La revolución no puede concebirse como un camino de rosas. Lograr un cambio radical de la asquerosa realidad vigente es algo tan deseable pero a la vez difícil que muchos lo tachan de utopía, es decir, de sueño irrealizable. Y no les falta razón al tener miedo, aunque sí al dejarse vencer por él. El miedo es lógico, nos enfrentamos a un macrosistema mundial que domina la práctica totalidad del planeta y en el que España está englobada. El capitalismo, dirigido en cada Estado por su sátrapa local y bajo el mando supremo del simio psicópata de Bush, controla los potentísimos recursos (ejército, medios de comunicación, publicidad, empresas...) que hasta ahora le han permitido sojuzgar a la humanidad, lavar el cerebro a millones de hombres y hacer ver como algo lógico e incluso como la única alternativa, la inmensa cloaca en que vivimos, donde cada dia miles de personas mueren de hambre y la inmensa mayoría de la población mundial es condenada a la injusticia social para que una ínfima minoría se llene los bolsillos. Es comprensible tener miedo y es ciertamente necesario, si realmente queremos avanzar en nuestra lucha, planteárnos cuáles son los medios que realmente garantizarán la liberación de la humanidad, que inexorablemente pasa por el compromiso de los oprimidos en la causa de la justicia. Liberar conciencias, aparte de ser un dulcísimo y grandioso logro en sí mismo, es el único camino hacia el cambio, pues sólo unidos y bajo la bandera del amor por la dignidad humana formaremos una fuerza capaz de retar a los poderosos y vencerlos.
¿Y cómo lograr ese compromiso, cómo hacer nuestra voz más potente que los atronadores altavoces del sistema? Las palabras no bastan...hacen falta obras. Hablar es muy fácil...pero no es suficiente para convencer, para demostrar la grandeza de nuestros ideales y nuestro firme compromiso con el género humano. Yo puedo proclamar mi amor eterno por cualquier chica que pase por la calle con el único fin de, por ejemplo, acostarme con ella...y si soy buen actor (y ella no es inteligente obviamente) puedo convencerla. ¿Eso significa que la ame? En absoluto. Imaginemos en cambio que un violador armado con un cuchillo le asalta en un callejón y yo lo veo, me lanzo contra él y arriesgo mi vida por salvar la suya...eso cuesta un poco más que soltar cuatro parrafadas pseudorrománticas. Me estoy sacrificando, poniendo en riesgo una de las cosas más valiosas que tengo, la vida, venciendo un miedo que me paraliza, arriesgándome a ser apuñalado y quedar tetrapléjico, a joderme el resto de mi existencia...sería muy raro que estuviese dispuesto a hacer todo eso sólo para conseguir una noche ardiente. Pues con la revolución pasa lo mismo. No basta con gritar en contra del analfabetismo. Hay que ir a los barrios marginales y enseñar a leer a los niños. No basta denunciar que los ancianos malvivan con miseras pensiones. Hay que usar el dinero que dedicamos a llamaditas inútiles de móvil y discotecas a mejorar sus vidas. No basta con gritar cuatro cosas en manifestaciones. Eso lo hace cualquiera. Lo que hace falta es predicar con el ejemplo y ser consecuentes con lo que decimos. Si no nadie, absolutamente nadie, nos tomará en serio. Y con toda la razón del mundo. ¿Quién va a creerse que nos preocupan los oprimidos si no movemos ni un músculo salvo la hipócrita lengua para ayudarles?. Me merecen mil veces más respeto las señoras mayores de mi parroquia, seguidoras por incultura de la corrupta Iglesia católica pero puras de corazón, que dan lo poco que tienen para ayudar a los que lo necesitan, que los "revolucionarios" que se gastan en porros destructores de sus neuronas (por cierto...¿no es eso lo que quiere el sistema, que se nos atrofie el cerebro?) el dinero con que muchos sin techo podrían comer.
Y esa es la clave de nuestro triunfo o nuestro fracaso. Luchar por la revolución es un compromiso peligroso y difícil de aceptar. Hay que ser valiente...y sobre todo hay que estar convencido de que la causa por la que uno se va a arriesgar es pura. Y el ejemplo es la única via. Que los hombres vean en nuestros actos, en nuestro tangible compromiso a través de hechos más costosos pero infínitamente mas hermosos que las palabras, que la causa que albergamos en nuestro corazón es digna de su apoyo. Que vean que esto no son pamplinas sino cosas tan serias como dar clase a niños excluidos o compartir nuestras pocas riquezas con quien lo necesita. No es lo mismo decir "soy tu amigo" que quedarme a tu lado cuando estas mal. Entonces, viendo en realidades concretas la belleza de lo que anunciamos (y la honradez de los anunciantes), el pueblo alzará la cabeza y se enfrentará a sus verdugos lleno de esperanza. Y la victoria será segura.
Tan inmoral es quien sólo vive para acumular riqueza como quien se pasa el día tumbado a la bartola viendo desmoronarse el mundo. El mismo egoismo mueve a los dos, solo que uno encuentra el placer en la opulencia y el otro en la pasividad. Por eso, a tantos punkis, hippies etc que van de antisistemas yo les pregunto: y vosotros...¿qué haceis por cambiar las cosas? ¿cambiar el uniforme del traje y la corbata por el de la cresta? ¿y eso de qué sirve si no movéis un dedo por los oprimidos y os limitáis a soltar falsa y vana palabrería para salvar la cara y demostrar vuestro desprecio por la libertad y la dignidad humanas sometiendoos a la degradación del alcohol y las drogas? El hábito no hace al monje...los hechos sí.
El verdadero revolucionario
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Última edición por icaro100 el 28 Ago 2008, 17:32, editado 1 vez en total.
Re: El verdadero rebolucionario
El verdadero reBolucionario escribe como le sale de los huevos rebolucionarios porque así es más guay y antisistema.
- chief salamander
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Re: El verdadero rebolucionario
Yo diría que escribe con descuido porque está más atento mirando a ver a qué yugular puede saltarjaviribera escribió:El verdadero reBolucionario escribe como le sale de los huevos rebolucionarios porque así es más guay y antisistema.
a "faji tisztátalanság" határozottan jótékony hatású...
decididamente, la "impureza racial" tiene un efecto benéfico...
(bartók 1942)
decididamente, la "impureza racial" tiene un efecto benéfico...
(bartók 1942)
Re: El verdadero rebolucionario
Hay que tomárselo con una sonrisa en la cara.
En cuanto al texto, ¿tiene autor o lo ha escrito icaro100?
Salu2
En cuanto al texto, ¿tiene autor o lo ha escrito icaro100?
Salu2
Re: El verdadero revolucionario
Lo escribió icaro100, y tan apresuradamente que no reparó en haber tocado la tecla de al lado de la "v", en vez de la tecla misma.
- El notarino
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Re: El verdadero revolucionario
¿y que es lo que haces tú como verdadero revolucionario?
cuando el gobierno es malo el sabio practica la virtud en su casa, cuando el gobierno es bueno el sabio no cambia
Re: El verdadero revolucionario
Partiendo de la base de que, aunque lo pretendo, no creo ser un verdadero revolucionario, yo intento 1) vivir austeramente, pues derrochar recursos es un crimen contra quienes malviven por carecer de ellos y de las oportunidades necesarias para conseguirlos 2) obrar siempre conforme a mi conciencia por graves que sean los posibles perjuicios que esto pueda traerme 3) ser dueño de mi voluntad en todo momento rechazando el alcohol y las drogas que destruyen la libertad y la dignidad humanas 4) asumir que la lucha por la liberación del ser humano y la supeditación de toda autoridad y toda fuente de riqueza a su bienestar y su desarrollo, es el más grandioso objetivo al que podemos dedicar nuestra vida. Y, partiendo de esa base, intentar luchar por mi dignidad y la de mis hermanos en todos los ámbitos por mi vida, desde el de la facultad de Derecho donde soy becario (el foro que veis abajo es uno de mis proyectos, y allí denunciamos todas las injusticias que se producen en el ámbito universitario, como el acoso sexual al que un catedrático de la secta de los kikos sometía a su subordinada y por el que ha sido condenado o el caracter servil y traicionero de ciertos representantes del alumnado que sirven al poder en vez de a nuestros compañeros) hasta mi barrio.