[México] Comunicaciones recientes de tres compas presos
Reproducimos tres escritos recientes de Abraham Cortés, Luis Fernando Sotelo y Fernando Bárcenas. Para estar al día de su delicada situación recomendamos seguir AbajoLosMuros.org [CNA México] y ProyectoAmbulante.org [contrainfo desde Oaxaca].
Abraham cumple condena firme de 13 años y 4 meses desde el 2013. A Luis Fernando recientemente le ratificaron una condena de 33 años y 5 meses y Fernando Bárcenas cumple 5 años y 9 meses de prisión desde 2013 por el incendio de un árbol publicitario de Coca-Cola durante una manifestación.
El estado me llama criminal. Texto de Abraham Cortés
Hola compañeros les saludo con un fuerte grito de rabia, solidaridad y anarquía, a un poco más de 94, 608, 000, 000 segundos de estar secuestrado por este maldito fakin sistema, y a 23 días de solidaridad con los demás compas y por todos los acontecimientos que pasan a diario en este mundo, creo que no es necesario mencionar el porqué de esta huelga y ahora ayuno, porque lo vivimos a diario, no importa donde estemos, si aquí, o allá, a lo que llamamos calle, aunque en todos lados estamos vigilados y obligados a ser serviciales, y esta misma sumisión es la que le da el poder al poder y la lucha a la lucha. ¿Qué quién soy?
Mis padres me llaman Abraham, el Estado me llama criminal y la banda luego le da igual, yo digo SERCKO, pero más que eso, solo soy un ser vivo y pensante, cimarrón, como un lobo solitario, sin amo y sin dios. Compas me gustaría compartirles algo de mí, y es que desde el recuerdo más antiguo que tengo en mi vida siempre ha habido rencor, odio, tristeza, distinción, depresión, olvido, opresión entre otras cosas, observando y sintiendo todo, una vida acelerada de aquí para allá, a palabras de la cárcel, el pagador. Pero de pagador no tengo ni madres; no elegí a mis padres, ni mi estado económico o mi estatus social. Yo no pedí vivir, pero mis padres me hicieron que para mantenerse unidos, yo digo que fue un rato de calentura, pero bueno, ya estoy aquí, más sin en cambio conforme van pasando los años y dejo de ser tierno, tragón y cagón, paso a ser de la domesticación de casa, estudia, aprende, sé el mejor y a cambio de que, una mala respuesta una paliza, una buena respuesta, otra paliza... ¿entonces de qué se trata?
Después que Chuchocraist para aquí y para allá y no sé qué más religiones y sectas para echar arriba, a lo que yo siento, una falsa esperanza. A mí me querían inculcar primero el catolicismo, después que no, que el cristianismo, ya después estaban ellos dudando. Yo creo en lo que siento, en lo que veo, y hasta ahora, el ser yo mismo y saber quién soy es lo mejor que me ha pasado por que no tengo apegos o por qué no necesito a ningún dios, o imagen, o sentimiento para hacerme o sentir que puedo morir sin pedos, para eso nos hicieron, desde que rompí la cadena familiar y el cordón umbilical y no regresé a casa me he valido por mí, con altas, con bajas, "con ganas de ser alguien", perdido en el quien soy, perdido en este mundo, reproduciendo cada trago amargo aprendido por esta "sociedad", pero en busca de mí; a veces me pregunto qué quiero, por ahora quiero ser libre, como millones y millones de explotados, aunque para mí la libertad es una amiga, no, la verdadera libertad la vives después de la muerte, porque vuelves a ser nada, por ahora no vaya a ser que al rato nos hagan galletas también a nosotros.
Para qué pedir una libertad física o una amnistía si a donde quiera que vaya uno siempre hay un opresor, reglas, muros, dioses, sistemas de sumisión, dinero, esclavitud, trabajo, esclavitud, religión, esclavitud. Hay muchas formas de ver estos sistemas impuestos por aquellos que se llaman de la alta suciedad, como el tan mencionado narcotráfico, que a pesar de ser un sistema tachado por los medios pero bien visto por el Estado, por qué también así es una forma de tener más dinero y poder, mientras controla a la población con sedantes baratos y adictivos, sustancias hechas por manos humanas, mismas que matan a diario a nuestros jóvenes en todo el mundo, a cualquier hora, en cualquier lugar , aunque creo yo no todas las drogas son del narco , las empresas sacan sus propias drogas, coca-cola, bimbo, McDonald, pizzas o como le llamamos "rancho de la calle" .
También ropa, cosméticos, accesorios, cosas y cosas, un chingo de chingaderas que se inventan solo para hacer más basura, contaminar, enajenar y tener controlada a la población.
Compañeras, esto es algo de lo que pienso y he vivido pero hay algo que he tenido desde siempre, al igual que muchos, REBELDIA, y esa rebeldía es la que me mantiene cuerdo ante esta locura social, esta rebeldía, esta inconformidad ante lo que veo y siento es la que me hace luchar, no importa si no me topan, no importa si no siempre actuamos en conjunto , no importa donde estemos, lo que importa es luchar por un ideal.
Compañeros, salud y anarquía.
10 de Noviembre de 2016
Quiero hacer público éste comunicado por tres concideraciones:
° La primera sería que los actos del personal administrativo y de seguridad fueron: injustos, desproporcionales y qué decir ilegales.
° La segunda es la especulación acerca de mis alianzas políticas.
° Por último, la acción llevada a cabo por el preso Jessie Montaño y por mi no fue un acto de desobediencia del todo; y, en sí, más un acto de resistencia hacia el sistema, mal llamado, de justicia.
Lo único que acordamos fue poner un candado para resguardar nuestro espacio, que ha sido nuestra casa por más de 2 años. ¿Resguardarlo de qué? [de la imposición institucional].
En la madrugada del 9 de Noviembre llegaron (trasladados del reclusorio Norte) cerca de 30 personas. Según nos entrevistamos con ellas, ya se encontraban en el área de C.O.C. del Norte... Después de que pasaron como 40 minutos, algunos custodios llegaron con el director; quisieron romper el candado de nosotros y en sí lo lograron. Para, acto seguido, someter con excesiva violencia a Jessie. Y para cuando ya pudieron cargarlo para llevarlo fuera de Ingreso, yo les grité que lo certificaran acá (medicamente). Con eso fue suficiente para que a mi también me intentaran someter y me golpearan (con puñetazos en la cabeza y codazos).
Quiero hacer mención de algo que afirma el director del Reclusorio Sur. Él dice que de la mano de los promotores de la amnistía y de gente de la Subsecretaría del Sistema Penitenciaro nos está ayudando. ¿Qué moneda sería una persona que se "preocupa" por la situación de lxs presxs a costa de el "trabajo" de las instituciones representativas? Son las consecuencias del silencio represivo que acompaña el actuar de los legisladores. Primero se da por hecho que hubo intención de liberarnos; así se descarta la opinión y las necesidades del diario vivir como presxs. No defendemos privilegios regalados por poderosos. Defendemos la digna resistencia ajena a la corrupción y a las negociaciones del poder.
Ahora temo más por mi integridad al interior del reclusorio, así mismo por la de familiares y amigos en el exterior. Sin embargo sostengo la superación del miedo para: responzabilizar a custodios y administrativos (y particularmente a Tonatiuh, el director del Reclusorio Sur) así como a los funcionarios de la Subsecretaría del Sistema Penitenciario del Distrito Federal, por las agresiones que sufrimos y también por los robos de los que se beneficiaron... al despojarme de algunas pertenencias.
Luis Fernando Sotelo
Fernando Bárcenas: No necesitamos amnistías porque no queremos ni necesitamos leyes que rijan nuestras vidas
La ley es un artefacto que castra las aptitudes humanas; que piensa, dirige y crea nuestras vidas por nosotros y tal concepción implica la mutilación de la parte más única y auténtica de nosotros.
Por eso, quien decide tomar su vida en sus manos al margen de la máquina podrida es mirado como “raro”, “antisocial”, “criminal”, etc.
No podemos pensar soluciones dentro de los “marcos democráticos”, que con sus políticas de exterminio amedrentan a sus habitantes con despojos, violencia y muerte.
He escuchado rumores sobre una amnistía promovida por algunos partidos políticos e instituciones políticas y creo que es necesario puntualizar aquí mi postura de rechazo a toda forma de instrumentalización de las energías del pueblo para mantener el orden. Algunos piensan que una amnistía podría sanar los intereses del pueblo, hechos añicos ante la imposición de la riqueza a costa de la esclavitud económica; nosotros no queremos “salir” de una cárcel para entrar a otra. Queremos ser libres realmente, fuera de sus realidades virtuales, y si eso implica destruir su sociedad lo haremos pensando que algo nuevo debe nacer para hundir por siempre esta civilización podrida que nos obliga a ser autómatas y engranes de la maquinaria…
No importan las “luchas políticas” si no el conflicto permanente que existe en todas partes; pueden aprisionarnos pero no detendrán la revuelta. Vecinos inconformes salen a las calles a repudiar los proyectos inmobiliarios que causaran el despojo y desplazamiento forzado de miles de familias que no tienen los recursos suficientes para costear la privatización del espacio público. La privatización del agua es también un síntoma más que evidente que refleja el cómo en realidad nos ven los poderosos. Esclavitud moderna, enajenada y edulcorada con lujos, drogas y demás aspiraciones capitalistas.
No necesitamos amnistías porque no queremos ni necesitamos leyes que rijan nuestras vidas; el espejismo del progreso nos hace creer que el Estado y el gobierno son necesarios y por lo tanto no percibimos directamente los síntomas de que nos estamos convirtiendo en cómplices de la matanza de nuestros pueblos…
Queremos ver propagada por todas partes la insurrección que destruya al poder centralizado, yugo común que cargamos todos los pobres en la espalda.
Saludamos los actos de insubordinación a los estándares de vida internacionales que pretenden convertirnos en piezas eficientes de su maquinaría.
Nosotros, los marginados, somos los que soportamos el peso de esta sociedad y como ya no somos necesarios en su sociedad tecnológica justifican nuestra masacre por medio de guerras informales contra la droga en lugares donde curiosamente la gente tiene tradiciones comunitarias de vida distintas a las del Estado.
Todo aquel que vive en un barrio pobre sabe desde niño que el negocio de la droga se maneja de forma paraestatal, es decir, con el establecimiento de la mafia como una corporación que regula el control interior del territorio mientras que la policía actúa en una doble moral aportando sus esfuerzos para un buen funcionamiento de la mafia. Así la mafia se presenta como una subpolicía que regula no solo el tráfico de drogas, sino todos los negocios formales e informales que existen en el territorio. Sin embargo, si esta situación llegó a masificarse se debe a que en su origen el tráfico de drogas es tan sólo un negocio más de la hidra capitalista.
Un capitalista siempre será un monstruo voraz y depredador, ya sea que se dedique a las empresas “legítimas”, ya sea a las denominadas “ilegales”. Los capitalistas están motivados por un deseo insaciable de ganancias. Harán cualquier cosa por dinero y por eso las relaciones entre capitalistas “legítimos” y el “crimen organizado” están tan íntimamente ligadas.
No podemos confiar nuestras vidas y la de nuestros seres queridos en manos del Estado/Mafia, ellos son los causantes del genocidio y de la matanza que se respira diariamente. Como anarquistas llevamos a cabo una guerra contra el poder, contra todo cuanto intenta determinar a los individuos y alejarlos de si mismos.
Es por eso que incendiamos sus recintos, saboteamos sus líneas comerciales y atacamos los símbolos de sus sociedades. Asaltamos sus ciudades porque la urbanización es el máximo altar al encarcelamiento masivo, de la privatización de los recursos económicos. El mismo transporte público es un símbolo que recuerda al marginado que no es bienvenido en los grandes centros urbanos. El alza del metro, la monopolización por la misma empresa que intenta acaparar todo el mercado en el ámbito de la movilidad en la ciudad con su prototipo terrestre metrobús son síntomas de la privatización total de las ciudades.
La cárcel es sitio común para todos en esta era tecnológica, por lo tanto debemos generar caminos y rutas que nos ayuden a vivir al margen, reinventando nuestras vidas cada día y reapropiándonos de ella.
En guerra hasta que todos seamos libres.
Fernando Bárcenas.
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