Sobre el anarcosindicalismo

Presente y futuro de la Lucha Obrera, así como la validez, aciertos y contradicciones de las formas de organización de la Clase Trabajadora. Seguimiento de conflictos laborales, huelgas, etc.
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Luis Nuevo
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Mensaje por Luis Nuevo » 30 Ago 2006, 17:35

Braulio escribió:Digo que decir las cosas de otro modo defendiendo algo que se dice diferente sólo por el hecho de decirlo de otro modo, es sofismo.
No estoy seguro de entenderte, ¿dices que sofismo es discutir por la forma de decir las cosas y no por el fondo de la cuestión?.

Pues tenemos un problema, porque en general para los marxistas (y muchos anarquistas) el término ideología es negativo. Significa una concepción falsa de la realidad, que no parte de los hechos mismos, sino de un ideario sin base material y que tiende a adaptar los hechos al esquema previo.

Te van a decir que las ideologías nunca serán nada positiva, y que lo que hay que hacer es analizar la realidad.

Yo creo que CNT es un sindicato con mucha ideología, tómatelo en el sentido que quieras. Ahora bien, también una organización en la que los libertarios se pueden mover más o menos cómodamente.
Braulio escribió:¿es el anarquismo en la CNT un conjunto de herramientas prácticas "a pequeña", la caja ideológica de un humanismo radical "A grande", o ambas cosas?
Esto tampoco lo entiendo.

De todas formas, es fácil pasarte por un sindicato de CNT (si hay uno en tu localidad), comprobar cómo funcionan las cosas y sacar tus propias conclusiones.

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Braulio
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Mensaje por Braulio » 30 Ago 2006, 23:54

Luis Nuevo escribió:No estoy seguro de entenderte, ¿dices que sofismo es discutir por la forma de decir las cosas y no por el fondo de la cuestión?.

Pues tenemos un problema, porque en general para los marxistas (y muchos anarquistas) el término ideología es negativo. Significa una concepción falsa de la realidad, que no parte de los hechos mismos, sino de un ideario sin base material y que tiende a adaptar los hechos al esquema previo.

Te van a decir que las ideologías nunca serán nada positiva, y que lo que hay que hacer es analizar la realidad.

Yo creo que CNT es un sindicato con mucha ideología, tómatelo en el sentido que quieras. Ahora bien, también una organización en la que los libertarios se pueden mover más o menos cómodamente.
1-El comentario era para Ricardo Fuego. Pero qué bueno que lo tocas. Ideología desde mi punto de vista en un cuerpo de ideas para representar la realidad. Aquello de si tienen base material o no, depende del método como esas ideas fueron extraídas de la existencia y no si su naturaleza es o no ideológica. Ahora mismo no veo posible una comunicación sin un cuerpo ideológico previo

Si CNT es un sidincato con mucha ideología, pues debo entender que por tener una ideología libertaria es posible que algunos miembros puedan moverse con facilidad, e incluso, promuevan procesos de autonomía obrera en sus localidades. Y debe ser algo que se esté haciendo sin importar si ello pasó de un proceso revindicativo previo.

Luis nuevo escribió: De todas formas, es fácil pasarte por un sindicato de CNT (si hay uno en tu localidad), comprobar cómo funcionan las cosas y sacar tus propias conclusiones.
Eso haré. Pero además tendrás alguna experiencia que contar en tu militancia.

Lo de A grande o de a pequeña es repecto a un definición reciente de teórico anarquistas que encuentran una definición amplia del anarquismo o una en base a una serie de métodos de lucha específicos: Apoyo mutuo, acción directa, políticas prefigurativas, etc...

Por ejemplo, se dice que INdyMedia es una organización libertaria de A pequeña, pues si bien no se asumen como anarquistas explicitamente, sus métodos de trabajo resultan ser los mismos. Espero que eso aclare.

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Ricardo Fuego
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Mensaje por Ricardo Fuego » 31 Ago 2006, 03:23

La ideología siempre tiene una base material. De hecho, hoy a través de un buen método yo puedo extraer conclusiones correctas de la realidad y con ello conformar un cuerpo de ideas coherente consigo mismo.

Pero más adelante las condiciones materiales cambian, y ese cuerpo de ideas se transforma en algo autónomo, desconectado de la realidad actual. Cuando el pensamiento se separa de la praxis, se convierte en ideología. El caracter ideológico del pensamiento depende del grado de esa separación.

Entonces, mantener la conexión del pensamiento con la praxis es para mí la solución. Toda ideología tiene su sistema de defensa y de reproducción. Hasta que lo que pensamos entre en una contradicción tal con lo que vivimos que la ideología empieza a ser cuestionada (el caso mío que menciono en la página anterior).

¿En qué se relaciona esto con el tema? En que esto es precisamente lo que pasa con el anarcosindicalismo. Es una práctica sindical de base combinada con una ideología revolucionaria. La ideología revolucionaria puede "actualizarse", pero seguir siendo ideología. Uno de los síntomas de la ideología anarcosindicalista es la creencia de una potencialidad revolucionaria en el sindicalismo. Con los métodos, la ideología y el programa adecuados, el sindicalismo puede ser revolucionario. Por eso la creencia de que los métodos de lucha hacen la diferencia, que la ideología y el programa bajo el que se lucha hacen la diferencia. Pero en los hechos el sindicalismo con ideología anarquista sigue siendo... sindicalismo. Y el sindicalismo no sirve para la autoconstitución de lxs explotadxs en seres humanos totales, ya que los asocia según propietarios privados de mercancías (la fuerza de trabajo) y no según seres humanos que luchan por su autoliberación. Esa es mi crítica al anarcosindicalismo, no su programa ni su carácter libertario (que si lo tiene es por sus militantes como seres humanos, no por su ideología).

No estoy haciendo aquí un ultimátum del tipo "para ser revolucionario debes renunciar al anarcosindicalismo" o "todos los anarcosindicalistas son reformistas". Estoy diciendo que la praxis anarcosindicalista es un obstáculo para nuestra autonomía, para nuestra liberación como individuos y como clase.
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Luis Nuevo
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Mensaje por Luis Nuevo » 31 Ago 2006, 06:46

Gracias Braulio, ahora recordé lo de (A) y (a).

Te responderé diciendo que depende del sindicato, pues tienen bastante automía en la práctica. Eso es algo que tendrás que tener muy en cuenta. Conozco gente que se encuentra agusto en el sindicato de una localidad, pero en la de 100 metros (e incluso en la misma localidad) no. También depende de componentes personales.

De todas formas no se pueden juzgar (como organización) comportamientos que no estén relacionados con la actividad del sindicato (relativamente, ya vimos el caso de uno que pegaba a su compañera y le largaron). Es decir, se puede discutir sobre vegetarianismo, o consumismo, pero no echar a nadie por ser omnívoro o un adicto a la compra de kits tecnológicos.

En España la distinción se hace mediante los términos "anarquista" y "libertario", pero me temo que aunque cnt se califique como organización "libertaria" entraría en el calificativo de (A) en el mundo anglosajón.
Paul Mattick escribió:el sindicalismo no sirve para la autoconstitución de lxs explotadxs en seres humanos totales, ya que los asocia según propietarios privados de mercancías (la fuerza de trabajo) y no según seres humanos que luchan por su autoliberación
Hombre, los "consejos de fábrica" también asocian según dónde trabaje cada uno. Y normalmente cuando se convocan las asambleas generales es por algún conflicto en concreto de "subida del precio de la fuerza de trabajo".
Esta frase tuya nos llevaría a los "biosindicatos" (negristas?), a las tesis de organización integral defendidas (en parte) desde la autonomía en el proceso de reconstitución de cnt en los años 70.

Aunque he de reconocer algo. Aunque el "movimiento libertario español clásico" sea más amplio que el anarcosindicalismo, las instancias dedicadas a la "liberación personal" (Ateneos) no están coordinadas formalmente en el "esquema clásico" del mismo. Las organizaciones específicas sí, pero no son "de masas".
En ese sentido se entiende que es más importante la coordinación para la lucha económica que para otras. No voy a juzgar si son cuestiones prácticas o ideológicas (en el segundo de los casos, la influencia de Marx o el marxismo, aunque sea vía Bakunin, sería la clave).

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Mensaje por Braulio » 31 Ago 2006, 08:05

Ricardo Fuego escribió:La ideología siempre tiene una base material. De hecho, hoy a través de un buen método yo puedo extraer conclusiones correctas de la realidad y con ello conformar un cuerpo de ideas coherente consigo mismo.
Deacuero, aunque prefiero usar el término existencial, pues material incluye ideas apirori que necesariamente llevan una carga histórica de una cosmovisión específica que llevan a un dualismo que no comparto.
Ricardo Fuego escribió:Pero más adelante las condiciones materiales cambian, y ese cuerpo de ideas se transforma en algo autónomo, desconectado de la realidad actual. Cuando el pensamiento se separa de la praxis, se convierte en ideología. El caracter ideológico del pensamiento depende del grado de esa separación.
Si las condiciones existenciales cambian y el pensamiento no cambia lo que sucede desde mi jerga es una enajenación del pensamiento. Una representación de la realidad que empieza a conflituar con la realidad misma, eso no la hace más ideología ni menos, simplemente la enajena de la existencia. Pero tambiés es cierto que lass ideas adquiridas pueden estar enajenadas desde el principio, método por el que trabajan los medios masivos para la alineación de la consciencia en contubierno con las instituciones de educación.
Ricardo Fuego escribió:Entonces, mantener la conexión del pensamiento con la praxis es para mí la solución. Toda ideología tiene su sistema de defensa y de reproducción. Hasta que lo que pensamos entre en una contradicción tal con lo que vivimos que la ideología empieza a ser cuestionada (el caso mío que menciono en la página anterior).
Eso es "la consciencia de sí" en jerga Hegeliana, que Marx reutilizaría en sus trabajos filosóficos de los 40, actualizándo a el "abrir el pensamiento a la realidad misma" (crítica al derecho de Hegel).
Ricardo Fuego escribió:¿En qué se relaciona esto con el tema? En que esto es precisamente lo que pasa con el anarcosindicalismo. Es una práctica sindical de base combinada con una ideología revolucionaria. La ideología revolucionaria puede "actualizarse", pero seguir siendo ideología. Uno de los síntomas de la ideología anarcosindicalista es la creencia de una potencialidad revolucionaria en el sindicalismo. Con los métodos, la ideología y el programa adecuados, el sindicalismo puede ser revolucionario. Por eso la creencia de que los métodos de lucha hacen la diferencia, que la ideología y el programa bajo el que se lucha hacen la diferencia. Pero en los hechos el sindicalismo con ideología anarquista sigue siendo... sindicalismo. Y el sindicalismo no sirve para la autoconstitución de lxs explotadxs en seres humanos totales, ya que los asocia según propietarios privados de mercancías (la fuerza de trabajo) y no según seres humanos que luchan por su autoliberación. Esa es mi crítica al anarcosindicalismo, no su programa ni su carácter libertario (que si lo tiene es por sus militantes como seres humanos, no por su ideología).

No estoy haciendo aquí un ultimátum del tipo "para ser revolucionario debes renunciar al anarcosindicalismo" o "todos los anarcosindicalistas son reformistas". Estoy diciendo que la praxis anarcosindicalista es un obstáculo para nuestra autonomía, para nuestra liberación como individuos y como clase.
Espera, pero es que una ideología, si es revolucionaria debería volcar suficientemetne la consciencia (forzar la ideología hacia la práctica misma) y lleva también necesariamente una actualización de la práctica. Tal vez el problema es que la ideología sindical termina dominando sobre la ideología reovlucionaria pues la praxis organizacional prioriza tales cosas. sin embargo eso no significa que los actores no generen formas de solidaridad y capacidad para pensar la autogesión fuera de la praxis revindicativa, aunque seguramente mucho menor que si se tratara de formas autonómicas que de base tubieran criterio revolucionario.

En fin, creo que te entiendo.

Saludos
Luis escribió:De todas formas no se pueden juzgar (como organización) comportamientos que no estén relacionados con la actividad del sindicato (relativamente, ya vimos el caso de uno que pegaba a su compañera y le largaron). Es decir, se puede discutir sobre vegetarianismo, o consumismo, pero no echar a nadie por ser omnívoro o un adicto a la compra de kits tecnológicos.
No, si yo no digo que el sindicato organice actos de tal o cual tipo, sino de que el hecho de la propagación ideológica genera allá afuera formas interesantes de autoorganización.

Salud

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Ricardo Fuego
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Mensaje por Ricardo Fuego » 31 Ago 2006, 14:02

Luis Nuevo escribió:
Paul Mattick escribió:el sindicalismo no sirve para la autoconstitución de lxs explotadxs en seres humanos totales, ya que los asocia según propietarios privados de mercancías (la fuerza de trabajo) y no según seres humanos que luchan por su autoliberación
Hombre, los "consejos de fábrica" también asocian según dónde trabaje cada uno. Y normalmente cuando se convocan las asambleas generales es por algún conflicto en concreto de "subida del precio de la fuerza de trabajo".
No estoy hablando de las asambleas generales que pueden ser convocadas por cualquier sindicato o inclusive por la propia patronal. Estoy hablando de la autoorganización proletaria que surgió en tiempos de crisis revolucionaria y que, por lo tanto, no fueron meras organizaciones económicas que reemplazaron a los sindicatos, sino organizaciones que unieron las reivindicaciones económicas con las políticas y a menudo se vieron enfrentadas con los sindicatos. De manera que lxs proletarixs se agrupaban en ellas ya no como propietarixs privadxs de su mercancía fuerza de trabajo, sino como sujetos políticos. No estoy hablando de aquí de los consejos obreros tal como me gustaría que fueran, sino de los consejos obreros tal como existieron.

Braulio escribió:Espera, pero es que una ideología, si es revolucionaria debería volcar suficientemetne la consciencia (forzar la ideología hacia la práctica misma) y lleva también necesariamente una actualización de la práctica. Tal vez el problema es que la ideología sindical termina dominando sobre la ideología reovlucionaria pues la praxis organizacional prioriza tales cosas. sin embargo eso no significa que los actores no generen formas de solidaridad y capacidad para pensar la autogesión fuera de la praxis revindicativa, aunque seguramente mucho menor que si se tratara de formas autonómicas que de base tubieran criterio revolucionario.
Lo que tú llamas enajenación del pensamiento yo lo llamo ideología. En lo demás, coincido totalmente. El problema es que si antes la praxis anarcosindicalista era un obstáculo, ahora lo es mucho más, pues se encuentra mucho más enajenada de la realidad. Ya que el margen para una política reformista que había en los años 30 ya no existe hoy.

Antes las políticas sindicales y partidarias, a pesar de ser reformistas, podían ser históricamente progresivas, porque el capitalismo todavia tenía un margen económico para reformas sociales a favor de la clase obrera. Hoy eso ya no es posible, de hecho, la tendencia es la contraria: a revertir todas esas "conquistas" y a la superexplotación. En este contexto no es posible por parte de los sindicatos llevar adelante un reformismo consecuente, y por eso hoy su principal misión es mantener a la clase obrera subyugada espiritualmente al Estado/Capital, hoy el papel de los sindicatos es esencialmente reaccionario.

Como el anarcosindicalismo practica un sindicalismo de base con una ideología revolucionaria, ésta puede servirle de combustible para intentar reformar el mismo sindicalismo, para intentar practicar un sindicalismo reformista e incluso generar formar de autonomía y cooperación proletaria más allá de lo reivindicativo. Pero las condiciones de existencia hacen cada vez más difícil que esto pueda practicarse dentro del sindicalismo. En los hechos, a pesar de la intención de sus militantes, la CNT se está adaptando al Estado/Capital como cualquier otro sindicato. De hecho, la nueva CNT surge como resultado de la recuperación de las asambleas obreras autónomas en los años 70.

Yo no descarto que aun hoy desde la CNT se puedan llegar a crear -a pesar de su dirección y su estructura- formas de autogestión y solidaridad que vayan más allá de lo reivindicativo, pero digo que esa posibilidad es hoy mucho más estrecha que en los años 30, porque el mismo sindicalismo le pone unos límites tremendos. Si la CNT conserva la forma sindical, está condenada a volverse otro sindicato más.
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Mensaje por Luis Nuevo » 31 Ago 2006, 23:23

Cierto lo de la "base material" de las ideologías, deben tener una, aunque coincido con Braulio en que no tienen porqué haber sido alguna vez una teoría válida que queda desfasada, sino que puede haber nacido ya como una falsificación.

Los marxistas de consejos suelen señalar la teoría del poder anarquista como una ideología. Ciertamente que la Montseny en el momento de la verdad dijera que la anarquía no se podía imponer,... que era autoritario, pues les da un poco la razón. Aunque más que nada me parece una excusa.

----------------
Ricardo Fuego escribió:el sindicalismo no sirve para la autoconstitución de lxs explotadxs en seres humanos totales, ya que los asocia según propietarios privados de mercancías (la fuerza de trabajo) y no según seres humanos que luchan por su autoliberación
Y tras un comentario mío:
Ricardo Fuego escribió:Estoy hablando de la autoorganización proletaria que surgió en tiempos de crisis revolucionaria y que, por lo tanto, no fueron meras organizaciones económicas
Vale Ricardo, creía que estábamos hablando de ahora.

En la propuesta de la Red de Grupos Obreros, publicada en la web del CICA, dice
Grupo de Comunistas de Conselhos da Galiza escribió:la R-GGOO tiene como principios la unidad de clase inmediata, establecida en torno a plataformas reivindicativas con los objetivos más inmediatos, y que en su mayor parte son generales, compartidos por tod@s l@s trabajadores/as.
Puede que la organización que se propone sirva para hacer la revolución, pero desde luego, ese no es su objetivo inmediato. En ese aspecto, igualico que el (A)sindicato.

Y curioso el dualismo:
Grupo de Comunistas de Conselhos da Galiza escribió:núcleos militantes basados en el compromiso de cooperación, y que salvo en un contexto de ascenso revolucionario no pueden convertirse en organizaciones de masas. [...] (además es) necesario promover una organización asamblearia de masas permanente que, al mismo tiempo, se base siempre en la más plena participación de los miembros y en las luchas inmediatas
------------------
Ricardo Fuego escribió:a nueva CNT surge como resultado de la recuperación de las asambleas obreras autónomas en los años 70.

Todavía no he sacado tiempo para leer los "Comentarios de la España Salvaje" escritos por Los Incontrolados (Amorós y el sobrino de Semprún Maura). Pero fueron muchos de "los autónomos" al ver que las asambleas perdían fuelle al entrar en la democracia los que entraron en CNT.

Y hubo un debate sobre cual debía ser la relación sindicato-asamblea, tristemente, para el primer congreso tras el relanzamiento (1980) las asambleas eran prácticamente inexistentes, y el debate era elecciones sindicales sí o no (también había otros, como el de la organización integral,...).

Curiosamente muchas de esas asambleas y de esos "autónomos" aceptaron el sistema de elecciones sindicales con un discurso pretendidamente "autónomo" y asambleario: Si la asamblea del centro de trabajo aceptaba las elecciones sindicales, había que ir a ellas y elegir delegados no revocables (ellos decían que sí, que se les haría firmar una renuncia en blanco).

Puedes decir que surgió con la idea cargada de ideología de resucitar un cadáver, eso se podría discutir. Pero no surgió para recuperar nada.

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New_tracatrá
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Mensaje por New_tracatrá » 01 Sep 2006, 02:49

En España la distinción se hace mediante los términos "anarquista" y "libertario"
¿qué quieres decir con esto? en castellano ambos términos son sinónimos. Y en los ambientes en los que yo me muevo también lo son.
No creo que tengamosuna revoluciòn en cinco años, como lo hacía en 1970; pero definitivamente, creo que la gente nunca deja de luchar
y nunca deja de esperar el momento cuando puedan cambiar las cosas que hacen sus vidas "imposibles de vivir."
Laura Wintherhorn, ex-weathermen

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Ricardo Fuego
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Mensaje por Ricardo Fuego » 01 Sep 2006, 02:53

La propuesta de la R-GGOO tiene como objetivo ser un aporte para crear un punto de partida superior a la organización proletaria actual. No es una propuesta de máxima, sino una propuesta de transición, en el sentido de que las R-GGOO no serán las asambleas obreras revolucionarias, pero sí serán un avance en ese sentido respecto al movimiento obrero actual. En la propuesta se especifica no una sino varias veces la necesidad de una organización reivindicativa y política de lxs proletarixs que supere al sindicalismo (tanto el de oficios como el industrial).

En el prólogo, por ejemplo:
La R-GGOO y el sindicalismo

El concepto mismo de la R-GGOO tiene como base permitir y estimular un desarrollo de la autoactividad de l@s proletari@s por encima de su posición normal como clase dominada, pasiva, adormecida. Al adoptar el complejo de producción-distribución como marco básico para la autoorganización obrera, su objetivo implícito es enfrentar directamente el proceso de valorización del capital como un todo, superando las divisiones por fábrica, empresa, ramo y demarcación territorial. Este concepto es esencialmente antagónico al capital, ya que supone la constitución del proletariado en clase en el terreno económico.

Naturalmente, una forma de organización no es una panacea. En teoría, la idea de la R-GGOO puede utilizarse para propósitos puramente reformistas y, de hecho, al asentarse sobre la base de las luchas inmediatas, se crea esta posibilidad. En la práctica, esto significaría una vuelta hacia el sindicalismo que, en esencia, hará prevalecer la búsqueda de cauces de negociación y representación sobre la extensión del movimiento y su dinámica de base.

Pero las condiciones actuales de decadencia del capitalismo, con su intensificación creciente de la explotación en términos absolutos en todo el mundo, no favorecen tal deriva. De hecho, la puesta en práctica de la R-GGOO implicará un combate encarnizado con todas las fuerzas del capital, particularmente con los sindicatos, que verán amenazada y violentada su existencia. En efecto, el desarrollo de la R-GGOO pondría en cuestión todos los aspectos de las estructuras sindicales y sus marcos de actuación. Porque es la forma apropiada para comenzar a suprimir la división entre dirigentes y ejecutantes. Porque supone una concentración y coordinación de las fuerzas proletarias potencialmente inasumible para el capital, y más cuando este exige para mantener su rentabilidad una ofensiva permanente contra las posiciones de la clase obrera. Porque supera tanto el sindicalismo de oficio como el sindicalismo industrial y en la práctica supone la imposición al capital de nuevos marcos de lucha que ya no se dirigen contra tal o cual capitalista particular, sino que se enfrentan a la acumulación de capital misma, al capital como proceso social.
El link para leer la propuesta es http://www.geocities.com/cica_web/cica/rggoo/indice.htm


Los comentarios sobre la España salvaje fueron escritos por el grupo de Trabajadores por la Autonomía Proletaria y la Revolución social.

Cierto que el movimiento obrero asambleario de los 70 ve minada sus bases en las ilusiones sobre la democracia, que la desaparición del movimiento obrero asambleario no fue obra de los "malvados" anarcosindicalistas/nostálgicos de la CNT y la "traición" de algunos autónomos. Pero eso no quita que pasar de un movimiento obrero asambleario al anarcosindicalismo (y más agregando lo que tú mismo dices, la resucitación de un cadáver) sea una recuperación.


¿Qué opinan de esto? Son polémicas contra el consejismo y contra el "asambleísmo" desde una postura de asambleísmo=liquidación de la CNT. Estos artículos prueban que para la CNT de ese entonces, al menos, la cantidad importaba más que la calidad, y que verdaderamente no confiaba en que la clase obrera por sí sola pudiera emanciparse.

SINDICATOS Y CONSEJOS

Los sindicatos con las organizaciones de carácter clasista del proletariado, constitutivas de la clase obrera en la sociedad capitalista. Son los instrumentos que el proletariado crea para defender sus derechos e intereses y para protegerse de la agresión, tanto del Estado, como de los cuervos que en torno a él giran.

Decir que son elementos constitutivos del proletariado, quiere decir, que contribuyen de forma decisiva, única, a convertirlo en clase con destino y finalidad propias, al margen y con independencia de las de la burguesía o cualquier otro organismo u organización no específicamente obreros.

La actuación de los consejistas

Hoy en día, los consejistas se están incorporando a la CNT y de aquí se desprende la razón de este artículo:

Tratan por todos los medios de que sean los consejos quienes cubran las tareas sindicales, ignorando que los consejos son «órganos de doble poder», «elementos propios de guerra civil», y que es en ella donde tal vez tengan su misión.

Vacían de contenido al consejo e impiden la marcha adelante de los sindicatos. Este el doble aspecto de su actividad.

La garantía de los sindicatos

Este lastre incorporado a la Organización Confederal, representa un duro golpe para los anarcosindicalistas, que, una vez más, guiados por una amplia comprensión y tolerancia hacia todos los hermanos proletarios, estamos permitiendo que día a día se incube en el seno de la CNT una corriente antisindical y autoliquidadora ( ... )

Tenemos la obligación, si queremos preservar a los sindicatos de las corrientes autoliquidadoras que desde dentro favorecen estas actividades antisindicales, de «seleccionar» los elementos que tendrán la misión de conservar a la CNT como organización obrera de carácter sindical sin ningún otro tipo de «modificación» respecto de sus tácticas y finalidades acordadas en el Congreso de Zaragoza.

JUAN FERRER (Valencia)
Fragmentos del artículo titulado «Sindicatos y consejos» publicado en los números 779 v 780 de ESPOIR Y reproducido en el número 8 de FRÁGUA SOCIAL.

Nota: Los subrayados y comillas son del original.

( ... ), queremos COMBATIR todas aquellas manifestaciones que salidas del seno de los sindicatos son por esencia antisindicales, queremos manifiestamente ahogar en el seno de la CNT estas actitudes que, a corto, medio y largo plazo no conllevan en realidad más que la destrucción de la propia CNT, términos como autoorganización de la clase obrera, salidos de la organización CNT son un síntoma de enfermedad sindical, el movimiento asambleario según se habla es otro síntoma claro de lo que subterfugiamente se incuba a la sombra de una bandera roja y negra, los términos Democracia Directa nunca aparecen en los anales de la CNT como el pilar de la organización.

( ... ) Esta publicación tendrá unos objetivos prioritarios que después se irán diversificando.

( ... ) (Entre otros) En segundo lugar, comunicar a los elementos de práctica claramente consejista (de los llamados marxistas libertarios hasta el Partido Sindicalista pasando por los grupos Emancipación, Solidaridad ... ) a que abandonen esta casa que no les pertenece, una bandera, unas siglas y sobre todo una historia. Humildemente les rogamos que inicien un discreto emigrar, si así no fuera, pensándolo objetivamente, mucho nos tememos que sonará la cigarra, los anarcosindicalistas no tienen nada que perder.

(Reproducido del «Editorial» de Anarcosindicalismo, revista editada en Madrid sin firma alguna.)
Septiembre de 1978
http://www.tecnimar.com/ciclo/08/17.htm
DEBATE SOBRE EL ASAMBLEÍSMO

El electoralismo ha conseguido ya, no sólo dividir a los trabajadores en general, sino también a los propios anarcosindicalistas, muchos de los cuales reniegan de su tradicional confianza en las asambleas obreras ante el miedo de que sean manipuladas. El debate sobre la relación entre asambleas y sindicatos es vital para el futuro de la autonomía obrera en nuestro país más allá de la actual fiebre electoralista.

El Decreto Ley, fraguado en el Palacio del Pacto, por el que el Gobierno deja en manos de la patronal y de las grandes centrales partidistas la convocatoria de elecciones sindicales, ha aclarado también que los nuevos comités de empresa van a heredar las funciones de los enlaces y jurados de empresa del verticalismo: disfrutar de horas libres pagadas y otras ventajas, sentarse junto a los patronos, controlar a los trabajadores, hablar en su nombre y comprometerles a ritmos de trabajo infernales a cambio de unos salarios congelados respecto a la inflación galopante. Antes, el régimen dictatorial designaba a Girón o Solís, ahora nos dejan elegir entre Redondo y Camacho, avalados por partidos serios y firmantes del Pacto. Pero las funciones no han cambiado: garantizar a los capitalistas y autoridades que los trabajadores acepten la explotación y el sacrificio en las horas altas como en las bajas. Ahora y en la hora de nuestra muerte, amén.

Es comprensible que CC.OO. (y sus correligionarios escisionistas autodenominados «unitarios») estén satisfechas por lograr así el continuismo «hereditario» al que siempre han aspirado: capitalizar su infiltración en los verticales fascistas para dirigir ahora las cúpulas del nuevo sindicalismo pactista y burocrático, sin que ni la burguesía ni los yanquis ni los militares se asusten lo más mínimo. ¿De qué se iban a asustar si ya le conocen las partes más íntimas al aparato carrillista y no han encontrado nada de revolucionario?

Pero más dudoso es que centrales históricamente antifascistas como la UGT, que siempre se negaron a toda colaboración con las elecciones sindicales obligatorias y que aspiraban a una «ruptura democrática», ahora se conformen con ser los continuadores del verticalismo, abjurando de la lucha de clases y suscribiendo, aun a regañadientes y con tirones de oreja por el PSOE, un Pacto que socava la autenticidad del sindicalismo.

El pacto contra el sindicalismo

Si los salarios vienen ya congelados por el Pacto, si los «pactantes» amenazan a los trabajadores con despidos masivos y a la patronal con restricciones crediticias caso de superarse los topes salariales preestablecidos, ¿para qué hace falta un sindicalismo auténtico, autoorganizado como instrumento de defensa de clase y de solidaridad desde las asambleas de trabajadores hasta las federaciones de industria? Más bien al contrario, ese sindicalismo revolucionario es el enemigo a destruir, porque si su resurgir incipiente se confirmara, los Pactos interclasistas de la Moncloa serían inaplicables, y el movimiento hacia la emancipación social irrefrenable: el Pacto (la salvación del capitalismo exige y prestipone la implantación de un sindicalismo reformista y controlado por burócratas a sueldo, eficaz correa de transmisión de los partidos políticos, comprometidos con el pactismo, y capaz de perseguir a los sindicalistas revolucionarios (con el firme apoyo de la policía, la prensa «liberal» y demás instituciones represivas) hasta arrinconarles como «terroristas», «salvajes», «irresponsables», «irrecuperables para la legalidad»...

Pocas sorpresas caben a estas alturas sobre la disciplina partidaria como nueva forma de opresión sobre las viejas reivindicaciones obreras.

Para confirmar esa implantación burocrática está concebida la gigantesca operación publicitaria de las elecciones sindicales. Una vez más, se pide a los trabajadores que deleguen su poder de decisión autónoma en representantes sonrientes y prometedores que inmediatamente serán integrados en el juego del poder de los partidos, la patronal y el Estado, reduciendo las asambleas obreras a simple caja de resonancias, de aplauso o refunfuño, pero sin auténtico poder de decisión porque las informaciones relevantes circularán siempre en las manos dóciles y disciplinadas de los sindicalistas electos y «domesticados» (o sea, los no salvajes ni «asilvestrados»).

Frente a estas elecciones sindicales montadas desde el poder, por el Pacto y para el Pacto, la posición de los sindicalistas, de los militantes autónomos y libertarios en general, es clara y terminante: BOICOT. ¡Ni un voto revolucionario a las cadenas de transmisión del poder en las empresas!

Divisiones en la oposición obrera

Pero a la hora de presentar alternativas eficaces a las grandes maniobras electoralistas, han aparecido fieros debates y fisuras dentro y fuera de la CNT, en el seno del movimiento obrero que se apresta a la abstención electoral.

A ello ha contribuido la indudable habilidad del Gobierno para dejar la convocatoria concreta de la fecha de elecciones en cada empresa en manos de la patronal y las centrales pactistas: así, en lugar de darse una batalla centralizada y global, claramente perceptible, entre el movimiento obrero asambleario y la convocatoria electoral a golpe de Boletín Oficial del Estado, habrá una enredada serie de escaramuzas descentralizadas, trasladando la polémica al interior de cada asamblea y cada empresa.

Hasta esta maniobra del Gobierno, la alternativa generalmente aceptada por el movimiento de base era la autoorganización obrera, tanto en comités unitarios de fábrica o coordinadoras de sector con carácter temporal, como en secciones sindicales de empresa con carácter permanente, pero siempre creados desde abajo y nacidos de la soberanía de las asambleas. Actualmente, las cosas aparecen mucho más confusas, y la polémica desgarra al frente obrero de rechazo a las elecciones.

Consejos o sindicatos

Por un lado, tenemos los que oponen el asambleísmo de base a ultranza a toda forma de organización permanente de tipo sindical, y que incluso desde dentro de la CNT llaman a autodisolver el papel de todos los grupos organizados como meros «animadores» del espontaneísmo de las asambleas soberanas, que crearían desde abajo unos consejos unitarios, tan opuestos al sindicalismo en general como al electoralismo en particular. Esta posición, generalmente denominada «consejismo», tiene serios inconvenientes: 1.º Es manipulable por los partidos (y de hecho, los marxistas-leninistas del FRAP ya utilizan demagógicamente su Asociación Obrera Asamblearia como correa de transmisión anti-sindical -así ocurrió en la última huelga de la construcción de Madridque aspiran a articular burocráticamente y capitalizar un movimiento asambleario carente de la visión global que sólo un auténtico sindicalismo puede dar). 2.º Refuerza el corporativismo heredado de 40 años de dictadura, fomentando un «patriotismo de empresa» o de rama, frente a la perspectiva federalista y solidaria de la clase, que es propia del sindicalismo revolucionario. 3.º Es poco práctica para desmarcarse del electoralismo, puesto que allí donde la asamblea decida mayoritariamente aceptar las elecciones pactictas las minorías partidarias de la democracia directa (como la CNT y otros grupos autónomos) quedarían inermes ante tal «decisión soberana» y supuestamente tendrían que someterse y participar en las elecciones: tales aberraciones están creando sin embargo, verdaderas escisiones en la CNT del País Valencià, especialmente en los sindicatos metalúrgicos (Ford de Almusafes) y de construcción naval.

Por otro lado, en sectores mayoritarios de la «ortodoxia orgánica» de CNT (en este caso los «sindicalistas puros» parecen haberse llevado al huerto al anarquismo vertebrado en torno a la FAI) se da la postura contraria, con atención exclusiva a la sección sindical de tajo o empresa, al paso que se expresan grandes reservas, cuando no condenas tajantes, al asambleísmo. Se oye decir: «la CNT es asamblearia en su seno porque es ya el movimiento obrero organizado, la CNT es la auténtica autoorganización de la clase», y por tanto «no necesita disolverse en asamblea obrera alguna exterior a sus propias filas», «son las secciones sindicales de CNT quienes deben negociar los convenios y resolver los conflictos», es preciso que quien quiera defenderse se afilie: «la alternativa a las elecciones es afiliarse a CNT», repiten sin ambages los portavoces de esta interpretación, que desde su peso en diversos comités tratan (como ocurrió en la plenaria del Comité Nacional a fines de noviembre) de reformular unilateralmente y «por arriba» los acuerdos del Pleno Nacional de Regionales de septiembre, para anatematizar solemnemente a los «consejistas», «asambleístas», «espontaneístas» y demás ralea «neo-marxista infiltrada». Los peligros de sectarismo y aislamiento inherentes a esta posición neo-sindicalista, curiosamente afín a la de UGT en su furor contra las asambleas, aunque en el caso cenetista sea anti-electoral y bendecida con el prestigio de la FAI, son evidentes, pues excluirían del proceso afiliatorio a los jovenes grupos autónomos que últimamente afluían a nutrir la nueva CNT, y serían por tanto contraproducentes respecto a los objetivos buscados de potenciación cenetista.

Esta posición parece alimentarse de viejas glorias, empeñándose en no aprender de errores pasados, en no comprender que una clase trabajadora salida de 40 años de dictadura necesita un largo período de aprendizaje asambleario y de explosiones espontaneístas antes de madurar multitudinariamente la conciencia de clase que supone la afiliación a un auténtico sindicalismo revolucionario como forma de organización permanente. Concretamente, y ante las elecciones, esta línea «ortodoxa» preferiría cortar por lo sano, negándose a distinguir entre las elecciones impuestas por el Pacto y los procesos auto-organizativos de la clase obrera en muchas empresas al margen de la legalidad oficial: el resultado sería una CNT marginal, opuesta a las asambleas de base tanto como al poder político, obsesionada por la caza de brujas interna pero externamente a rastras del sindicalismo autoritario y reformista de la UGT.

Anarcosindicalismo, hoy

Con todos sus defectos, creemos que las ponencias aprobadas en el último Pleno Nacional de Regionales de la CNT ofrecen una perspectiva más plural y equilibrada que estas dos posiciones hoy enfrentadas: esas ponencias reflejaban un amplio debate en los sindicatos y en la clase trabajadora, dando a la asamblea lo que es de la asamblea (la decisión soberana) y al sindicato lo que es del sindicato (la capacidad de propuestas generales, y no sólo sectoriales): es absurdo ignorar la realidad que reflejan esas ponencias, y que es sencillamente que la CNT no está fuera, sino dentro del movimiento asambleario, creciendo con éste, apoyando siempre la democracia obrera. Creemos que tal es ni más ni menos la posición anarcosindicalista de siempre, en las condiciones del nuevo movimiento obrero en la España de 1978. En esta perspectiva, las auténticas asambleas y secciones sindicales no son elementos contradictorios, sino convergentes en la fragua de una alternativa obrera al electoralismo. En primer lugar, frente a las elecciones del Pacto, asambleas obreras soberanas, que son la garantía contra todo burocratismo; en segundo lugar, frente al sindicalismo partidista, autoorganización obrera, eligiendo comités unitarios de fábrica y coordinadoras de sector para problemas concretos, revocables y responsables ante cada asamblea, al margen de toda disposición oficial. Se trata así, no sólo de rechazar la imposición política electoral, sino de dar alternativas organizativas inmediatas. En tercer lugar, y para superar la estrechez sectorial de estas asambleas, comités y coordinadoras, vía libre a la potenciación del sindicalismo revolucionario, que forja la perspectiva emancipadora de toda la clase.

Recogemos en el presente número algunos textos que expresan las diversas posiciones de este capital debate obrero, pero advertimos que tenemos visión propia basada en experiencia vivida. Asamblea y sindicato son el doble frente de la batalla a ganar contra el electoralismo partidista: si sólo atendemos un frente, seremos derrotados por la retaguardia.
Enero 1978, http://www.tecnimar.com/ciclo/03/01.htm

Recomiendo el sitio http://www.tecnimar.com/bicicleta/inicial.htm donde se tienen varios ejemplares de esta revista "Bicicleta", una revista pro-CNT que data de esas épocas.
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Luis Nuevo
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Mensaje por Luis Nuevo » 01 Sep 2006, 18:25

Luis Nuevo escribió:En España la distinción se hace mediante los términos "anarquista" y "libertario"
Yo entiendo que hay una diferencia gradual. De hecho yo a veces me defino como libertario, pero no como anarquista, con ello quiero decir que simpatizo, pero no soy muy coherente. En el ejemplo tomo como organización libertaria la cnt (podía ser un ateneo, un centro social,...) y como anarquista la fai (podía ser la fijl, cualquier grupo anarquista no federado,...).

Para estar en la fai hay que declararse anarquista, para estar en la cnt no.

En cnt lo que uno haga privadamente es de su incumbencia (salvo si es fraglantemente represivo: el maltratador mentado), en la fai como anarquistas están obligados a una superación personal en cuanto coherencia.

La cnt funciona por democracia directa, la fai por consenso.

En cnt la no-actividad no implica la expulsión (otra cosa es el esquirolaje y demás), en la fai debería, es decir, grupo que no hace nada, pa'casa. Lo mismo para alguien que no hace nada en su grupo.

Pero vamos, ámbos rechazan todo tipo de elecciones, subvenciones, la acción mediada (digo en teoría), lo que probablemente les convierta en organizaciones de "A grande".
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He vuelto a meter la pata, como siempre. Los "Comentarios..." lo firmó un grupo en el que estaba Amorós (número máximo de 12 personas, según él mismo). Pero en la introducción de la edición de Klinamen, tando de la primera como de la segunda parte dice "escribí", en primer persona. Es que los artículos firmados por "Los Incontrolados" sí que son en compañía de Jaime Semprún.
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Ricardo Fuego escribió:pasar de un movimiento obrero asambleario al anarcosindicalismo [...] sea una recuperación
Bueno, eso dependiendo del carácter de las asambleas y del carácter del anarcosindicato, es decir, en tus términos, de la "autoactividad" que hubiera en cada uno.

La R-GGOO creo que de momento es una entelequia, y por lo tanto, no hace nada, no se le puede juzgar, porque hay que juzgar por lo que hace, no por lo que dice. Lo dejaremos en un puñado de MUY buenas intenciones. El "superar el sindicalismo" es tan creíble como cuando lo dice el anarcosindicato, porque aquí lo que se parte es de conflictos laborales concretos, igualico, igualico.

Ah!, una sugerencia. Es curro, pero teniendo la plantilla hecha no tanto. ¿Podíais editar vuestros escritos en formato tipo libreto?. Ocuparía menos hojas, o eso creo, y sería más manejable. Estaría bien para imprimirlo en el trabajo... o el sindicato.

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Hace relativamente poco ha salido "Transiciones: De la Asamblea Obrera al proceso de Pacto Social, CNT (1976-1981)", de Pablo César Carmona Pascual. Que se centra en las distintas corrientes que hubo en la época en CNT. Aunque lo ha sacado la FAL (dependiente de cnt), el autor creo que es de la izquierda-autónoma (un negrista?). También está el libro de "Relanzamiento de la CNT" de Gómez Casas.

Por partes:

Sobre Juan Ferrer lo que se dice en ámbos libros es que fue una infiltración troskista. Lo bueno es que el tío se metió también en la FAI y se llevaba muy bien con la gente del exilio, hasta que empezó a oler mal la cosa y le destaparon.

Por lo que dice
Juan Ferrer escribió:Tenemos la obligación [...] de «seleccionar» los elementos que tendrán la misión de conservar a la CNT como organización obrera de carácter sindical
No me atrevería a afirmar que le importaba más "la cantidad que la calidad". Supongo que estaría intentando echar a gente de su sindicato que le hacía sombra.

Sobre lo de Spoir, pues gente del exilio, que cuando oían un término que sonara marxista querían echar al menda a patadas del local. Cosas de haber sufrido infiltraciones e intentos de manipulación sin hablar de las pistolas estalinistas (Nin y Maurín hicieron lo suyo porque cnt entrara en la III Internacional).

Sobre Bicicleta, la verdad es que está bastante denostada por muchos militantes de aquella época, pero yo creo que más bien que era porque aireaba los "trapos sucios" y daba mucha cancha a los debates entre corrientes. Aunque estas fueran una minoría, lo que no está mal, está bien difundir todos los puntos de vista, pero luego hay que saber acatar las decisiones mayoritarias.

El artículo describe los motivos por los que se rechaza(ba) el asambleismo. Tambien hay que tener en cuenta que la mayoría de la gente no tuvo contacto con "teorías revolucionarias" hasta la muerte del dictador, y después, al difundirse tanta literatura y toda a la vez, había un cacao de no te menees.

Lo que realmente importa no es lo que dijera tal o cual menda en un periódico, sino los acuerdos tomado. En el Pleno Nacional de Regionales de noviembre-diciembre de 1978 se enmarca la actividad. Se acepta utilizar la sección sindical y si hay asamblea de fábrica se acatan las decisiones siempre que no vayan en contra de la lógica confederal. (Aunque creo que también hay críticas a ese pleno en alguna parte de los Comentarios.., por eso me interesaba leerlo.)


Eso te sonará raro, como es la práctica que todavía se lleva ahora, te pongo un ejemplo reciente: En una movilización (impulsada por miembros del sindicato de oficios varios de Madrid y en la que se había formado una asamblea) la asamblea aceptó el acuerdo que incluía el despido de 2 ó 3 compañeros, mientras que la sección eso no lo podía permitir y quería seguir con las movilizaciones. Porque se estaban dando esos casos se estaba "en contra" del "asambleismo", es decir, de aceptar siempre las decisiones de la asamblea de tajo al diluirse completamente en la misma.
Última edición por Luis Nuevo el 05 Sep 2006, 19:54, editado 1 vez en total.

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Ricardo Fuego
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Mensaje por Ricardo Fuego » 02 Sep 2006, 04:01

Únicamente posteé esos artículos de Bicicleta para mostrar que había una discusión en esos años y que anarcosindicalismo y consejismo (según se entiende al consejismo en esos artículos) no tenían la misma propuesta. Lo que se ve de esos artículos es que había anarcosindicalistas que veían en la propuesta de un movimiento obrero asambleario a la liquidación de la CNT. Yo esas discusiones, e incluyendo a los "acuerdos tomados" que mencionas (o sea, la victoria definitiva del anarcosindicalismo sobre el "consejismo", la victoria de la propuesta de "resucitar al cadáver" en vez de hacer algo nuevo), lo encuadro dentro de una visión integral del proceso de recuperación del movimiento autónomo de los 70.

Pero llevando la discusión más allá de los 70, ¿qué pasaría si hoy, dentro de la CNT (lo veo difícil, porque la "purga" ya fue hecha), se empieza a crear una corriente que propone la disolución de la CNT como sindicato, y que cada filial de la CNT se transforme en grupos que animen la formación de asambleas de trabajo y la relación entre distintas asambleas mediantes consejos obreros? ¿No se repetirían acaso los mismos argumentos, tales como que eso sería dejar a la clase obrera en manos de la izquierda y los burgueses*? ¿No se empezaría a acusar a esa corriente de liquidacionista? Y si esa corriente tuviera la desgracia de citar a -por ejemplo- Pannekoek o a Debord, ¿no sería acaso acusada de marxista, de antianarquista, de autoritaria? ¿No lloverían sobre ella todo tipo de calumnia por parte de la ortodoxia, no se la demonizaría?

* Pobrecita la clase obrera, tan ingenua, tenemos que andar haciéndoles de mamás y papás. Y pensar que hay quienes se niegan a ver en este paternalismo una clase de autoritarismo y vanguardismo (no tan) encubierto.
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Mensaje por Luis Nuevo » 02 Sep 2006, 07:06

Bueno, como te he comentado en citado Pleno se llegó a una posición digamos "intermedia", que probablemente no satisfacería a todos los "consejistas".

Se trata de mantener las secciones sindicales, y trabajar desde ellas, pero también promover las asambleas de tajo y "disolverse" en las mismas, siempre y cuando los acuerdos de la misma no vayam en contra de los principios básicos.

Yo lo de la visión integral del proceso de recuperación del movimiento autónomo de los 70 no lo veo por el camino de cnt. Al movimiento se le recuperó con los partidos políticos y los sindicatos oficiales. El ir a cnt pudo ser para algunos un repliegue táctico debido al reflujo de luchas.

Poco he hablado con los compañeros que vivieron la época. Apenas oirles "los consejistas, esos eran los peores", y saber que los de mi ciudad que todavía pululan, que creo que no entraron en cnt, están en cgt.

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Ricardo Fuego escribió:disolución de la CNT como sindicato, y que cada filial de la CNT se transforme en grupos que animen la formación de asambleas de trabajo y la relación entre distintas asambleas mediantes consejos obreros
Es que por lo general se entiende que para las condiciones actuales la estructura anarcosindicalista es superior a la asambleísta/consejista.

- Disolución de CNT como sindicato. ¿Significaría eso descoordinarse como CNT?. Si no es así y se sigue coordinado como CNT, ¿Qué cambiaría?.

- formación de asambleas de trabajo: Ya he comentado que las secciones sindicales son las asambleas de trabajo de los que quieren tirar por cierto tipo de lucha (sin comités, sin subvenciones,...). La sección sindical debe estar agitando permanentemente. Que su labor fructifique significará que esa asamblea sea cada vez más numerosa y combativa y/o que se forme una asamblea de tajo en la que se diluirá con condiciones.

- relación entre distintas asambleas mediantes consejos obreros: Se entiende que ya se tienen los comités necesarios, no ejecutivos y revocables en cualquier momento.

Creo que es lo que se respondería a esas propuestas, y que mayoritariamente serían rechazadas. No tiene sentido decir que hoy por hoy las asambleas estén manipuladas porque prácticamente son inexistentes. Hoy por hoy no se forman hasta que no se ha recibido la hoja de despido, es así de triste. La clase trabajadora ya está en manos de la mafia sindical, y hasta que la despiden traga con todo.

A mí a Pannekoek me lo recomendaron al entrar en el sindicato, tenemos (por lo menos) un libro (editorial Proyecciones, de Argentina, creo). De Debord no, pero en otros sindicato sí los he visto. Símplemente no nos solemos dar por aludidos en sus críticas al sindicalismo y las tomamos como propias.
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Durante los 70, en Historia Libertaria se publicó íntegramente un extenso artículo denominado "10 tesis para un debate" (de un montón de páginas), que apoyaba el "consejismo" (aunque la verdad es que no aclara mucho, un extracto del mismo pone que fue publicado en Bicicleta, no recuerdo el número, pero no parece estar en línea, raro porque la respuesta es de 1979). Fue respondido en la misma por Gómez Casas, que puede ser considerado de la línea clásica, aunque no muy cerril. Y básicamente es lo mismo, no se entiende qué ofrece el "consejismo" que no tenga ya cnt, o que le sobra (estructuralmente hablando) a cnt que pueda ser una rémora. (Nota: Atacar estas cuestiones recentraría el debate)

Yo no sé en Argentina, pero aquí entrar en una empresa y agitar al personal es bastante complicado por la pasividad reinante. En muchos casos, en la mayoría, empezar a mover información como cnt (por lo que se critica y propone, no por el nombre) implica el despido. Con el rechazar realizar horas extra -cobradas o sin cobrar- lo mismo. Y por supuesto que la táctica es buscar apoyos en el centro de trabajo y no ir uno sólo en plan kamikaze, pero es que la mayoría se encuentra muy agusto "integrada", o sus quejas no pasan de ser "conversaciones de barra de bar". Eso sí, los cenetistas no lo estamos, y seguiremos p'alante.

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Ricardo Fuego escribió:para la CNT de ese entonces, al menos, la cantidad importaba más que la calidad
Es curioso, pero ¿sabías que antes de las primeras elecciones sindicales la cnt tenía bastante intención de voto? (algunos medios la daban como el 2º sindicato en "simpatía", por detrás de ccoo y delante de ugt). Y que se rechazó la estrategia?.
¿Sabías que Diego Abad de Santillán (ilustre compatriota tuyo, me imagino la opinión que tendrás de él, ya desde su época en La Protesta) vino a reunirse con el gobierno para hacer de cnt un sindicato integrado y que cuando lo propuso se le mandó a hacer gárgaras?
¿Sabías que se dejó claro que había que aceptar las tácticas decididas mayoritariamente que implicaban el rechazo de las elecciones y las subvenciones que conllevan y por ello muchísima gente se piró?.

Si la CNT hubiera querido cantidad a toda costa lo hubiera tenido muy fácil.

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Mensaje por Ricardo Fuego » 05 Sep 2006, 01:25

1) Recalco que la propuesta que hice antes es solamente hipotética, un "¿y qué pasaría si...?". Ya me la respondiste.

2) En cuanto a tomar las críticas de Pannekoek al sindicalismo como propias, me parece incorrecto, ya que se aplican a todo tipo de sindicalismo y no solamente al sindicalismo "tradicional". Que Pannekoek no haya escrito críticas específicas al sindicalismo revolucionario o anarcosindicalismo no quiere decir que las críticas anti-sindicales no se apliquen al sindicalismo revolucionario*.

3) El artículo de Gomez Casas ya lo había leído antes y me parece causi-estalinista en sus intenciones y en su estilo. Básicamente es la misma pendejada de condenar a los consejistas por no reconocerse "libertarios" y de asumir una actitud sectaria del tipo "¡estos marxistas nos quieren robar nuestras banderas!". Lo veo más como una herramienta de adoctrinamiento para evitar "desviaciones neo-marxistas" en la militancia anarcosindicalista que como un aporte real a la discusión entre consejismo y anarcosindicalismo. "Leamos a Pannekoek para no ser sectarios pero ¡cuidado! es un marxista".

4)
no se entiende qué ofrece el "consejismo" que no tenga ya cnt, o que le sobra (estructuralmente hablando) a cnt que pueda ser una rémora. (Nota: Atacar estas cuestiones recentraría el debate)
La propuesta de la R-GGOO es un ejemplo. Aunque no sería una "propuesta del consejismo" (como si eso existiera), sino una propuesta elaborada por un grupo de proletarios que reivindican el comunismo de consejos.

* De hecho Pannekoek aborda hacia el final de un artículo suyo sobre el sindicalismo el origen y la praxis de la IWW.
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