Crítica a las teorías de la "desaparición del proletari

Presente y futuro de la Lucha Obrera, así como la validez, aciertos y contradicciones de las formas de organización de la Clase Trabajadora. Seguimiento de conflictos laborales, huelgas, etc.
Sick boy

Mensaje por Sick boy » 08 May 2005, 08:32

queria decir que de momento no tengo nada mas que decir...

vaya lapsus :oops:

sick boy

Invitado

Mensaje por Invitado » 08 May 2005, 09:15

Beuno sickboy a mi lo que me parece confuso y que no aporta nada es toda esta historia del "sujeto revolucionario". D hecho me gustaria q alguien me confrimarse o me decartase la sospecha que expuse algo sobre el origen del termino.
De todas maneras estoy de acuerdo contigo que decir que el "sujeto revolucionario" (sea lo que sea esta cosa) es el individuo es como no decir nada. Ademas me gustarua agregar que me parece un tanto pretecionso lo del "individuo consciente", supongo que lo de consciente querra decir que halla reflexionado sobre politica, un indivifuo puede ser "muy consciente" y defender posturas totalmente opuestas a las habituales en este foro. Podriamos decir, por ejemplo, que esta equivocado pero calificarlo de no-consciente me parece pura arrogancia.

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Abel
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Mensaje por Abel » 08 May 2005, 14:19

No quiero desviar el debate, pero no puedo dejar pasar este párrafo:
Sick Boy escribió: "Pilotos invisibles en medio de la tempestad popular, nosotros debemos dirigirla, no gracias a un poder ostensible sino gracias a la dictadura colectiva de todos los 'aliados'. Dictadura sin banda presidencial, sin título, sin derecho oficial, y tanto más potente por el hecho de no poseer ninguna de las apariencias del poder." Carta a Albert Richard fechada el 14 de abril de 1871.
Dificilmente se puede malinterpretar este parrafo...
Sacado de contexto es con plena seguridad malinterpretable. Un centenar de compañeros —decía Bakunin— son suficientes para dirigir la revolución socialista en toda Europa. Eso lo decía en una época en que la represión era bastante brutal, y en la que las cartas de las organizaciones tenían que viajar con correos de militantes de probada lealtad para evitar la intervención de la policía. No había ni teléfono. ¿Cómo diablos iba a ejecutar esa dictadura invisible? ¿Era tonto Bakunin? Leyendo su obra se puede ver que siempre él habla del revolucionario que camina al lado del pueblo, que es el pueblo el que hace la revolución, y que aquellos individuos que por su educación y su dedicación son capaces de explicar los acontecimientos sociales (burgueses, estudiosos revolucionarios), tienen el deber de hablar al pueblo a la vez que se dejan arrastrar por él. Esa carta se manda durante los acontecimientos de la Comuna de París, que será aplastada a finales de mayo de 1871. Ir al pueblo, hablar la voz del pueblo. Sin banda presidencial, sin título oficial y sin Estado. No usa en ese párrafo términos muy afortunados, pero si se lee «la Comuna de Paris y la noción del Estado» (el fragmento que existe), se puede aclarar algo lo que pensaba.

Al pobre de Bakunin se le ha achacado casi de todo: que si fue agente de la policía, que si fue paneslavista, que si pidió perdón al zar, que si fue un vanguardista y un autoritario... Casi nadie se lo ha leído, y es una lástima. Bakunin fue un anarquista en el sentido más sincero de la palabra. Y cada vez que pensó que la revolución era posible, se tiró de cabeza a ella. Hizo organizaciones secretas, participó en la internacional, favoreció el sindicalismo, incitó a sus amigos a hacerse diputados, se contradijo mil veces, pasó largos años de prisión y murió muy decepcionado al ver la derrota de la revolución. En realidad, se le puede acusar casi que de cualquier cosa, porque quien se mete en muchos líos, mete la pata.

Luego intentaré decir algo de lo que se me pregunta. Respecto a lo que dice Karateka y el Invitado, estoy de acuerdo con ellos.

Invitado

Mensaje por Invitado » 08 May 2005, 14:28

Creo que esto no avanza,de hecho que hay un impasse. Creo que hay una confusión de terminos, y un rechazo de terminos dependiendo de la apreciación personal de cada uno.
Pienso que en todos los posts desde el principio he dejado las cosas muy claras, y si bien la mayoría de las apreciaciones me han hecho reflexionar -lo cual esta bien- ninguna cambia un ápice de lo que pienso.

El proletariado esta compuesto por individuos autoconscientes de su explotación, alienación y que se enfrentan a ello; y pueden ser inmigrantes, de la clase obrera o de mil procedencias más.
Durante el segundo asalto a la sociedad de clases, durante las luchas sociales autonomas, la clase obrera -industrial o no- la clase obrera era el sector con más fuerza dentro de estas luchas, de hecho eran practicamente luchas obreras.
En anteriores posts he explicado que se produjeron una serie de cambios que produjo la segmentación y estratificación de esta clase obrera o proletariado (para Sick Boy es lo mismo). La actual situación es que la clase obrera ya no es la central dentro de las luchas (la centralidad obrera que tu rechazas como termino y que tu sin embargo defiendes), es un sector más y lo sera por su situación de debilidad, y de mil cosas más (como tu dices)...pero la situación es lo que hay, la clase obrera ya no es una comunidad de lucha "en sí y para si", su situación es muy parecida a la que describio en el 18 Brumario Marx del campesinado, de la cual veía una masa sin intereses comunes, aunque vivan de la misma forma. Tu hablas del proletariado (como clase obrera), con intereses comunes, pero tambien hablas de su debilidad. La realidad, frente al mecanicismo historico basado en el enfrentamiento de clases, es que el poder, la clase dirigente o como quieras llamarlo no tiene una clase enfrente como antes, el proletariado, el cual no tiene ningún lazo social, en la medida que la proximidad de sus intereses no crea entre ellos ninguna comunidad, ni menos una organización especifica.
Vuelvo a repetir que la clase obrera era clase revolucionaria "en sí " y "para si" tanto a primeros del siglo XX como en los años 60-70 (en el sentido que fueron épocas de aslto a la sociedad de clase), pero nada dice que la actual situación la clase obrera sea la clase revolucionaria ni que puedan defender unos supuestos intereses de clase, o que pueda ser el sector más revolucionario o más avanzado o que lo vaya a ser.
Creo que le das demasiado valor a las luchas obreras actuales, admirables si cabe; de hecho hablas del individuo explotado por el trabajo y minusvaloras el resto de alienaciones las cuales no son transversales como dices, sino consustanciales a una serie de elementos que acaparan (al igual que el trabajo) nuestras vidas y que son ajenas a lo que debía ser una vida propia y liberada.Dices que no le restas importancia al resto de alienaciones, pero sin embargo hablan del proletario explotado como central (centralidad obrera, palabra que rechazas) y lo demás son "transversales" a todo esto. En conclusión, la centralidad obrera es fundamental.
El problema es la la cuestión laboral ya no es la centralidad del conflicto social, de la cuestión social, y de hecho sus luchas (al contrario que antaño) ya no van al quid de su planteamiento histórico, que sería a superación de si mismo. La huelga y el conflicto laboral se ha perdido en el espectaculo, en la imagen, en la ideología y en las representaciones.

Por otra parte, un individuo autoconsciente de su explotación/alienación, da igual que sea de clase media o pequeño burguesa, u obrera. Puede actuar, se organiza y actua. En Argentina, es cierto que la crisis economica afecto a la clase obrera sobre todo; pero la actuación en las protestas, y la labor de construcción (durante años) de tejido asociativo autogestionado (que tu Sick Boy no ves una lucha en si misma) no fue exclusivamente de la clase obrera, no nacio de un conflicto laboral, y no ver en esto una lucha en si misma es no tener en cuenta la labor constructiva, diaria, insumisa que es una revolución; por contra es tener una concepción revolucionaria de fecha. El tejido autogestionado no es sufiente, de acuerdo, pero es yuna resistencia muy importante y hablar de pactismo o de acabar como el El Laboratorio es una gran estupidez.Y esto solo es un ejemplo de como ir construyendo la revolución.
Hay una nueva radicalidad cuyo centro no es la identidad obrero o el asalariado; por lo tanto no es el proletariado de siempre, donde el conflicto laboral era central.
Minusvaloras el tema del consumo frente a la producción, y como te he dicho son consecuencia del mismo ciclo capitalista, al igual que el capital y trabajo asalariado son producto de una misma relación social.
Bueno, sigo mañana que me tengo que ir!aio!!

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Abel
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Mensaje por Abel » 08 May 2005, 14:48

Me he vuelto a leer el debate y me temo que no poseo nivel suficiente para seguirlo. No es que no entienda, sino que me da la impresión de que se usan términos aparentemente distintos que hablan de las mismas cosas. Y luego tengo otro problema de visión de las cosas. Yo las luchas que vi en los años setenta no las viví contemplando esa autonomía obrera de la que habláis. Yo veía asambleas, y dentro de las asambleas a oradores, grupos enfrentados, sindicatos organizados, una lucha entre diversas posiciones... El fin de esas luchas en España ya sabemos cual fue: la derrota escalonada hacia 1978-1979. O incluso antes tal vez. Quienes ganaron fueron los que sí estaban organizados, ya sea en UGT o en CCOO.

En cuanto a los textos que llegaban de Italia y que fui leyendo en esa época, o bien no me enteraba de lo que decían (por ejemplo jamás entendí nada de Toni Negri), o me parecía que no tenía nada que ver con lo que sucedía en la calle.

Sick Boy

Mensaje por Sick Boy » 08 May 2005, 15:50

Bueno, doy por cerradp el debate sobre bakunin que me parece mucho menos interesante que el que da nombre a este foro. (esto no quiere decir que este totalmente de acuerdo con el post anterior de abel sino que dejo el tema para otra ocasion).

Bien, intereante el post de piti que tiene mucha miga...

Piti: : El proletariado esta compuesto por individuos autoconscientes de su explotación, alienación y que se enfrentan a ello; y pueden ser inmigrantes, de la clase obrera o de mil procedencias más.

No estoy de acuerdo. Por un lado veo al proletariado en cuanto clase en sí, en cuanto capital variable, en cuanto objeto de explotacion. Por otro lado veo la proletariado en cuanto que clase para sí, consciente, sí, pero autoorganizado y en lucha contra la burguesía. De este último reconozco que hay poco, que apenas se vislumbra en algunos conflictos laborales, vecinales, pero creo que el proceso hacia la revolucion pasa por que los proletarios den ese paso, autoorganizandose, luchando y tomando connciencia de su situacion y de sus intereses colectivos en el proceso. Según tú el proletariado puede estar compuesto por inmigrantes, clase obrera... ¿que pasa? ¿ahora resulta que los inmigrantes no son clase obrera/trabajadora? ¿desde cuando no trabajan? la verdad, viendo las colas que ha habido para su regularizacion como trabajadores cuesta pensar que no sean clase obrera o clase trabajadora.


Piti: La actual situación es que la clase obrera ya no es la central dentro de las luchas (la centralidad obrera que tu rechazas como termino y que tu sin embargo defiendes), es un sector más y lo sera por su situación de debilidad, y de mil cosas más (como tu dices)...pero la situación es lo que hay, la clase obrera ya no es una comunidad de lucha "en sí y para si", su situación es muy parecida a la que describio en el 18 Brumario Marx del campesinado, de la cual veía una masa sin intereses comunes, aunque vivan de la misma forma. Tu hablas del proletariado (como clase obrera), con intereses comunes, pero tambien hablas de su debilidad. La realidad, frente al mecanicismo historico basado en el enfrentamiento de clases, es que el poder, la clase dirigente o como quieras llamarlo no tiene una clase enfrente como antes, el proletariado, el cual no tiene ningún lazo social, en la medida que la proximidad de sus intereses no crea entre ellos ninguna comunidad, ni menos una organización especifica.

De acuerdo en que la clase obrera no se opone al poder colectivamente como clase organizada, en ese sentido habrá perdido la centralidad en las luchas... ¿quien se opone entonces al poder? Pequeños sectores de la clase obrera, del proletariado, autoorganizandose para luchar contra el poder. Yo nunca he dicho que hoy exista una guerra de clases abierta entre la clase obrera organizada colectivamente y la burguesía. Lo que he dicho es que la revolucion la hará la clase obrera autoorganizada y no se si lo he dicho pero por si acaso, los pequeños conflictos que hay hoy por hoy los llevan a cabo sectores más o menos grandes de la clase obrera, del proletariado pero no necesariamente en los lugares de trabajo ni en torno al tema laboral. Por eso no me gusta usar lo de lucha obrera, por que inmediatamente se asocia a luchas en el curro. Por eso prefiero utilizar el termino luchas proletarias que pueden ser luchas en el curro, por los alquileres, por el subsidio del paro, etc, etc...

Piti: "Vuelvo a repetir que la clase obrera era clase revolucionaria "en sí " y "para si" tanto a primeros del siglo XX como en los años 60-70 (en el sentido que fueron épocas de aslto a la sociedad de clase), pero nada dice que la actual situación la clase obrera sea la clase revolucionaria ni que puedan defender unos supuestos intereses de clase, o que pueda ser el sector más revolucionario o más avanzado o que lo vaya a ser. "

Vivimos tiempos de debilidad, de derrota, claro que nada asegura que la clase obrera vaya a ser la clase revolucionaria, decirlo si lo dice alguien, lo digo yo. Creo que va a ser así por que a lo largo de la historia ha sido así y por que creo que el capitalismo es el sistema imperante y que es el proletariado el principal interesado en destruirlo para acabar con sus cadenas. ¿tengo razón? pues no lo se, la historia lo dirá, mientras tanto pienso que las cosas son asi y actuo en consecuencia.

Repito, decir que la revolucion la haran individuos autoconscientes asociados y luchando me parece no decir nada, cualquiera puede asumir eso, desde al anarquista mas individualista hasta el leninista mas ferreo. ¿que la van a hacer los individuos? claro, ¿quien la va hacer si no? los no-indiviudos (aqui mmi cabeza no encuentra el antonimo de individuo). ¿que seran autoconscientes? claro, no creo que la hagan los autoinconscientes iluminados por la inconsciencia de clase. ¿que estaran asociados? claro, no creo que lo haga uno solo o uno cada vez o varios al mismo tiempo sin organizarse. ¿que lo haran luchando? claro, las revoluciones no se regalan. Las cuestiones son ¿que individuos?, ¿conscientes de qué? ¿como se adquiere esa consciencia? ¿como se organizan? ¿como y por que luchan? Estas son las preguntas, las de toda la vida....

Dices Piti, (y no voy a poner mas citas tuyas para no sobrecargar el mensaje que ya es bastante largo), que doy demasiado valor a las luchas obreras actuales... lamento haber dado esa impresión. Doy mucho valor a algunas luchas laborales (por ejemplo las de la limpieza) no doy ningun valor sino una tremenda crítica a otras luchas laborales (por ejemplo a la de Sintel o a la de astilleros). Dices que hoy en dia la cuestion laboral ya no es la centralidad del conflicto social. Evidentamente no hay hoy las luchas obreras de los 70 pero no porque no tendria que haberlas (en muchos aspectos las condiciones laborales de hoy en dia son peores que entonces o que hace 10 años) si no por la debilidad del proletariado, por su division, por la actuacion de los sindicatos... En mi opinion las luchas iran en aumento segun se vaya jodiendo mas la cosa, y soy consciente que muchas de ellas seran luchas inutiles, recuperadas y antiproletarias (si, algunos obreros pueden llevar luchas que afecten negativamente al resto del proletariado) pero estoy convencido de que iran en aumento (que le voy a hacer, optimista que es uno...). Ahora soy yo el que te pregunta cuales son para tí las luchas que ocupan el papel central en el conflicto social hoy en día.


Vamos a ver, claro que en argentina no solo lucho el proletariado, lucharon tambien muchos pequeños burgueses que se veian arrastrados hacia el proletariado por la crisis, luchaban por mantener sus privilegios y eran precisamente los que daban las consignas mas asquerosas de la lucha... antiespañolas (contra el capitalismo español pero no contra el argentino), patriotas.... en fin vomitivas. Son los que defendian el trueque, pactar con el estado, ocupar las fabricas por los obreros y convertir a los grupos piqueteros (organizaciones de lucha proletarias que existen desde mediados de los 90) en gestores de la beneficencia del estado.

En cuanto a la autogestion, es otro termino que no utilizo por que induce a error y es muy confuso, la autogestion de las fabricas por los obreros es de las reivindaciones mas peligrosas que pueden hacerse, en el caso concreto del caso argentino, podeis leer este comunicado del movimiento nacional de fabricas recuperadas acusando a naomi klein (una antiglobi de cuidao) de pintar la ocupacion de fabricas de demasiado revolucionaria. Lo que dice es de lo mas asqueroso que oido en mucho tiempo:

http://www.fabricasrecuperadas.org.ar/a ... article=49

Por cierto, piti, para ti un link especial, seguro que te gusta. es una critica a las experiencias autogestionarias posteriores al mayo del 68 frances. No se si lo has leido pero por si acaso: su nombre... un poema:

"LIP y la contrarrevolucion autogestionada"

http://www.geocities.com/~johngray/lip.htm

Por cierto, yo no dije que construir tejido asociativo autogestionado no era una lucha en sí misma. Dije que okupar una casa no era un alucha en sí misma. En italia y en serbia hay casas okupadas por nazis, así como suena. Lo que importa no es la okupacion de la casa, sino el proyecto político que hay detras, lo que se desarrolla desde ella. Yo estoy por crear un tejido asociativo (y quito lo de autogestionado hasta que no se me explique en que sentido se dice) a partir del cual se desarrolle un enfrentamiento contra el capital y todas las demas alienaciones, no crearlo por que sí.

Por ultimo, hay un tema que atraviesa tu post de cabo a rabo. La identificacion de luchas obreras con luchas laborales. Esa equivalencia la haces tu, no yo, repito lo que dije mas arriba, no me gusta hablar de luchas obreras precisamente por esa identificacion que suele hacer la gente, prefiero hablar de luchas proletarias, en las cuales se enmarcan muchas mas luchas que las meramente laborales. Lo repito para que quede lo mas claro posible.

Pffff, ahora si que me he pasao. madre mia lo que puedo escribir si me pongo. Me he extendio mucho pero creo que el tema lo merece.

Un abrazo pa tos'

Sick Boy

Invitado

Mensaje por Invitado » 08 May 2005, 18:08

Estoy de acuerdo en muchas cosas que dices, boy, las que caen por su peso. Pero no entiendo porqué hay que darle tantísimas vueltas a esos conceptos, que no lleva a ninguna parte. ¿Qué más da decir que hay luchas proletarias o luchas obreras? La CNT en España planteaba en los años treinta huelgas de alquileres, huelgas para reducción de precios, huelgas estrictamente laborales y huelgas revolucionarias, y nunca hizo falta hacer esas distinciones, porque como bien dices de lo que se trata es de organizarse. El cómo es el problema. Luego, si empieza a haber luchas, que sean proletarias o obreras será igual. La cuestión es que se luchará o que habrá luchas, o huelgas, o sentadas o como se las quiera llamar.

Y estoy de acuerdo en lo que dice Karateka de quitarse de encima toda la terminología marxista, que está dando unos quebraderos de cabeza que son estériles. No hay nada de ciencia en el marxismo, solo filosofía política.

Víctor.

Mensaje por Víctor. » 08 May 2005, 18:20

Vamos a ver, claro que en argentina no solo lucho el proletariado, lucharon tambien muchos pequeños burgueses que se veian arrastrados hacia el proletariado por la crisis, luchaban por mantener sus privilegios y eran precisamente los que daban las consignas mas asquerosas de la lucha... antiespañolas
yo creo que hay una progresiva proletarizacion de los seres humanos (cada vez hay mas gente que para vivir debe vender su fuerza de trabajo por un salario) aunque bien es cierto que pueda haber un cada vez mayor aburguesamiento de la conciencia de esa misma gente

Por un lado dices que el proletariado es el que está asalariado, no el que es pobre. ¿Y los pequeños burgueses quienes son? Porque muchos argentinos que lucharon, profesionales y obreros o jubilados de niveles medios de renta, que eran ya proletarios, por lo que luchaban era por no proletarizarse siendo proletarios...

Juan Pé
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Mensaje por Juan Pé » 08 May 2005, 18:32

Me parece que no me estoy enterando bien. ¿El individuo autoconsciente sería el proletariado?

Sick Boy

Mensaje por Sick Boy » 08 May 2005, 19:03

Invitado: "¿Qué más da decir que hay luchas proletarias o luchas obreras? "

A mi me da igual, pero por lo que he visto a lo largo del debate, cuando digo "luchas obreras" se entiende "luchas obreras en los curros" = "luchas laborales". Para no caer en esta identificación simplista prefiero decir "luchas proletarias" por que me parece que no tiene esas connotaciones puramente laborales que tiene "lucha obrera". Por lo demas me es igual usar una u otra siempre que se sepa que hacen referencia a luchas dentro y fuera de los lugares de trabajo.

Invitado: [iY estoy de acuerdo en lo que dice Karateka de quitarse de encima toda la terminología marxista, que está dando unos quebraderos de cabeza que son estériles. No hay nada de ciencia en el marxismo, solo filosofía política. "[/i]

Yo no estoy de acuerdo en deshacernos por que sí de la terminología marxista por el simple hecho de que sea marxista. Deshagamonos de la terminología que sea inutil, de la que nos impida analizar mas eficazmente esta sociedad sea marxista o no. Yo tampoco creo en la supuesta cientificidad del marxismo pero sí en la utilidad de muchos, muchísismos análisis marxistas así como también de muchas, muchísimas críticas, análisis y prácticas anarquistas.

Victor: : Por un lado dices que el proletariado es el que está asalariado, no el que es pobre. ¿Y los pequeños burgueses quienes son? Porque muchos argentinos que lucharon, profesionales y obreros o jubilados de niveles medios de renta, que eran ya proletarios, por lo que luchaban era por no proletarizarse siendo proletarios...

Bueno, la ultima frase no la entiendo, ¿si ya eran proletarios como iban a luchar por no proletarizarse?.

Respecto al resto voy a intentar aclararme, entiendo por pequeña burguesía esa clase intermedia a medio camino entre la burguesía y el proletariado, tenderos, pequeños comerciantes, pequeños empresarios, "profesionales liberales", etc. Es decir los sectores que en caso de crisis más rápidamente pierden sus pequeños negocios o su status privilegiado. La esencia de la pequeña burguesía es encontrase en una posicion intermedia en el conflicto social y en ocasiones pueden luchar junto al proletariado contra la gran burguesía y otras veces luchan junto a la burguesía contra el proletariado.

Claro que muchos de estos lucharon, pero lucharon por sus propios intereses que no son ni mucho menos revolucionarios. No nos engañemos, la crisis argentina puso a mucha gente en la calle y no todos pedían el fin del capitalismo sino una gestion distinta que les fuese más beneficiosa. Por supuesto hubo experiencias muy positivas y muy interesantes (por ejemplo, los cortes de ruta piqueteros) pero tambien habia mucho confusionismo y muchos intereses contrapuestos en otras experiencias que han sido rapidamente recuperadas por el gobierno Kirchner.


Espero haber aclarado algo...

Un abrazo

Sick Boy

azahuria

Respuesta a Piti

Mensaje por azahuria » 16 May 2005, 18:15

Estimado Piti:
Lo que escribo lo hago en nombre de mis compañeros de la CCI. Cuando en otras ocasiones he escrito a titulo personal asi lo hago constar.
El texto que viene a continuacion quiere animar la continuacion de un debate que esta siendo muy vivo y enriquecedor.
Ultimamente hay un debate entre Abel y Sick Boy que a titulo personal voy a intentar responder.
Saludos a todos.
El Foro que se ha originado a partir de la publicación por un compañero que no conocemos de un artículo nuestro realizado como balance de una intervención en un Encuentro sobre la Autonomía Obrera celebrado en Barcelona, ha suscitado un debate apasionante, profundo y sincero.
Todos los participantes compartimos la voluntad de acabar con el sistema social capitalista que tantos sufrimientos de todo orden –económico, psíquico, moral, ecológico- está causando a la gran mayoría de la humanidad. El debate se sitúa sin embargo sobre la pregunta: ¿quién puede ser el motor de esa gigantesca transformación social? De forma sintética dos alternativas se han postulado: la clase obrera, el proletariado, o, como defienden PITI y otros compañeros, una comunidad de individuos rebeldes, a la llaman “proletariado”.
Nosotros defendemos resueltamente la primera alternativa. En polémica razonada con la otra posición vamos a exponer los argumentos que la sostienen.
La lucha de clases es el motor de la historia
Tras la progresiva disolución del comunismo primitivo tribal, la sociedad humana se ha dividido en clases y el motor de su evolución es la lucha de clases.
Esta guerra social tiene lugar en un contexto histórico de sucesivos modos de producción (esclavismo, feudalismo, capitalismo) que ha constituido el marco general donde aquella ha tenido lugar y el desarrollo de las fuerzas productivas humanas ha ido recorriendo su camino de forma contradictoria.
Esta es la explicación más coherente de la historia humana y el medio que pueden darse las generaciones actuales para hacerla progresar ante los dilemas que nos plantea la situación actual del capitalismo que lleva, bien a la destrucción de la humanidad, bien a su liberación y al inicio de una nueva etapa histórica basada en la abolición de las clases sociales, de los Estados y las fronteras nacionales, la unificación de todos los seres humanos en una comunidad humana mundial que vive y actúa para si misma.
A esta explicación, cuyo exponente más coherente es el marxismo, se le han opuesto numerosas teorías que tienen como común denominador no tanto la negación de la existencia de clases sociales –evidencia que solo los más obtusos pueden atreverse a soslayar- sino la negación de que el motor de la historia es la lucha de clases.
Se han presentado como motores alternativos Dios, el Espíritu Universal, los príncipes y otros individuos investidos de poderes especiales, una coalición de individuos de buena voluntad, una minoría de conspiradores, una minoría de iluminados, predicadores de toda clase de sistemas sociales y filosóficos para dar cuenta de los males del mundo etc.
La lucha de clases a lo largo de la historia ha enfrentado una clase revolucionaria portadora de una nueva organización de la vida social y una clase reaccionaria apalancada en la defensa de los privilegios e intereses ligados al viejo orden. Si, de manera general, el desenlace de estos conflictos ha sido el triunfo de la nueva clase revolucionaria y la desaparición más o menos gradual de la vieja clase, esto no ha sido el producto de un determinismo irrevocable. En diferentes momentos de la historia se han producido fenómenos de bloqueo de la evolución social, donde las dos clases principales de la sociedad se desangraban en conflictos estériles sin hallar ninguna salida a la situación. Por eso el Manifiesto Comunista concibe la lucha de clases como una guerra social “que siempre acababa en transformación revolucionaria de la sociedad entera o en destrucción de ambas clases en lucha”.
Ninguna clase social es el vehículo ciego de un destino histórico preestablecido, no es el ejecutor forzoso de una necesidad determinada por la evolución de la sociedad. Para liberar a la sociedad de las trabas que le imponen el orden antiguo, las clases revolucionarias necesitan de un cierto grado de conciencia y voluntad. Si estos faltan, la necesidad objetiva, que existe sólo como potencial histórico, no podrá realizarse y la evolución social se estancará degenerando en un pudrimiento caótico y destructivo.
En el tránsito entre la vieja sociedad esclavista y el orden feudal que le sucedió, el factor determinante fue la evolución objetiva mientras que la conciencia y la acción subjetivas jugaron un papel muy limitado. En la destrucción del feudalismo y el advenimiento del capitalismo, las fuerzas objetivas constituyeron el factor central aunque la conciencia –esencialmente ideológica- desempeñó un papel importante, sobre todo en la última etapa: la toma del poder político por parte de la burguesía tras haberse asegurado la dominación económica de la sociedad.
Sin embargo, en la revolución mundial que acabará con el capitalismo el papel decisivo lo tendrá la conciencia, el entusiasmo, la solidaridad, el heroísmo y la combatividad, de grandes masas proletarias. Sin esa fuerza subjetiva, sin ese compromiso de un gran número de individuos conscientes, la revolución no será posible. PITI ha insistido sobre la necesidad de la conciencia (él la llama la necesidad de “individuos autoconscientes”), de la solidaridad y la confianza mutua (que denomina “comunidad de rebeldes”)... Compartimos esta preocupación y vemos como una de las tareas cruciales del momento presente el que las generaciones actuales de la clase obrera cultiven y desarrollen, en la lucha, por la lucha y para la lucha, la conciencia, la solidaridad, el criterio propio. Sin el desarrollo masivo de esas fuerzas espirituales la revolución mundial no será posible.
PITI piensa sin embargo que la clase obrera ya no es la clase revolucionaria. No niega que haya desaparecido la lucha de clases, tampoco niega que pudo haber sido en otras etapas del capitalismo el motor del cambio histórico, pero su premisa es concluyente: «Lo que denomino el "primer asalto a la sociedad de clases", me refiero a primeros de siglo XX y sus revoluciones (Rusia, Kronstad, Alemania por ejemplo), y el "segundo asalto a la sociedad de clases", mayo del 68, revueltas autónomas en Alemania, autonomía operaia en Italia, las huelgas obreras en Polonia, el movimiento asambleario español. Estos movimientos son derrotados, la autonomía obrera es derrotada.»
Es verdad que la oleada revolucionaria mundial fue derrotada y se abrió la más terrible contra-revolución de toda la historia humana. Es igualmente verdad que el impulso inicial de las luchas abiertas en 1968 se fue diluyendo hasta que en 1989 se produjo un fuerte retroceso de la conciencia y la combatividad obreras.
Ahora bien, ¿por qué de esos dos fracasos deduce PITI el fin del carácter revolucionario de la clase obrera? Aporta como explicación dos factores: por una parte, el capitalismo ha sufrido un cambio de tal naturaleza que estaríamos ante un nuevo “paradigma económico” y, este nuevo paradigma económico significaría tales cambios sociales que habrían sellado el fin de la clase obrera como clase revolucionaria. «Aquí es cuando comienzan los cambios, en los años ochenta. Los sindicatos, como instrumentos de integración de la clase obrera, actúan directamente al servicio de sus intereses negociando con la patronal y el Estado, aceptando a rajatabla las políticas de recortes sociales, plantillas. Esto rompe a una generación rebelde, una comunidad de rebeldes heredada de la etapa anterior, su conciencia. La clase obrera es estratificada de las fabricas, se producen reconversiones industriales, la terciarización de la economía (cambio de paradigma económico), y la deslocalización de empresas en busca de mano de obra barata y esclava (...) La tecnología juega un papel fundamental, se produce una revolución tecnológica que produce que muchos obreros tengan que pasar por cursos de formación. Hay una mundialización de la economía gracias a la tecnología, que favorece también a la automatización. Sin embargo, estas nuevas condiciones permiten elevar el nivel de bienestar material de una minoría de trabajadores. Aparecen cuadros técnicos, obreros-propietarios, pequeños empresarios etc. (...) La actual época es única y no hay vuelta atrás en el sistema productivo, donde volvamos a la identidad fabrica ».
¿Un nuevo paradigma económico?
A lo largo de su historia, el capitalismo ha sufrido numerosos cambios tecnológicos, organizativos, sociológicos... El capitalismo es un modo de producción dinámico que se ve forzado a cambiar continuamente la organización, los métodos y las herramientas de producción... El Manifiesto Comunista reconoce que « la burguesía no puede existir si no es revolucionando incesantemente los instrumentos de la producción, que tanto vale decir el sistema todo de la producción, y con él todo el régimen social.  Al contrario de cuantas clases sociales la precedieron, que tenían todas por condición primaria de vida la intangibilidad del régimen de producción vigente.  La época de la burguesía se caracteriza y distingue de todas las demás por el constante y agitado desplazamiento de la producción, por la conmoción ininterrumpida de todas las relaciones sociales, por una inquietud y una dinámica incesantes ».
Pero ¿ese dinamismo significa un cambio de naturaleza del capitalismo, una modificación de los fundamentos mismos de su sistema de explotación?
El capitalismo ha pasado por numerosas etapas: manufacturas, maquinismo, gran industria, capital monopolista, imperialismo, capitalismo de Estado etc. El régimen de propiedad capitalista se ha modificado de manera incesante (mercaderes, propiedad individual de los capitanes de la industria; propiedad colectiva a través de las sociedades por acciones; propiedad estatal bien sea completa –como en los mal llamados países “socialistas”- o mixta; propiedad multinacional...); las tecnologías han sufrido cambios espectaculares (maquinismo, ferrocarriles, barcos de vapor, aviación, telecomunicación, informática, energía petrolífera o nuclear etc.); la organización del trabajo ha pasado por muy diferentes estadios (trabajo extensivo, trabajo intensivo, organización científica del trabajo y taylorismo, industrias gigantes, descentralización, deslocalización, subcontratación etc.); el régimen de trabajo tiene muchas formas (trabajo domiciliario, trabajo de mujeres y niños, trabajo fijo, trabajo forzado, jornaleros, precariedad, trabajo a destajo, por piezas etc.). Sin embargo, un hilo conductor, un telón de fondo, atraviesa como núcleo de hierro esa multiplicidad siempre cambiante:
1º Expropiación de los productores de tal forma que campesinos o artesanos son separados de sus medios de producción y vida, convertidos en obreros y obligados a pasar por las horcas caudinas del trabajo asalariado para obtener su sustento;
2º Explotación de la fuerza de trabajo del obrero cuyo salario tiende a cubrir su reproducción individual y la de su familia, produciendo una plusvalía que sirve a la acumulación de capital;
3º Acumulación de capital. El fin de la producción no es tanto satisfacer el consumo de la clase dominante sino la reinversión de la plusvalía constituyendo un nuevo capital.
Cuando PITI invoca la mundialización como gran cambio fundamental que se produce a lo largo de los años 80 debemos decirle que ha descubierto algo que se produjo más o menos un siglo antes: « La burguesía, al explotar el mercado mundial, da a la producción y al consumo de todos los países un sello cosmopolita (...)  Brotan necesidades nuevas que ya no bastan a satisfacer, como en otro tiempo, los frutos del país, sino que reclaman para su satisfacción los productos de tierras remotas. Ya no reina aquel mercado local y nacional que se bastaba así mismo y donde no entraba nada de fuera; ahora, la red del comercio es universal y en ella entran, unidas por vínculos de interdependencia, todas las naciones. Y lo que acontece con la producción material, acontece también con la del espíritu. Los productos espirituales de las diferentes naciones vienen a formar un acervo común.  Las limitaciones y peculiaridades del carácter nacional van pasando a segundo plano, y las literaturas locales y nacionales confluyen todas en una literatura universal (...) La burguesía, con el rápido perfeccionamiento de todos los medios de producción, con las facilidades increíbles de su red de comunicaciones, lleva la civilización hasta a las naciones más salvajes. El bajo precio de sus mercancías es la artillería pesada con la que derrumba todas las murallas de la China, con la que obliga a capitular a las tribus bárbaras más ariscas en su odio contra el extranjero. Obliga a todas las naciones a abrazar el régimen de producción de la burguesía o perecer; las obliga a implantar en su propio seno la llamada civilización, es decir, a hacerse burguesas.  Crea un mundo hecho a su imagen y semejanza». Este pasaje no procede de ningún mundialista iluminado, sino del Manifiesto Comunista ¡escrito en 1848!.
¿Revolución tecnológica? Es cierto que se han desarrollado las telecomunicaciones, la informática y las redes telemáticas, que se habla de biotecnología o de células madre; es verdad que vastas tierras agrícolas sucumben a los encantos de la especulación inmobiliaria concretada en imponentes rascacielos, en edificios inteligentes y toda una mansalva interminable de viviendas ...vacías. Pero esos cambios “fascinantes” no suponen ningún verdadero desarrollo sino que más bien se asemejan a los estertores de una sociedad enferma. Por otro lado, ninguno de esos cambios, puede compararse a las transformaciones radicales que se produjeron en la época ascendente del capitalismo: « En el siglo corto que lleva de existencia como clase soberana, la burguesía ha creado energías productivas mucho más grandiosas y colosales que todas las pasadas generaciones juntas. Basta pensar en el sometimiento de las fuerzas naturales por la mano del hombre, en la maquinaria, en la aplicación de la química a la industria y la agricultura, en la navegación de vapor, en los ferrocarriles, en el telégrafo eléctrico, en la roturación de continentes enteros, en los ríos abiertos a la navegación, en los nuevos pueblos que brotaron de la tierra como por ensalmo... ¿Quién, en los pasados siglos, pudo sospechar siquiera que en el regazo de la sociedad fecundada por el trabajo del hombre yaciesen soterradas tantas y tales energías y elementos de producción?» (Manifiesto Comunista).
El modo de producción capitalista no se define esencialmente por las tecnologías, las formas de organización empresarial o la organización del trabajo... Estas pueden dar vueltas como un tiovivo, pero no son sino la epidermis que recubre un mecanismo cuya base son las relaciones de producción basadas en el trabajo asalariado y la extracción de plusvalía. Esos mecanismos básicos no han cambiado en absoluto. Siguen siendo los pilares que sostienen todo su edificio. PITI, que tanto critica la sociedad del espectáculo, está siendo víctima de un efecto óptico típico del capitalismo: frente al rígido inmovilismo de las sociedades que le precedieron, el capitalismo se presenta como un espectáculo incesante de cambios que sin embargo dejan intactos sus fundamentos.
Por otro lado, esas formas tampoco determinan la dinámica real del capitalismo. Este busca desesperadamente una masa más grande de plusvalía y un mercado más amplio a la medida de sus necesidades de acumulación. Cuando el capitalismo forma el mercado mundial a principios del siglo XX esta dinámica inexorable le hace entrar en la época histórica de decadencia y degeneración que se prolonga hasta la actualidad adonde vemos la sociedad consumirse en guerras, barbarie sin fin, crisis y convulsiones económicas, descomposición ideológica, pudrimiento moral, totalitarismo estatal etc. Se habla mucho del espejismo de unos cambios superficiales (tecnología, finanzas, sector servicios) pero se olvida totalmente ese “cambio” mil veces más significativo y determinante para las vidas cotidianas de enormes masas humanas. Ese cambio entre el periodo ascendente del capitalismo y su etapa decadente que se arrastra a lo largo del siglo XX nos permite comprender el terrible sufrimiento, el profundo desamparo, que sufren millones de seres humanos, nos ayuda a ver la realidad de una sociedad en agonía, nos da fuerzas y conciencia para luchar por la nueva sociedad. En cambio, la otra visión, la de los cambios ficticios, nos ciega con una “modernidad” y un “progreso” que esconden el terrible infierno sobre el que reposa la vida de la gran mayoría de la humanidad.
Los muertos que vos matáis gozan de buena salud
PITI no es el primero ni será el último en negar el pan y la sal a la clase obrera. La lucha de la clase obrera jamás ha seguido un curso regular, progresivo, franqueando escalones sucesivos. Al contrario, su lucha procede por saltos bruscos y repentinos, pasa por los largos periodos de apatía y desesperante inactividad. Comparando la línea de evolución que siguen las revoluciones burguesas y las revoluciones proletarias, Marx describe magistralmente la dinámica de la lucha obrera: «Las revoluciones burguesas, como las del siglo XVIII, avanzan arrolladoramente de éxito en éxito, sus efectos dramáticos se atropellan, los hombres y las cosas parecen iluminados por fuegos de artificio, el éxtasis es el espíritu de cada día; pero estas revoluciones son de corta vida, llegan enseguida a su apogeo y una larga depresión se apodera de la sociedad, antes de haber aprendido a asimilarse serenamente los resultados de su periodo impetuoso y agresivo. En cambio, las revoluciones proletarias, como las del siglo XIX, se critican constantemente a si mismas, se interrumpen constantemente en su propia marcha, vuelven sobre lo que parecía terminado, para comenzarlo de nuevo, se burlan concienzuda y cruelmente de las indecisiones, los lados flojos y de la mezquindad de sus primeros intentos, parece que solo derriban al adversario para que éste saque de la tierra nuevas fuerzas y vuelva a levantarse más gigantesco frente a ellas, retroceden constantemente aterradas ante la vaga inmensidad de sus propios fines, hasta que se crea una situación que no permite volverse atrás y las circunstancias mismas gritan: Hic Rhodas, hic salta».
La lucha obrera es así porque corresponde al movimiento de una clase que es explotada y revolucionaria a la vez. Esto determina una contradicción que marca su forma de luchar. Por un lado, está sometida al peso agobiante de la ideología burguesa y sufre en sus carnes los rigores de la competencia y la división. En tiempos “normales” los obreros están atomizados y los instintos de solidaridad, compañerismo y acción independiente se ven reprimidos por instintos anti-sociales de pasividad, individualismo, ilusiones de promoción profesional... Ese conflicto, esa división, que agobia el alma de los obreros, solo se resuelve tras una larga y difícil maduración de la conciencia y la solidaridad–en la que intervienen los grupos revolucionarios- que acaba cristalizando, no sin enormes dificultades, en luchas más o menos amplias. «Un periodo revolucionario resuelve esta dificultad, en apariencia insoluble, desencadenando en la masa una suma de idealismo que la vuelve insensible a los sufrimientos más agudos (...) En la tempestad revolucionaria, el proletario, el padre de familia prudente, se transforma en un “revolucionario romántico” para el cual el bien supremo mismo –la vida- y con mayor razón el bienestar material tienen poco valor en comparación con el ideal de lucha» (Rosa Luxemburgo, Huelga de masas, partido y sindicatos).
La mayor parte del tiempo, los obreros aparecen como “padres de familia prudentes”, solo en periodos donde su combate madura en luchas masivas se muestran como “revolucionarios románticos”. No podemos ver la lucha de la clase obrera como se mira un álbum de fotos. En la mayoría de las fotos aparecerá con el rictus triste del desánimo o con el rostro inexpresivo de la pasividad o la desorientación. Solo en unas pocas se nos mostrará con la sonrisa radiante de la convicción revolucionaria.
Hablando de la lucha de astilleros, PITI pregunta: « ¿El ejemplo de Astilleros..acaso supuso formas autoorganizativas de construir nuevas formas de poder, de cuestionamiento de la mundialización, del trabajo asalariado, por ejemplo, o si una lucha puramente interés sectorial, cuyo objetivo era sobre todo unas prejubilaciones millonarias?».
Es un vulgar prejuicio acusar a los obreros de astilleros de “luchar por prejubilaciones millonarias”. Es también un error confundir la lucha reivindicativa de la clase obrera con el planteamiento sindical destinado a ahogarla. Pero dejemos de lado esas cuestiones. Lo que nos interesa es comprender el método con el que PITI enjuicia las luchas obreras. Les exige superar un listón que no lo pasa ni el más afamado saltador olímpico: pide a cada lucha que ponga en cuestión el sistema, la mundialización, el trabajo asalariado, las formas de vida y de consumo... Es evidente que ninguna lucha obrera del pasado, del presente y del porvenir, cumplirá tales requisitos. Lo esencial en la lucha del proletariado no reside en cada uno de sus múltiples escaramuzas contra la explotación capitalista sino en la dinámica y la dirección del conjunto de sus combates.
Las luchas obreras avanzan muy lentamente y sufren continuas marchas atrás, son muy modestas en sus objetivos inmediatos de tal forma que su coherencia revolucionaria solo aparece en su dinámica de conjunto. PITI argumenta que la clase obrera ha sufrido dos fracasos históricos (1917 y 1968) y que eso la incapacita irrevocablemente como sujeto revolucionario. Mientras la lucha revolucionaria de la burguesía se caracteriza por una sucesión de éxitos y victorias hasta culminar con el desalojo más o menos completo de la antigua clase feudal, la lucha del proletariado se caracteriza por una sucesión de intentos que, en su mayoría, se saldan con derrotas y fracasos amargos. Para el proletariado «tan gigantescos como sus problemas son sus errores. Ningún plan firmemente elaborado, ningún ritual ortodoxo válido para todos los tiempos le muestra el camino a seguir. La experiencia histórica es su único maestro, su Vía Dolorosa hacia la libertad está jalonada no sólo de sufrimientos inenarrables sino también de incontables errores» (Rosa Luxemburgo: La Crisis de la Socialdemocracia).
PITI cree ver 3 razones objetivas que saldarían el fin de la clase obrera como sujeto revolucionario:
1º «La clase obrera esta estratificada, ya no hay la comunidad fabrica (...) la nueva organización del trabajo se les aislado, segmentado, y no se puede volver atrás, volver al antiguo sistema productivo que aglutinaba a los asalariados en fabrica»
2º «La clase obrera como la clase burguesa dominante se pirra por los objetos de consumo de ultima hora, por tener 2 coches o un 2ª lugar de residencia (...)Burgueses y obreros desean el bienestarismo mercantil y un estatus y posición en la jerarquía social (...)La nueva época nos ha sometido a un hedonismo mercantil que superas las clases»
3º «El sistema ha institucionalizado el conflicto obrero y lo reordena (en esto tiene gran protagonismo las burocracias sindicales). Esto es una realidad, y el que no lo quiera entender sujetándose a ciertos dogmas ideológicos, no hace más que prevalecer su ideología sobre lo que debe ser un análisis coherente, crítico de la realidad social»
Empecemos por la primera: la desaparición del “obrero-fábrica”. Es cierto que con el desarrollo de la crisis capitalista y el consiguiente aumento del desempleo muchas fábricas gigantescas han desaparecido. Es cierto, que este aglutinamiento de los trabajadores en grandes centros de producción facilitaba la identificación de sus intereses de clase y la confianza en su fuerza como clase. Es innegable que muchas luchas de los años 70 partieron de fábricas-faro que irradiaban sobre el resto de la clase: en España están los casos de SEAT en Barcelona, la Standard en Madrid o la Naval en Bilbao... Es verdad que la producción se ha fragmentado, deslocalizado, subcontratado. Los procesos de producción engloban una multitud de unidades dispersas que convergen en un punto central. La vieja fábrica de automóviles que concentraba en una unidad productiva gigante todos los procesos productivos ha sido reemplazada por una multitud de talleres que suministran a una fábrica núcleo muy reducida y altamente automatizada. A menudo, en esa fábrica núcleo trabajan obreros pertenecientes a una multitud de pequeñas empresas a las que se ha subcontratados operaciones concretas. Piezas, motores etc., se fabrican en factorías situadas en China, Chequia, Hungría...
Sin embargo, nada de eso ha cambiado la identidad de la clase obrera pues esta no está ligada a la unidad de producción sino a las relaciones de producción, es decir, al régimen de trabajo asalariado y al trabajo cooperativo que la hace productora colectiva de las principales riquezas sociales. Todo eso no ha cambiado e incluso se ha reforzado pues la división del trabajo, la cooperación por encima de la empresa se han acentuado con la mayor integración del proceso productivo. La relación social que determina el ser de la clase obrera no cambia con los diferentes estatus del obrero: a lo largo de su vida el obrero puede ser aprendiz o estudiante, empleado de un gran fábrica, desempleado, emigrante, subcontratado, incluso autónomo... Pero no por eso deja de ser obrero aunque en fases determinadas de su vida –o incluso en toda su vida- no tenga conciencia de ello.
Veamos ahora la segunda razón, el consumismo. Poseer una vivienda, tener un coche y hacerse con una segunda residencia sería para PITI algo que produciría tal bienestar y placer hasta el extremo de “superar las clases” (¡!).Es difícil saber cómo se puede encontrar “hedonismo” en una jaula de 70-90 metros cuadrados (gracias a la “socialista” Trujillo quieren reducir el espacio vital a 30 metros2) situada en un barrio del extrarradio de la gran ciudad, máxime cuando todos los meses pende sobre la cuenta bancaria de la familia los plazos a pagar de la hipoteca. Es más un tormento que un placer.
Poseer un coche sería un lujo maravilloso. Dejemos de lado el pago de los plazos y de las numerosas reparaciones que conlleva. El capitalismo actual impone una determinada organización del transporte al trabajo y de muchas actividades de la vida cotidiana que hacen imposible prescindir del coche por lo que este no es ningún lujo sino una necesidad imperiosa. Y, una vez más, el placer que proporciona es sólo apto para masoquistas: todos los días los automovilistas se ven atrapados en descomunales atascos para ir a su trabajo alargando en más de un hora la ya de por sí larga jornada de trabajo. ¡Y cuando tienes puente o vacaciones lo que te espera son atascos no menos monumentales!
Lo de la segunda residencia, una lata de sardinas en una playa sobresaturada o un chalet en el quinto pino, resulta sencillamente patético. En el mejor de los casos es una suerte de escapatoria efímera de la vida alineada y la atmósfera irrespirable de la gran ciudad. Algo así como tomar una bocanada de aire fresco para aceptar mejor el aire asfixiante de todos los días.
La raíz del capitalismo no está en el consumo sino en las relaciones sociales de producción. El consumo es consecuencia de ellas. Marx decía que no es la misma hambre la que se sacia comiendo con los dedos que con cuchara y tenedor. Las diferentes formas de consumo corresponden a grandes rasgos a diferentes modos de producción y dentro del capitalismo a la historia, la posición, las tradiciones, de los distintos países. Esos fabulosos bienes que constituirían la base del consumismo no constituyen ningún regalo ni ningún lujo sino que son los elementos imprescindibles para la reproducción de los obreros en función de una explotación intensiva y alienante de su fuerza de trabajo.
PITI insiste en la necesidad de superar esquemas anquilosados y reconocer la realidad tal cual es. Pues la amarga realidad para una creciente mayoría de obreros no es el aumento de su capacidad de consumo sino una constante y amenazante disminución. ¡Y esa es una tendencia claramente definida desde los años 80! Recorte en las pensiones, recorte en las prestaciones sanitarias y educativas, caída de los salarios, aumento de los precios, desempleo y precariedad... Esas realidades que golpean a la clase obrera de carne y hueso configuran un “consumismo” que consiste para la inmensa mayoría en apañarse año tras año con-su-mismo pantalón, con-su-mismo vestido, con-su-mismo coche... PITI es víctima de la sociedad del espectáculo. Probablemente se ha creído que lo que refleja la “nueva realidad” son esos anuncios publicitarios adonde cualquiera consigue un coche veloz y último modelo y una chica de ensueño en el mismo paquete...
Abordemos en fin, la tercera razón, la “institucionalización del conflicto obrero” a través de los sindicatos. Aquí PITI confunde a los verdugos con las víctimas. Los sindicatos son órganos del capital encargados de dividir, desmovilizar, atomizar, derrotar, las tentativas obreras de lucha. El Estado capitalista del siglo XX cuenta para enfrentar las luchas obreras con dos policías. Por un lado, la policía uniformada armada con porras y mangueras de agua –y en la recámara balas de verdad-, por otro lado, una policía sin uniforme, disfrazada con el mono de trabajo y que es tanto más eficaz por cuanto en sus orígenes fue una creación de la clase obrera. Que los grandes sindicatos sean un órgano institucionalizado no quiere decir ni mucho menos que la lucha obrera se haya institucionalizado e integrado. Hasta la primera guerra mundial, los sindicatos y la clase obrera formaban una unidad, pero desde entonces, al apoyar los sindicatos la defensa de la Patria y por tanto la matanza en la guerra imperialista, cada uno milita en campos opuestos: los sindicatos han sido absorbidos por los engranajes del Estado capitalista.
Un viaje atrás por el túnel del tiempo
Hemos podido demostrar que los argumentos que PITI sostiene carecen de la más mínima consistencia. Pero analicemos ahora si la alternativa que ofrece en positivo lleva a algún sitio.
¿Quién es el nuevo sujeto revolucionario? «El individuo es el sujeto revolucionario y en la lucha es necesario juntarse para la formación de una nueva comunidad de rebeldes: el proletariado. Esto desmiente las acusaciones de radical-burgueses y o anarquistas-stirnerianos, porque no somos individuos egoístas y menos aun intelectuales auto-ilustrados, sino revolucionarios que creemos comprender la nueva época (...) Nos queda el individuo para formar una nueva comunidad de rebeldes, que haga frente al mundo del mercado. No propugnamos el fin de la revuelta, sino que la reinventamos».
PITI insiste mucho en que no hay que quedarse anclados en el pasado, en que el “sistema de luchas” basado en la “centralidad obrera” está desfasado y alucina cuando gente como nosotros sigue apoyándose en ese trasnochado sistema de lucha. ¿Y qué grandísima novedad nos propone? ¡Pues nada menos que la vuelta al individuo!. Es revolucionario y pasa a formar parte del “proletariado” todo individuo que decide incorporarse a la “comunidad de rebeldes” que preconiza PITI: « No planteamos la subjetividad única contra el mundo (existencialismo), ni la unión de egoístas, sino la comunidad de rebeldes, sin que esto suponga cercenar la libertad individual de cada individuo "único e irrepetible"».
Cualquiera puede pertenecer a ella, sea obrero, estudiante, burgués o intelectual.¿Deformamos su pensamiento? «El proletariado es el conjunto de individuos que independientemente de su estatus social-clase obrera, clase media, inmigrante, obrero social, estudiante etc hace frente a sus condiciones, a su existencia (...) Para mi proletario es el individuo explotado que lo sabe y lo hace frente, independientemente que tenga un status burgués familiar (por ejemplo) o sea obrero fabrica», nos dice.
PITI vuelve a las viejas tesis que oponen la unión de los individuos frente a las clases. De hecho, PITI repite varias veces que está por “la superación de la luchas de clases” y “la lucha contra las clases y todo tipo de poder jerárquico”. Por mucho que proteste PITI esto es interclasismo puro y duro. Bajo el concepto de “proletariado”, PITI vuelve a reproducir el viejo interclasismo de siempre, aderezado con dos exigencias: para pertenecer a la comunidad de rebeldes, pide que se sea “autoconsciente” y se pertenezca a la categoría del « individuo desposeído de su espacio-tiempo social por las nuevas formas de las relaciones capitalistas». Esta fórmula situacionista es lo suficientemente ambigua para que en ella quepa todo el mundo. ¡Hasta el burgués más existoso padece el mal de estar desposeído de su espacio-tiempo!
¿Qué nuevo sistema de luchas nos propone PITI que insiste en la necesidad de “reinventar” la revuelta y -¡como no!- en abandonar viejos esquemas?
«Planteamos la insumisión cotidiana individual, la transformación individual; pero también la lucha siempre necesaria con otros». ¡Es lamentable que se nos presente como novedad novísima de la nueva época lo que propugnan los predicadores cristianos así como numerosos pensadores cívicos que nos dicen que si la gente no utilizara el coche, limpiara las cacas de los perros y gastara menos agua en la ducha se resolvería el problema del medio ambiente!.
Tomando como modelo la “experiencia argentina” «Los clubes de trueque, las asambleas, la economía social, las huertas colectivas, el trabajo libre y autogestionado, comedores populares, casas de cultura popular y libertaria, el don gratuito y la libertad creativa cultural han sido recuperados». ¡El trueque corresponde a los primitivos estadios del comercio capitalista! ¡Es lo propio de economía de pequeños colonos y artesanos que intercambian los productos mutuamente producidos! PITI nos propone como alternativa volver siglos atrás la rueda de la historia. En cuanto a la autogestión de fábricas, la economía social, el cooperativismo, son medios que suponen que los obreros organizan su propia explotación, es decir, se autoexplotan, se organizan ellos mismos para competir en el mercado mundial y con ello crean las condiciones para que en su propio seno emerja inevitable e inexorablemente una nueva casta de aspirantes a burócratas capitalistas.
Se trata pues de las mistificaciones más viejas, con más de un siglo de consecuencias catastróficas para los obreros y para toda la población oprimida. Sus resultados han sido división, enfrentamiento, amargura, desmoralización... Han sido la fórmula “radical” y “alternativa” que ha preparado el terreno a la explotación y la deshumanizado capitalista de siempre. Este “reiventar la revuelta” se parece a la moda en esa sociedad del espectáculo que tanto critica PITI: los vestidos que nos presentan cada año como algo nunca visto no son sino el remiendo de vestidos que hace 20 años habían presentado como el último grito de la innovación.
Acción Proletaria 16-5-05

Invitado

Mensaje por Invitado » 17 May 2005, 18:45

Señor Azahuria, estoy bastante ocupado (de hecho casi ya no entro por aqui).Cuando tenga tiempo reforzare mis tesis, no sin antes contestar a tus aburridas y perjuiciosas argumentaciones.
Mira señor Azahuria, hace tiempo te acuse de aburrir al personal,y dar explicaciones que pecan de un vanguardismo extremado.
Acusarme a mi de ser victima de la sociedad del espectaculo es como poco, una memez; lo que es verdad es que tu eres un "intelectualoide marxista" que parece que has estado durmiendo durante unas décadas, y al despertar intentas explicar la realidad mezclandolos con tus viejos sueños.
Realmente no has entendido nada, y lo justificas poniendonos la parrafada, en el sentido de que parezca que "contra más escribes, más tengo razón". Estas celoso, porque quieres mantener esa vieja verdad a toda costa, aunque te cueste horas delante del ordenador; y por otro lado tienes miedo a que esa vieja verdad se diluya, las nuevas revueltas lo diluyan.Con todo esto comienza la manipulación y por lo tanto las estupideces. Mi rechazo no es solo tu estilo (como he dicho antes) vanguardista y sectario, sino tambien tu marchita teoría que si no aprobamos y seguimos solo provocaran esa "desmoralización, amargura y enfrentamiento de la clase obrera".Nada nuevo bajo el sol.
Pensamos, humildemente, que lo que sorprende de nuestra crítica es que mostramos al mismo tiempo que la novedad del capitalismo, las novedades de su negación, encontrando a su vez las anteriores asaltos a las sociedad de clases otras veces vencidas.
Finalmente decir, que comprendo que otras personas u colectivos tengan otra forma de leer la época, de ver las luchas sociales etc. De hecho Sick Boy lo ha hecho de forma honorable y argumentada, a pesar de mi desacuerdo con sus tesis.A Azahuria, te pido que me olvides...vale?

_Piti_ (un desespectacularizado! je,je)

azahuria

Argumentos

Mensaje por azahuria » 18 May 2005, 11:09

PITI, te hemos expuesto unos argumentos contra la posicion que defiendes (ojo, no contra tu persona).
Tu das argumentos para rebatir los nuestros y de la polemica nacera la claridad.
Lo demas, sinceramente, sobra

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Abel
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Mensaje por Abel » 18 May 2005, 12:43

¿Sería posible más brevedad en las exposiciones? Cuando voy terminando de leer resulta que se me ha olvidado el principio. La edad, que me destruye las neuronas.

Además, he leído a Piti y lo que ha dicho no lo entiendo como azahuria. Tampoco es que esté de acuerdo con él. Pero lo que se le rebate desde azahuría va a paso de tango: voy pero vengo. Por ejemplo, se da algo por sentado, que hay una sucesión de modos de producción; y a continuación se dice que las excepciones a esto son normales.

Total que así no se puede avanzar nada.

Invitado

Mensaje por Invitado » 18 May 2005, 19:25

Azahuria, no hay nada de sobra de lo que he dicho, de hecho me reafirmo;en tu inmensa parrafada solo hay perjuicios y y una doctrina ideologica que da todo por sentado que se reafirma a traves de estos perjuicios.
Por lo tanto, por estas razones (si no lo entiendes es tu problema, no el mio), te digo que no tengo nada que debatir, hablar, contrastar o aclarar contigo sobre la clase obrera o lo que sea, sinceramente por ultima vez te pido que pases de mi, como yo paso de tu estilo sectario,perjuicioso y academico-marxista o de cualquier otro elemento de dicha especie.
A Abel, siento no haber sido claro, la proxima vez intentare explicarme mejor. Quiza tenga que definir mejor que pienso sobre lo que es hoy proletariado, la situación actual de las luchas etc,etc.Es cierto que no se avanzado mucho, lo cual asumo la parte de culpa que tenga.
Pronto estamos...
_Piti_

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