mejor que si...., pero bueno, lo chungo es después de entrar, que se les hincha el nabo q no veasfeo escribió:lo de la kancion era una koña, por lo de komprarse el perro mas "guay"
Oye y si kieres kruzar tu bullterrier kon un chihuahua, lubrika primero
igualdad entre perros.
"La mejor forma de cultivar el internacionalismo es avanzar el proceso revolucionario social allá donde haya condiciones para ello."
la solucion seria no mezclar las razas para q no ubiera chuchos sin cualidades, si solo quereis los perros para os mueban le rabo, pues adelante, el fallo de las razas es q ya se hace la eleccion no por cualidades o personalidad si no por belleza, eso hace q los perros cada vez sean mas estupidos y menos salvajes.
viva españa
j0der cada cual que tenga el perro que le guste, que le caiga bien. sea de raza o no. Aunque yo preferiria tener uno de la perrera, ya que a los pobres los sacrifican en poco tiempo si no tienen amo, i no se lo merecen. Ademas de lo peor que se puede hacer es comprar uno. a mi personalmente me da igual de la raza que sea el perro, si me cae bien.
Por un lado, claro que cada uno tiene sus gustos y es respetable, pero por otro, no viene mal recordar un poco el asunto (de las razas de perros menos preferidas) que se pasa mucho por alto. Recordar de buen rollo, sin crispaciones.
Sólo hay una forma de saber si un hombre es honesto: preguntarselo. Y si responde "sí", entonces sabes que está corrupto.
-
khory_FF-77
- Mensajes: 14
- Registrado: 14 Ene 2006, 16:09
- Ubicación: madrid
- Hayis Mc Maton
- Mensajes: 3068
- Registrado: 24 Oct 2003, 18:51
- Ubicación: Korova Milk Bar
La escarola también es un organismo vivo y bien que se trafica con ella en los mercados.khory_FF-77 escribió:un perro no se kompra no es un objeto es un SER VIVO
Historia distinta es ver a un animal cualquiera encerrado en un cubículo de medio metro cuadrado.
Todos mis respetos a quienes deciden salvar a un gato, perro o lo que sea del dolor y la muerte adoptándole.
“Más vale una hora de trato que cien horas de trabajo”
Y muchos seres humanos también se venden a si mismos. El trabajo es prostitución asexualHayis Mc Maton escribió:La escarola también es un organismo vivo y bien que se trafica con ella en los mercados.khory_FF-77 escribió:un perro no se kompra no es un objeto es un SER VIVO
.
"La mejor forma de cultivar el internacionalismo es avanzar el proceso revolucionario social allá donde haya condiciones para ello."
- lady_samalkia
- Mensajes: 142
- Registrado: 05 Ene 2006, 13:18
Mis padres compraron un west highland white terrier, que costo una pasta, realmente xk pagaron x un perro puediendo adoptar a uno gratis y salvarlo de que lo sacrifiquen en la perrera????
[Cuando odiamos a una persona, odiamos en ella algo que está en nosostros mismos. Lo que no está en nosotros no nos inmuta] Hermann Hesse
El odio, igual que la fe, corrompe a las personas
A.M.V
El odio, igual que la fe, corrompe a las personas
A.M.V
-
khory_FF-77
- Mensajes: 14
- Registrado: 14 Ene 2006, 16:09
- Ubicación: madrid
por parte mía solo era un comentario. Boicot a todokhory_FF-77 escribió:y yooo he dixo k los seres humanos no se vendan¿..siempre sakais pegas a to..joer
los animales son muxo mas inocentes k las personas ni komparacion
"La mejor forma de cultivar el internacionalismo es avanzar el proceso revolucionario social allá donde haya condiciones para ello."
porque son ricos, my lady?lady_samalkia escribió:Mis padres compraron un west highland white terrier, que costo una pasta, realmente xk pagaron x un perro puediendo adoptar a uno gratis y salvarlo de que lo sacrifiquen en la perrera????
"La mejor forma de cultivar el internacionalismo es avanzar el proceso revolucionario social allá donde haya condiciones para ello."
-
Georg French
- Mensajes: 23
- Registrado: 08 Ene 2006, 22:01
Re: igualdad entre perros.
si hay igualdad entre perros que importa tener perros de raza?morire libre escribió:Bueno me gustaria que me dijeseis cuantos de vosotr@s teneis perros salvados de las perreras... me parece absurdo ir a una tiendecita a elegir perro por razas.. y ademas me parece muy triste q haya gente que encima solo admita perros de pura raza, las mezclas las komparan a una especie de minusvalia canina; aparte de estos creo que ya hay demasiados aburguesados kaprixosos k solo se prokupan por el aspecto del perro para presumir komo si fuesen trofeos a exibir ante la puta sociedad k intenta acer de nosotros esclavos. Y si, la intencion de este mensaje es promover la acogida de perros encarcelados en una perrera antes k incluso pedir por encargo un perfil determinado para perro.
No es justo despreciar a unos perros y "adorar" a otros solo por su aspecto, origen o raza.
te hago un ejemplo, si todos los perros fueran de la misma raza, como sabrias a cuales elegir para no discriminar a los demas? al fin y al cabo va a existir discriminacion. no todos los perros pueden tener una casa, siempre van a haber algunos en la calle.
- Hayis Mc Maton
- Mensajes: 3068
- Registrado: 24 Oct 2003, 18:51
- Ubicación: Korova Milk Bar
No tiene porqué, yo lo único que pongo a disposición del mayor postor, en plan mercenario, es mi fuerza de trabajo y parte de mi tiempo, jamás mi dignidad.MAS RÒNEK escribió:Y muchos seres humanos también se venden a si mismos. El trabajo es prostitución asexual.
“Más vale una hora de trato que cien horas de trabajo”
- loka_de_atar
- Mensajes: 422
- Registrado: 16 Dic 2005, 13:00
- Ubicación: mi kaaaaasa: Temblad , algun dia dominare el mundo XD
Aristóteles. Tipos de almas
Vegetativa (plantas)- las plantas no tienen sensaciones, que yo sepa.
Sensitiva (animales)- sensaciones; pero yo diría tambien sentimientos
Racional (personas)- inteligencia, sentimientos.
J. M. Bochenski (Introducción al pensamiento filosófico, Editorial Herder, Barcelona, 1986, pp. 76-85).
Fecha: 2005-01-27
Fuente: J. M. Bochenski.
http://www.geocities.com/Athens/Atrium/8978/DanelHombre
A todo esto tengo que decir que mi madre apareció un dia con un yorkshire terrier... yo amo realmente a los perros; mas que a algunas personas. Incluso me tengo planteado cuando tenga mi vida hecha comprar o okupar una casa enorme en un pueblo abandonado con mucha finca y hacer una guardería de perros. Me dan mucha pena; una vez llevé a un perro grande que abandonaron cerca de la casa de mi madre, a la protectora y puff.. es que no puedo verlos allí...
.
Vegetativa (plantas)- las plantas no tienen sensaciones, que yo sepa.
Sensitiva (animales)- sensaciones; pero yo diría tambien sentimientos
Racional (personas)- inteligencia, sentimientos.
¿Qué somos realmente nosotros mismos?
Es pues, ante todo, un animal y presenta todas las características del animal. Es un organismo, tiene órganos sensibles, crece, se nutre y mueve; posee poderosos instintos: el de conservación y de lucha, el sexual y otros, exactamente como los demás animales.
Si comparamos al hombre con los otros animales superiores, vemos con toda certeza que forma una especie entre las otras especies animales. Es verdad que los poetas han exaltado a menudo los sentimientos humanos con lenguaje maravilloso. Sin embargo, yo conozco algunos perros cuyos sentimientos me parecen más bellos y más profundos que los de muchos hombres.
Acaso no sea muy agradable, pero hay que confesar que pertenecemos a la misma familia. Los perros y las vacas son algo así como nuestros hermanos y hermanas menores. Para pensar así, no tenemos por qué acudir a las sabias teorías sobre la evolución de las especies, según las cuales el hombre vendría no ciertamente de un mono, como de ordinario se dice, pero sí de un animal.
Es, sin embargo, un animal raro. El hombre tiene muchas cosas que o no las hallamos en absoluto en los otros animales o sólo quedan en huellas insignificantes. Lo que aquí sorprende sobre todo es que, desde el punto de vista biológico, el hombre no tendría derecho alguno a imponerse así a todo el mundo animal, a dominarlo como lo domina y aprovecharse de él como el más poderoso caprichoso de la naturaleza.
El hombre es, en efecto, un animal mal dotado. Vista débil, apenas olfato, oído inferior: tales son ciertamente sus características. Armas naturales, por ejemplo, uñas, le faltan casi completamente. Su fuerza es insignificante. No puede correr velozmente ni nadar.
Por añadidura, está desnudo y muere mucho más fácilmente que la mayoría de los animales de frío, calor y accidentes parejos. Biológicamente, el hombre no tendría derecho a la existencia. Hace tiempo debiera haberse extinguido, como otras especies animales mal dotadas.
Y, sin embargo, no ha sucedido así. El hombre es dueño de la naturaleza. Él ha extirpado sencillamente una larga serie de animales peligrosísimos; otras especies las ha cautivado y convertido en criados domésticos. Él ha cambiado la faz de la tierra. Basta, en efecto, contemplar la superficie terrestre desde un avión o desde una montaña para ver cómo todo lo combina, arregla y cambia.
Ahora empieza a pensar en los viajes al mundo exterior, fuera de la tierra. No cabe hablar de extinción de la raza humana. Lo que se teme más bien es que se multiplique con exceso.
Ahora bien, ¿cómo es posible esto? Todos conocemos la respuesta: por la razón. El hombre, con toda su debilidad, posee un arma terrible: la inteligencia.
Es incomparablemente más inteligente que ningún otro animal, aun el más alto de la escala zoológica. Cierto que hallamos también vislumbres de inteligencia en los monos, gatos y elefantes. Pero son insignificancias al lado de lo que posee el hombre, aun el más sencillo. Esto explica su triunfo sobre la tierra.
Mas esto es una respuesta provisional y superficial. El hombre no sólo parece tener más inteligencia que los otros animales, sino también otra especie de inteligencia, o como se la quiera llamar. Así se ve por el hecho de que el hombre, y sólo él, ostenta una serie de cualidades completamente particulares.
Las más notables son las cinco siguientes: la técnica, la tradición, el progreso, la capacidad de pensar de modo totalmente distinto que los otros animales y, finamente, la reflexión.
La técnica primeramente. La técnica consiste esencialmente en que el hombre se sirve de ciertos instrumentos producidos por él mismo. También algunos animales hacen algo parecido. Un mono, por ejemplo, tendrá gusto en usar un bastón. Pero la producción, con miras a un fin, de instrumentos complicados con largo y paciente trabajo es típicamente humana.
Pero la técnica no es, con mucho, la única rareza del hombre. La técnica misma no hubiera podido desenvolverse si el hombre no fuera, a la par, un animal social, y social en un sentido absolutamente especial de la palabra.
Conocemos ciertamente otros animales sociales. Las termitas y las hormigas, por ejemplo, poseen una maravillosa organización social. Pero el hombre es social de otro modo. Forma, en efecto, la sociedad por la tradición. Ésta no le es ingénita, ni tiene nada que ver con sus instintos: la aprende. Y el hombre puede aprender la tradición porque posee, como no posee ningún otro animal, un lenguaje muy complicado. La tradición sola hubiera bastado para distinguir fuertemente al hombre del resto de los animales.
Gracias a la tradición, el hombre es progresivo. Aprende más y más. Y aprende no sólo un individuo -esto acontece también entre los otros animales- sino la sociedad, la humanidad. El hombre es inventivo. Mientras los otros animales transmiten rígidamente su saber de generación a generación, entre nosotros una generación sabe o, por lo menos, puede saber más que la precedente.
Y a menudo se producen grandes innovaciones dentro de una sola generación. Nosotros la hemos visto en nuestra misma vida. Lo chocante es que, al parecer, este progreso tiene muy poco que ver con la evolución biológica.
Biológicamente, casi no nos diferenciamos de los antiguos griegos, pero sabemos incomparablemente más que ellos.
Parece, sin embargo, que todo esto: la técnica, la tradición, el progreso, dependen de una cuarta cualidad, a saber, la peculiar capacidad que posee el hombre de pensar de distinta manera que el resto de los animales.
Esta diferencia o particularidad de su pensamiento no es fácil de reducir a una fórmula breve, pues es muy compleja. Así el hombre es capaz de abstracción. Mientras los otros animales piensan siempre con miras a lo particular y concreto, el hombre puede pensar universalmente.
A ello debe precisamente las mayores conquistas de su técnica. Basta pensar en la matemática, principal instrumento de la ciencia. Pero la abstracción no va sólo a lo universal. Abarca también objetos ideales, como los números y los valores.
De aquí depende ciertamente que el hombre parece poseer una independencia absolutamente única de la ley de la teleología biológica que domina todo el reino animal. Sólo voy a mentar dos rasgos muy sorprendentes de esta independencia: la ciencia y la religión.
Lo que el animal conoce está siempre ligado a un fin. Sólo ve o entiende lo que es útil para él o para su especie. Su pensamiento es del todo práctico. La cosa cambia en el hombre. Éste estudia objetos que no tienen absolutamente un fin práctico alguno, por el saber puro. El hombre es capaz de la ciencia objetiva y, efectivamente, la ha construido.
Acaso es todavía más notable su religión. Cuando vemos que en la costa sur del Mediterráneo, en que se da muy bien el vino, la viña se cultiva muy poco por habitar allí musulmanes, y sí, en cambio, en condiciones menos favorables junto al Rin y hasta en Noruega, en países cristianos; si observamos los grandes establecimientos o instalaciones en los desiertos en torno a lugares de peregrinación budistas o cristianos, hemos de decirnos que esto no tiene sentido económico ni biológico. Desde el punto de vista puramente animal, ello, realmente, carece de sentido.
Ahora bien, el hombre puede hacer esas cosas porque es, hasta cierto punto, independiente de las leyes biológicas del mundo animal. Esta independencia va más lejos aún. Cada uno de nosotros tiene la conciencia inmediata de ser libre; por lo menos en ciertos momentos, parece como si pudiéramos superar todas las leyes de la naturaleza.
Con esto va unida otra cosa. El hombre es -acaso sobre todo-capaz de reflexión. El hombre no mira, como parecen hacerlo todos los animales, exclusivamente el mundo exterior. Puede pensar en sí mismo, se preocupa de sí mismo, se pregunta por el sentido de su propia vida. También parece ser el único animal que tiene clara conciencia de que ha de morir.
Si se atienden todas estas particularidades del hombre, no puede sorprendernos que Platón, fundador de nuestra filosofía occidental, llegara a la conclusión de que el hombre es algo distinto de toda la naturaleza. Lo que le hace hombre -la psique, el alma, el espíritu- está ciertamente en el mundo, pero no pertenece al mundo. El hombre descuella por encima de toda la naturaleza.
Pero las mentadas particularidades del hombre forman sólo uno de sus aspectos. Ya hemos hecho notar que el hombre es a la vez un verdadero y pleno animal (demasiado animal a veces). Y, lo que es más importante, lo espiritual del hombre está estrechamente unido con lo puramente animal, con lo corpóreo. La menor perturbación en el cerebro basta para paralizar el pensamiento del más grande genio. Medio litro de alcohol es a menudo suficiente para transformar al más refinado poeta en una fiera salvaje.
Ahora bien, el cuerpo, con sus procesos fisiológicos, y no menos la vida instintiva animal es algo tan distinto del espíritu, que se impone la pregunta de cómo puede ser en absoluto posible la unión de ambos.
Tal es la cuestión central de la ciencia filosófica del hombre, de la llamada antropología.
A esta cuestión se le dan distintas respuestas. La más antigua y más sencilla consiste en negar simplemente que haya en el hombre algo más que cuerpo y movimientos mecánicos de lo corporal. Es la solución del materialismo riguroso.
Hoy se defiende raras veces, entre otras razones, por el argumento que contra ella opuso el gran filósofo alemán Leibnitz. Éste proponía, en efecto, imaginar el cerebro tan agrandado, que dentro de él pudiéramos movernos como en un molino. Entrados en él sólo veríamos movimientos de distintos cuerpos, pero nunca un pensamiento. Luego el pensamiento y sus parecidos han de ser algo completamente distinto de los simples movimientos de los cuerpos.
Naturalmente, puede contestarse que no hay en absoluto pensamiento ni conciencia; pero esto es tan patentemente falso, que los filósofos no suelen tomar del todo en serio tal afirmación.
Aparte este materialismo extremo, hay otro moderado según el cual existe ciertamente la conciencia, pero ésta es función del cuerpo; una función que sólo por su grado se diferencia de la de los otros animales. Ésta es teoría que hay que tomar más en serio.
Esa teoría se aproxima bastante a una tercera concepción que debemos a Aristóteles y que hoy parece recibir una fuerte confirmación de parte de la ciencia. La teoría aristotélica se distingue en dos puntos de la segunda clase de materialismo. En primer lugar, no tiene sentido contraponer unilateralmente las funciones espirituales al cuerpo.
El hombre, dice Aristóteles, es un todo, y este todo tiene diversas funciones: puramente fisicas, vegetativas, animales y, finalmente, también espirituales. Son funciones, todas, no del cuerpo, sino del hombre, del todo. Y la segunda diferencia está en que Aristóteles -lo mismo que Platón- ve en las funciones espirituales del hombre algo completamente particular que no se da en los otros animales.
Finalmente, platónicos estrictos -que tampoco hoy faltan- sostienen la opinión de que el hombre es, como lo ha formulado un malicioso adversario, un ángel que vive en una máquina, un puro espíritu que pone en movimiento un puro mecanismo. Este espíritu, como ya hemos notado, se concibe como algo completamente distinto del resto del mundo. No sólo el filósofo francés Descartes, sino también muchos existencialistas actuales defienden con múltiples variantes esta doctrina. Según ellos, el hombre no es el todo, sino sólo el espíritu o, como se le llama actualmente a menudo, la existencia.
Si bien se mira, se trata aquí de dos cuestiones: ¿Hay en el hombre algo esencialmente distinto que en los demás animales? ¿En qué relación está ese algo con los otros elementos de la naturaleza del hombre?
Todavía hay otra cuestión fundamental en torno al hombre, cuestión a la que ha dado expresión precisa la filosofía de las últimas décadas, la llamada filosofía existencial y el existencialismo.
Hemos efectivamente considerado distintas particularidades del hombre que le dan cierta dignidad y por las que descuella por encima de todos los animales. Pero el hombre no es sólo eso. Es también -y, por cierto, merced a tales cualidades particulares- algo incompleto, inquieto y, en el fondo, miserable. Un perro, un caballo come, duerme y es feliz (en cuanto le dejamos nosotros serlo). No necesitan nada más allá de la satisfacción de sus instintos.
En el hombre no es así. El hombre se crea constantemente nuevas necesidades y jamás está satisfecho. Una invención completamente especial del hombre es el dinero, del que no tiene nunca bastante. Parece como si, por esencia, estuviera destinado a un progreso infinito y como si sólo lo infinito pudiera satisfacerle.
Pero a la vez el hombre y, a lo que parece, sólo el hombre tiene conciencia de su finitud y, sobre todo, de su mortalidad. Estas dos cualidades juntas dan por resultado una tensión por la que el hombre se nos aparece como un enigma trágico. Parece como destinado a algo que no puede en absoluto alcanzar. ¿Cuál es, pues, su sentido; cuál es el fin de su vida? Desde Platón, los mejores de entre nuestros grandes pensadores se han esforzado en hallar la solución a este enigma. Esencialmente, nos han propuesto tres grandes soluciones.
La primera, muy difundida en el siglo XIX, afirma que la necesidad de infinito se satisface identificándose el hombre con algo más amplio que él mismo, sobre todo la sociedad o la humanidad. No tiene importancia alguna, dicen estos filósofos, que yo tenga que sufrir, fracase y muera. La humanidad, el universo prosigue su curso. Más adelante tendremos que hablar aún de esta solución.
Basta decir aquí que la mayoría de los filósofos actuales la tienen por insostenible. En lugar de resolver el enigma, esta solución niega el dato, es decir, el hecho de que el hombre desea para sí el infinito, para sí como hombre particular, como individuo, y no para una abstracción como la humanidad o el universo. A la luz de la muerte se ve bien lo hueco y falso de esta teoría.
La segunda solución, muy difundida actualmente entre los existencialistas, afirma radicalmente que el hombre no tiene sentido alguno. Es un error de la naturaleza, una criatura mal hecha, una pasión inútil, como ha escrito alguna vez Sartre.
El enigma no puede ser resuelto. Nosotros seremos eternamente una cuestión trágica para nosotros mismos.
Pero hay también filósofos que, siguiendo a Platón, no quieren sacar esa conclusión. No pueden creer en algo tan sin sentido de la naturaleza. Tiene que haber, según ellos, una solución al enigma del hombre.
¿En qué puede consistir esa solución? La solución sólo puede estar en que el hombre alcance de algún modo lo infinito. Ahora bien, en esta vida no lo puede alcanzar. Si hay, pues, una solución del problema del hombre, éste ha de tener su fin y sentido en el más allá, fuera de la naturaleza, allende el mundo. ¿Pero cómo?
Según muchos filósofos desde Platón, la inmortalidad del alma es demostrable. Otros, sin creer en una demostración estricta, la admiten. Pero tampoco la inmortalidad aporta una respuesta a la cuestión. No se ve, en efecto, cómo el hombre alcanza en la otra vida lo infinito. Platón dijo una vez que la respuesta última a esta cuestión sólo podía darla un dios. Había que esperar una palabra divina.
Pero esto ya no es filosofía, sino religión. El pensamiento filosófico plantea aquí, como en otros terrenos, la cuestión. Nos lleva a un límite en que el hombre contempla en silencio la oscuridad ya no aclarable racionalmente, es decir, filosóficamente.
J. M. Bochenski (Introducción al pensamiento filosófico, Editorial Herder, Barcelona, 1986, pp. 76-85).
Fecha: 2005-01-27
Fuente: J. M. Bochenski.
http://www.geocities.com/Athens/Atrium/8978/DanelHombre
A todo esto tengo que decir que mi madre apareció un dia con un yorkshire terrier... yo amo realmente a los perros; mas que a algunas personas. Incluso me tengo planteado cuando tenga mi vida hecha comprar o okupar una casa enorme en un pueblo abandonado con mucha finca y hacer una guardería de perros. Me dan mucha pena; una vez llevé a un perro grande que abandonaron cerca de la casa de mi madre, a la protectora y puff.. es que no puedo verlos allí...
.
NO HAY DEMO SIN ACRACIA.
-·´¯`·._.·¤Una pequeña chispa engendrará el incendio¤·._.·´¯`·-♀MUJERES INSUMISAS♀
-·´¯`·._.·¤Una pequeña chispa engendrará el incendio¤·._.·´¯`·-♀MUJERES INSUMISAS♀