Crítica a la Alianza Comunista Libertaria

Presente y futuro de la Lucha Obrera, así como la validez, aciertos y contradicciones de las formas de organización de la Clase Trabajadora. Seguimiento de conflictos laborales, huelgas, etc.
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Ricardo Fuego
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Crítica a la Alianza Comunista Libertaria

Mensaje por Ricardo Fuego » 28 Oct 2005, 05:20

Contra todos los partidos, por la autoemancipación de la clase

Crítica del texto "El anarquismo revolucionario y los partidos políticos"*, elaborado por la Alianza Comunista Libertaria (26/11/04).

Ya decía Engels, en su controvertido -para los anarquistas- texto «Sobre la autoridad» de 1873, que no se resuelve nada con cambiar las cosas de nombre. Y esta misma crítica se verifica con creces en el caso de la ACL.

Para ir al grano, prescindiré de las cuestiones que no son centrales para la discusión en torno a la forma partido y a su aplicación en la corriente anarquista.


1

La ACL comienza afirmando la necesidad de una organización formada "únicamente por los elementos más entregados y abnegados a la causa revolucionaria". El por qué la ACL identifica, a priori, esta necesidad con la forma partido, ella no lo explica, y esto precisamente en un documento que pretende "esclarecer un poco la cuestión" del partido. Por otra parte, aunque parezca un problema superficial, hay que decir que nosotros no entendemos nuestro compromiso con la lucha por la transformación comunista de la sociedad como un compromiso con la "causa revolucionaria", sino con l@s obrer@s reales, con su emancipación como individuos y como colectivo (o sea, como "totalidad concreta", hablando en términos más abstractos). Hablar de "causa revolucionaria" significa equiparar, conceptualmente, "emancipación de l@s obrer@s" y "programa revolucionario", lo cual es, ya en sí mismo, un rasgo ideológico de los partidos: identificar su propio programa con los intereses generales de la clase que afirman representar.

Bakunin y Marx vivieron en una época en la que las consecuencias de la forma partido -y en general de las formas de organización, acción y pensamiento nacidas para la lucha por reformas- no se habían desarrollado más que parcialmente y eran aún contrapesadas por el papel progresista de esas organizaciones reformistas. Así, dichas formas de organización podían ser vistas todavía como susceptibles de adquirir un contenido revolucionario. El problema se presentaba, pues, como un problema de "dirección", se entienda ésta en términos de dirección de abajo a arriba o de arriba a abajo. Pero la historia de la lucha de clases durante el siglo XX ha demostrado que esta apreciación era errónea, el fruto de una percepción ilusoria ligada a una situación histórica temporal. El último siglo de luchas de clases ha demostrado que esas formas de organización tradicionales de la clase obrera no sirven para avanzar hacia la revolución: al contrario, tienden a convertirse en los agentes del capitalismo dentro del proletariado, impidiéndole que lo destruya o desviándole del camino de su superación, hacia el capitalismo de Estado.

A este último respecto, es necesario decir que, así como el "socialismo de Estado" es una ilusión, lo mismo lo es si se trata de un "socialismo de Estado" dirigido por un partido como de un socialismo dirigido por los sindicatos "libertarios" o por una organización específica anarquista. En realidad, lo mismo da si los "revolucionarios" dirigen la vida social de abajo a arriba o de arriba a abajo, pues de lo que se trata es de que "dirigen", de que la división dirigentes/dirigidos persiste. Entonces, la masa sigue ocupando en la práctica social la misma posición subordinada que antes. La autoridad ideológica engendra de este modo la autoridad política y viceversa; la relación política en que se funda el Estado tal y como lo conocemos, el Estado de la sociedad de clases, es reconstituida. El ejemplo del papel de la CNT y la FAI en la Revolución española es significativo (al contrario de lo que dice la ACL, Los Amigos de Durruti fueron una fuerza de oposición incipiente tanto al reformismo y colaboracionismo de la CNT como de la FAI, pues ambas organizaciones estaban fuertemente entrelazadas).

La verdadera democracia obrera no puede ser una mera forma, tiene ser a la vez el fundamento vivo de la autoactividad misma de la clase, la expresión de su acción consciente. Por eso, la auténtica democracia de masas sólo puede ser el resultado de la elevación en cantidad y calidad de la autoactividad de esas masas y del desarrollo de su conciencia revolucionaria, y esto es antagónico al papel del partido y a la "dirección política" de la clase por parte de cualquier organización especializada.


2

La ACL pretende incluso presentar a Bakunin como el primer defensor del partido revolucionario, frente a Marx, que según ellos -se deja implícito- sería en todo caso una especie de "imitador" de aquella idea. Pero nada más lejos de la realidad. Marx comprendió, a diferencia de Bakunin, que la tendencia histórica no iba hacia el declive del capitalismo, sino a su ascenso sostenido durante un tiempo prolongado. Por eso se orientó hacia la participación en las organizaciones reformistas y a intentar introducir en ellas progresivamente el programa revolucionario -lo cual es una táctica muy discutible, pero esto no nos incumbe ahora-.

La ACL cita a Bakunin precisamente donde éste cae en lo que es la tradición jacobina-blanquista-leninista del partido revolucionario. Para Marx, el partido revolucionario era la expresión, bajo una forma de agrupamiento organizada y autoconsciente, de la constitución del proletariado en clase, de su capacidad para actuar como clase para-sí. Era el resultado de un proceso de maduración histórico del proletariado a través de la lucha de clases. Esto nada tiene que ver con la teoría sobre la vanguardia en que se basa Bakunin y, con él, también los blanquistas y más tarde los bolcheviques. Aquí tampoco vamos a discutir la teoría de la vanguardia, sólo señalamos que en esta tradición política -de origen burgués- vanguardia y partido revolucionario se consideran sinónimos, esto es, se identifica el papel de la vanguardia con "dar a estas masas una dirección realmente revolucionaria" (Bakunin). Esta frase podría también haberla dicho Lenin o cualquiera de sus seguidores.

Bakunin tiene razón en la necesidad de diferenciar entre vanguardia y masa, pero tampoco clarifica mucho más el asunto. Además, en la cita que recoge la ACL él habla de un caso concreto, lo que no explica: 1º) si él entiende esta dicotomía vanguardia-masas como algo relativo y determinado por la práctica real en la lucha de clases, o 2º), si él define a la vanguardia solamente en función de la conciencia intelectual y, 3º) si considera la división vanguardia-masas como algo estanco, en lugar de entender estos conceptos como relativos al movimiento que se analiza (por ejemplo, en una lucha obrera concreta un sector desempeña un papel de vanguardia impulsando y orientando la lucha, pero esto no quiere decir que sean "revolucionarios convencidos" ni mucho menos). La identificación del término "vanguardia" con "revolucionario dotado de conciencia intelectual" es también un residuo del blanquismo, que se remonta claramente y directamente al jacobinismo y más en general a la praxis de la revolución burguesa.


3

Para la ACL su "organización revolucionaria" específica tiene que "concientizar a la clase trabajadora de su papel histórico revolucionario". Su oposición al concepto de partido sólo tiene validez real si nos referimos a los partidos en el sentido más convencional, esto es, a los explícitamente estatistas. Pues el ejercer el poder por un partido, da igual que se base en la autoridad política explícita o en la autoridad moral/ideológica -esto último como quieren los anarquistas-, significa en la práctica la misma relación mecánica y unilateral entre vanguardia-masas, sociedad civil-poder político organizado, y en general entre práctica y teoría.

La teoría es considerada unilateralmente como determinante de la práctica, y de este modo la "organización revolucionaria" tiene que llevar la teoría a las masas. Se ve que el problema de Lenin con los anarquistas típicos es que tuvo la mala suerte de decir abiertamente lo que ellos ya pensaban para sus adentros: (parafraseándole en un lenguaje coloquial:) "la masa es demasiado estúpida para llegar por sí misma a la conciencia del socialismo, por eso la conciencia socialista tiene que venir de fuera".

Para nosotros, en cambio, no es la teoría revolucionaria la que determina la existencia de una práctica revolucionaria, ni es el programa de una organización lo que determina el devenir revolucionario de la lucha de clases. Es, a la inversa, la existencia de una práctica revolucionaria lo que determina el surgimiento del pensamiento revolucionario y es la lucha de clases la que determina con su devenir los programas de las organizaciones. Una teoría o un programa no puede existir independientemente de la praxis, salvo en la forma de una existencia suprahistórica "de salón" o en una biblioteca junto con otros libros cuya única finalidad es el disfrute de su lectura. Si no existe práctica revolucionaria, la pretensión de sostener unos planteamientos teóricos revolucionarios apoyados en ella se convierte necesariamente en una mistificación de la realidad.

La clase obrera no se hará consciente de su poder social y de su capacidad revolucionaria gracias al voluntarismo y la propaganda de la ACL u otras organizaciones similares, sino gracias al despertar y desarrollo de su autoactividad -esto es, de su energía y capacidades totales- a través de la lucha de clases, y del esfuerzo colectivo ligado a ella.

Lo que tienen en común todos los partidos políticos es que conciben la "concienciación" de l@s trabajadores/as como un resultado de la razón intelectual, en lugar de ver el pensamiento racional, a nivel del contenido, como un mero derivado de la experiencia. Al papel salvador de los "intelectuales de la revolución" (sean intelectuales profesionales, por afición o por esfuerzo autodidacta) corresponde el papel salvador del pensamiento racional, o sea, de la diosa Razón de la Ilustración burguesa que grita: ¡Que lo racional se haga real!. Pero la realidad se revuelve y le responde duramente: ¡Soy yo quien hace lo racional!


4

La ACL dice que considera "inapropiado" presentarse como un "partido obrero", pero lo afirma sólo por motivos tácticos y para diferenciarse de sus competidores, los partidos reformistas y leninistas. Nosotros, los comunistas de consejos, no buscamos, en cambio, "competir" con ninguna otra organización. Nuestros esfuerzos se dirigen a ayudar a la clase a desarrollarse por sí misma, no a enfrentarnos con otros "partidos". Sólo hacemos esto último cuando prácticamente es necesario para la clarificación de la clase (nótese que, cuando hablamos de "clarificación de la clase", siempre hablamos de un proceso colectivo en el que la vanguardia revolucionaria tiene su papel específico, pero que no deja de ser por ello un proceso "horizontal"). En definitiva, la ACL sólo critica, por un lado, a aquellos partidos que refuerzan las ilusiones en "las elecciones y los parlamentos" y -como luego detallan- por otro lado a los leninistas (no se sabe por qué hacen esta diferenciación tan marcada, cuando hoy en día son prácticamente insignificantes los partidos leninistas que no son electoralistas y parlamentaristas).

Cuando la ACL critica la concepción leninista del partido lo hace afirmando que su posición se diferencia de la del bolchevismo en que atribuyen al "frente de masas" la co-representación de los intereses de la clase obrera junto con la organización de vanguardia, mientras que -según ellos- en el caso del bolchevismo éste sólo reconocería al partido como representante de los intereses de la clase obrera. Esto es, en primer lugar, falso, ya que el bolchevismo concibe al partido como el "portador" de la conciencia revolucionaria, no afirma que las masas y sus grandes organizaciones sean absolutamente inconscientes. Lo que predica el bolchevismo es la subordinación de las organizaciones de masas al partido, en nombre de la "causa revolucionaria".

Aclarado esto, puede comprobarse que no hay tantas diferencias entre el bolchevismo y el bakuninismo de la ACL. Una sola afirmación de ésta última lo deja bien claro: la función de la vanguardia organizada no es ayudar a la clase a desarrollarse como sujeto autónomo, aportando elementos de clarificación, impulsando adelante la lucha y la organización, etc.; es "disputar" la "dirección" a las otras tendencias no revolucionarias.

La segunda diferencia que menciona la ACL es que, para ellos, el partido leninista quiere el poder estatal para sí, y para ello pone sobre la mesa su superioridad intelectual, mientras que la "organización política anarquista" (todo sea por no hablar de "partido político anarquista") quiere destruir el poder estatal existente. O sea, aquí la ACL no ha aclarado nada: el leninismo quiere tomar el poder del Estado existente o bien de otro nuevo; la ACL quiere destruir el poder estatal existente... ¿y luego qué?

La ACL no aclara nada de esto, sólo repite los mismos tópicos. Lo que ocurre con el poder político real es un misterio. En lugar de intentar al menos dar una pista, la ACL postula la identidad: "tomar el poder político" = "imposición de una minoría sobre la masa". Después, sin embargo, dice que su objetivo es "la construcción del poder popular proletario, constituido de abajo a arriba, todo el poder fundido en la colectividad del pueblo trabajador a través de sus órganos de decisión asamblearios y horizontales". Estos planteamientos sólo resultarán satisfactorios para los creyentes en una ideología. Lenin supo muy bien utilizar argumentos prácticos contra aquellos que criticaban la teoría leninista. Él les diría: "¿es que acaso todo el pueblo trabajador tomará directamente todas las decisiones, es que acaso todo el pueblo tiene la capacidad para tomar esas decisiones?". Entonces la cuestión quedaría, al menos, situada en el terreno verdaderamente práctico.


5

La auténtica cuestión del partido es la siguiente: ¿autodeterminación de las masas o dirección de las masas por una minoría organizada?

En realidad, con todo, la ambigüedad de la concepción de la ACL no es un error sino, como se ve en cualquier "organización específica" anarquista, una expresión de sus verdaderas concepciones prácticas sobre la "dirección".

Nosotros defendemos la "autodirección" del proletariado. Sabemos que esto no es completamente posible en las condiciones de la esclavitud asalariada y que sólo puede ir desarrollándose con el tiempo y el esfuerzo colectivo; por eso consideramos que, cuando la masa se limita a asumir las orientaciones de una minoría, se trata de un hecho propio de la sociedad burguesa y que debe ser superado, poniendo la atención y el esfuerzo que sean posibles en evitarlo. Porque, incluso si estas orientaciones son avanzadas y llevan a la clase a un estadio de organización y conciencia superiores, en última instancia son también, llegado a un punto, un obstáculo a su emancipación efectiva. Es decir, valen mientras la lucha de clases se limita a objetivos reformistas, pero son antagónicas con la preparación del proletariado para el comunismo.


6

Sobran comentarios sobre la parte histórica del texto que habla de los anarquistas rusos y ucranianos, de Los Amigos de Durruti, etc. Sólo cabe señalar que se reitera la misma idea: "la necesidad de constituirse en dirección revolucionaria consciente". Como menos, este tipo de frases sólo sirven para mantener la hegemonía del revolucionarismo burgués dentro del proletariado. La ACL quiere ver siempre en los grupos revolucionarios la expresión de una voluntad de dirigir en un sentido revolucionario a un movimiento que no lo es.

En realidad, lo que ocurre es que la ACL tiene una concepción bastante más próxima al vanguardismo leninista de lo que cree, y esto le impide ver otros muchos matices que existen en la teoría anarquista y que apuntan en otra dirección.

Sin ir muy lejos, la teoría de la espontaneidad resalta precisamente la capacidad de la clase obrera para crear sus propias organizaciones y elevarse a la conciencia revolucionaria, con lo cual el papel de la vanguardia no es "dirigir" esa espontaneidad de acuerdo con el programa revolucionario, sino traducir a términos racionales esa experiencia espontánea y elaborar, con toda la experiencia histórica acumulada por la clase y por la humanidad, una teoría revolucionaria lo más desarrollada posible. Luego esta teoría se lleva de nuevo a la masa para que le sirva en su propio proceso de autodesarrollo como clase consciente, y allí se somete a la prueba de la práctica. Se trata, pues, de elevar la espontaneidad de las masas hasta hacerla plenamente consciente.

Por otra parte, hay que decir que pocos anarquistas han comprendido el sentido profundo de la controvertida frase de Bakunin de que los revolucionarios organizados debían ser como una "dictadura invisible pilotando la revolución" (lo cito de memoria, pero más o menos son sus palabras. Aquí revolución tiene el sentido de proceso revolucionario de masas). Lo que Bakunin trata de explicar es algo que sólo se puede comprender cuando se ha estado en un movimiento práctico espontáneo: que es posible tener una influencia determinante sobre los acontecimientos sin necesidad alguna de formas de poder especiales. Y en esta categoría nosotros incluímos tanto las formas de poder "centralistas" como las "morales" que operan de abajo a arriba (en realidad, ambas formas de poder están siempre interrelacionadas: la autoridad moral abajo implica, en potencia, centralismo arriba, y viceversa).


7

De lo que se trata, para nosotros, es de que la clase convertida en sujeto activo es quien decide hacer suya la expresión teórica que más se corresponde con su experiencia y su voluntad (y éstas últimas son frecuentemente contradictorias). No necesitamos para ello ni autoridad política ni intelectual, sólo ser parte de la comunidad de la clase y realizar una labor de difusión de nuestros planteamientos ligada a esa comunidad, que dentro del capitalismo es todavía principalmente una comunidad de lucha.

En conclusión, lo que la ACL realiza es una repetición del bakuninismo en lugar de desarrollar el anarquismo hasta posiciones más avanzadas. Se puede argumentar que esta es una afirmación pretenciosa. No obstante, lo que he pretendido demostrar en este texto es que la propia teoría de la ACL es un cúmulo de frases rodeadas de ambigüedades, no un desarrollo más completo y elevado de la teoría bakuninista original; de modo que, si no hay un esfuerzo por reforzar la teoría inicial, mucho menos lo habrá por intentar evaluarla críticamente a la luz de los acontecimientos históricos y las dificultades de la lucha de clases actual.

La conclusión de la ACL no es otra cosa que una afirmación acabada de lo que pretendía negar totalmente: el partido como elemento autoritario en el movimiento de clase. Y esto ocurre por una razón muy sencilla: porque el partido es, en esencia, un elemento autoritario. Cualquier organización que adopte las características y funciones esenciales de un partido político tiene que ser una organización autoritaria. Cualquier intento de atribuirle un papel emancipador sólo puede resultar en una mistificación: en superponer una ideología revolucionaria a una organización que en la práctica no actúa de modo revolucionario, y esto, por supuesto -no lo dudamos aquí- a pesar de la voluntad de sus miembros, que consideran su propia práctica desde una forma de conciencia ilusoria.


8

Cuando la ACL afirma que su pretensión es "insertar nuestro programa socialista libertario en [los movimientos populares] y conducir las luchas populares por un sendero anti-capitalista", lo está diciendo todo. Quien no sepa ver aquí a un "partido revolucionario" más, sin ninguna diferencia esencial con todos los demás que así se proclaman, es que está ciego. Y resulta ridículo, a pesar de todas las buenas intenciones, pensar que cualquiera de los defectos de ese partido se compensará en virtud del "poder popular horizontal y asambleario": ¡Oh, bendida asamblea! ¡Oh, horizontalidad salvadora!.

Esto no es más que el vulgar fetichismo de la democracia directa llevado hasta la náusea. Cualquier anarquista serio sabe que la democracia directa requiere de órganos delegativos; pero la ACL se obstina en encubrir la realidad y dice "poder horizontal y asambleario". ¿Es que acaso "poder horizontal" y "poder asambleario" son dos cosas distintas? A decir verdad, la ACL va más allá que los primeros bakunistas con sus vaguedades (que tuvieron mucho que ver en crear prejuicios sobre el anarquismo e impedir reconocer sus importantes aportaciones a la teoría revolucionaria). No sólo creen que para resolver el problema del partido y del poder basta con cambiar las cosas de nombre: además pretenden repetir una y otra vez los términos para crear una ilusión de que "todo es horizontal", "todo es asambleario", etc.. Así formulado, este poder no es sólo "utópico" en relación a las condiciones históricas en que ha de librarse la lucha por llevar adelante la revolución proletaria, es más bien "fantástico" en cualesquiera condiciones.

En cualquier caso, decirle al compañero Daniel -quien nos ha enviado el texto- que su intervención en el foro del CICA demuestra mayor claridad que la ACL. Espero que esta aportación sirva para resituar el debate sobre la cuestión del partido en términos más concisos.

Roi Ferreiro, 04.08.2005.
roiferreiro@mixmail.com

* El texto original puede encontrarse en esta página: http://www.geocities.com/juventuda/partidos.htm

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bakuninista
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Mensaje por bakuninista » 28 Oct 2005, 19:14

Es el proletariado, todo él, como clase,(y no una fracción de la clase) quien tiene el poder social para derribar al capitalismo mundial; su fuerza se encuentra en el papel que asume como principal motor de las formas de producción capitalistas.

Pero la naturaleza misma de la vida social, hace que sólo sea una parte de esa clase (en determinados momentos) y una parte de los individuos de la sociedad en general (como podrían ser los estudiantes de la pequeñoburguesia) quienes tienen elaborado, por decirlo así, un mapa macrosocial, que les da una visión general de como funciona la sociedad de clases. El documento posteado por Paul_Mattick nos deja a entender que esa minoría con inquietudes revolucionarias, que se dipone a luchar por los intereses historicos de los explotados contra los explotadores, sencillamente debe de abandonar todo intento por constituirse en una minoria activa que impulse al proletariado a desatar su fuerza para derribar al capitalismo, porque según el autor esto esto sería adherir a la tradición "jacobina, blanquista, leninista".

¿Que debemos hacer entonces los que ya hemos pasado por el proceso de ruptura con el capitalismo y queremos destruirlo; quedarnos sentados a esperar a que el proletariado entero llegue a esa misma instancia de conciencia o ayudar a que el proletariado pueda desarrollar por sí mismo esa conciencia lo mas rapido posible?

Que no se nos trate de emparentar con el marxismo-bolchevismo, porque no tiene sentido, mucho antes que los consejistas y de la existencia misma del bolchevismo, Bakunin previno al movimiento obrero de una dirección con determinadas caracteristicas (caracteristicas que se encuentran, por ejemplo, en las tendencias partidistas del mismo Marx).

El grave error que comete el autor, es querer ubicarnos junto a los bolcheviques por reivindicar la idea de la "dirección revolucionaria". Aqui el problema no es en sí la dirección, sino que tipo de dirección es la que se busca levantar. Mientras el bolchevismo pretende ganar simpatía entre las masas, subordinarlas y después hacer que estas lo lleven al Estado; el Anarquismo Revolucionario, por su parte, busca dirigir al proletariado hacia su autoorganización y su propio autogobierno.

En todo proceso social hay direcciones, que no sólo deben de ser entendidas como "jefes" (este es otro error), sino como programas, alternativas, caminos a seguir. Durante cualquier proceso revolucionario en el mundo surguen estas direcciones y son las masas, las que en última instancia deciden cual tomar. La dirección anarquista en ese caso, no seria otra que fomentar la autoorganización proletaria de abajo a arriba, mediante sus comites de fabrica, semillas de sus consejos obreros, a través de las asambleas barriales, de consejos campesinos, todo ello con su respectiva democracia directa, sus delegados con mandato imperativo, etc. Eso es, por lo que entiendo, lo que busca el comunismo de consejos ¿se oponen a ello? Y si gracias a su trabajo militante y propaganda, logran que el proletariado rompa con todas las tendencias autoritarias ¿No se está dando en los hechos una dirección consejista?

Tienen el mismo problema que tienen ciertos anarquistas cuando se les habla de poder. A ustedes se les habla de dirección y se les vienen a la mente los procesos de Moscu, como a esos anarquistas cuando se les habla del poder.

Hat todavía muchas cosas sobre las cuales me gustaría extenderme, pero que por cuestiones de tiempo no puedo hacer en este momento. Pero espero desarrollarlas lo mas pronto posible.

Saludos Revolucionarios.

cegetero
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Mensaje por cegetero » 29 Oct 2005, 22:42

A qiien modere este foro: por favor, no creo que se un tema relacionado con el anarcosindicalismo, la Atonomía obrera y asuntos laborales , tal y como se titula.
Es mi opinión y si coincidiera con la de más anarcosindicalistas, y con la tuya, deberías pasarlo a otra parte. Salud

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Ricardo Fuego
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Re: Breve respuesta al CICA.

Mensaje por Ricardo Fuego » 31 Oct 2005, 08:28

Antes que nada, estoy completamente de acuerdo en que este texto no encuadra dentro del anarcosindicalismo ni de los asuntos laborales, pero sí se encuadra dentro de la autonomía obrera.

Si existe en la comunidad otro foro para la discusión de teoría orientada a la autonomía obrera, me gustaría que me lo señalen. Si este foro es exclusivo para anarcosindicalistas, pues entonces sugiero que le cambien el título.
bakuninista escribió:Es el proletariado, todo él, como clase,(y no una fracción de la clase) quien tiene el poder social para derribar al capitalismo mundial; su fuerza se encuentra en el papel que asume como principal motor de las formas de producción capitalistas.
La fuerza del proletariado no reside en el lugar que ocupa en la producción. Ese es un viejo mito que viene de la distorsión de lo que Marx dijo sobre el proletariado.

Los siervos y los esclavos eran el principal motor de las formas de producción feudal y esclavistas, y sin embargo no fueron clases revolucionarias.

Hoy podemos constatar, con la autonomía del capital financiero, que ni una huelga general en el aparato productivo puede parar -económicamente- al sistema. La industria fabril ya no ocupa el lugar central en la acumulación capitalista que ocupaba hace 100 años.

Lo que hace al proletariado la clase revolucionaria de la sociedad burguesa es que lleva en sí mismo la posibilidad de establecer nuevas relaciones sociales sin explotación, de emanciparse a sí mismo y con él a la humanidad de la civilización, la sociedad de clase. Cuando el proletariado se constituye en sujeto (y sólo puede hacerlo mediante la autonomía individual y de clase, mediante una práctica que rompa con la alienación) establece relaciones sociales superiores, no sólo en cuanto a la producción, sino en cuanto a las relaciones entre seres humanos. Esa es su fuerza y no otra.
bakuninista escribió:Pero la naturaleza misma de la vida social, hace que sólo sea una parte de esa clase (en determinados momentos) y una parte de los individuos de la sociedad en general (como podrían ser los estudiantes de la pequeñoburguesia) quienes tienen elaborado, por decirlo así, un mapa macrosocial, que les da una visión general de como funciona la sociedad de clases. El documento posteado por Paul_Mattick nos deja a entender que esa minoría con inquietudes revolucionarias, que se dipone a luchar por los intereses historicos de los explotados contra los explotadores, sencillamente debe de abandonar todo intento por constituirse en una minoria activa que impulse al proletariado a desatar su fuerza para derribar al capitalismo, porque según el autor esto esto sería adherir a la tradición "jacobina, blanquista, leninista".

¿Que debemos hacer entonces los que ya hemos pasado por el proceso de ruptura con el capitalismo y queremos destruirlo; quedarnos sentados a esperar a que el proletariado entero llegue a esa misma instancia de conciencia o ayudar a que el proletariado pueda desarrollar por sí mismo esa conciencia lo mas rapido posible?
No es verdad que el documento diga que la "minoría"* con inquietudes revolucionarias deba abandonar toda actividad. Esto demuestra que bakuninista no ha leído con atención el documento ni ha tomado en cuenta lo siguiente. Si nosotros pensáramos así, Roi Ferreiro ni siquiera se hubiera molestado en escribir ese documento criticando a la ACL ni hubiéramos armado la página del Círculo Internacional de Comunistas Antibolcheviques.

Obviamente que pensamos que debemos "ayudar a que el proletariado pueda desarrollar por sí mismo esa conciencia lo mas rapido posible", el problema es cómo. Y nosotros decimos que el método propuesto por la ACL (construir un partido anarquista y hacer propaganda para "insertar nuestro programa socialista libertario en [los movimientos populares] y conducir las luchas populares por un sendero anti-capitalista") no es válido para ese fin.

Porque además (aunque esto no lo dice el texto de Roi), la ACL parte del error de enfocarse en la conciencia del proletariado y no en su actividad, y este error también lo comparte con el leninismo: el fetichismo de la conciencia y su identificación con la ideología. Esto es lo que lleva a pensar que, haciendo propaganda, es posible "elevar la conciencia del proletariado". No es así. La conciencia es determinada por el ser social, y no al revés. Uno piensa como vive, no vive como piensa. La conciencia del proletariado se elevará una vez que se autolibere de la alienación. Esto es un asunto práctico, no ideológico.

El mismo documento en su punto 6 responde a la cuestión de que deben hacer las personas con inquietudes revolucionarias:

"Sin ir muy lejos, la teoría de la espontaneidad resalta precisamente la capacidad de la clase obrera para crear sus propias organizaciones y elevarse a la conciencia revolucionaria, con lo cual el papel de la vanguardia no es "dirigir" esa espontaneidad de acuerdo con el programa revolucionario, sino traducir a términos racionales esa experiencia espontánea y elaborar, con toda la experiencia histórica acumulada por la clase y por la humanidad, una teoría revolucionaria lo más desarrollada posible. Luego esta teoría se lleva de nuevo a la masa para que le sirva en su propio proceso de autodesarrollo como clase consciente, y allí se somete a la prueba de la práctica. Se trata, pues, de elevar la espontaneidad de las masas hasta hacerla plenamente consciente."

* Naturalizar el actual nivel de conciencia de la clase y acostumbrarse al concepto de "minoría revolucionaria" puede llevar al anquilosamiento teórico y práctico porque no tiene en cuenta que esa minoría puede pasar a mayoría en otras circunstancias; de hecho, cimenta todas las desviaciones elitistas.
bakuninista escribió:Que no se nos trate de emparentar con el marxismo-bolchevismo, porque no tiene sentido, mucho antes que los consejistas y de la existencia misma del bolchevismo, Bakunin previno al movimiento obrero de una dirección con determinadas caracteristicas (caracteristicas que se encuentran, por ejemplo, en las tendencias partidistas del mismo Marx).

El grave error que comete el autor, es querer ubicarnos junto a los bolcheviques por reivindicar la idea de la "dirección revolucionaria". Aqui el problema no es en sí la dirección, sino que tipo de dirección es la que se busca levantar. Mientras el bolchevismo pretende ganar simpatía entre las masas, subordinarlas y después hacer que estas lo lleven al Estado; el Anarquismo Revolucionario, por su parte, busca dirigir al proletariado hacia su autoorganización y su propio autogobierno.
bakuninista no ha leído con atención el documento. El autor diferencia claramente al bolchevismo del "bakuninismo" de la ACL diciendo que mientras el bolchevismo busca subordinar a las masas a su programa mediante la autoridad formal de una organización centralizada, el "bakuninismo" de la ACL busca subordinarlas a su programa pero (en teoría) mediante la autoridad moral. Y piensa que con el llamado a organizarse de abajo a arriba y el culto a la asamblea se inocula contra todo autoritarismo.

En realidad, esta crítica al autoritarismo moral en que deriva la propuesta de la ACL es el núcleo del documento, y cuando bakuninista dice que "el Anarquismo revolucionario busca dirigir al proletariado hacia su autoorganización y su propio autogobierno", no se da cuenta que eso es precisamente lo que criticamos.

Mientras la propuesta de Roi Ferreiro es crear núcleos de revolucionarios para el desarrollo de teoría en función de que ésta sea utilizada por la masa "para que le sirva en su propio proceso de autodesarrollo como clase consciente", la ACL y bakuninista hablan de competir con otras organizaciones por insertar un programa al que l@s explotad@s adhieran. La única diferencia es que el programa de la ACL y bakuninista incluye autoorganización, horizontalidad, autogobierno, etc. Pero sigue siendo un programa elaborado aparte de las masas y que por lo tanto debe ser propagandizado en competencia con otros programas (sean anarquistas o no). Esto es actividad partidaria con otro nombre.
bakuninista escribió:En todo proceso social hay direcciones, que no sólo deben de ser entendidas como "jefes" (este es otro error), sino como programas, alternativas, caminos a seguir. Durante cualquier proceso revolucionario en el mundo surguen estas direcciones y son las masas, las que en última instancia deciden cual tomar. La dirección anarquista en ese caso, no seria otra que fomentar la autoorganización proletaria de abajo a arriba, mediante sus comites de fabrica, semillas de sus consejos obreros, a través de las asambleas barriales, de consejos campesinos, todo ello con su respectiva democracia directa, sus delegados con mandato imperativo, etc. Eso es, por lo que entiendo, lo que busca el comunismo de consejos ¿se oponen a ello? Y si gracias a su trabajo militante y propaganda, logran que el proletariado rompa con todas las tendencias autoritarias ¿No se está dando en los hechos una dirección consejista?
Esto se encuentra respondido en el último punto del documento. El culto a la asamblea y a la horizontalidad no resuelven el problema de la autodirección del proletariado sino que lo mistifican. Algunos consejistas doctrinarios han tenido esa actitud, haciendo propaganda por la autoorganización y los consejos obreros y, en los hechos, elaborando un programa aparte en competencia con otras corrientes. Nosotros nos diferenciamos de esos consejistas.

Siguiendo: pensar que vamos a lograr que "el proletariado rompa con todas las tendencias autoritarias" mediante trabajo militante y propaganda es una mera ilusión y de la más vanguardista, porque hace depender la liberación del proletariado de l@s revolucionari@s organizad@s que hacen propaganda por insertar un programa/ideología "anti-autoritario" en l@s explotad@s. O sea, l@s explotad@s van a autoorganizarse una vez que ganemos la autoridad moral y/o intelectual suficiente para que nos hagan caso cuando les decimos que se autoorganicen. El resultado de esta práctica no puede ser otro que perpetuar la división de la clase entre dirigentes y dirigid@s**.

Por eso nosotros decimos que la emancipación de l@s obrer@s será resultado de su autoactividad como individuos y como clase, no de la militancia y la propaganda de una "minoría revolucionaria".

O como ya se encuentra expresado en el punto 3:

"La clase obrera no se hará consciente de su poder social y de su capacidad revolucionaria gracias al voluntarismo y la propaganda de la ACL u otras organizaciones similares, sino gracias al despertar y desarrollo de su autoactividad -esto es, de su energía y capacidades totales- a través de la lucha de clases, y del esfuerzo colectivo ligado a ella."

** La relación social dirigentes/dirigid@s no implica necesariamente la presencia de una organización vertical, basada en la jerarquía formal. En una asamblea donde formalmente todos son iguales puede darse (y se da) una dictadura de l@s más sacrificad@s, l@s que saben hablar mejor o tienen cierto capital social. Se crean jerarquías morales, intelectuales o ideológicas y en la práctica la asamblea termina siendo dirigida por una minoría.
La democracia directa en una organización no depende de su estructura horizontal ni del convencimiento ideológico de la necesidad de la autoorganización, sino del nivel de autoactividad real de cada un@ de l@s integrantes. Una asamblea de borregos que siguen a un líder no es democracia directa aunque las decisiones se tomen por mayoría o por consenso.
bakuninista escribió:Tienen el mismo problema que tienen ciertos anarquistas cuando se les habla de poder. A ustedes se les habla de dirección y se les vienen a la mente los procesos de Moscu, como a esos anarquistas cuando se les habla del poder.
De hecho, me viene a la mente la CNT llamando a retirar las barricadas y desarmando a l@s obrer@s.

Paul Mattick - Las barricadas deben ser retiradas (1937)
bakuninista escribió:Hat todavía muchas cosas sobre las cuales me gustaría extenderme, pero que por cuestiones de tiempo no puedo hacer en este momento. Pero espero desarrollarlas lo mas pronto posible.

Saludos Revolucionarios.
Gracias por responder, igualmente te recomiendo otra lectura al documento y a este mensaje antes de seguir.

Saludos.
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Gabriel M
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Mensaje por Gabriel M » 31 Oct 2005, 21:16

Cuando conocí al consejimos, no puedo negar la simpatía que sentí por el. Después de leer los documentos de Pannekoek, Paul Mattick (el teórico, no el idealista del foro), y compañía, tenia una pregunta enorme, ¿por qué demonios se consideran marxistas? Es una pregunta, para la cual no he encontrado respuesta hasta el día de hoy, me gustaría que mattick (el idealista) me lo dijera, pero bueno, eso es harina de otro costal. Aunque me serviría y estoy seguro les servirá a muchos anarquistas de este foro, que empiezan a simpatizar con el consejismo por que a primera vista, se asemejan mucho al Anarquismo, pero a la primera que mattick se explaya, deja su idealismo puro y duro reflejado en cada palabra que escribe.

Cuando en la ACL, leímos la respuesta, al volante que habíamos realizado sobre los partidos políticos, habíamos visto el idealismo del CICA claramente reflejado, pero en la actual intervención de mattick, me ha dejado con el ojo cuadrado, no esperaba un idealismo tan marcado.

En la ACL, responderemos como se debe a este documento del CICA, pero lo posicionamos en el rango que merece y por lo mismo, no hemos redactado la respuesta aun, pues nos resulta mas importante (no se que piense mattick) estar en el trabajo, elevando la conciencia del proletariado, haciendo propaganda, no por que creamos que con nuestra voluntad ganemos al proletariado, sino por que la experiencia nos ha demostrado que esa es la forma en que puedes abrir los ojos a los compañeros, no místicamente, no con unas pinzas, sino señalando las contradicciones en el centro de trabajo, cuestionándoles y cuestionándonos, opinando y debatiendo y por supuesto ¡PROPONIENDO! Proponemos la creación de asambleas, horizontales, con democracia directa, federadas, etc. Por que nuestra tendencia, analizo y analiza las experiencias proletarias a lo largo de los años, y después redacta, así lo hizo Bakunin. De ahí nace una ideología, asi como Pannekoek, después de ver la barbarie bolchevique y ver la organización del proletariado y aunado a su capacidad de abstracción y comprensión, redacto documentos que sumados crearon una ideología: el consejismo.

Claro, tu quédate sentado frente a la PC, haciendo pseudoteoria, y criticando a los “partidos revolucionarios” mientras nosotros, estamos en la fabrica, en el taller, en el campo, en el barrio, en la universidad, escuchando y hablando, proponiendo y votando. Tu hazte líos con las palabras, sueña con la mas que utópica eliminación de persuasión moral, tu sueña, con que un día, nacerá un consejo obrero, tan espontáneo como tan horizontal, donde nadie habla mejor, donde nadie fue el primero en decir, “vamos a organizarnos así” sino que de la nada, o quizás impulsados por una fuerza divina (pues no encuentro una forma material para que esto suceda) que deja a todos en un mismo nivel intelectual, oratorio, organizativo, etc. Lo haga. Nosotros seguimos trabajando, en pos del Socialismo y la Libertad.

Cuando entiendas que el Anarquismo propone la unificación de la clase, para la liberación del proletariado y por ende de la humanidad, entonces entenderás el accionar de los anarquistas.

No tengo tiempo, me tengo que ir.
en otra oportunidad que tenga de conectarme, marcare todas tus contradicciones, tu miedo por las palabras y tu idealismo llevado a la máxima expresión.

Salud, Socialismo y Libertad.
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Ricardo Fuego
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Mensaje por Ricardo Fuego » 31 Oct 2005, 22:16

No tienes tiempo para responder pero sí tienes tiempo para acusar de idealista y para largar toda una moralina basada en la cultura del trabajo ("yo soy un activista de la clase obrera y tú solo te dedicas a escribir").

No te preocupes, no eres para nada original. Lo mismo que has dicho tú me lo han dicho muchos leninistas.
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¿Asamblearismo autoritario?

Mensaje por bakuninista » 31 Oct 2005, 23:15

Paul, tal parece que tu "metodo" para polemizar se basa en encargarte de hacer parecer a tu oponente lo mas similarmente posible a un leninista.

Sobre tu respuesta, que da mucha tela de donde cortar, pero que me reservaré los argumentos para una respuesta mejor elaborada, sólo te puedo decir que peca de un idealismo llevado al extremo.

El plantear que es incorrecto que una minoria al interior de una asamblea se consolide como dirección, ya esta en el campo de lo ridiculo. Para que pase lo que tu quieres, tendriamos que tener por punto de partida a un movimiento obrero donde todos los proletarios esten en el mismo nivel politico y de conciencia..... una utopia.

Por supuesto que hasta en el movimiento mas horizontal, habrá siempre elementos mas avanzados politicamente que otros, mas participativos que otros, mas radicales que otros. Eso no tiene porque asustarnos, no podemos reberlarnos contra eso, porque sería rebelarnos contra algo completamente logico y natural.
Según tu, eso está mal porque permanece la división entre dirigentes y dirigidos, para lo cual no hace falta una dirección formalmente oficializada. Primero, te diría que hay una enorme diferencia cualitativa entre una dirección oficial, a la que los dirigidos tienen que subordinarse porque así está establecido y una dirección que hace un grupo minoritario en una asamblea influenciando a sus compañeros de clase, por ejemplo, una diferencia es que a través de los argumentos con los cuales piensas ganar a la mayoría, se genera una fuerte discución y reflexión interna (es el proceso de autoconcientización puesto en la practica).

Supongamos que eres trabajador, ¿Que vas hacer para formar un comite de fabrica en tu centro de trabajo si no existe, o te vas a quedar de brazos cruzados, porque el proponer su formación sería estar dirigiendo a tus compañeros y vas a esperar el día en que por alguna extraña razón todos la propongan al mismo tiempo? Ahora supongamos que ya existe, que ese momento llego y al mismo tiempo todos tuvieron la idea de formarla (porque si a uno solo se le ocurrio y la propuso y los demás lo siguieron, quizas podrían ser catalogados por tí como "borregos" direccionados por un jefe) ¿No vas a hacer propuestas al interior de las asambleas? y si las haces ¿acaso eso no es un intento por que la lucha se diriga en el sentido que tu lo crees mas correcto? ¿No es un intento de direccionar la lucha en un sentido especifico? ¿Acaso tus propuestas no tienen ciertas ventajas sobre las aquellos que nunca han tenido algún acercamiento con la politica, ya que las tuyas estan basadas en ciertos conocimientos revolucionarios de tu parte?

El que los individuos pretendan influenciar a los demás con sus ideas y ar
gumentos, es lo mas normal del mundo....(y no ello no tiene nada de autoritario) De hecho, aunque tengas un miedo interno de confesarlo, tu, con tus intervenciones y recomendaciones literarias, estas queriendo influenciar a quienes tienen la oportunidad de leerte, estas haciendole promoción a tu IDEOLOGÍA, el consejismo (no tengas miedo de llamarla así)

Por cierto ¿Que tal su construcción revolucionaria? ¿Tienen algún trabajo concreto entre las masas o puro debate cibernetico? Ah perdón, es que quiza pugnar por la construcción de Frentes de lucha autoorganizados, sea una aberración "jacobina-blanquista-leninista" ¿cierto?

Salud y saludos.

L. Rivera
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Mensaje por L. Rivera » 01 Nov 2005, 00:50

pienso igual que el compañero de CGT que esto deberia de estar en organizaciones, o al menos en la sección de comunismo y anarquismo...

Ahora bien, paso a apuntar algunas cuestiones sobre el tema, a pesar de que los compañeros han sabido responder muy bien.
la ACL y bakuninista hablan de competir con otras organizaciones por insertar un programa al que l@s explotad@s adhieran.
Solamente tengo una pequeña duda, si ustedes no buscan "competir" con las otras tendencias ¿que es este texto? ¿No es acaso una desacreditación de nuestra tendencia (que por cierto se han encargado de publicar en muchos lados, como si no tuvieran otra cosa que hacer)? ¿No estan argumentando a favor de su programa en detrimento del nuestro? ¿O acaso esto es parte del proceso de "clarificar" a la clase?

A lo que mis camaradas se refieren por IDEALISMO en tus posturas, es que no te das cuenta de que caes en lo mismo que criticas. Solamente cambias algunas palabras por otras menos "autoritarias" y ya. Pero en el fondo, dices lo mismo, y no solo eso, actuas como cualquier "partido" publicando este texto por todos lados, desacreditando nuestra tendencia comparandola con el asqueroso estatismo bolchevique, y al mismo tiempo haciendo propaganda de la tuya, de tu dirección revolucionaria. Pues eso es lo que es, tu señalas lo que consideras errores nuestros, pero tambien señalas lo que tu propones. En eso estas dando dirección, o al menos es lo que nosotros entendemos por dirección.
En realidad, esta crítica al autoritarismo moral en que deriva la propuesta de la ACL es el núcleo del documento
Hablas de la cuestion moral y del autoritarismo y demas... Por favor, o sea que el que hable mas fuerte va a ser autoritario con respecto al que hable menos fuerte e una asamblea obrera???

Es obvio que siempre habran diferencias de capacidades y caracteres entre las pèrsonas y a esto se suma algo llamado "carisma", o esque eso no existe???

Ahora, ¿como pretendes acabar con esas diferencias de caracter o de animo, y fisicas?


¿Como vas a difundir tus ideales entre los obreros? Estando con ellos, no?? Siendo el primero en las asambleas, participando en el trabajo duro, en los piquetes e incluso en los enfrentamientos ante la represión, o no??? ¿Y no piensas que si haces esto alguno pudiera ver en ti a un militante revolucionario? ¿y no piensas que apartir de ese momento vas a ser referencia para esa persona?

¿Y que pasa cuando llega la policia a reprimir? ¿cuando nadie sabe que hacer? y tu que te has leido 2,3 cosas y que sabes como responder, o al menos como replegarse con orden, ¿que vas a hecer? ¿dejar que la policia reprima? o ¿proponer una defensa comun o una retirada en orden, o lo que sea que amerite el caso?

AAAAAA, no dudo que propongas hacer algo, lo que sea bueno, con tal de no ver a tus compañeros y compañeras golpeadas salvajamente, pero entonces ¿te habras convertido en direccion, aunque sea un fraccion de tiempo? PUES SI!! , pues seguro habra alguien que digo "hablemos con los policias", cosa que todos sabemos que es imposible.

¿Y si alguien propone que en la fabrica se acepeten las propuestas de aumentar las horas de trabajo , y nadie dice nada, tu te quedas callado con temor a convertirte en "direccion"?

pues NO.

Por eso nosotros decimos que la emancipación de l@s obrer@s será resultado de su autoactividad como individuos y como clase, no de la militancia y la propaganda de una "minoría revolucionaria".
La cuestion no es tener miedo a las palabras, si no afrontar nuestra realidad especifica para construir NUESTRO futuro socialista libertario. Y digo NUESTRO en mayuscula, por que ante todo los anarquistas revolucionarios nos ubicamos dentro del proletariado.

O es que tu no te situas dentro de la lucha de nuestra clase?

Gracias por responder, igualmente te recomiendo otra lectura al documento y a este mensaje antes de seguir.
Yo tambien te recomiendo algunas otras lecturas mas, antes de atacar sin conocer, pues dudo muchisimo que te hayas leido otros documentos nuestros, asi como algunos otros textos base de nuestra organización y de nuestro programa. Empèzando tal vez por la plataforma, el manifiesto comunista libertario. etc

A fin de cuentas, espero tu respuesta, una vez más para atacar nuestro programa, y promocionar el suyo. A fin de cuentas, lo mismo sostenemos el debate programatico con su "partido" que con cualquier otro de la corriente marxista estatista...
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Ricardo Fuego
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Mensaje por Ricardo Fuego » 01 Nov 2005, 04:37

Veo mucha agresividad en sus mensajes. En vez de debatir ideas ustedes se siente atacados o humillados y, entonces, quieren desquitarse en base a argumentaciones que ustedes bien saben que son falsas, apelamientos a la culpa, golpéandose el pecho diciendo "yo estoy con las masas y tú no", diciendo "tú haces lo mismo", acusándome de idealista, etc.

Realmente, no veo qué se pueda sacar en limpio de todo esto. Les digo que: voy a hacer de cuenta que no dijeron nada y ya. Espero a que se tranquilicen, reflexionen, reordenen sus ideas y en todo caso, si dicen que van a responder el documento, espero que lo hagan con algo más de profundidad y habiéndolo leído previamente con atención, en vez de dejarse llevar por el enojo y la frustración como se nota que hicieron recién.

Cuando vea una crítica así que viene de parte de alguien sin intenciones destructivas, entonces hablaré con él.

PD: Igual tengan en cuenta que si ustedes tienen tanta razón, y si todos los que os critican radicalmente son unos intelectualoides que sólo se sientan a escribir, que no tienen ningún "trabajo" (moralina burguesa si las hay) y cuya perspectiva teórico-práctica es totalmente sectaria y contrarrevolucionaria, ¿de qué tienen que preocuparse? :roll:
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Mensaje por bakuninista » 01 Nov 2005, 06:42

Paul: Si bien es cierto que nuestras respuestas no han sido del todo estructuradas (ya hemos venido aclarandolo en repetidas ocasiones), tambien es cierto que contienen los suficientes elementos politicos como para generar un debate.

Lo que hemos venido haciendo, es plantearte cuestionamientos que tienen que ver directamente con las ideas que has expresado en tus intervenciones, te hemos invitado a reflexionar sobre el papel direccional que tu y tu misma tendencia juegan desde el momento en el que hacen propaganda a sus postulados y te hemos indicado que eso es inherente a cualquier corriente revolucionaria que se adhiere a los intereses de los explotados, todos creemos firmemente en un "como hacer la revolución" y propagamos y defendemos nuestras ideas.

Espero que no tomes a mal el debate, te puedo asegurar que no hay ni agresividad ni intenciones destructivas de nuestra parte, a lo mucho una calentura, como la que puede generar cualquier debate, pero solo eso.

Y ojo que no hemos tachado a nadie de sectario y/o contrarrevolucionario, lejos de ello, yo en lo personal considero que hay muchos puntos que nos unen y que podrían hasta llevarnos a trabajar juntos, si no fuera por el rechazo que ustedes hacen de los grupos anarquistas especifícos, por el hecho (que según yo es equivoco) de emparentarnos con el bolchevismo.

Creo firmemente que los comunistas antiestatistas debiesemos estar mucho mas unidos.

Y aunque lo rechaces, va un fuerte abrazo revolucionario.

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Ricardo Fuego
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Mensaje por Ricardo Fuego » 01 Nov 2005, 17:38

Te acepto el abrazo revolucionario y espero una respuesta más estructurada, entonces.
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Mensaje por Gabriel M » 02 Nov 2005, 04:51

Evasivas, te has ido por la tangente, en cuestiones tan elementales como el que el CICA es aunque no quieras un PARTIDO, que Roi Ferreiro es el líder moral cuando menos, y el consejismo es una IDEOLOGIA. Tu respuesta fue decir, “no me hablen feo” (aclarando que nadie lo hizo) en verdad que a ustedes, les queda como anillo al dedo, la cita de Engels con la que empezaron la critica a la ACL.... ¿o no? Reflexiónalo internamente, piensa antes de contestar, no tienes que hacerlo justo después de que yo escriba (yo se que no importa la hora que sea, estaras conectado cuando publique y responderás ansiosamente con una serie de frases para salir por la tangente) no te preocupes, yo en estos momentos tengo difícil acceso a internet, y no te leeré hasta que pueda volverme a conectar un día y medio o dos, así que tomate tu tiempo y responde una de esas ELEMENTALES cuestiones, o la de por que se consideran marxistas, esa debe ser mas fácil.

Salud y Saludos.

PD: que coincida con los leninistas de que no estés en el campo, no debería de preocuparme a mi, pues no es una cuestión programática, son simples apreciaciones, lo peor, es que algunos de esos leninistas, seguramente tendrán mas argumentos que yo, pues yo solo me baso en tus respuestas a cualquier hora del día cualquier día, lo que me indica que no tienes nada mejor que hacer. Bueno al fin tu eres el que sabe la verdad sobre ti.
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Roi Ferreiro
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Una breve respuesta a mis críticos

Mensaje por Roi Ferreiro » 11 Nov 2005, 21:43

Una de las cosas que más me sorprende de este fóro es que, como su título dice, lo que pretende es reducir la autonomia obrera a lo asimilable por el anarcosindicalismo y por determinada interpretación dominante del anarquismo. Este es, claro, también su punto débil, y así resulta que cualquier análisis dirigido en este sentido es contestado con virulencia. Esto no obsta para que se expongan dudas razonables y argumentos que es necesario considerar en una discusión seria, pero el tono general es de rechazo puro y simple. Todo se reduce a: o bien se nos plantea que en realidad somos anarquistas sin reconocerlo, o bien somos tratados como antirrevolucionari@s.
Estoy dispuesto a contestar una por una las elaboraciones críticas a mi texto. En realidad, no obstante las críticas tienen dos bases: la primera, que es un texto polémico y responde a otro, no un texto teórico general ni un texto programático-práctico (el caso de "bakuninista"). La segunda, que en realidad se asumen ciertas cosas que, en el fondo, con absolutamente contrarias al espíritu del anarquismo revolucionario, del que sólo se conserva la forma. Esto llega hasta el punto de que un individuo pueda decir que la formación de partidos, de ideologías y de dirigentes morales es de esas "cuestiones elementales", o sea, vamos, del "sano sentido común".
Pues, señores: el sentido común, lo elemental, lo evidente por sí mismo, no existe. Lo que eso quiere decir en la sociedad existente es: el sentido común de la clase dominante, lo elemental en la sociedad capitalista, lo evidente por sí mismo a la luz del pensamiento amoldado a la vida social alienada.
Yo no soy ningún "lider moral", a no ser que se presuponga que por tener mayor actividad literária se es lider de algo, como si l@s demás quedasen por ello anulados intelectualmente. El consejismo tal y como lo entienden los anarquistas comunmente es, por supuesto, una ideología, y por eso nosotros rechazamos ese "consejismo" que es el producto de la vulgarización, la grupusculización y el aislamiento histórico de la práctica (a parte del escaso conocimiento de la totalidad teórica plural de la izquierda consejista, que brota del marxismo original).
Por mi parte, respondo a este último compañero (Gabriel) que yo me considero marxista en el sentido de que mi experiencia y mi desarrollo intelectual independiente me han aproximado cada vez más al pensamiento esencial de Marx. Eso no quiere decir que yo oponga el marxismo al anarquismo. En el CICA no predicamos esa oposición ni partimos de ella, sino que los consideramos corrientes de pensamiento que deberían confluir en la praxis revolucionaria y en su trabajo de impulso y clarificación. Pero esto no ocurrirá gracias a las meras discusiones, sino bajo el empuje de los acontecimientos históricos, de las tendencias revolucionarias que se desarrollan a nivel de masas, en el pensamiento y la acción proletarios en la lucha de clases.
Por último, concluiré este comentario general diciendo que es completamente falso que nuestro punto de vista sea negar el papel de las minorias. Lo que decimos es que las minorias avanzadas -cuya posición avanzada, por cierto, no puede darse por supuesta en base a ideologías ni filiaciones partidistas, sino que tiene que verificarse en las luchas de clases concretas y en el papel que se cumple en las mismas- tienen que trabajar no sólo para impulsar hacia delante el movimiento a través de la ayuda a la autoclarificación de la "masa", que será a la vez instructiva y agitativa, teórica y programática, sino que tienen también que hacerlo de tal modo que pongan siempre por delante teóricamente, y fomenten siempre por delante prácticamente, la autodirección de la clase. Pero yo no planteo hacer esto mediante la autoexclusión de la acción, sino mediante una acción más integral y más enérgica, al tiempo que no partidista, sino dirigida de igual a igual entre compañer@s independientemente de las organizaciones o grupos que respalden las distintas posiciones. Nosotros defendemos que es necesario ejercer la influencia a través de la opinión, pero al mismo tiempo luchar contra su asimilación no reflexiva, contra el seguidismo, etc., tanto como contra el autoritarismo explícito. Tenemos que actuar como parte de la clase, no como un ente separado, aunque sólo lo sea por su "identidad" ideológica. No tenemos este tipo de "identidad", no hacemos diferencias basadas en la ideologia, sino en la práctica.
Todo esto puede ser dificil de llevar a la práctica, porque requiere un esfuerzo constante y, en esencia, se trata de algo que sólo podrá resolverse a través de la maduración y la amplificación de la autoactividad de l@s proletari@s concretos. Si resulta imposible para algun@s -por su propia mentalidad estrecha-, no por eso deja de ser necesario.
Acabo reiterando que estoy abierto a considerar seriamente todas las críticas y a contestarlas una por una. Esta es la forma de discutir constructivamente. Yo no soy partidario del "forismo" imperante, que sustituye a las viejas conversaciones de salón o, peor, a las charlas de bar.

Roi Ferreiro
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Mensaje por Roi Ferreiro » 13 Nov 2005, 20:16

Segunda respuesta a mis críticos.

Esperando las críticas más elaboradas que promenten "bakuninista" y miembros de la Alianza Comunista Libertaria, contesto a las diversas afirmaciones de foristas que no incluí en la respuesta anterior.


1

El ser social determina la conciencia. Los miembros del CICA somos proletarios, y como tales nos vemos sometidos a la flexibilización laboral y al desempleo según las necesidades del capital. Nuestra experiencia social individual, unida al conocimiento progresivo de la experiencia histórica de la clase obrera, define nuestra perspectiva social. Pero ni la experiencia pasiva, ni la experiencia ganada en la praxis de la lucha, se transforman instantaneamente en conocimiento concreto. Ello depende del método teórico, o sea, del modo de pensar y del desarrollo del análisis de esas experiencias, que tiene que considerarlas a la luz de la totalidad social en devenir.

Todas las críticas que se dirigen a cuestionar nuestra calidad de trabajadores asalariados y a acusarnos de idealismo sólamente dicen, en realidad, dos cosas: primero, que para ellos la conciencia revolucionaria es un "reflejo" intelectual de la situación del trabajo asalariado (y de la lucha de clases), y que presuponen que su "reflejo" (en este caso, su "bakuninismo") es el "reflejo verdadero"; segundo, que para ellos el idealismo radica en nuestra (hipotética) separación física de las luchas de clases actuales -a las que, por cierto, en la mayor parte de los casos ellos ellos se consideran unidos, por el simple hecho de introducir su propaganda o estar físicamente presentes, reemplazando la cuestión del contenido, de la coherencia teórica con las necesidades de la lucha práctica, por la de la forma (el hecho de invervenir en las luchas)-.

Nosotros no tenemos ideologia. Nosotros pensamos por nosotros mismos. El CICA es eso, una estructura de cooperación intelectual. Nuestro punto de partida común (veanse nuestras líneas de orientación y nuestro manifiesto) se centra en la situación y necesidades prácticas para definir, sobre esta base histórica, nuestras bases teóricas. Este proceso de ir de la práctica a la teoría, y no al revés, es la base misma de nuestra praxis, por mucho que ésta se pueda limitar a la actividad teórica en el caso del CICA (pues para eso mismo fue el CICA creado) o también incluso en nuestros casos individuales y en los reducidos grupos a que pertenecemos algun@s, pues nuestra actividad práctica depende del curso de la lucha de clases y no nos movemos por un "voluntarismo" ciego de revolucionar la sociedad.


2

Nuestro objetivo no es la práctica por la práctica, la propaganda por la propaganda. Somos conscientes de que la base del progreso del proletariado es su propia autoactividad, no nuestras propuestas. Por eso no nos dedicamos al proseletismo ideológico ni tenemos especial interés en una actividad de propaganda intensiva. Para nosotros la calidad es más importante que la cantidad, pues no entendemos el desarrollo del proletariado como sujeto revolucionario como determinado por la acumulación de luchas o de propaganda revolucionaria. El motor del desarrollo de la clase es la clase misma, y nosotros, aunque tengamos una energía propia para actuar, no debemos hacerlo autónomamente a la clase, sino como parte de la clase; nuestra autonomia es real sólo desde el punto de vista formal de la organización. Respecto a la clase y su actividad somos, en tanto grupos particulares, sólo una herramienta y una fuente de recursos. Nosotros no queremos que el proletariado asuma nuestro programa, en primer lugar porque no presuponemos que seamos los detentadores de la verdad. Concebimos todas nuestras elaboraciones teóricas, programáticas y tácticas, como una contribución al progreso de la clase. Es ella, y sólo ella, quien tiene que poner estas propuestas a prueba. Nuestra defensa de las mismas no se enfoca dogmáticamente, sino como un elemento necesario del debate.


3

A "bakuninista" le preocupa que el proletariado desarrolle su conciencia "lo más rápido posible". A nosotros lo que nos preocupa es que el proletariado desarrolle su conciencia sobre una base firme y coherente con su emancipación revolucionaria. Nos preocupa el contenido más que la forma. La falta de paciencia es tan perniciosa como la inercia, y ambas suelen ir acompañadas con un pensamiento dogmático que presupone su propia verdad. Nosotros no presuponemos que estemos siempre más avanzados que nuestr@s compañer@s de clase; a la hora de la práctica concreta es la conciencia práctica, no la conciencia teórica, lo que es decisivo. En muchas ocasiones podemos tener un enfoque y una perspectiva de conjunto, pero no tener la comprensión práctica adecuada. El proceso de desarrollo de la conciencia de clase va ligado a la experiencia viva y es esencialmente colectivo.

Todo esto no puede verlo claro "bakuninista", pues difunde un texto de un grupo anarquista brasileño en el que la teoría bakuninista se sitúa como el punto de partida de su praxis política y se define esta teoría como un "pensamiento guía", o sea: la solución a los problemas prácticos debe deducirse de ciertos principios teóricos, no del estudio de la realidad concreta en cada caso. La teoría se concibe como algo que tiene una independencia de la realidad, como si la "teoría" no fuese, en realidad, un componente indisoluble de la praxis real y, por lo tanto, no existiesen, a la hora de la verdad, tantos "bakuninismos" como "bakuninistas". No se trata de que la teoría no sea una guía para la acción, sino de que no es separable de la acción, que es una cuestión distinta. La teoría sólo sirve como guia consciente para la acción cuando existe una interrelación consciente con la práctica, o sea, cuando la teoría es verdaderamente una explicación de la práctica, una generalización de las experiencias individuales y colectivas, y no una forma de 'autoridad intelectual' sobre la práctica. Este es el auténtico idealismo: interpretar la realidad a partir de las ideas. Y si estas ideas de llaman "materialismo" y "dialéctica" con ello no se resuelve nada, sólo se mistifica más el problema.

Bakunin anticipó muchas cosas ciertas, pero también las deformó con su prisma ideológico (por ejemplo, acusando a Marx de ser el teórico del programa socialdemócrata del "Estado popular"), pero sus propuestas prácticas y las de sus sucesores se han demostrado insuficientes. Esto lo opinamos nosotros, pero también los anarquistas insurreccionalistas. En la teoría de Marx se encuentran, sin embargo, las claves generales para clarificar todos esos problemas prácticos a la luz de las relaciones sociales capitalistas y las formas de alienación que éstas generan. Estas formas afectan directamente a la conciencia práctica: al modo de asimilar la experiencia, y a la identificación de las necesidades humanas y de las formas concretas de acción para realizarlas.


4

Dice "bakuninista" que "el problema no es en sí la dirección, sino qué tipo de dirección": "el Anarquismo Revolucionario... busca dirigir al proletariado hacia su autoorganización y su propio autogobierno". Al decir esto, demuestra que no ha leido con atención, o que no ha comprendido absolutamente nada. Cuando hablamos de "dirección revolucionaria", la contraponemos a la "autodirección" del proletariado como sujeto revolucionario. Que este es otro "tipo de dirección", es algo evidente. Lo curioso viene cuando "bakuninista" afirma que "el Anarquismo Revolucionario (lease, los grupos anarquistas específicos)... busca dirigir al proletariado (lease, a la masa) hacia su autoorganización y su propio autogobierno". ¿Acaso se puede dirigir a alguien hacia su autonomia? Esto no es sólo un juego terminológico: la autonomia sólo puede surgir cuando existe iniciativa espontánea, cuando existe autoactividad consciente. Es un proceso interior, no algo que se pueda provocar desde fuera. Quien es esclavo no deja de serlo por trasponerlo o instruirlo en lo que sería un régimen sin esclavitud. Sin su propio esfuerzo y sin poner en actividad consciente sus propias capacidades todo eso no puede llevar más que a formas mistificadas de liberación, a una reproducción "libre" de la esclavitud espiritual y material.

Por eso nosostros hablamos de "autoclarificación" y "autodirección" de la clase. Ciertamente, las desigualdades internas a la clase, que son producto de la sociedad existente, generan tendencias contrarias a ello. Pero en lugar de ver el modo de actuar sobre estas tendéncias, "bakuninista" se contenta con abstracciones sin fundamento práctico. De todos modos, una cosa está clara: la clase obrera no necesita del "anarquismo revolucionario" para autoorganizarse y autogobernarse aún bajo las limitaciones que la sociedad capitalista y su dominación espiritual imponen a las experiencias de luchas autoorganizativas y autodirigidas. Mucho menos lo hará cuando el proletariado entre en autoactividad masiva, cuando se produzca un ascenso revolucionario. La función de los grupos revolucionarios no es enseñar a la clase a hacer lo que ya ha demostrado poder hacer por sí misma, una vez que comprende que esto es necesario, pues las organizaciones existentes y sus métodos no le sirven para avanzar. La función de los grupos revolucionarios es ayudar a la clase a avanzar en la autoorganización y en la autodirección, lo cual no puede lograrse presuponiendo que, en sus niveles más perfectos, estas consisten en la asimilación de la ideologia y la afiliación de los grupos anarquistas existentes. En lugar de plantearse el problema como un problema práctico que ha de resolver la clase misma con su maduración histórica a través de la acción, lo que se afirma es que el "anarquismo revolucionario" es la tabla de la salvación y los grupos anarquistas los oráculos que responderán a todas las preguntas.

"Bakuninista" tiene razón en que "en todo proceso social hay direcciones". Este es otro "lugar común". La cuestión no es si hay distintos "programas, alternativas, caminos a seguir", esto es otro "lugar común". La cuestión es cómo actuar de modo que sea la clase misma la que evalue, desarrolle y ponga a prueba su propio programa, su propia alternativa, su propio camino a seguir. Para esto no es suficiente con la democracia directa. La democracia directa sin conocimiento no es democracia proletaria: si no hay conocimiento elaborado por el proletariado mismo, entonces lo que esta democracia tiene por contenido es la conciencia dominante, y sirve para que las minorias avanzadas se subordinen a los sectores más atrasados de la masa. Este problema no se resuelve formando grupos específicos que luchen contra las tendencias más atrasadas o burguesas dentro de los marcos de democracia directa, sino sólo mediante el crecimiento en cantidad y calidad de la autoactividad de l@s proletari@s mismos.

La cuestión, entonces, no es fundamentalmente luchar contra los otros grupos u organizaciones, sino plantear directamente a la masa el modo de elevar su autoactividad y ayudarle a comprender sus propias contradicciones. Si estos planteamientos, relativos al programa, la organización, la táctica, asumen -sólo en parte- la forma de críticas a otras organizaciones, o incluso un estilo polémico inter-organizativo, en su contenido ponen por delante los intereses generales de la clase y se presentan a la clase explícitamente como una mera "opinión" de parte de ella misma, cuya validez e importancia prácticas es la clase misma quien tiene que determinarlas. Y esto vale tanto para los aspectos más teóricos como para los más eminentemente prácticos de las propuestas de los grupos revolucionarios.

La cuestión es el autodesarrollo de los individuos proletarios como sujetos revolucionarios. Esto no es reemplazable por la democracia directa en combinación con los grupos específicos. No se puede resolver un problema de toda la clase con la acción de minorías. Éstas sólo pueden ser un componente más de la solución del problema, pero para ello han de actuar como parte de la clase y no como grupos independizados de la clase.

Si, como dice "bakuninista", gracias a nuestro trabajo militante y de propaganda logramos que el proletariado rompa con todas las tendencias autoritarias (para emplear sus propios términos), efectivamente se está dando una "dirección consejista". Pero la cuestión no es esa, sino de si esa dirección es realmente la expresión consciente de la maduración de la clase o una asimilación irreflexiva, y por lo tanto aparente, de las propuestas "consejistas". Esto depende de que no seamos nosotros quienes "logremos" la ruptura, sino que sea el proletariado mismo el que, mayoritariamente, rompa con el reformismo y el revolucionarismo burgués por su iniciativa. Sólo sobre esta base pueden nuestras propuestas funcionar como elementos de clarificación que l@s proletari@s mism@s tomen en sus manos para hacer avanzar su comprensión de la sociedad y de su propia praxis.

El programa de los grupos revolucionarios no es más que una propuesta de programa revolucionario de la clase. Es una contribución a la elaboración de ese programa realmente de la clase. Mientras tanto la clase no esté madura para asumirlo conscientemente, seguirá siendo algo "elaborado aparte de las masas y que por lo tanto debe ser propagandizado en competencia con otros programas", como dice el compañero "Mattick". No asumir esto significa que son los propios individuos y grupos revolucionarios quienes se ven a sí mismos como el factor revolucionario determinante, no a la clase. Su perspectiva es, pues, en el fondo la de la revolución burguesa, no la de la revolución proletaria.


5

Gabriel M. pregunta, "¿por qué demonios se consideran marxistas?". Sólo plantear la pregunta indica dos cosas: una, que no se conoce realmente la obra teórica de Marx y de sus continuadores revolucionarios, en especial los consejistas. Por supuesto, puede pensarse que la teoría de la corriente anarquista es más adecuada. Si es el caso, se considerará la corriente marxiana menos adecuada. En esto se resume todo. La discusión escolástica "marxismo o anarquismo" está completamente desligada hoy de los problemas prácticos. En todo caso, nosotros podríamos plantear la discusión "comunismo de consejos o anarquismo insurreccional". Y, con todo, antes de que esta discusión tuviese alguna actualidad, habría que hacer antes otra "comunismo de consejos y anarquismo insurreccional", para ver los puntos de encuentro y de separación. Por mi parte, yo he evaluado por conocimiento directo el pensamiento de Bakunin y el de Marx, y el segundo me parece más profundo y útil para la comprensión del mundo actual y su transformación. Con todo, para mi Bakunin siempre ha sido una fuente de inspiración.

Al compañero Gabriel habría que repetirle algo de lo dicho a "bakuninista": toda esa impaciencia por "abrir los ojos" (sic) "a los compañeros" lleva a perder de vista lo esencial. Si alguien ha tenido alguna vez esa experiencia de que alguien le "abra los ojos", debería darse cuenta de que esto sólo fue posible porque, en realidad, ya poseía las condiciones para abrirlos, sólo faltaban unos pocos elementos que marcaban la diferencia cualitativa entre una masa de experiencia inconexa y la interrelación consciente de la misma como un todo, una transformación de la visión de la realidad.

Gabriel hace una clarificación cuando dice que es necesario cuestionar al otro y cuestionarnos también a nosotros mismos, pero parece dudoso que esto se concrete en una práctica social real. La reflexión crítica privada no es una práctica de clase, es sólo lo que dice su nombre. La separación entre la crítica exterior (a la clase, a otras organizaciones) y la autocrítica interna (en el grupo específico e individualmente) es algo propio de los partidos, lo mismo que la busqueda de una homogeneidad ideológica como base de la vida organizativa. Esto puede estar más atenuado en las organizaciones anarquistas porque, en el fondo, presiona por abrirse paso una aspiración a una vida más plena y libre. Pero hay que ver el problema más claramente aún. La separación entre la crítica y la autocrítica, entre lo público y lo privado, debe eliminarse hasta donde sea posible por motivos de seguridad.

También hay que repetir al compañero Gabriel que, naturalmente, es necesario hacer propuestas. Pero no hay que decirle a la clase lo que ésta ya sabe, como ocurre en muchos casos con el asamblearismo y demás. En lugar de eso, hay que atender a las carencias que la clase misma no ha sido capaz de resolver todavía o que no ha descubierto y hacer propuestas que den respuestas concretas en las luchas concretas a esos problemas. Los programas de partido, o bien oscilan entre la apologia de lo ya conocido, planteando explícita o implícitamente que, añadiendoles su "dirección" esos "lugares comunes" como el asamblearismo se convertiran en todo lo que el proletariado necesita; o bien caen en el lado contrario, en plantear cuestiones que la clase misma no está en condiciones de evaluar (porque no pueden llevarse a la práctica a corto plazo o porque no existe la comprensión histórica necesaria para ello todavía) y en intentar convencer a l@s trabajadores/as que estas propuestas son las correctas en base a la autoridad moral que el partido haya podido conseguir hasta el momento.

Pasando a otro tema. Nosotros no analizamos las experiencias proletarias para elaborar una ideología, o sea, una teoría universalmente aplicable. Las experiencias que vamos acumulando son siempre experiencias pasadas. Es la distinción entre lo universal y lo particular, entre lo constante y lo variable, entre los elementos propios del proletariado y los elementos propios de la sociedad burguesa, lo que nos reporta el estudio de las experiencias históricas sucesivas. Esto, para nosotros, no lleva a formular una ideología, ya que toda ideología tiene que ser, en realidad, falsa. Nuestras ideas no constituyen un sistema teórico cerrado ni autosuficiente, sino sólo un resultado siempre renovado de la experiencia histórica. Esto es lo que nosotros llamamos pensamiento revolucionario, que no es reductible a ninguna ideología y sus diferenciaciones en tendencias (marxismo, anarquismo, etc.) responde a la heterogeneidad histórica y local del proletariado mismo y de sus luchas.


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Lo que si está claro, en respuesta a Gabriel, es que lo que para el es una "más que utópica eliminación de la persuasión moral", para nosotros no lo es. A esta "persuasión moral" -que esconde detrás el deseo subconsciente o semiconsciente de que el otro se somenta a los propios deseos, voluntad o que asuma una identidad de ideas-, nosotros oponemos el desarrollo de todas las capacidades de los individuos, el despertar de su creatividad, de su sensibilidad y de su aspiración a la liberación personal. Para ello el motor no es ninguna "fuerza divina". El hecho de que Gabriel afirme no encontrar forma material para lograr esto sólo revela una limitación propia, que no debería extrapolar a los demás, a no ser que se vea a sí mismo y a los que piensan como el como la máxima expresión de la conciencia revolucionaria. La clave de este proceso no es la nivelación de los individuos, sino su desarrollo según sus necesidades y sus capacidades reales. El impulso es su propia autoactividad, despertada por el antagonismo y la lucha de clases, el mecanismo no es otro que el esfuerzo por su autorrealización integral humana. Y para impular esto, nosotros lo mejor que podemos hacer es plantearlo abiertamente, no caer en el inmediatismo. Realizar una crítica revolucionaria permanente de todos los aspectos de la vida social, y de la misma lucha proletaria por mejoras en tanto sigue atada a las limitaciones de esta forma de vida y de conciencia. También es necesario, por supuesto, a un nivel más básico, promover la clarificación que sirva para elevar la autoactividad proletaria, comenzando por criticar los métodos delegacionistas, el seguidismo de los dirigentes (sean quienes sean) y el servilismo ante el capital.

Sin amplitud de miras, sin conformarse ante ninguna "imposibilidad" real -y en ese caso, temporal- o aparente, l@s revolucionari@s mism@s no podemos progresar ni como individuos ni como grupos. Si la aspiración a la libertad, la rebelión contra todas las limitaciones, no llega a esto, entonces el problema no es (al menos en este punto) que nosotros seamos "marxistas" y vosotros "anarquistas", sino, en realidad, que vosotros no sois suficientemente anarquistas, en contradicción con vuestras ideas e intenciones sinceras.

El socialismo y la libertad -en el sentido de la liberación del proletariado- son la misma cosa, o no son. El socialismo sin libertad es capitalismo de Estado. La libertad sin socialismo es el capitalismo liberal.

"En el proletariado plenamente desarrollado se hace abstracción de toda humanidad, hasta de la apariencia de humanidad; en las condiciones de existencia del proletariado se condensan TODAS las condiciones de existencia de la sociedad actual. (...) No puede suprimir sus propias condiciones de existencia sin suprimir TODAS las condiciones de existencia inhumanas de la sociedad actual que se condensan en su situación." (Marx/Engels, La sagrada familia, 1844)


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La misma crítica hecha a Gabriel sobre el tema de la persuasión moral es aplicable a "bakuninista", cuando dice que "plantear que es incorrecto que una minoria al interior de una asamblea se consolide como dirección, ya esta en el campo de lo ridiculo". Bueno, entonces la cuestión es una cuestión de "ridículo"... También es "ridícula" la pretensión de desarrollar la democracia directa a escala de masas para suprimir el poder capitalista, desde el punto de vista de los leninistas. Cuando dice a "Mattick" que, para que eso sea posible, "tendríamos que tener por punto de partida a un movimiento obrero donde todos los proletarios estén en el mismo nivel político y de conciencia", y esto sería "una utopia". Esto es un pseudoargumento. El propio crítico pone aquí su punto de partida y su conclusión y presupone que equivalen a los nuestros. De donde ha sacado esta idea, a no ser de su propia cabeza, no lo puedo saber.

Es cierto que "habrá siempre elementos más avanzados". Pero la propia división masas-vanguardia es un efecto de la vida alienada bajo el capitalismo, que impide el pleno y libre desarrollo de los individuos como seres humanos totales. Por tanto, la vanguardia revolucionaria, a diferencia de otras, se caracteriza, además de por fomentar el avance general, por luchar contra su propia condición de vanguardia, por su autodisolución en la masa, elevándola al mismo nivel. En realidad, la frase de "bakuninista" sólo es cierta mientras exista una sociedad de clases. En la sociedad comunista se suprimirá la separación más o menos rígida y estanca entre masas y vanguardia, y esto forma parte de la praxis revolucionaria desde ya.

Decir que "no podemos rebelarnos contra eso, porque sería rebelarnos contra algo completamente lógico y natural" es una completa imbecilidad. ¿Qué tiene de "lógico" y de "natural"? Sólo que es lógico para "bakuninista" y que para él esa praxis corresponde a su modo de ser. O sea, que él o ella mism@ es un individuo que asume parte de su alienación social como algo necesario e inherente a su naturaleza. Esto no es precisamente muy "libertario". Nosotros no compartimos esa percepción, aspiramos a más, aun cuando sea probable que no podamos llegar en nuestra vida a una plena autoliberación interior.


8

"Bakuninista" dice que "hay una enorme diferencia cualitativa entre una dirección oficial, a la que los dirigidos tienen que subordinarse porque así está establecido y una dirección que hace un grupo minoritario en una asamblea influenciando a sus compañeros de clase". Esto, desde nuestro punto de vista, es falso. La cuestión de la diferencia cualitativa no si la dirección es oficial u "oficiosa", si está amparada en regulamientos y estatutos, o si sólo se apoya en la adhesión de la base. En este caso, la diferencia no es cualitativa más que en la forma. La cuestión es el poder real de la "dirección" como una entidad autónoma, que en realidad impone sus propias decisiones al resto, y este puede ser mayor o menor independientemente de si se ampara en regulamientos o se basa directamente en la adhesión "libre" del resto. La diferencia cualitativa no está ahí, sino entre la "dirección" unilateral y la "autodirección" colectiva.

La "enorme diferencia" está, para "bakuninista", en que las direcciones oficiosas generan "una fuerte discusión y reflexión interna", porque su dirección se ejerce a través de "argumentos", no de un poder político externo a la asamblea. Pero cualquiera que haya participado en organizaciones y actividades asamblearias sabe que esto no es necesariamente así, y que esto no depende de los "argumentos", sino del desarrollo de la capacidad subjetiva y de la conciencia de la necesidad es esas "fuerte discusión y reflexión internas". Quizás "bakuninista" confunde lo que puede ocurrir dentro de un grupo más o menos avanzado con lo que ocurre a nivel de la masa, o extrapola lo que ocurre en asambleas obreras restringidas a objetivos inmediatos y laborales, al sindicalismo, a lo que ocurriría si en esas mismas asambleas se tratasen asuntos mucho más complejos y que requieren de perspectiva histórica.

Nosotros intentamos "direccionar la lucha en un sentido específico", pero no consideramos, apriorísticamente, que estemos en posesión del conocimiento verdadero de ese "sentido específico". Nosotros nos atribuimos la capacidad de hacer propuestas, no la capacidad de poseer la verdad.


9

Contestaré ahora a la intervención de L. Rivera.

Efectivamente, argumentar a favor de nuestro programa en detrimento del de la ACL es parte del proceso de clarificar a a la clase. Pero, como habrá notado, el énfasis de la crítica está puesto en clarificar las diferencias prácticas. Simplemente, ocurre que vuestra ideología actúa como un cristal opaco ante la experiencia, porque, todo lo que hemos hablado, es bastante concreto y comprensible, se estea o nó de acuerdo. Sin embargo, las distintas críticas nos dicen que no se entiende la crítica a la ACL en su dimensión práctica, que todo se queda al nivel de las contradicciones teóricas entre nuestros postulados y vuestro anarquismo ideológico, y cuando no es así, lo que se contrapone a nuestra práctica no son más que afirmaciones del "sentido común" y demás vugaridades reformistas.

Rivera tiene razón en que al difundir este texto -cosa que no es obra mia ni algo específicamente decidido colectivamente en el CICA, sino que se hace con la mayoria de los textos que se añaden a la web- y difundir nuestras posiciones actuamos como "cualquier partido". La cuestión es que nosotros no planteamos la simple destrucción de los sindicatos y los partidos políticos, sino su superación mediante el desarrollo de formas superiores de organización que asuman lo que todavía hay de necesario en sus funciones actuales para el desarrollo del proletariado como clase revolucionaria. Por eso, los grupos revolucionarios consejistas tienen que asumir también esas funciones. Pero, como hemos dicho, la contraposición crítica es una forma, pero no es el fondo. Es más, en este caso la crítica al texto de la ACL se debe a que fue introducido en nuestro foro previamente.

Por otra parte, hay que decir de nuevo que el CICA no es, ni pretende ser, en un sentido pleno, un grupo teórico revolucionario, sino que es algo bastante más limitado. un centro de cooperación intelectual y de difusión de la teoría revolucionaria.

Rivera apela al "carisma" y a otras diferencias de carácter para afirmar que la autodirección es imposible. Pero la cuestión no es el "carisma", sino el "carisma del lider". La autodirección no presupone la homogeneidad absoluta, la uniformización, sino que presupone simplemente que se participa en igualdad de condiciones dentro de variabilidad connatural a las individualidades. El carisma combativo, por ejemplo, no es un obstáculo para ello. Tampoco lo es el carácter más o menos enérgico en las discusiones. El problema viene si estas diferencias se convierten, por obra de la mentalidad alienada, en autoridad moral, sin que exista ninguna base racional para ello, sino sólo prejuicios y, en el mejor de los casos, la fuerza de la costumbre. Estamos en estos casos ante un frasaso de la inteligencia proletaria.

Ciertamente, la mayoría tiende a reconocer una mayor autoridad a quienes más se compromenten y demuestran su coherencia con los objetivos de la lucha. Pero esto tiene que reducirse a la significación auténtica de los hechos. No puede ser que, porque un individuo suele tener razón, se le dé la razón por costumbre o se le preste más atención que a otros. O que se haga lo que él dice. Aquí, lo que ha de diferenciar a los militantes revolucionarios, es que, incluso contra la tendencia de la masa, son capaces de autocriticarse en público y de criticar frontalmente incluso a quienes les apoyan por el simple hecho de que lo hacen de forma servil e irracional. Esto no es una cuestión de "autoridad moral", sino de "calidad moral".

Los grupos y militantes revolucionarios buscamos convertirnos en un referente para la clase obrera. Pero, ¿referentes de qué? Referentes de su propia autoliberación, viendo en nosotr@s a ejemplos de la lucha por sus propios intereses. No por nuestras contribuciones teóricas, programáticas, etc., sino por el hecho simple, verificado por propia experiencia, de que nuestras opiniones se corresponden con la práctica de la clase y sus resultados históricos. O dicho más simplificadamente, no porque se nos considere más inteligentes, sino porque se nos considera el "paso adelante" que la clase misma debe dar también, se nos reconoce por experiencia propia como el sector más avanzado de la clase. Esto, entonces, no se debe a la autoridad moral, sino al autodesarrollo de l@s proletari@s mism@s. Si ell@s nos consideran una autoridad moral es debido a que siguen manteniendo complejos de inferioridad o porque su capacidad para pensar y actuar por sí mism@s adolece todavía de insuficiente desarrollo.

Ciertamente, ocurre y ocurrirá esto en la práctica, y así nos veremos, como dice Rivera, convertidos en "dirección". Pero, entonces, a diferencia de vosotros, nosotros lucharemos contra esa posición, que expresa la alienación de la masa y, por tanto, su debilidad, mientras que vosotros os contentareis con ella y la justificaréis.

Nosotros no tenemos miedo a las palabras. Lo que ocurre es que vosotros tenéis demasiado poco miedo a vuestros propios errores. Y esto puede conducir a grandes barbaridades y a tropezar una y otra vez con la misma piedra. Sin miedo no hay dudas y, por tanto, tampoco apertura mental a la realidad cambiante.


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En el fondo de esta discusión está la inferioridad del bakuninismo para clarificar estos aspectos. Como se cita en el documento brasileño posteado por "bakuninista":

"Bakunin dice “hay en el pueblo una fuerza elemental, pero ésta precisa ser amparada por una organización que permita más que la sublevación por sí sola, que permita también la victoria revolucionaria mediante una preparación larga y prolongada”."

El bakuninismo no tiene una visión teórica clara de la relación vanguardia-masas, y esto no ha mejorado con la tradicional fraseologia "antivanguardista" de muchos anarquistas. El bakuninismo es una expresión del movimiento obrero del siglo XIX, o si se prefiere, de una parte de ese movimiento. Ha sido la corriente anarquista más próxima al movimiento obrero, inspirando el anarcosindicalismo, pero eso no la convierte en una referencia adecuada para entender las complejidades del mundo actual y la lucha por transformarlo. El comunismo de consejos y el anarquismo insurreccional tienen la ventaja de que han seguido desarrollandose, en mayor o menor medida, durante el siglo XX, y de eso es de donde derivan sus puntos de confluencia: de las condiciones similares de la lucha de clases. Lo mismo ocurrió con el bakuninismo y el marxismo originales en la I Internacional, hasta el momento de la ruptura, ligado al apoyo de la fracción marxista a los partidos socialdemócratas ascendentes (que no a su programa reformista).

Volver hoy al bakuninismo como lo hace la ACL (o el grupo brasileño citado), no representa un paso adelante, sino que tiene detrás más bien una reacción ante el declive del movimiento obrero reformista. El sólo hecho de que no hayan integrado nada de los elementos aportados por el anarquismo insurreccional, y de que en sus textos no se aprecie un enfoque crítico del pensamiento de Bakunin, es una demostración de lo que digo. Nosotros en el CICA no tenemos la menor intención de volver a la polémica "marxismo-anarquismo". Todo eso es, dado el estado actual del movimiento de clase, una completa estupidez. En sí misma, refleja falta de visión ante las complejidades actuales, y que se piensa, en el fondo, que las mismas pueden resolverse encontrando una tabla salvadora entre los restos del pasado. Para nosotros lo más importante, en cambio, es mirar hacia el futuro, esforzarnos por la actualización y desarrollo del pensamiento revolucionario, y discutir sobre los problemas prácticos del presente sin fronteras ideológicas irracionales.


Roi Ferreiro,

13/11/05

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