El engaño del "sindicalismo revolucionario"

Presente y futuro de la Lucha Obrera, así como la validez, aciertos y contradicciones de las formas de organización de la Clase Trabajadora. Seguimiento de conflictos laborales, huelgas, etc.
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nestor mackno
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Mensaje por nestor mackno » 11 Oct 2006, 11:40

Bueno creo que Xagar se ha pasado tres pueblos, al primer articulo solo decir que un sindicato basado en las asambleas formado por gente comun tendra sus glorias, pero tambien sus equivocaciones al ser humanos, luego esta el factor de las infiltraciones y ocupar puestos para intentar desvirtuar la organizacion, pero redirigida por las bases toma otra vez su camino.

De lo de aller, no me meto en como funcionan otros sindicatos, pero te puedo decir que en el mio ( valladolid) aparte de la seccion de enseñanza, en la cual la inmensa mayoria son estudiantes, tanto en el sindicato de oficios varios como en la seccion del metal somos mayoria los trabajadores, y la mayoria de las afiliaciones vienen del ambito laboral, de hecho ayer se afiliaron dos personas y una venia con conflicto. ( todas las semanas se nos afilia algun currito)

Lo que en definitiva te digo es que cada sindicato tiene su personalidad por la gente que lo compone, ventajas y desventajas del federalismo.

Tambien apuntaros que la cnt renacio gracias a decenas de grupos autonomos que funcionaban antes de la teransicion que decidieron volver a darla vida, cnt es un ejemplo de autonomia obrera y de realidad de los consejos (asambleas) obreros.

CNT no es la panacea, tampoco puedo negar que todavia quedan muchos ortodoxos, pero lo que es indudable que cada uno de los que la engrosamos la damos nuestra personalidad. te recomiendo que visites nuestra web y veras la actividad que tiene el sov de valladolid.

De lo que comentasteis de las empresas pequeñas y las grandes, en una pequeña estas mas expuesto pero si te lo sabes hacer tienes la victoria asegurada ( nos las comemos con patatas) y las grandes es mas costoso, sobre todo si estas solo, pero una buena estrategia es la madre de la victoria.
A por ellos que son pocos y cobardes ¡¡¡¡¡¡¡¡

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Suso
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Bien hablado Nestor Mackno

Mensaje por Suso » 11 Oct 2006, 15:24

Bien N.M. Efectivamente aunque solo hay una CNT, su nombre lo dice a las claras. Somos una Confederación. Y esto es una diferancia con los que piensan en una unica linea de actuación. ¿Que nos une pues? Los acuerdos libremente tomados en los Congresos. Sencillos y claros pra el que quiera entenderlos. Eso es la CNT.
Ahora bien, poner ejemplos de una Regional (asturias en este caso) o de una localidad (Aller) y querer generalizar, pues se hace claro, con animo de ensuciar y desprestigiar. Si la CNT actual tiene 140 sindicatos y otras tantas localidades, habrá seguramente 140 maneras de ser y actuar. Y si cualquiera de estos 140 sindicatos tiene, por poner un numero, 100 afiliados, habrá seguramente 100 maneras de entender y practicar el anarco sindicalismo.
Siento,las experiencias malas que hayan podido tener con el sindicato de una localidad X, pero un cenetista, primero de nada está con sus compañeros de la Confederación. A ellos se les cree, porque son eso,COMPAÑEROS.
Las Criticas de otros que no sabemos ni a que andan, ni que pretenden, son eso CRITICAS VACIAS que nada aportan. Nosostros discutimos y mucho, pero no en el Internet de los anonimos,sino cara a cara y en el sindicato.Alli dirimimos nuestras diferencias.
Hay en estos foros mucho teorico,mucho alternativo, mucho moderno. Al mismo tiempo hay otras intervenciones, autenticamente revolicionarias. Difunden el Ideal, hacen propaganda de las huelgas. Dan animo a los despedidos.
Con estos me quedo Compañeros.
Salud.
P.S. Me imagino que ahora volverán las criticas ultra-revolicionarias a la gestion de tal o cual sindicato, y a calentarnos la cabeza sobre si la CNT tal o cual. Paciencia. Y a trabajar para tirar del carro que parece que estamos encontrando el buen camino.

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Xagar
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Mensaje por Xagar » 11 Oct 2006, 17:52

A ver, una cosa. En ningún momento me referí a la gestión de los demás sindicatos de CNT. Así que ni me he pasao tres pueblos ni tiro mierda sobre CNT. Quien así lo vea está mostrando sus propias miserias porque sólo hice referencia a un caso particular dle funcionamiento CNT, en otros sitios puede ser así o no. También dije, no sé si lo leísteis, que tengo colegas que militan en tal sindicato y que se lo están currando bien, no siendo su trabajo reconocido o valorado por otros miembros del sindicato que menos sindicalismo lo que quieras. Así que por favor leer bien lo que se escribe, que me parece que teneis la susceptibilidad a flor de piel, cosa muy característica de forofos. Lo que escribí lo escribí en relación al texto que antes se había publicado y que cito, por lo que queda bastante claro que mi comentario hace referencia a la situación asturiana, y como bien decís CNT es una confederación, ¿o acaso no? Así que no vengais con movidas de compañerismo de escaparate -ah, tú no eres CNT- que me parece muy bien -el compañerismo- pero para cuando es verdaderamente necesario. Insisto en que apoyo la labor sindical que gente desarrolla en el ámbito de ese sindicato -para que no se vilipendie lo que digo- pero también apoyo la libertad de expresión y de crítica -que nada tiene de vacía bocazas-, que en todo caso pretende ser constructiva para la causa.

Un saludo.

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Suso
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Mensaje por Suso » 11 Oct 2006, 18:47

Joder. Xagar. No te disculpes. En tu comentario dices que el texto anterior explica muy bien la situación de la CNT asturiana y que es verdad to do lo que cuenta. Si asumes este texto, ahora no vengas diciendo que no generalizas. Lee de nuevo el texto y cuenta el numero de insultos y difamaciones hacia la CNT. ¿Seguro que las asumes? Pues entonces de compañero ,tu nada.
..Y del centro Anarquista ese del que hablas.... no se. No tengo ni puta idea salvo que imagino pasó lo que en muchos otros lugares con colectivos anarquistas.....

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Xagar
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Mensaje por Xagar » 11 Oct 2006, 22:53

No me disculpo, sólo justifico lo que dije y ha sido tomado a la tremenda.
Respecto a lo de insultos y difamaciones me parece que sólo los ves tú.
Compañero lo soy de la gente con quien comparto cosas, y en ese conjunto puede haber gente de la CNT o no, yo no voy por ahí diciendo 'ah, tú no eres CNT', o 'ah, tu no eres del Sporting'

¿Acaso he dicho algo de un centro anarquista?

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Suso
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Mensaje por Suso » 13 Oct 2006, 09:31

Dices "insultos u difamaciones solo los ves tu"???????????
pero en tu interveción anterior dices

"patética situación de ver como algunos buscan trabajo no por necesidad sini por autojustificación"
"práctica stalinista de la cnt"
"cancha a tontos inútiles"
"no discuten con los jerifaltes de la zona"
"se le quita al poder a la burocracia confederal"
"Cuidate de los monos de tu misma ORganización"

y dices que no insultas ni provocas?

Decir que la gente joven busca trabajo no por necesidad sino por autojustificación demuestra tu vileza. Vete a decirselo a ellos en la cara.
La practica stalinista, los jerifaltes, la burocracia, los monos son adjetivos muy faciles de poner para alguien que no se sabe a que coño anda. Mira Xalgar, efectivamente que no seas de CNT, no quiere decir nada, pero si estás resentido por algo, dejanos ya en paz. Bastantes problemas tenmos para que alguien que firma con una bandera negra nos ande tocando las pelotas. ¿No hay en Asturias fascistas y stalinistas de los de verdad para que mejor pierdas el tiempo con ellos,en vez de tener tanta labia para atacar a la CNT?
Por mi parte,no sigo con este debate. Hay en el foro asuntos de mayor interés. Lo dicho. Abur.

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Xagar
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Mensaje por Xagar » 13 Oct 2006, 16:31

Me llama la atención y me gusta la diferencia de tono y color entre la respuesta de Nestor Mackno y la de Suso.

Suso, yo no dije esto:
la gente joven busca trabajo no por necesidad sino por autojustificación
Yo dije que conozco algunos casos en lo que eso fue así. Engañados o autoengañados por la propaganda de adquirir conciencia de clase, hubo gente que actuó de esa manera. Y ello entronca con el título del tema,que es el del engaño del sindicalismo revolucionario. No se trata de que yo vaya de revolucionario, sino de que tal o cual sindicato use retórica revolucionaria como pelaje de pavo real para que luego se la endiñe sin vaselina al resto de trabajadores, aparte de que separe a la clase trabajadora o no discriminando entre afiliados y no afiliados. Creo que la cosa ya quedó bastante clara en los primeros mensajes de este tema.

Por cierto Suso,
La practica stalinista, los jerifaltes, la burocracia... son adjetivos muy faciles de poner para alguien que no se sabe a que coño anda.
Soy un agente soviético a sueldo de Moscú. 8-)

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Ricardo Fuego
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Mensaje por Ricardo Fuego » 14 Oct 2006, 15:39

De la CNT considerada en sus relaciones con el proletariado
(Extracto de Comentarios acerca de la España salvaje - Trabajadores por la autonomía proletaria y la revolución social (1979))

"La troupe interpreta la pieza en escena: aquél hace de padre, ese otro de hijo, el tercero tiene nombre de rico. Pero cuando el libreto se cierra sobre sus papeles, su verdadero rostro reaparece, el falso desaparece." (Petronio, Satiricon)

Es una peculiaridad de los periodos de fuerte tensión social, el que figuren al lado de los revolucionarios personajes de otra naturaleza. Unos, supervivientes de revoluciones pasadas que conservan su devoción a las formas que representaron o se supone que representaron al movimiento obrero de una época ya caduca; otros, simples intrigantes fracasados en anteriores aventuras políticas que ven en la explotación de viejos mitos un modo de agenciarse una reputación que les permita medrar, a la sombra de la confusión reinante; finalmente, una masa de charlatanes, fanáticos y seguidores de modas, que buscan esconder su insignificacancia personal bajo el manto escénico de un "revival" heroico. En la medida que pueden, entorpecen la verdadera acción de la clase obrera; constituyen un mal inevitable, que con el tiempo se le quita de en medio. Y la clase obrera dispone de tiempo.

En el alumbramiento de la CNT repetida se ha citado toda esa antítesis grotesca de un pasado trágico, y como la comedia sucede a la tragedia, ese renacimiento no ha podido ser más que una parodia. La resurrección de los muertos pues, sirve en esta lucha a parodiar las revoluciones antiguas, no a concebir las nuevas, a poner en circulación el fantasma, no a encontrar su espíritu. Alejada de las luchas precedentes del proletariado, en las que no tomó parte siquiera como mistificación, la CNT ha debido conformarse en un papel de relleno, no estando en condiciones de apropiarse de una mayor porción de la representación alienada de los trabajadores.

Plantearse una crítica del anarcosindicalismo como una tarea pendiente de los revolucionarios de hoy equivale a querer pasar un ejercicio escolar por un trabajo teórico y, a falta de metal puro vivir con moneda falsa. Tal crítica fue hecha en su tiempo por los revolucionarios de entonces, en el fragor de las batallas del primer asalto proletario contra la sociedad de clases, y la verdad de las luchas es fácil de descubrir dada la cantidad de material publicado al respecto que la rescataron de la falsificación que sufre en las revoluciones perdidas. Los libros de Munis, Morrow, Nin, Orwell, Molins, Bolloten, Richards, etc., son fáciles de obtener; las publicaciones radicales, El Amigo del Pueblo, Guerra di clase, Nosotros, La Batalla, Libertad, etc., son más o menos asequibles. Un nuevo estudio del proyecto revolucionario clásico en España, no tendrá nada que ver con la seudopolémica respecto a los sindicatos mantenida en el interior o en los alrededores de la CNT, no menos que con un deseo de erudición o con una actividad especializada tan cara a las revistas y editoriales del medio libertario, sino con el objetivo de servir a la formación del nuevo movimiento revolucionario, mediante un examen de la historia pasada que favorezca la comprensión de los signos que anuncian el retorno de la revolución social.

El sindicalismo, del que el anarcosindicalismo no sería más que una variante ideológica, como lucha por la organización del mercado de la fuerza de trabajo, hace mucho tiempo que mostró su incapacidad en dar forma concretamente revolucionaria a la conciencia de los trabajadores; su papel ha sido juzgado por la historia. Hoy como retorno d ela parte vencida del proyecto proletario es una fuerza doblemente reaccionaria, pero ha perdido su poder de ilusión; queda menos criticarle que conocerle en sus menores detalles a fin de debilitarle, acecharle, encerrarle en sus contradicciones y finalmente batirle.

La CNT reconstituida, se ha debatido entre una agresividad oratoria, propia de todos los sindicatos minoritarios, o una participación reducida, o sea sin peso en las decisiones, en las acciones y maniobras de los sindicatos mayoritarios. En la medida en que pudo actuar como un sindicato, no se distinguió en nada del resto de ellos. Y en cuanto a su asambleismo, basta comprobar cómo varias veces asoció su postura a la UGT, el enemigo más declarado de las asambleas. Nadie puede tomar en serio las afirmaciones redentoristas de la CNT; no son hechos, "la más popular, la más poderosa y la más irresistible de las propagandas" (Bakunin), sino frases, desempolvadas de un pasado en el que la CNT se comprometió. La verdadera CNT murió entregada a desesperados esfuerzos por reconstruir un aparato sindical clandestino en la época terrorista del franquismo. Pero esa heroica e inútil muerte no la podrá aliviar de su responsabilidad histórica en la peor derrota que haya sufrido el proletariado ibérico, sólo comparable con la que sufrió el proletariado alemán a manos de la socialdemocracia, o el ruso durante la contrarrevolución de Lenin y Trotski.

La fue la realización de la ideología cenetista -la extensión de su modelo sindical a toda la vida social- lo que condujo a la CNT a la burocracia y al Estado. La burocracia la creó un crecimiento rápido que originó necesidades de control del aparato a sus viejos militantes, sus propietarios. Desde 1931 se desarrolló la lógica burocratizante en el seno de los sindicatos, y con ella una tendencia moderada, los treintistas, cuyos miembros fundadores ya habían roto el apoliticismo de la CNT colaborando con la burguesía republicana en la caída de la monarquía, deseosa de que la CNT tuviese la valentía de ser lo que era, como hubiera dicho Bernstein, y que abandonase los métodos "peliculeros" de la tendencia opuesta, los faístas. La escisión duró hasta la unificación del Congreso de Zaragoza, donde la ideología se reconciliaba con su realidad burocrática en una delimitación de competencias, no sin que los treintistas descontentos fundasen el Partido Sindicalista. Con el contraalzamiento proletario del 19 de julio, que impidió la negociación de los militares insurrectos con el gobierno republicano, la CNT, que ya había demostrado que la máxima intransigencia verbal puede ir acompañada de una gran propensión al compromiso, no se decidió a hacer progresar la revolución para ganar la guerra, y renunció a todo menos a sí misma, entrando en el gobierno de la burguesía republicana y de los socialistas "caballeristas", y colaborando en el desarme de los trabajadores. Efectivamente, la CNT disolvió o ayudó a disolver todos los organismos revolucionarios que los proletarios levantaron tras la victoria del 19 de julio a cambio de su participación en el Estado a todos los niveles. Así pues, desde sus puestos en el Gobierno republicano y en la Generalitat votó a favor de cuantas medidas sirvieron a la burguesía y a sus aliados estalinistas para arrebatar a los trabajadores sus conquistas: los decretos de disolución de todos los comités revolucionarios que surgieron el 19 de julio como emanación de las aspiraciones revolucionarias del proletariado (comités de milicianos, comités de gestión locales, etc.), el restablecimiento de la censura en la prensa, llevado hasta prohibir las críticas al régimen estalinista de la URSS; los decretos de desarme de los obreros en la retaguardia, el decreto que disolvía las patrullas de control y las milicias de la retaguardia; el reforzamiento de las fuerzas represivas en manos del gobierno como la policía, la guardia de asalto, la guardia nacional, los carabineros; para terminar disolviendo las milicias del frente en un ejército regular cuya dirección escapaba ya a la clase obrera. Consecuente con su política de colaboración de clases, tenía que parar la reacción d elos proletarios con la política de hechos consumados, decidiendo la alta jerarquía sin consulta a la base en ningún momento, apartando a quienes se mostraban contrarios a esos métodos, silenciando en su prensa toda crítica de cualquier aspecto de esa política y toda información de las provocaciones policiales y estalinistas que alertasen a los trabajadores. Bajo un gobierno con participación anarquista la policía y la GPU asesinaron a Berneri, Martínez y tantos otros, y centenares de militantes libertarios dieron con sus huesos en la cárcel. Una vez preparado el terreno, el golpe de gracia d ela contrarrevolución no se hizo esperar, y cuando los trabajadores le hicieron frente en las barricadas de mayo del 37, la burocracia cenetista llamó al cese de la lucha y llegó hasta denunciar como provocadores a los militantes irreductibles (como la Agrupación de los Amigos de Durruti), lo que significaba entregarlos a la policía. Después de este último servicio, la burguesía y los estalinistas ya no tuvieron necesidad de la CNT para acabar con las colectividades, masacrar al POUM, y aplastar los focos postreros de resistencia obrera, preparando así la victoria de Franco.

El anarcosindicalismo en la nueva época democrática del capitalismo español, no tiene ideales a realizar pero sí algo que vender. En principio, la CNT podía ser un contrapeso sindical a CCOO, presentable perfectamente por televisión o por Cambio 16; de ahí la inclinación a la UGT y la USO de los comienzos cuando la tendencia puramente sindicalista, en la cual se hallaban viejos colaboradores del vertical, colocó a sus hombres -Edo, Gómez Casas- al frente de la organización. Pero para mostrar todas las apariencias de una organización implantada tuvo que abrirse a los estudiantes, que crearon los sindicatos de la enseñanza y oficios varios, e introdujeron los primeros modernismos. La creciente capacidad de convocatoria desplegó un poder de seducción hacia todos los burócratas errantes, hacia los grupos obreristas aislados formados en las últimas luchas, hacia los izquierdistas defrudados; la CNT se convirtió en el vertedero de todos esos escombros. El caos funcional favorecía la independencia de las federaciones locales entre sí, y aún entre los sindicatos de una misma localidad, y daba una gran libertad de acción dentro de la solidaridad con la misma mentira. Y mientras unos alegremente acariciaban la idea de crear una CNT modernista valiéndose de la confusión reinante y del descontrol del aparato, otros recomponían un servicio policial interno, irónicamente llamado "Fai", para poner la cosa en su sitio, es decir cuarenta años atrás, a la vez que la idea de un sindicato reformista quedaba en minoría. La coexistencia pacífica entre las tendencias "históricas" y las modernistas duraría mientras las acciones de ambas siendo de corto alcance no se enfrentasen, y el "federalismo" -que así es como llamaban a la organización imperante- las aislase unas de otras. Se estaba colmando un vacío del espectáculo: el de la seudocontestación apolítica. La unidad que cimentaba la organización podía conseguirse a nivel ideológico sumario. Cada fracción reivindicaba su parte de ideología, sus mitos indiscutibles, y procuraba suavizar las tensiones internas y las contradicciones que refluían imposibles de ocultar. Funcionaban de alguna manera asociadas, defendiendo con igual fe la organización; pues si bien una organización revolucionaria debe poner deliberadamente en juego su existencia ante cada cuestión crucial para el movimiento obrero, una organización burocrática debe defender ante todo su existencia como tal. Pero la tregua imperante terminó cuando los choques interiores de intereses se convirtieron en una lucha por el control de los comités, por el poder, al adquirir fuerza suficiente conforme se tejían sólidamente los hilos burocráticos de la organización. Los viejos burócratas supervivientes resucitaban sus viejas posiciones como herederos que defienden la memoria de sus antepasados parahacer valer sus derechos a la herencia; para estos mártires de la tradición no había más tarea que reconstruir una CNT tradicional, que en la actualidad significaba una central sindical sin diferencia fundamental con las otras y ene so confluían con las tendencias sindicalistas que se esforzaban en exprear la opinión del cenetista medio y afectaban ser sus fieles instrumentos: "la CNT es escenario de una lucha aún no resuelta entre quienes recogen la tradición, tratando de adaptarla, y los que quieren hacer borrón y cuenta nueva" dirá uno de ellos (Saida, 7-2-78). En Madrid, donde los modernistas tenían más fuerza -poseían prensa propia, en la que se ejercitaban los píndaros del asambleísmo sindical (Bicicleta) y los anarcojurisprudentes (punto y Aparte)-, ylas primeras elecciones internas les habían favorecido, la lucha estalló primero, sorda en sus inicios, a gritos después. Cada tendencia se fortificó en los sindicatos que controlaba y comenzó a relegar en ellos a sus opositores. De las murmuraciones pasaron a las amenazas y de ahí a las violencias y expulsiones. En un manifiesto de los modernistas madrileños que circuló el verano del 78 (A todos los trabajadores, a todos los anarquistas) se precisaba que "no hay solamente dos tendencias enfrentadas, hay varias tendencias que tienen como punto de convergencia el interés de que CNT se convierta en una organización reformista y burocrática, tendencias que manipulan la información constantemente y que aprovechan que sectores de la organización tratan de permanecer al margen" "las diversas tendencias que en el interior de CNT, tratan de controlar el aparato y que van desde los sindicalistas puros, los cincopuntistas que no han dejado de hacer guiños al gobierno, "Solidaridad" que trata de recuperar a otras corrientes que hoy se manifiestan con fuerza en CNT, pasando por los "faistas" y los "anarcoestalinistas"..."

Las tendencias sindicalistas deseaban una central sindical de masas amorfas, dominada por una burocracia estable y segura que se repartiera más o menos democráticamente los cargos y puestos responsables, y controlase las modalidades de pensamiento y discusión de la ideología, abasteciendo interpretaciones autorizadas diligentemente creadas por especialistas de confianza. Como sindicalistas, eranenemigos de toda forma de expresión directa de los trabajadores, y en primer lugar de las asambleas. Y por reacción enemigos de las innovaciones heterodoxas, sobre todo de los tópicos modernistas: el feminismo, el ecologismo, etc.; en consecuencia las consideraban ajenas a la CNT, y a sus portadores intrusos cuyo poder en la organización les exasperaba. La vieja cornucopia Peiró llegó a definirlos como un "aluvión de individuos que durante las horas difíciles habían brillado por su ausencia, y que tránsfugas del maoismo, guevarismo, castrismo, anarcoleninismo, marxismoleninismo, folklorismo anarquista y otras hierbas que ni Dios sabe dónde plantan sus raíces, haciendo irrupción en la CNT con la desmedida pretensión de imponer sus exóticas concepciones revolucionarias... un puñado de insensatos que tras haberse adueñado del templo, lo han convertido en un campod e Agramante".

Los modernistas representaban en la vieja religión cenetista una suerte de protestantismo. Más cerca de las luchas obreras presentes, eran paridarios de un sindicalismo de apoyo a las asambleas, frente a sus opositores que, más cerca de las maniobras sindicales del momento, eran partidarios de un asambleismo de apoyo a los sindicatos. Pero ninguna tendencia era más reaccionaria que la otra. Los modernistas aplaudían todas las mistificaciones retrógradas por poco que fuesen revestidas de un ropaje novedoso y seudocontestatario, como por ejemplo el nacionalismo. No se ytrataba de poner en causa la mentira sino de la manera de mentir. la inclinación de la balanza en esa lucha de camarillas obedecería en todo caso a quien supiera sacr más partido de la masa de afiliados indiferentes. Y con el fin de movimiento de asambleas, los modernistas habían terminado como tendencia burocrática ascendente. Al ganar la mano en las fábricas los sindicatos a las asmableas, se decidía indirectamente la línea que finalmente dominaría en la CNT. En efecto, los centistas entraban en las comisiones negociadoras sindicales con mayor facilidad desde luego, que cuando entraron en el gobierno republicano, pese a las protestas fariseas de algunos disconformes: "CNT no puede hablar de la asamblea como órgano decisorio cuando por otra parte está apoyando comités intersindicales con las burocracias reformistas y por qué no verticalistas, salidas de las elecciones sindicales" (Solidaridad Obrera, mayo 78). El centro de gravedad de la CNT se desplazó a Barcelona, donde con pragmatismo administrativo se impuso por encima de las tendencias una solidaridad de aparato que guardase de la publicidad de las disensiones. La posible escisión quedaba soslayada en el alejamiento sine die de la celebración del congreso nacional. De todos modos la actitud sindical a seguir no podía ser otra que la que llevaban las demás centrales contra la autonomía de los trabajadores, encaminada a mantener el protagonismo de los sindicatos. En el dictamen sobre la estrategia sindical elaborado en la 1ª sesión del pleno nacional de regionales quedó fijado que "debemos potenciar la asamblea de trabajadores en los centros de producción y en los ramos, siempre que de ellas no surjan organismos cuyas actividades sean las que les deben corresponder a los sindicatos... "en caso de conflicto en la empresa, en asamblea de centro y a mano alzada se elegirá un comité de huelga, al que se incorporará un miembro por cada sindicato presente en la factoría, el sindicato que lo desee. A partir de ese momento, será el comité de huelga al que corresponderán todas las tareas técnicas de preparación y extensión del conflicto en colaboración estrecha con las centrales sindicales".

De modo general el anarcosindicalismo de la CNT se reduce a un sindicalismo de burócratas disfrazado con frases ideales. No altera la cosa en sí pero idealiza su expresión. Es precisamente su fraseología hueca lo que les lleva a ignorar los límites reales de su sindicalismo y a codiciar pretensiones fantásticas. ¿Cómo el cenetista va a poder ver en sus sindicatos, vulgares sindicatos? El idealismo, la ideología le obstaculizan la visión. Pero este idealismo vacío, sentimental y liviano tras el que se esconde un mezquino patriotismo de partido, alcanzó elmomento en que necesariamente tenía que traicionar su secreto. Ahora bien al modo "libertario". Con un pudor casi cristiano. Niega la burocracia al mismo tiempo que la constituye. Y antes de asumir la práctica burocrática la enmascara de frases ideales. El burócrata cenetista es ideólogo antes que burócrata. Tiene miedo de explicarse de las cosas demasiado perversas que suceden en los aparatos; los trapos sucios se quedan en casa. Se cansa de que le hablen de asambleas porque ponen en cuestión sus castillos de naipes; Sebas, el prototipo más acabado de filisteo libertario, dirá ingenuamente: "si nos cuestionamoes el que los sindicatos sirvan para la negociación, debemos cuestionar la razón de ser de las secciones sindicales y los otros órganos sindicales. La asamblea cubre el espacio de la unidad de acción, pero hay que defender la estructura del sindicato como organización de lucha" ("CNT", 17-agosto-78). Teme hablar del interés privado de la CNT y habla del peligro del asambleismo porque efectivamente en él peligra: "si los sindicatos no sirven, había que buscar otras formas de organización que podía ser el asambleismo, pero esto me parece muy peligroso" (ibid.), dirá el bonzo Marcos. Reparemos en el cinismo franco y abierto, clásico, con el que las burocracias socialdemócratas y estalinistas edificaron sus aparatos y combaten las asambleas, y comparémoslo con el comportamiento del burócrata cenetista que se pone hipócritamente triste con "el reformismo" e intenta hacer creer que el sindicato cambia de naturaleza cuando su personal muda de piel, por el método sencillo de negar la contradicción con una afirmación contradictoria: "no existe ninguna contradicción entre el fomento de secciones sindicales y el fomento del asambleismo. No sólo no hay ninguna contradicción sino que ambos conceptos son complementarios. Las secciones sindicales centistas deben ser un instrumento básico para promover asambleas generales unitarias y decisorias" ("CNT", 16-julio-78). La burocracia clásica habla en prosa y la cenetista en verso. Si el filisteo libertario quiere labrarse un futuro prestigioso en la sociedad del espectáculo tiene que justificarse con una ideología que dignifique sus aspiraciones. Los burócratas clásicos combaten las aspiraciones revolucionarias de los trabajadores porque ese es su trabajo en la sociedad de clases, y así lo admiten. Pero el burócrata cenetista necesita una interpretación espiritual de esa función. Su sindicalismo nada tiene que ver con el sindicalismo profano de los estalinistas y los socialdemócratas. Sin embargo lo que hace la CNT no es más que lo que hacen sin frases CCOO, CSUT, USO o UGT. Nunca le pasará por la mente que no hay otro tipo de sindicalismo que el que hay. ¿Son culpables CCOO o UGT por no embellecer literariamente su práctica? Los cenetistas dejan la realidad tal como está y alteran simplemente su expresión. Y como buenos burócratas no critican una práctica reaccionaria, el sindicalismo; critican la falta de ideología de esa práctica, censurando a los burócratas de las otras ecntrales por ser como son, por expresar su propio ser sin cubrirlo.

La CNT ha llegado a la escena de la lucha de clases post-festum. Sobre su mísera realidad no puede acrecentar más que sus ilusiones y su verborrea. Su misma ideología admite difícilmente nuevos desarrollos, es demasiado conservadora del pasado. Y tampoco le es dado progresar burocráticamente puesto que el desarrollo de la burocracia obrera está casi concluido en España. Así la CNT conocerá su decadencia sin haber llegado a conocer sus días de esplendor.

Si hubiese hecho falta una prueba del nueve del sindicalismo de pacotilla de la CNT, ésta hubiera sido dada por la huelga de gasolineras de la provincia de Barcelona, en septiembre. Ahí dio una justa medida de sí misma, perdiendo estrepitosamente en un juego protegido sólo con faroles. Ese ha solido ser el fin de los fanfarrones que de ordinario vienen a fracasar donde creyeron que habían de encontrar el triunfo.

Como los recuperadores no conciben los conflictos sino espectacularmente, la huelga fue anunciada a los cuatro vientos como si quisiesen convencerse de que bastaría tocar la trompeta para derrumbar las murallas de Jericó. Se esperaba que la huelga lanzase a la CNT como central responsable y negociadora, a la vez que defendiese su espacio en el sector, que había sido ocupado por CCOO y UGT al firmar un convenio nacional que caducaba el provincial firmado por CNT. Pero la huelga no era sólo una cuestión de prestigio sindical. Era una cuestión de supervivencia. La CNT quería hacer olvidar su dudosa actuación en la pasada huelga de transportes y distraer la atención de sus militantes de los enfrentamientos internos que la desgarraban. Siendo las consecuencias de la huelga bastante importantes, era de prever la militarización del servicio. No sólo lo recordaban pasadas huelgas como la de Renfe, Correos y Metro de Madrid, EMT, o la de los basureros de Cádiz, o la huelga de los Transportes Urbanos de Huelva que tenía lugar en esos momentos, sino ya el propio anuncio del Gobierno civil. Para rebasar ese obstáculo en tiempos anteriores de la lucha de clases los obreros recurrían a la más eficaz práctica del sabotaje y sus variantes. Pero para el sindicalismo palabrero de la CNT que quería una huelga simpática a la opinión pública, no había lugar más que para las fanfarronadas; y mientras decía que respondería "a nivel nacional con todos los medios a su alcance", no ponía siquiera sólo en Barcelona a su alcance ningún medio. La huelga estuvo perdida antes de empezar. Podían decir con un optimismo de fachada el primer día que "la huelga es un éxito total", mientras que los empresarios gracias a la policía y a Campsa garantizaban el perfecto funcionamiento del suministro de combustible. A fuerza de ser señalada como un peligro por la prensa, de oír a sus barítonos emitiendo grandes frases para deslumbrar, la CNT había perdido toda la noción d elas cosas, degándose con sus cohetes de feria. "Lo realmente peligroso, volátil, inflamado y preñado de riesgos es más bien la CNT; que eviten por favor jugar con ella", decía el editorial de Solidaridad Obrera (7-IX-78). No obstante, las amenazas de estos sindicalistas de pega sólo eran intentos de intimidar al adversario, y cuando se vieron metidos en un atolladero tanto como para verse obligados a ejecutar sus amenazas, lo hicieron de modo equívoco, evitando sobre todo los medios que llevaban al fin propuesto y buscando pretextos de derrota. Tan pronto como había que romper el juego, la estrepitosa obertura que anunció la lucha se perdió en un pusilánime refunfuñar, se les dejó de tomar en serio y la huelga se derrumbó lamentablemente, como un globo pinchado por una aguja. A una vulgar detención d eunas horas, se le llamó "intento de desmantelamiento de la central", y siguiendo con la misma ridícula demagogia llamaban a "las autoridades" a que presionasen a la patronal o a las centrales grandes a que "se replanteen el caso" ante una posible "radicalización" que ellos mismos ni creían ni querían. Y esa huelga que un increíble cretino desde las páginas de la "Soli" atribuía "unas posibilidades extraordinarias con respecto a la crítica del consumo-despilfarro de energía, del automóvil y de la mercantil sociedad... idónea para arremeter contra todos: capital, Estado, aparatos represivos, organizaciones reformistas.. Y contra todo: capitalismo, autoridad, represión consumo..." (20-IX-78) no buscaba más medios de salir airosa que "una actuación pacífica de los trabajadores" o una denuncia de la Administración a la OIT. Comprendiéndolo todo espectacularmente, a base de carteles y comunicados a la prensa, se dirigían a un proletariado espectador pidiéndole una solidaridad abstracta. Y menos al proletariado que a su representación alienada, los partidos y sindicatos. Mal instruidos sobre la técnica de una huelga de servicios públicos, pretendían desordenar la circulación y seguir en la legalidad. Y en lugar de actuar rápidamente se contentaban con la minivictoria del primer día. Los empresarios comprendieron que si la huelga no triunfó durante los primeros días, su fuerza iría decreciendo, y si los huelguistas ocultaban tan mal sus deseos de negociar, era porque no tenían confianza en su éxito. Por lo tanto podían negarse a negociar cómodamente, mientras la CNT se aferraba a ese recurso que es el expediente normal de los débiles: lamentarse. A los veinte días, pese a las cifras imaginarias dadas por el comité de huelga, la huelga no era más que un desorden de vencidos.

Felizmente no han decepcionado a nadie porque nadie tenía ilusiones sino ellos. El proletariado asiste con la mayor indiferencia (sólo los estudiantes y los periodistas se apasionan en esto) a la descomposición asintónica del montaje cenetista. Ya no hay lugar en el mundo para la ideología revolucionarista, por muy descompuesta que sea. Los proletarios no tienen necesidad de educadores ni de apoyos sindicalistas. Estos pretendidos representantes del proletariado no han representado más que sus derrotas. Su función es organizar el espectáculo de la lucha de clases, a fin de disimular el aspecto verdadero de la misma, que donde se halla, como en las huelgas asamblearias, está también contra ellos.
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chanchan
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Mensaje por chanchan » 14 Oct 2006, 19:13

Hay gente que parece que la estén pagando para decir tonterías sobre cosas que no conoce ni quiere conocer pero sí quiere hacer desaparecer... ¿de dónde sacan l@s revolucionari@s tanta mala leche contra la CNT? Molaría que alguien se sincerase y empezara a largar su experiencia personal con CNT... si no la hay, eso mismo demuestra que se puede esperar de ell@s: gente que opina desde fuera, desde un conocimiento..."irreal", desde la caverna.
Luego están l@s que, para no tener que discutir, cuelgan aquí tres folios de teoría pura y dura y se quedan tan anchos (eso sí: dejan el enlace-anzuelo) criticando la práctica de CNT... Acaso os darán de comer nuestras victorias? A qué viene tantas ganas de corregir los "errores" de CNT? No podéis demostrar vuesra "superioridad" de planteamientos a través de la práctica? O es que en la realidad se os acaba el fuego? Eh, Ricardo ídem?

Yo tampoco quiero discutir. Me gustaría ver a l@s del CICA este encabezando una asamblea de trabajador@s... pero no lo veré pq CICA es una entelequia (al menos en es estado español); si lo hubieran echo (bien) ya sus acólit@s nos lo hubieran hecho saber. En fin. También me gustaría ver las posiciones claramente revolucionarias de l@s lantiespañolistas/independentistas pero me encuentro en que no tienen ninguna práctica revolucionaria, ni sus objetivos son revolucionarios (aunque alguien intente hacernos creer que la revolución consiste en crear otro estado) ni sus formas de funcionamiento ni las tomas de decisiones ni la manera de financiarse...

o sea que menos paja en el ojo ajeno y a ver si barréis vuestra casa ya...

Por cierto, Ricardo, ya sabemos que el libro Comentarios sobre la España salvaje es un buen brindis al sol... déjalo ya.

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Ricardo Fuego
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Mensaje por Ricardo Fuego » 14 Oct 2006, 19:25

Un argumento ad hominem o argumentum ad hominem (en latin, "dirigido al hombre"), es una falacia lógica que implica responder a un argumento o a una afirmación refiriéndose a la persona que lo formula, en lugar de al argumento por sí mismo. Un argumento ad hominem (y por tanto, falaz) tiene esta estructura:

A afirma B;
Hay algo cuestionable acerca de A,
Por tanto, B es falso.
Los argumentos positivos acerca de la persona se describen en recurso a la autoridad.

Ad hominem es una de las falacias lógicas más conocidas. Tanto la falacia en sí misma como la acusación de haberse servido de ella se utilizan como recursos en discursos reales. Como una técnica retórica, es poderosa y se usa a menudo —a pesar de su falta de sutileza— para convencer a quienes se mueven más por sentimientos y por costumbres acomodaticias que por razones lógicas.
http://es.wikipedia.org/wiki/Ad_hominem
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Richard
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Mensaje por Richard » 15 Oct 2006, 00:49

Finalmente, he decidido juntarme con este chico Ricardo. No estoy muy convencido aún de la bondad de sus propuestas, pero parece divertido lo de descalificar a la CNT e insultar a sus miembros sin descanso. Y, bueno, lo reconozco: quiero que después de tanto tiempo ya seamos dos en el Cículo Internacional de Eso. Me parece muy deprimente ver a Ricardito tan solo clamando en el desierto. Una organización con ese nombre merece tener, incluso, más de dos miembros.

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Mensaje por nestor mackno » 17 Oct 2006, 22:24

bueno del texto insertado por ricardo fuego, aparte de que no tengo impresora no me he podido leer todo, ademas de ser un poco peñazo (que nadie se moleste), solo es un analisis parcial y confuso de toda esa epoca, para muestra un boton:
Si hubiese hecho falta una prueba del nueve del sindicalismo de pacotilla de la CNT, ésta hubiera sido dada por la huelga de gasolineras de la provincia de Barcelona, en septiembre. Ahí dio una justa medida de sí misma, perdiendo estrepitosamente en un juego protegido sólo con faroles. Ese ha solido ser el fin de los fanfarrones que de ordinario vienen a fracasar donde creyeron que habían de encontrar el triunfo.
Quien se mete en una huelga es para ganarla, tambien sepuede perder como paso, pero el fondo es la cantidad de medios que puso el estado para romper esa huelga, y los medios humanos y desgaste que ello generó, y el fracaso solo dio que desanimo y verguenza, etc que sufrieron personas que luchaban por lo que es suyo y en mayor medida por un futuro mejor, porque lo que defiende la cnt no son unos intereses politicos, son unas personas que estan en una lucha brutal ( no se si te puedes imaginar lo que pasa por la mente de una persona en huelga) y su fracaso es el fracaso de esas perdonas.

todo este texto es un analisis muy simplista y equivocado de una epoca uy revuelta, en la que una organizacion como cnt tenia mucho peligro para los planes que los oficiales, empresas, politicos tenian forjadas para este pais.

Si crees que una organizacion formada por una federacion de consejos obreros, con sus disparidades unidas en un pacto ferderativo es facil de coordinar y caer en errores (tambien en aciertos) lo llevas claro, lo unico que te puedo decir, es que aparte de infiltrados varios de partidos politicos (que siempre aparte de tocar los ovarios, nunca se han llevado el gato al agua) cnt nunca ha tenido intereses politicos de ningun tipo (salvo de trnsformar la sociedad, que para mi no entra en este tipo de partidismos politicos.

En fin, la cosa esta clara para el que quiera entender, cnt no es una panacea, tampoco puede que sea el sumun de la organizacion acrata, pero es como todos nosostros humana.

Vivan los consejos obreros, aupa la cnt. [/quote]
A por ellos que son pocos y cobardes ¡¡¡¡¡¡¡¡

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Ricardo Fuego
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Mensaje por Ricardo Fuego » 18 Oct 2006, 03:39

Si no gusta el estilo ácido de los Trabajadores por la autonomía proletaria y la revolución social (que seguramente no sabían nada de huelgas ni cosas por el estilo), puede ser útil la lectura de los documentos del CEDALL (http://www.cedall.org/Documentacio/Cast ... 110400.htm).

Pero lo esencial no es aquí el estilo, o si nos gusta qué dice tal colectivo o cómo lo dice. Lo esencial aquí es si estamos sinceramente por la revolución social que acabe con todas las formas de dominación (¡incluso las que se establecen dentro del mismo movimiento obrero!) y, por lo tanto, dejemos de ver a la organización como fin y la veamos como medio -y por lo tanto como medio transitorio, en tanto sirva a nuestros fines. La alternativa es convertirnos en patriotas de tal organización y sólo estar dispuestxs a escuchar alabanzas o críticas "suaves" que no disturbien nuestras conciencias y no nos llamen la atención de nuestro "temario". Obvio que esto incluye reaccionar con insultos y descalificaciones personales cada vez que una crítica a nuestra organización/patria se atreve a propasar los límites que le ponemos.

En todos los movimientos revolucionarios verdaderos, y no conozco caso más rico en profundidad y variedad de experiencias que la revolución española, ha aparecido claramente el antagonismo existente entre la base de las organizaciones obreras y su aparato, entre las masas y sus jefes. Cuando las masas actuaron por sí mismas, en forma autónoma tanto de la burguesía como de sus propias direcciones tradicionales, hicieron la revolución. Cuando actuaron bajo las órdenes de sus jefes, fueran estalinistas o libertarixs, hicieron la contrarrevolución. En los momentos más álgidos el patriotismo de organización desaparecía o al menos era grandemente cuestionado por la unidad proletaria en la calle. Los momentos más mediocres, en cambio, se caracterizaron por la fidelidad de las masas a sus organizaciones tradicionales y la obediencia a las consignas de sus jefes (y sus jefes, para colmo, obedeciendo a los republicanos o a Moscú). Los mejores momentos de la revolución española fueron la creación por las mismas masas de los comités, los consejos y las asambleas en las fábricas, en los municipios, en el campo. Los peores momentos de la revolución ocurrieron cuando los partidos y los sindicatos volvieron a ganar el terreno perdido en la dirección del movimiento, y convirtieron a esos organismos creados espontáneamente en apéndices de sus aparatos. No sólo exterminaron la creatividad e impusieron su autoridad sobre ellos, sino que volvieron a reproducir las fragmentaciones partidarias.

Todo esto deja lecciones muy claras acerca de las formas de autoactividad proletaria que son revolucionarias y las que no. Deja muy claros los límites de la actividad partidaria y sindical. Pero a lo más que suelen llegar la mayoría de los balances es a "traiciones", "indecisiones" o "vacilaciones" de ciertas cúpulas o dirigentes individuales. Todo con el maldito espíritu de "nos equivocamos... pero tuvimos razón". Estoy cansado de toda esa mierda.

¿Aprenderemos de la historia o seguiremos llorando acerca de lo buenxs que somos nosotrxs y lo malo que son nuestrxs opresorxs? Pero más fácil que aprender de la historia y llevar a la práctica las lecciones aprendidas es seguir haciendo lo mismo y esperar un resultado diferente. De esta manera, la burguesía puede quedarse tranquila. Dominará el planeta hasta que no haya nada que dominar.

No es para nada simpático llamar a la atención y a la responsabilidad, pero es un acto de amor mucho más grande que ser apático e indiferente ante la irresponsabilidad y la ceguera voluntaria. Lxs amigxs no son lxs que elogian de frente y critican por atrás, sino lxs que critican de frente, y elogian por atrás. No va a ser la burguesía la que nos avive para que nos deshagamos de nuestras taras, esa es una tarea a realizar entre nosotrxs y, si es preciso, con rudeza y a costo de disgustos y enemistades personales, pues lo que está en juego son nuestras vidas, las vidas de lxs compañerxs, no nuestro "prestigio" ni otro fin egoísta.
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Luis Nuevo
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Mensaje por Luis Nuevo » 21 Oct 2006, 08:21

El artículo de la Pederastia es delirante, en la mejor línea que podía tener el Llar (como cuando vaticinó que Pablo Serrano, -preso por realizar una acción y al que cnt apoyó sin que fuera afiliado- mandaría a la mierda a CNT en cuanto saliera del trullo. Curiosamente lo único que hizo fue dar las gracias en un comicio de ámbito nacional y sus relaciones a día de hoy sigan siendo buenas con su sindicato local.

Xagar parece conocer bien la realidad asturiana. Yo no puedo decir tanto pero...

Respecto al CSA de Xixon recuerdo que mis conocidos -no de cnt, participaban en el CSA- decían que cnt tenía que haber echado a ciertas personas (los/as kostras), y no cerrar el CSA. Vamos, reconocían que había un problema, y su solución era que cnt se inmiscullese en la asamblea.

No digo que hubiera hecho lo mismo, o que apoye la actuación. Pero sí que lo que llevó a dejar de ceder el local para el CSA no fue "estos chavales llevan 5 años aquí y no se afilian", sino que muchas de las actividades que había y su ambiente no se correspondía con un centro de cultura libertaria.
Xagar hablando de la cnt de Ayer escribió:Yo dije que conozco algunos casos en lo que eso fue así. Engañados o autoengañados por la propaganda de adquirir conciencia de clase, hubo gente que actuó de esa manera. Y ello entronca con el título del tema,que es el del engaño del sindicalismo revolucionario. No se trata de que yo vaya de revolucionario, sino de que tal o cual sindicato use retórica revolucionaria como pelaje de pavo real para que luego se la endiñe sin vaselina al resto de trabajadores, aparte de que separe a la clase trabajadora o no discriminando entre afiliados y no afiliados. Creo que la cosa ya quedó bastante clara en los primeros mensajes de este tema.

El artículo directamente miente. No fue la cnt la que buscó a "los/as chavales/as", sino la gente de Ayer la que buscó a la cnt para formar un sindicato. Es más en las reuniones previas se les dijo que no había prisa para formar un sindicato, que conocieran el funcionamiento de cnt, pero insistieron dado que había una persona que había vivido en madrid por motivos de trabajo que había estado ya afiliada allí y participado activamente en las actividades y sabía de qué iba la cosa. Así que si alguien les engañó, fue alguien de Ayer y no de la cnt asturiana.

Sobre el "a tí no te ajunto", es normal que no se deje participar en las asambleas de cnt a gente que no pertenece a la misma. Depende de lugares, pero la práctica ha sido la que nos ha enseñado. Es normal que se restrinja acceso a habitaciones en las que hay documentación que no debería interesar a nadie que no sea de cnt. No sé si irán por ahí los tiros,... (yo mismo no entendía estas actitudes tiempo a)

La cnt es principalmente un pacto de solidaridad -con sus reglas-, así que es normal que cumplir el pacto sea prioritario.

Con esto no firmo las decisiones que se han descrito. Pero por un lado, las cosas no son tan claras como se presentan, y las acciones tenían su lógica fuera del stalinismo.

Por otra parte, estoy de acuerdo en que en el sindicalismo el peligro de delegacionismo es grande, aunque otro tipo de organizaciones, de tipo informal, no están exentas de ello. Pero no se van cogiendo todos los ejemplos de dirigismo que hay en cada grupo anarquista, centro social,... para atacar esas formas de organización.

Lo siento, Xagar, pero tu crítica no me parece constructiva, a pesar de que digas
Xagar escribió:A ver, una cosa. En ningún momento me referí a la gestión de los demás sindicatos de CNT. Así que ni me he pasao tres pueblos ni tiro mierda sobre CNT.
Ya que previamente habías manifestado (aparte de otras lindezas):
Xagar escribió:De este modo, la crítica que se le hace a la estructura confederal en esos textos es totalmente válida y correcta, a pesar de que no haga justicia de aquellos que hacen el esfuerzo de lograr que la cosa funcione y los trabajadores se organicen de forma asamblearia, sin importar incluso si luego militan en CNT o no. Pero claro amigo, entonces igual se les quita el poder a la burocracia confederal.
Deseo lo mejor al compañero que se lo está currando de verdad sin recibir nada a cambio: tu esfuerzo no está pagado, cuídate de los monos que militan en tu misma organización.
Parece que lo único que quieres es que esa "gente válida" que deben ser imbéciles o bien pensar que a pesar de que en cnt haya "personajes" (y dónde no los hay!) es una organización con la que se puede llevar una lucha efectiva dejen la cnt.

-------------

Que quede claro, no digo que el anarcosindicalismo sea la panacea. Además, tengo claro, que quien tiene actividad antes o despues acaba cometiendo errores. Lo importante es no ser autocomplaciente, no engañarnos a nosotros mismos,... lo que no es fácil para nadie.

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Xagar
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Mensaje por Xagar » 21 Oct 2006, 18:56

Parece que lo único que quieres es que esa "gente válida" que deben ser imbéciles o bien pensar que a pesar de que en cnt haya "personajes" (y dónde no los hay!) es una organización con la que se puede llevar una lucha efectiva dejen la cnt.
No te entiendo. ¿considerar imbécil a la gente válida? No lo entiendo.

Lo único que quiero es simplemente debilitar la separación que se establece entre la gente por culpa de una siglas o ideologías, en este caso CNT, pero podrían ser otras. Tal separación se práctica en todos los ámbitos y es normal que suceda, pero me parece un error que el sindicalismo quiera definirse como revolucionario al tiempo que establece una separacion con quién el iluminado de turno considere no revolucionario o perteneciente al grupo.

No obstante el tema me la sopla ya. Simplemente me llamó la atención encontrarme con el artículo ese, que no es en absoluto delirante, ¿en la mejor línea de Llar?, en tal caso mordaz, pero se ajusta bastante bien lo que relata a lo sucedido. Que quieres que te diga... sobre lo de 'ah tu no eres CNT' no no es sólo por lo que dices, sino por cuestiones psicológicas más triviales.

Donde dices que miento, simplemente no tienes ni idea de si miento o no, porque cre que no conoces los casos de los que hablo, así que no intentes justificar ni defender a la cnt asturiana, ya dije que son casos particulares, pero cnt tiene su responsabilidad también en ello.

Por otra parte, el engaño del sindicalismo revolucionario consiste en que es el pez que se muerde la cola. Pero ello es aplicable a cualquier sindicato, lo que pasa que en nuestro ámbito el tema derivó hacia CNt por su énfasis en diferenciarse de los demás sindicatos 'estatistas', pero aunque personalmente esté más de acuerdo con las prácticas cnt, CC.OO desde cierto punto de vista de apropiación del moviento obrero, han sido igual o más revolucionarios que CNT. Tampoco me interesa habar más sobre el tema porque luego se empieza a decir que si se tira basura encima del trabajo de gente y demagogia de ese tipo, así que no voy participar más en este hilo, aunque siga estando de acuerdo con lo que escríbí en él a pesar de poder estar equivocado en algo, que no lo sé.

Un saludo.

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