Traducción libro "Welcome to the machine" de Derri

Conservacionismo, Antidesarrollismo, cuestionamiento de la tecnología, naturismo, alternativas al sistema industrial capitalista, cambio climático...
Responder
bienvenido a la maquina

Traducción libro "Welcome to the machine" de Derri

Mensaje por bienvenido a la maquina » 25 Abr 2006, 12:57

Hola, estoy empezando a traducir (ya van unas 50 páginas) éste libro de Derrick Jensen. Alguien lo conoce/lo tiene?
http://www.chelseagreen.com/2004/items/welcome
Alguien le interesaría ayudar a traducirlo? En breve publicaré algun extracto.
Me falta vocabularío tecnológico de alto nivel, y también comprender bastantes frases hechas americanas que a primera vista son intraducibles. Cualquier ayuda sería bienvenida.

Invitado

Mensaje por Invitado » 25 Abr 2006, 18:13

Tiene muy buena pinta el libro. Yo te ayudaría pero creo que estoy bastante atareado con el de Fredy Perlman. De todas maneras si te puedo ayudar con alguna frase hecha... Podríamos utilizar este mismo "TEMA" que has abierto aquí para traducirlas.

bienvenido a la maquina

Mensaje por bienvenido a la maquina » 27 Abr 2006, 17:58

bueno, gracias por el ofrecimiento... tengo unas personas que me ayudarán con las "frases imposibles" que a veces se inventan los yanquis, pero seguro que algo cae por aqui...

por cierto, tampoco hagais mucho caso a la sinopsis que se hace en la página de la editorial que colgué...

"veteran social critics Jensen and Draffan are determined to show consumers how to fight back against government and industry to regain their rights and their humanity"
sobretodo esta frase... asi leida parece que sea una organizacion de ayuda al consumidor, y el libro no trata de eso ni de "reclamar los derechos"

en fin, que vaya bien!

bienvenido a la maquina

Mensaje por bienvenido a la maquina » 03 May 2006, 16:04

Aquí va el primer capítulo...versión 0.1

EL OJO QUE TODO LO VE

El ojo que tú ves no es ojo porque tu lo veas, es ojo porque él te ve.

Antonio Machado


Cuando era un niño se me enseño – como Cristiano fundamentalista-- que aunque el diablo no podía leer mi mente, el veía todo lo que hacía, escudriñando cualquier movimiento de mi cuerpo o cualquier expresión que pudiese revelar mis pensamientos. Lo hacía porque quería conocerme, me decían. Y me quería conocer no porque me quisiese, como hacía Dios, que también me obserbava y que además sabía lo que ocurría en mi cabeza y en mi corazón, si no porque quería tentarme e incluso controlarme.
Mi respuesta como niño fue intentar controlarme a mí mismo, no dejar que ni mi cara, ni mi cuerpo, ni, especialmente, mis acciones, revelaran mis pensamientos. ¡Lo iba a engañar! Pero incluso a la edad de 5 años que ésto era una pérdida de tiempo. Sabía, aunque por supuesto no habría podido usar este lenguaje, que si el diablo, o cualquier otro para el caso, pudiera reunir una cantidad suficiente de datos acerca de mis hábitos externos, podría efectivamente leer mi mente. También sabía que la capacidad de leer mi mente, ya fuera por Dios, humano, o el diablo, implicaría necesariamente la capacidad de controlarme: la vigilancia controla, y la vigilancia absoluta controla absolutamente.
De lo que no me dí cuenta en ese tiempo era que al intentar controlarme a mí mismo estaba efectivamente renunciando a mi libertad. Estaba dejando que mi miedo –al demonio, y retrospectivamente, más aún al de Dios– determinara mis acciones, mis expresiones, mis pensamientos, y lo peor de todo, lo que no pensaba.
Ya no creo más en diablos, ni en Dios, al menos no del tipo que me enseñaban cuando era niño. Pero cargo conmigo las lecciones que aprendí acerca de la relación entre la información en manos de una distante autoridad y el control que ejerce esa autoridad. Ésta relación siempre ha sido entendida por aquellos que están en el poder.Es una relación que debemos recordar.

Por ahora, la mayoría de nosotros puede ver el curso principal de nuestra cultura: en los últimos siglos ha expandido implacablemente la región que domina desde su núcleo original en la antigua Mesopotamia –la “cuna de la civilización”– a través del Medio Oeste y el Levante, alrededor del Mediterráneo, en Europa, después África, las Américas, Asia, Oceania. Ejerciendo éste control, la cultura ha deforestado más del 90% del planeta, mermar más del 90% de las piscifactorías del mundo, destruído de forma similar la población de aves, las manadas de ungulados... Ha destruído, subsumido, o asimilado a la fuerza casi todas las culturas en su camino, hasta que la mayoría de esas otras formas de percibir y estar en el mundo se han olvidado. Todo ésto está claro. Éstos son hechos. Están más allá del debate 1.
De todas maneras sería un error pensar que éste movimiento hacia la tentativa de un control absoluto se extiende sólo hacia el mundo exterior. Se extiende igual de seguro dentro de nuestros propios mundos, dentro de lo que pensamos y de quiénes somos, con un control igual de completo y devastando de forma igual de severa que en el mundo exterior.

Imagina que estás sentado en una sala, rodeado de policías. O quizá estés rodeado de ejecutivos de una gran empresal. A veces la diferencia no está clara.
Te preguntan cosas, te muestran fotografías, te leen eslogans. No quieres responder. No les crees a éstos policías, a estos ejecutivos de grandes empresas. No les quieres dar información.
Pero lo haces. No hablando. No mediante un movimiento imperceptible de tus manos entrejutadas, ni por un movimiento de tus hombros. No te traicionas a tí mismo por un destello de un recuerdo, ni por el menor movimiento de tus ojos ni por el humedecimiento de tu piel por el sudor. En vez de eso te delata por las actividades de dentro mismo de tu cerebro. Tienen una máquina que puede leer esas actividades. Y no hay nada que puedas hacer respecto a eso. Lo saben. Consiguen la información que quiere.
O entras en una tienda. El ejecutivo de una gran empresa –o quizá sea un policía, a veces la diferencia no está clara– echa un vistazo a una pantalla, y después te saluda por tu nombre. No conoces a éste ejecutivo, a éste policía. Nunca en tu vida le habías visto. Pero sabe quién eres. Sabe dónde has comprado tu camiseta, y cuánto cuesta. Sabe lo mismo acerca de tus pantalones, calcetines, zapatos, mochila, coche. Puede saber tu historial bancario (credit history), tu historial médico, tu ficha de arrestos.
No eres tú. No está leyendo tu mente, como hicieron los policías (o quizá eran los ejecutivos de una gran empresa). Está leyendo tus ropas. Está leyendo cualquier objeto producido en masa que está en tu posesión. Está leyendo tu dinero. Los objetos contienen chips informáticos, ¿sabes? O mejor, contienen chips que tu no ves. Los chips son más pequeños que un grano de arena. Y baratos, 5 céntimos cada uno, y pronto, un sólo céntimo. Éstos chips están emitiendo información sobre tí contínuamente a cualquiera que tenga el receptor adecuado. Agentes de grandes empresas –o del Estado, quienesquiera que sean– saben cuánto has pagado por tu jersei, saben dónde estás, y saben dónde has estado.
Empiezas a descubrir cámaras allá donde vas. Al principio sólo estaban en lugares obvios, como casinos y centros comerciales. Pero después las empiezas a ver por todas partes, en cruces de calles, en escuelas, en hoteles. Las ves en aeropuertos, e incluso en campos de fútbol. No importa dónde estés, alguien es capaz de vigilarte, grabar tus movimientos. A veces éstos vigilantes, policías o quizá comerciales para grandes empresas, usan ordenadores para escanear tu cara y comparar éstos escaneos con otras caras de sus bases de datos, quizá vagos y maleantes, quizá criminales, quizá terroristas, quizá gente cuyas opiniones políticas no les gustan, quizá de la gente que compra (o no compra) sus productos.
O quizá estés loco. Paranoico. Has estado escuchando voces últimamente. No sabes discernir a veces qué pensamientos son tuyos, y cuáles perteneces a otra persona. Ni siquiera estás ya seguro de quién eres. ¿Quién eres? ¿Piensas tus pensamientos, o son los de otra persona?
Has leído que científicos de la universidad americana de Yale han estado haciendo estudios en los que utilizan máquinas que producen imágenes de las resonancias magnéticas, mostrando fotografías de lo que ocurre físicamente en el cerebro para detectar las respuestas de la gente frente a las fotografías. (Descubrieron, oh sorpresa, que mucha gente blanca que asegura no ser racista, y que de hecho no son particularmente racistas en el nivel consciente, sienten miedo cuando se les muestran fotografías de gente negra desconocida) Y sabes que la máquinas que producen imágenes de las resonancias magnéticas ya se están usando por las empresas de investigación de mercados para “medir las preferencias inconscientes de los consumidores analizando los patrones de actividad cerebral en respuesta a productos o mensajes2” Y si sabes que los investigadores de mercado están utilizando éstas máquinas, entonces probablemente ni puedas imaginar los usos que han imaginado para ellas la policía, el FBI y la CIA. Una pista: investigadores de la Universidad de Pennsylvania han descubierto que algunas partes de tu cerebro “se iluminan” (usando sus palabras) cuando se te muestra una cara que conoces o has visto antes3. Otra pista: científicos de Stanford están empezando a crear un mapa con las ondas magnéticas y eléctricas asociadas a pensar palabras o frases específicas. Tú piensas ésto, tu cerebro hace lo otro. Ya los científicos dicen “las tasas de reconocimiento, basadas en least-square criterion variaban, pero los mejores rondaban el 90%4”
Tienes derecho a guardar silencio. Pero no te hará ningún bien.
También sabes acerca de los chips de ordenadores. Están por todas partes. Aún no. Pero pronto. Katherine Albrecht escribió recientemente en Denver University Law Review “un nuevo sistema de rastreo de bienes de consumo llamado Auto-ID (ahora llamado RFID -siglas en inglés de etiquetas de Identificación por Radiofrecuencia) está listo para penetrar cualquier aspecto de nuestras vidas, y de profundas implicaciones para la privacidad de los consumidores. El Auto-ID combinatecnología de identificación por radiofrecuencia (RF) con ordenadores altamente miniaturizados que permiten a los productos ser identificados y rastreados en cualquier punto o lugar a lo largo de la cadena mercantil . El sistema podría ser aplicado a prácticamente cualquier objeto físico, desde bolígrafos a pasta de dientes, que tendría su información propia y única en forma de chip incrustado. El chip envía una señal identificativa permitiéndole comunicar con aparatos de recepción y otros productos incrustados con chips semejantes. Los analistas prevén un tiempo donde el sistema será usado para identificar y rastrear cualquier obejto producido en el planeta. El Auto-ID utiliza un esquema de numeración llamado CEP (código electrónico de producto) que permite proveer un identificador único a cualquier objeto físico en el mundo... Por ejemplo, cada paquete de cigarrillos, cada lata de refresco, cualquier bombilla o paquete de cuchillas de afeitar sería identificable de forma única a través de su número CEP. Una vez asignado, éste número se transmite a través de una etiqueta de Identificación por Radiofrecuencia (RFID) desde o hacia el producto. Éstas minúsculas etiquetas, se prevé que costarán en breve menos de un céntimo en 2004, están “entre el tamaño de un grano de arena y una mota de polvo” Se incrustarán directamente en la comida, ropa o recambios de coche durante el proceso de fabricación. Los aparatos de envío o recepción se usarán para recoger la señal transmitida por la etiqueta RFID. Sus partidarios imaginan una omnipresente red global de millones de receptores a lo largo de la cadena mercantil, en aeropuertos, puertos, autopistas, centros de distribución, almacenes, tiendas...y en casa. Ésto les permitiría, sin contratiempos, una contínua identificación y rastreo de objetos físicos mientras se mueven de un lado para otro, permitiendo a las empresas determinar las andanzas de todos sus productos en todo momento. Steven Van Fleet, un ejecutivo de International Paper, anuncia “Vamos a poner una etiqueta RFID en todo lo que se mueva en las cadenas mecantiles de Estados Unidos”, se entusiasmaba recientemente. El objetivo último del auto-ID es crear un “mundo físicamente conectado” dónde cada objeto del planeta esté numerado, identificado, catalogado y rastreado. Y la tecnología existe para hacer de ésto una realidad. Descrito como “un problema más político que tecnológico”, crear un sistema global “implicaría negociaciones y consenso entre diferentes países” Sus promotores dirigen sus esfuerzos a la aceptación a escala mundial de las tecnologías que se necesitan para construir la infraestructura necesaria en los próximos años5”
El centro de auto-ID del Massachussets Institute of Technology (MIT) tiene financiación o participación de multinacionales y universidades de Estados Unidos, Inglaterra, Australia, Japón y Suiza6. Sus patrocinadores incluyen Pepsi, Gilletee, Philip Morris, Procter&Gamble, Wal-Mart y (¿quién lo iba a decir?) el departamento de Defensa de los Estados Unidos7. En 2001 ésta banda cableó la ciudad de Tulsa, Oklahoma con RFID para comprobar si podían rastrear los objetos incrustados de auto-ID. Gillette, Wal-Mart y Tesco instalaron estanterías que podían leer ondas de radio RFID de máquinas de afeitar y productos parecidos9. El Banco Central Europeo está planeando incrustar etiquetas RFID en los billetes de euro en 2005. Hitachi Europa ya ha desarrollado un chip inteligente de 0,3 mm2 y fino como un cabello humano para que encaje en un billete. La producción masiva de éstos chips empezará en un año10
Y las cámaras. Las has visto con tus propios ojos. Sabes. Sabes.
Per quizá no sepas. Aún hay voces, diciéndote que estás loco, diciéndo que estás paranoico, diciéndote que no es para tanto, diciéndote que aquellos en el poder tienen cosas más importantes que hacer que observarte (cosas más importantes como rastrear los movimientos de cada rollo de papel higiénico, cada billete, cada persona: NO! ¡No pienses así! ¡No es correcto!) Las voces te dicen que aquellos en el poder tienen tus mejores intereses en su corazón. Los chips son para reducir el robo, las cámaras para aumentar tu seguridad, y las máquinas de imágenes de resonancias magnéticas...bien, si no tienes nada que esconder, ¿de qué tienes miedo?
Otro artículo, escrito no hace mucho, empezaba con la inolvidable primera línea “Ésas voces en tu cabeza podrían ser reales” Decía que los científicos han sido capaces de desarrollar la capacidad de proyectar un rayo de sonido tan dirigido que solamente una persona puede oir. Puede ser transmitido desde cientos de metros. Los militares, por supuesto, están extremadamente interesados en ésta tecnología11 Las microondas también pueden ser usadas para transmitir sonido. Se pueden dirigir pulsiones a tu cabeza, para que puedas llegar a pnesar que las oyes, o que incluso las piensas. Éstas pulsiones podrían ser moldeadas en palabras, en pensamientos12
Pero todo ésto es de locos, te dicen las voces. Nada de ésto puede ocurrir. Nada de ésto te podría pasar a tí.

Justamente hoy me he enterado que a los escolares de Akron, Ohio, se les están tomando las huellas dactilares para que puedan ser identificados cuando estén en las colas esperando la comida de la escuela13. Ésto me parece bastante absurdo. Los monitores de comedor “en el pasado” tenían pocos problemas a la hora de saber quién era el pequeño Juan y quién la pequeña Sonia, sin necesidad de huellas dactilares o carnets con fotos. Los monitores sabían quiénes eramos y a menudo se relacionaban con nosotros: imagínate! E incluso si grupos de niños de otras escuelas (o, el horror, niños educados en casa) se hubieran colado en nuestros comedores para robar la “carne misteriosa” subvencionada por la gente que paga sus impuestos, no imagino cómo podría haber sido rentable para el gobierno el volcarse en la alta tecnología.
De todas maneras sospecho que hay otras razones para tomar huellas dactilares. Especialmente si los estudiantes son niños negros, sería útil para la policía guardarlas en un fichero para su uso posterior: evita problemas a la hora de imaginarse cómo enviarles a la cárcel. Pero estoy seguro que hay otra razón que también funciona para cualquier niño de nuestra cultura, independientemente de la raza: forzar a los niños a soportar día tras día sentarse en filas, aburridísimos, rompe su voluntad y destruye su inteligencia suficientemente para prepararles para que tomen su lugar adecuado en la sociedad adulta, donde llevarán vidas de penoso trabajo, obediencia, tedio, empleo precario y silenciosa desesperación. Como escribe el investigador en desarrollo Laing escribió “los niños aun no son tontos , pero les vamos a convertir en imbéciles como nosotros mismos, con altos coeficientes de inteligencia si es posible14”. Así que ésta toma forzosa de huellas dactilares prepara a los niños para la edad adulta, en este caso para vidas en las que tendrán que someterse a vigilancia más o menos constante.
Saluda al siglo XXI.

Uno de los pioneros de la vigilancia moderna fue el filósofo utilitarista del S XVIII Jeremy Bentham, diseñador del Panóptico. El Panóptico es un anteproyecto para una prisión diseñada como un cilindro, con celdas radiandodesde el puesto central del guarda. No hay rincones ni recovecos donde los prisioneros se puedan esconder. Las celdas están siempre iluminadas mientras el puesto del guarda está oscuro. Ya que los prisioneros nunca pueden saber si o cuando están siendo observados, no tienen otra opción que asumir que están siendo vigilados en todo momento.
Aquí está lo que Bentham se propuso conseguir con el Panóptico “La moral reformada, la salud preservada, difuminación de la educación necesaria para el trabajo en fábricas, aligerar la carga pública, economía asentada (as it were, upon a rock), the gordian knot of the poor-laws are not cut, but untied todopor una simple idea arquitectónica”15
Quizá de forma más precisa, cualquiera que controlara el panóptico adquiriría un “nuevo modelo de obtener poder de mente sobre mente, en cantidad hasta ahora sin parangón”16
Bentham era ambicioso. Ese poder era para ser usado ampliamente para “corregir al incorregible, vigilar a los locos, reformar a los visiosos, confinar a los sospechosos, emplear a los holgazanes, mantener a los indefensos, curar a los enfermos, instruir a los dispuestos en cualquier rama de la industria, or training the rising race in the path of education: en una palabra, tanto si se aplicara para los propósitos de prisiones perpetuas en celdas de muerte como si se refiere a cárceles preventivas antes de los juicios, o casas-penitenciarias, o casas correccionales, o talleres de trabajo, o casas de locos, o hospitales, o escuelas”17
Así es como funciona: “es obvio que, en todos estos casos, lo más constantemente que las personas a las que se van a observar estén bajo los ojos de las personas que los observan, tanto más perfectamente se conseguirán los objetivos X del establecimiento. La perfección ideal, si éste fuera el objetivo, requeriría que cada persona debería estar en esa situación en todo momento. Siendo ésto imposible, lo siguiente que cabe desear es que, en cada momento, creyendo ser vigilado continuamente, y no pudiéndose convencer de lo contrario, la persona debería concebirse vigilada siempre”18
El Panóptico sirve como modelo para las modernas prisiones de supermáxima seguridad como la de Pelican Bay en Crescent City, California. Pero las ideas de Bentham han sido mucho más influentes que eso.
Es más, como Michel Foucault escribió en los años 70, el Panóptico se ha convertido en un modelo para toda la cultura. El Panóptico se ha convertido no sólo en una “simple idea arquitectónica”, si no también en una matáfora de las relaciones de poder que aseguran la civilización moderna”. Foucault dice “por lo tanto, el mayor efecto del Panóptico es: inducir en el recluso un estado de consciente y permanente visibilidad que asegure el funcionamiento automático del poder. Organizar las cosas para que los efectos de la vigilancia sean contínuos, aunque sea discontínua en realidad; que la perfección del poder debe tender a hacer del acto de la vigilancia algo innecesario; que éste aparato arquitectónico debe ser una máquina para crear y sostener una relación de poder independiente de la persona que la ejercita; en resumen, que los reclusos deben ser atrapados en una situación de poder en la que sean ellos mismos sus carceleros. Para conseguir ésto, es al mismo tiempo demasiado y demasido poco el que el prisionero deba ser contínuamente observado por un guarda: demasiado poco, porque lo que importa es que se sienta observado; demasiado, porque no hay en realidad necesidad de que sea así. En vista de ésto, Bentham dejó caer el principio de que el poder ha de ser visible y no verificable. Visible: el recluso tendrá siempre ante sus ojos el gran perfil de la torre central desde la que se le espía. No verificable: el recluso nunca debe saber si está siendo espiado en ningún momento; pero ha de estar seguro que siempre puede estarlo. Para poder hacer inverificable la presencia o ausencia del guarda, y para que los prisioneros en sus celdas, ni siquiera puedan ver una sombra, Bentham imaginó no solo persianas en las ventanas de la sala central de observación, además, en el interior, particiones que interseccionaban la sala en los ángulos adecuados, y para pasar de un cuarto a otro, no puertas, si no aperturas en zig-zag; el mínimo ruido o destello de luz, una luminosidad en una puerta medio abierta revelaría la presencia del guarda. El Panóptico es una máquina para disasociar la pareja ver/ser visto: en el círculo periférico, uno está totalmente expuesto, sin ver nunca; en la torre central, uno ve todo sin ser nunca visto” 19
Ésto ya es suficientemente malo, pero Foucault continúa “es un mecanismo importante, porque atomiza y desindividualiza el poder. El poder tiene su principio no tanto en una persona como en una distribución concertada de cuerpos, superfícies, luces, miradas fijas, todo en una distribución cuyos mecanismos internos producen la relación en la que los individuos quedan atrapados... Hay una maquinaria que asegura la asimetría, el desequilibrio, la diferencia. Consecuentemente, no importa quién ejerza el poder” 20

Cuando era muy jóven, a veces escuchaba la frase “el dinero es la raíz de todos los males”. Cuando fui ya mayor para analizarla yo mismo, me di cuenta que la frase era imprecisa. El apóstol Pablo (o los autores de la biblia del Rey James) en realidad dijo que el amor por el dinero era el problema, i yo crecí bastante orgulloso de corregir a mis mayores en este tema. Ahora siendo adulto he hecho el círculo completo y visto que mi entendimiento como niño era más cercano a la verdad. La única palabra que creo discutible es “todos”, ya que pienso que debemos dejar lugar a los males causados por el patriarcado, industrialización, naciones-estados, tecnologías militares, vivisección, Cristiandad y otras religiones institucionales (incluyendo al mismo apóstol Pablo), numbness and the designated hitter rule.
Dinero. Recuerdo como cuando era un niño los reversos de los billetes de dólar “me daban cosa”. A la izquierda de donde dice “In God we trust (En Dios confiamos)” –frase que me parecía raro estuviera en algo que es la raíz de todos los problemas– estaba el “Gran sello de los Estados Unidos”, con su pirámide truncada y su ojo que todo lo ve. Combinad mi entendimiento que el dinero es la raiz de todos los problemas con mi creencia que el diablo podía observar cualquiera de mis movimientos, y podéis haceros una idea de porqué nunca ponía un dólar al revés en mi mesita de noche antes de ir a dormir (es algo yanqui lo del dólar alreves??)
Desde entonces he aprendido que el ojo del reverso del billete de dólar no pertenece al diablo, si no al Dios que es esencialmente igual de horrible, o en el lenguaje secular del Departamento de Estado, a la providencia. Está ese ojo allá porque, tal como significa la frase latina “Annuit Coeptis” escrita sobre el ojo en el Gran Sello “el ojo de la providencia ha favorecido nuestra empresa “ (empresa en el sentido de misión, Nota del traductor). George Washington, cuya cara, por supuesto, aparece en el anverso del billete, bien dijo una vez en su discurso inaugural “Ninguna persona puede ser obligada a reconocer y adorar a la Mano Invisible, que dirige los asuntos de los hombres más que la Gente de los Estados Unidos. Every step, by which they have advanced to the character of an independent nation, seems to have been distinguished by some token of providential agency”21
Ciertamente la Guerra de la Independencia llegó en un momento providencial para Washington, uno de los hombres más ricos en los nuevos Estados Unidos. Su fortuna (y por supuesto podríamos decir lo mismo de esencialmente todas las fortunas, pero especialmente en este caso) estaba basada en tierras ilegalmente expoliadas a los indios. De hecho, su fortuna era tan fraudulenta que el gobernador británico de Virginia declaró los títulos de propiedad de esas tierras nulo e inválido. “Providencialmente” la Guerra de la Independencia estalló el mismo mes en que se produjo esa declaración del gobernador, salvando la fortuna de Washington22
No estoy seguro de si los indios, cuyas tierras estaban siendo robadas por Washington y otros muchos, entendían la pérdida de sus tierras y su forma de vida, lo que actualmente se llama genocidio, a la Mano Invisible de la providencia o bien a una cultura entera de gente rapaz determinada a coger cualquier cosa que pudiera ser convertida en dinero y destruir todo aquello que no entendían.
Annuit coeptus. “El ojo de la providencia ha favorecido nuestras empresas”
Tú y yo sabemos quién determina las acciones estimadas “providenciales”, o sea, ordenadas por el ojo que todo lo ve de Dios, y qué acciones se estimanan “no providenciales”, o sea, sujetas al ojo que todo lo ve del guarda en el centro del Panóptico.
De forma parecida, cuando aquellos en el poder ponen en el reverso del dólar “En Dios confiamos”, tenemos una buena idea de a quién se refiere el “nosotros” (los que confiamos), y en qué confiamos que haga Dios (mediado por aquellos en el poder)
El controlador del Panóptico se convierte así en dios, o mejor, en Dios. Dios omnisciente. Dios invisible. Dios with oversight both omnipossible and unverifiable. Dios innaccesible e unknowable. Dios mediado y representado por aquellos en el poder. Un Dios tan internalizado que nunca se nos ocurriría pensar que pueda ir contra Su palabra. ¿O es la palabra de aquellos en el poder? El Poder es Dios. El control es el camino hacia Dios. Aquellos en el poder son Dios.
Puede que el miedo a Dios fuera alguna vez suficiente para mantener a la gente obediente, pero para bien o para mal vivimos hoy en lo que percibimos como una sociedad más secular. ¿Y qué ocurre si aquellos de nosotros en las celdas empezamos a dejar de creer que hay alguien en el centro del Panóptico, que ya no estamos siendo vigilados? ¿Qué haremos entonces? ¿Cómo actuaremos? ¿Cómo actuaremos si ya no creemos en el pecado original, ya no creemos más que merecemos estar en esas celdas, bajo los ojos vigilantes de aquellos en el poder? ¿Qué pasa si ya no creemos necesitar su supervisión? ¿Qué haremos entonces?
¿Y qué harán aquellos en el poder?¿Cómo cambiarán y cómo harían para reemplazar al Hombre Antiguo que quizá ya no esté ahí?
O quizás es una forma incorrecta de plantear el tema. Quizá el Dios Antiguo en el centro del Panóptico nunca dejó de estar si no que simplemente cambió de forma. Quizá seamos vistos tan claramente como siempre lo hemos sido. Quizás las celdas sean aún más pequeñas, las luces más brillantes, el espacio fuera de nuestras celdas aún más ocuro.

Responder