Las obras del nuevo campo se revisten de sangre, tras el sumo pontífice del espectáculo, reina la otra cara de los avatares de una vida virtual y en apariencia que se extingue bajo el trabajo asalariado. La especulación en Valencia alcanza unos dominios vertiginosos que sobrepasan con creces el surrealismo, en tanto que se desmiembran todas las partes de la misma en construcciones tan monumentales como incesarías: como un campo de fútbol o un circuito para la Formula 1. El secreto del propio poder de una metrópolis como valencia subyace de su confort y autonomía económica tal que parece como si no tuviera límites y flotara en el vacío de un mar de coches, finanzas y representaciones socio turísticas. El dominio que ejerce sobre los individuos tiene unos efectos poco menos que narcóticos….
Las deportaciones de vecinos en el cabañal, la pauperización de barrios como el carmen, la masificación en los eventos espectaculares como las fallas, la falta espacios comunitarios, la proliferación de la eventualidad en el trabajo por la creciente de manda del sector terciario, la consolidación de un estado de excepción donde el sujeto queda impasible ante cualquier desajuste que se produzca en su vida cotidiana. De tal forma, que la muerte de 4 obreros tiene un efecto nulo en Valencia. Antaño, se hubieran producido huelgas, paralizaciones en los tajos, cajas de resistencia si fuera menester etc. Pero preguntarse el por qué mueren 4 obreros y no pasa nada, es atender a la propia degradación de los convecinos de una ciudad más preocupada en alcanzar el olvido, y por ende la inacción que salir a la calle y expresarse contra el dominio que ejerce el capital en sus vidas. Bueno no sé, si este es el mejor sitio en foro para hacer esta valoración. Pienso que las nuevas luchas tiene que tener en cuanta la propia fuerza de las luchas de clase anteriores que residía en la capacidad de generalización de la autoorganización y la solidaridad por todas partes, de ahí su cariz revolucionario. Y hoy por hoy, esa capacidad es la que hay que recuperar… ¡Qué la tierra os sea leve! Un abrazo
