundo caso positivo confirmado de Covid-19 en la cárcel.

Si bien algunos de los primeros huelguistas han cesado en ella  -incluida una persona que, tras veintinueve días,  ahora enfrenta efectos de salud irreversibles, como insuficiencia renal y hepática, y otro anterior, médicamente vulnerable, que ha estado en huelga durante casi dos semanas-  otros se han unido para reemplazarlos, haciendo notar sus peticiones y la urgencia de su necesario cumplimiento. Algunos de los huelguistas iniciales dejaron de rechazar alimentos al ser trasladados a prisiones estatales después de aceptar acuerdos de culpabilidad - una decisión que, según ellos, no habrían tomado si los tribunales estuvieran operativos. A través de Lane County Mutual Aid (LCMA), uno de los nuevos afirma que se sintieron inspirados para dar el paso  por el apoyo que han recibido del exterior.

Perdí la esperanza. Pensé que la huelga de hambre era una tontería. Pensé que nunca llegaría a ninguna parte. Pensé que a nadie le importaría nunca. Hasta que miré por la ventana y vi al menos un centenar de personas caminando con carteles que decían: "Te apoyamos". Eso fue lo que me animó. Y ahora no he comido en 12 días. No solo me distéis apoyo, me distéis inspiración.

Actualmente,  LCMA no puede dar con seguridad la cifra de presos en huelga. La comunicación con los que están dentro se ha vuelto difícil, dado que la cárcel ha bloqueado las líneas de comunicación directa con los presos por su contribución a la organización.  Sin embargo, a pesar de estas obstrucciones, LCMA está en contacto con al menos dos huelguistas de hambre.

Según las estadísticas de seguimiento de Covid-19  por Instituciones Penitenciarias del Estado de Oregon y la supervisión de todos los estados por el Proyecto Marshall sobre el coronavirus en las cárceles, casi quinientos presos en el estado de Oregón dieron positivo por Covid-19 , en una proporción de 3.5 casos positivos por cada 100 encarcelados, después de brotes mortales en cuatro centros de reclusión.  En junio de 2020, un grupo de legisladores de Oregón instó a la gobernadora Kate Brown a conmutar las sentencias de dos mil personas encarceladas como para protegerlas de Covid-19. De las casi veinticuatro mil personas encarceladas en Oregon, Brown sólo liberó a cincuenta y siete.

Las reivindicaciones  de los huelguistas siguen siendo las mismas:

- La libertad para todos los presos en espera de juicio y médicamente vulnerables

- La disminución de finanzas desproporcionadas.

- El derecho a un juicio justo y rápido

- El derecho a visitas sociales en persona, tras el vidrio, con amigos y familiares

- El derecho a visitas en persona, tras el vidrio,  con abogados a instancias de abogados o presos

- El derecho a los servicios religiosos.

Los huelguistas, muchos de los cuales renunciaron a su derecho a un juicio rápido antes del inicio de la epidemia y han quedado detenidos durante meses, mucho más tiempo que el límite máximo de sesenta días de prisión preventiva, pues se ha extendido durante ciento ochenta días  por el aplazamiento de las audiencias debido a las restricciones sanitarias. Siguen destacando la necesidad de una gran reducción de las fianzas. La mayoría  de los huelguistas ven las fianzas caras y la pérdida de los derechos constitucionales al juicio justo como profundas injusticias que mantienen encarcelados, en su mayoría, a pobres, negros, indígenas y personas de color. Muchos también ven la excarcelación como una necesidad para enfrentar la mortal crisis de salud pública de la pandemia y el racismo estructural.

4) Presión por la salud de los presos.

Oakland Abolition & Solidarity (Redes Sociales). - Una intensa campaña de más de una semana de alertas telefónicas, con llamadas continuadas y múltiples a los directivos de la prisión, ha conseguido este 17 de agosto  que los presos Robert Abeyta y Philip Gipson de la cárcel Santa Rita en el condado de Alameda -California- hayan sido trasladados a un hospital para recibir la asistencia que necesitan. Las condiciones dentro de la cárcel de Santa Rita son peores que nunca para los presos con discapacidades y problemas crónicos de salud. Muchos están sufriendo negligencia y abuso debido a la negativa de la cárcel a brindar cuidados esenciales, medicamentos y adaptaciones para discapacitados. El seguro médico Wellpath se niega a pagar para hospitalizar a personas que necesitan atención desesperadamente. Los presos sienten que esto equivale a una tortura.

Esta campaña ha roto el muro de silencio creado por la Oficina del Sheriff del Condado, que siempre ha hecho todo lo posible para ocultar la verdad sobre las condiciones dentro de la cárcel: mentiras constantes a la prensa sobre muertes bajo custodia, atención médica, abuso por parte de los empleados de la prisión, falta de higiene, saneamiento y mucho más. Ha llegado a  etiquetar los testimonios de los presos, presentados por abogados en sede judicial, como  "información errónea". Entendemos que la oficina usa su control sobre la narrativa y su falta de transparencia como herramientas poderosas, en un intento por aumentar sus presupuestos, el poder y el control. El sitio web Santa Rita Jail Solidarity es un intento de contrarrestar la capacidad del Sheriff de utilizar estas herramientas al compartir esta información de primera mano.

 

Especial: 
Huelga de presos/as en EEUU
Enlaces relacionados / Fuente: 
https://itsgoingdown.org/category/topics/incarceration/
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