Sobre la implantación de un Carnet Por Puntos de Activista, Para Poder Opinar de Algo

Siguiendo con el tema de El Libertario de Venezuela, querría comentar un par de objeciones que he leído estos días, a la acción de El Libertario como medio de comunicación.

La primera afirma que si el anarquismo en Venezuela está debilitado, se debe a que su estrategia de enfrentamiento con el chavismo es errónea, o a que carece de una estrategia adecuada de actuación revolucionaria, limitándose a criticar por criticar.

Quisiera señalar que las causas de la debilidad del anarquismo organizado (el desorganizado es inmenso), no se encuentran en su carencia de propuestas, estrategias y tácticas, o en que sean inadecuadas. El anarquismo es –por suerte o por desgracia–, muy amplio y diverso, y algún grupo o colectivo debería tener buenas tácticas, buenas estrategias, buenas prácticas. Y sin embargo, el panorama organizativo sigue siendo muy espartano doquiera se mire. Es más, uno de los colectivos que se crearon en Venezuela en el ámbito del especifismo libertario hacia 2010, la Federación Anarquista Revolucionaria Venezolana, desapareció sin pena ni gloria en 2013, (o al menos yo carezco de noticias de ella), aún habiendo declarado que no era "antichavista", y que consideraban a Chávez, un gran tipo.

Para mayor abundamiento, los partidos comunistas, desde los grupusculares a los más grandecitos, han presumido a lo largo de su existencia, de tener análisis certeros, estrategias científicas, tácticas adaptadas, herramientas epistemológicas de la hostia… Y sin embargo, ¿Cuántas veces la han cagado? ¿Cómo son de pequeños unos partidos que lo tuvieron todo, y son ahora poco menos que nada?

En mi opinión, una de las causas de la pequeñez del anarquismo organizado, se debe a que hay otras organizaciones que llegan mucho más a los activistas a la hora del reclutamiento. Por ejemplo, los cristianos, que tienen la red de voluntarios más grande del mundo. Por ejemplo el islam. ¿Por qué llegan mucho más lejos que muchos partidos? Pues porque poseen montones de recursos económicos, miles de fundaciones, medios de comunicación, donantes de todo tipo, apoyo institucional, miles de años de activismo y experiencia en las espaldas… No importa que sus ideologías menos elaboradas sean un cúmulo de disparates. Desde la infancia captan en la catequesis, y extraen luego a luchadores, voluntarios, misioneros al tercer mundo, etc. Otro actor formidable es el Estado, que capta a cientos de miles de técnicos para sus empresas y servicios públicos sociales, desde ayuntamientos a Bruselas y la ONU. Y están las ONGs, que funcionan como franquicias de Iglesias y Estados, y que absorben también a otras tantas personas.

¿Qué le queda al anarquismo organizado? ¿Qué puede ofrecer a los militantes? No tenemos dinero, no tenemos recursos, no tenemos redes… Pues ofrecemos un montón de sacrificio, riesgos y trabajo a cambio de intangibles: satisfacción por una militancia desinteresada y bien hecha en pro de un mundo sin mando ni obediencia, etc.

Que cada cual valore si lo que nos falla es la estrategia y las propuestas, o los recursos. Yo pienso que son los recursos los que hacen que el socialismo de Venezuela tenga dos millones de afiliados, y El Libertario, y el resto del anarquismo organizado un número indeterminado, pero pequeño, por muy buenas prácticas, estrategias o iniciativas lleve a cabo.

La segunda objeción que plantean a El Libertario, es describirlo como un mero grupo de propaganda sin actividad real. Bueno, es que se trata de un periódico digital, ya que en papel lo han dejado de sacar porque la inflación elevó tanto el precio del papel, que no tienen pasta de momento. 

Nadie pide –que yo sepa– a los editores de Diagonal, que tengan actividades en áreas de sindicatos, precarios, inmigrantes, minorías étnicas, mujeres, transexuales… Aparte de ello, en ese periódico escribe bastante gente, algunos de ellos no son anarquistas, y se da voz a muchos colectivos. Y dicho esto, pienso que cualquiera de nosotros tiene derecho a expresar sus opiniones como mejor sepa, sin que se le exija una especie de carnet por puntos en el que tenga que demostrar número de manifestaciones a las que acude, piquetes de los que ha formado parte, o apoyo a familias desahuciadas. ¿Cuánta actividad debería mostrar alguien antes de poder opinar? ¿Qué pasa con un activista que no sepa expresarse por escrito? ¿Qué hizo Marx en toda su vida, más que estar en una biblioteca y escribir libros?

Pienso que nuestros periodistas deberían contar lo que la gente no puede expresar por carecer de medios. Gracias a ellos y a ellas, el mundo es un poco más grande. Reprocharles a los que hacen divulgación anarquista y de noticias en Venezuela, que no están a todo lo que debieran, que tendrían que hacer más y cubrir más cosas, y que además tengan actividades militantes de todo tipo para justificar su vocación, me parece chocante. 

Dándole la vuelta al episodio, sería como pedirle a Durruti que escriba crónicas sociales, cuando al pobriño, nunca se le dio bien.

Y con esto que comento de las dificultades que tenemos, no quiero justificar nada. Nuestra obligación es actuar en el mundo que habemos con lo que disponemos, de la mejor manera que se nos ocurra. Porque el camino nadie lo sabe, y siempre se puede abrir brecha.

 

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