Progreso está entrelazada con eso que dices, no sólo es lo tecnológico y material para aumento del Capital como hace exclusivamente el capitalismo.La palabra decrecimiento necesita representar una idea simbiótica; necesita unirse a otras narraciones, discursos e ideas; un mosaico de tramas y urdimbres que se entrelazan. El ecologismo, el feminismo, el socialismo, el buen vivir, el pacifismo, los movimientos en transición...
[Video] Decrecimiento
Re: [Video] Decrecimiento
Decrechento, ¿acaso la economía española no ha tenido decrecimiento en el sector primario "agrario" y en el sector secundario "industrial"?
Regeneración Libertaria
Tierra y Libertad
Todo por hacer
La Iconoclasta
Puede que lo que hacemos no traiga siempre la felicidad, pero si no hacemos nada, no habrá felicidad.
Re: [Video] Decrecimiento
Pero se habla de la ideología del progreso, no del progreso en general. Aunque lo del progreso sea matizable, yo entiendo que la "ideología del progreso" sabemos cuál es: a mayor desarrollo tecnológico y mayor crecimiento económico mejor.Progreso está entrelazada con eso que dices, no sólo es lo tecnológico y material para aumento del Capital como hace exclusivamente el capitalismo.
Ha habido un descenso de la demanda de productos agrarios e industriales en España? Decrecimiento no es que se cierre una fábrica para deslocalizarla.Decrechento, ¿acaso la economía española no ha tenido decrecimiento en el sector primario "agrario" y en el sector secundario "industrial"?
Tienen una bandera negra,
a media asta sobre la esperanza.
(Léo Ferré)
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(Léo Ferré)
- Decrechento
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Re: [Video] Decrecimiento
Hola:
En una conferencia de 1974 titulada 'Su ecologismo y el nuestro', André Gorz afirmó: "Esta caída en el crecimiento y la producción que hubiera podido ser buena en otro sistema (menos coches, menos ruido, más aire, jornadas laborales más cortas, etc.) tendrá efectos completamente negativos: la producción contaminante se convertirá en un producto de lujo fuera del alcance de las masas, aunque seguirá estando al alcance de quienes se lo puedan permitir; las desigualdades crecerán, los pobres serán relativamente más pobres y los ricos, más ricos".
Así como no hay nada peor que una sociedad de trabajo sin trabajo, no hay nada peor que una sociedad de crecimiento sin crecimiento
El decrecimiento tan sólo puede tenerse en consideración en una "sociedad de decrecimiento", es decir, como parte de un sistema basado en otra lógica.
En una conferencia de 1974 titulada 'Su ecologismo y el nuestro', André Gorz afirmó: "Esta caída en el crecimiento y la producción que hubiera podido ser buena en otro sistema (menos coches, menos ruido, más aire, jornadas laborales más cortas, etc.) tendrá efectos completamente negativos: la producción contaminante se convertirá en un producto de lujo fuera del alcance de las masas, aunque seguirá estando al alcance de quienes se lo puedan permitir; las desigualdades crecerán, los pobres serán relativamente más pobres y los ricos, más ricos".
Así como no hay nada peor que una sociedad de trabajo sin trabajo, no hay nada peor que una sociedad de crecimiento sin crecimiento
El decrecimiento tan sólo puede tenerse en consideración en una "sociedad de decrecimiento", es decir, como parte de un sistema basado en otra lógica.
"No es necesario (que el pueblo) perciba la verdad de la usurpación; introducida en otro tiempo sin razón, se ha vuelto razonable; conviene mostrarla como auténtica, eterna y ocultar su comienzo si no se quiere que llegue rápidamente a su fín". Pascal.
- Decrechento
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Re: [Video] Decrecimiento
Hola:
El desarrollo es la idea-fuerza que más influencia ha tenido en los últimos años. Nada hay que se le pueda comparar en la mentalidad moderna en tanto que fuerza directriz del pensamiento y de la conducta.
El mito del desarrollo sirve para reducir la complejidad del mundo, intentado explicar una realidad que no se entiende, orientando el pensamiento y el comportamiento social al mismo tiempo que explican la realidad cumpliendo una función psicológica (reducir la incertidumbre y dar sentido a la realidad en la que se vive) y política (articulando las sociedades, justificando y sacralizando el poder).
Como un majestuoso faro que guía a los marineros hacia la costa, el 'desarrollo' fue la idea que orientó a las naciones emergentes en su jornada a lo largo de la historia de la postguerra. Independientemente de que fueran democracias o dictaduras, los paises del Sur proclamaron el desarrollo como su aspiración primaria, después de haber sido liberados de su subordinación colonial.
El faro del desarrollo fue construido inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial. Siguiendo al colapso de las potencias coloniales europeas, los Estados Unidos encontraron una oportunidad para dar dimensión mundial a la misión que sus padres fundadores les habían legado: 'ser el fanal sobre la colina'. Lanzaron la idea del desarrollo con un llamado a todas las naciones a seguir sus pasos. Desde entonces, las relaciones entre Norte y Sur han sido acunadas con este molde: el 'desarrollo' provee el marco fundamental de referencia para esa mezcla de generosidad, soborno y opresión que ha caracterizado las políticas hacia el Sur. Por casi medio siglo, la buena vecindad en el planeta ha sido concebida a la luz del 'desarrollo'.
El significado positivo, profundamente arraigado tras dos centurias de construcción social, es un recordatorio para dos tercios de la población terrestre de 'lo que no son', recordatorio de una condición indeseable e indigna: para escapar de ella, necesitan que las experiencias y sueños de otros los esclavicen. El desarrollo es una forma de colonialismo en donde opera la escisión de la esfera económica del ámbito de la sociedad y de la cultura.
El engaño y la desilusión, los fracasos y los crímenes han sido compañeros permanentes del desarrollo y cuentan una misma historia: no funcionó.
El fracaso de las ‘teorías del desarrollo’ para erradicar la pobreza en el mundo debería abrir los ojos al hecho de que ese ‘desarrollo’ no ha intervenido mejorando de entrada las condiciones de vida de las sociedades ‘periféricas’ al capitalismo, sino provocando su crisis, sin garantizar alternativas solventes para la mayoría de la población implicada y originando, en ocasiones, situaciones de penuria y desarraigo mayores de las que pretendían corregir 'ab initio'.
Desde esta perspectiva “podemos imaginar – con Iván Illich – al ‘desarrollo’ como una ráfaga de viento que arranca a los pueblos de sus pies, lejos de sus espacios familiares, para situarlos sobre una elevada plataforma artificial, con una nueva estructura de vida. Para sobrevivir en este expuesto y arriesgado lugar, la gente se ve obligada a alcanzar nuevos niveles mínimos de consumo, por ejemplo, en educación formal, sanidad hospitalaria, transporte rodado, alquiler de vivienda”.
Y para ello es necesario disponer de unos ingresos que el ‘desarrollo’ escatima la mayoría de los individuos, desatando un proceso de miserabilización sin precedentes.
Sin embargo, la ruina esta ahí y aun domina la escena como un hito. Aunque las dudas van creciendo y la incomodidad se siente por todos lados, el discurso del desarrollo aun impregna no sólo las declaraciones oficiales sino hasta el lenguaje de los movimientos de base. Ha llegado el momento de desmantelar esta estructura mental.
El desarrollo es la idea-fuerza que más influencia ha tenido en los últimos años. Nada hay que se le pueda comparar en la mentalidad moderna en tanto que fuerza directriz del pensamiento y de la conducta.
El mito del desarrollo sirve para reducir la complejidad del mundo, intentado explicar una realidad que no se entiende, orientando el pensamiento y el comportamiento social al mismo tiempo que explican la realidad cumpliendo una función psicológica (reducir la incertidumbre y dar sentido a la realidad en la que se vive) y política (articulando las sociedades, justificando y sacralizando el poder).
Como un majestuoso faro que guía a los marineros hacia la costa, el 'desarrollo' fue la idea que orientó a las naciones emergentes en su jornada a lo largo de la historia de la postguerra. Independientemente de que fueran democracias o dictaduras, los paises del Sur proclamaron el desarrollo como su aspiración primaria, después de haber sido liberados de su subordinación colonial.
El faro del desarrollo fue construido inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial. Siguiendo al colapso de las potencias coloniales europeas, los Estados Unidos encontraron una oportunidad para dar dimensión mundial a la misión que sus padres fundadores les habían legado: 'ser el fanal sobre la colina'. Lanzaron la idea del desarrollo con un llamado a todas las naciones a seguir sus pasos. Desde entonces, las relaciones entre Norte y Sur han sido acunadas con este molde: el 'desarrollo' provee el marco fundamental de referencia para esa mezcla de generosidad, soborno y opresión que ha caracterizado las políticas hacia el Sur. Por casi medio siglo, la buena vecindad en el planeta ha sido concebida a la luz del 'desarrollo'.
El significado positivo, profundamente arraigado tras dos centurias de construcción social, es un recordatorio para dos tercios de la población terrestre de 'lo que no son', recordatorio de una condición indeseable e indigna: para escapar de ella, necesitan que las experiencias y sueños de otros los esclavicen. El desarrollo es una forma de colonialismo en donde opera la escisión de la esfera económica del ámbito de la sociedad y de la cultura.
El engaño y la desilusión, los fracasos y los crímenes han sido compañeros permanentes del desarrollo y cuentan una misma historia: no funcionó.
El fracaso de las ‘teorías del desarrollo’ para erradicar la pobreza en el mundo debería abrir los ojos al hecho de que ese ‘desarrollo’ no ha intervenido mejorando de entrada las condiciones de vida de las sociedades ‘periféricas’ al capitalismo, sino provocando su crisis, sin garantizar alternativas solventes para la mayoría de la población implicada y originando, en ocasiones, situaciones de penuria y desarraigo mayores de las que pretendían corregir 'ab initio'.
Desde esta perspectiva “podemos imaginar – con Iván Illich – al ‘desarrollo’ como una ráfaga de viento que arranca a los pueblos de sus pies, lejos de sus espacios familiares, para situarlos sobre una elevada plataforma artificial, con una nueva estructura de vida. Para sobrevivir en este expuesto y arriesgado lugar, la gente se ve obligada a alcanzar nuevos niveles mínimos de consumo, por ejemplo, en educación formal, sanidad hospitalaria, transporte rodado, alquiler de vivienda”.
Y para ello es necesario disponer de unos ingresos que el ‘desarrollo’ escatima la mayoría de los individuos, desatando un proceso de miserabilización sin precedentes.
Sin embargo, la ruina esta ahí y aun domina la escena como un hito. Aunque las dudas van creciendo y la incomodidad se siente por todos lados, el discurso del desarrollo aun impregna no sólo las declaraciones oficiales sino hasta el lenguaje de los movimientos de base. Ha llegado el momento de desmantelar esta estructura mental.
"No es necesario (que el pueblo) perciba la verdad de la usurpación; introducida en otro tiempo sin razón, se ha vuelto razonable; conviene mostrarla como auténtica, eterna y ocultar su comienzo si no se quiere que llegue rápidamente a su fín". Pascal.