Movimiento permanente
El aparato de movimiento continuo es una máquina (o por lo menos debe ser lo) que realiza un trabajo continuo sin necesidad de energía exterior que la impulse. Una máquina de esta clase que, por así decirlo, daría rendimiento sin contrapartida, creando energía de fuerzas estables como la Gravedad, la Hidráulica, o el movimiento Magnético cerrado, sería la fuerza de trabajo más barata que uno pudiera imaginar. Así pues, es comprensible el deseo de fabricar una máquina semejante.
Durante al menos 1500 años varios trataron de diseñar y crear el primer dispositivo del mundo con movimiento permanente. Durante la época de oro del movimiento continuo en el Reino Unido (desde alrededor de 1850 hasta fin de siglo), se concedieron cerca de 600 patentes para tales invenciones. Esos dispositivos por cierto parecían grandiosos en el papel y en la teoría, pero cuando se construían no funcionaban.
Los defensores del movimiento continuo aún se niegan a admitir el hecho de que no es posible, diseñar o crear un dispositivo de movimiento permanente, si no se dispone de una energía que actué como impulsora de movimiento.
En su intento por lograr lo que parece imposible, hombres y mujeres de nuestro tiempo están en el constante rediseño de máquinas que hace varias generaciones demostraron ser fracasos.
A pesar de todo, siempre se construyen nuevos aparatos de movimiento continuo, lo que hizo afirmar a los especialistas en la ciencia , que toda la historia sobre el problema del aparato de movimiento continuo era una locura que no tenía lugar en la ciencia.
Cualquiera que crea todavía en conseguir el aparato de movimiento continuo lo puede ver así por su larga historia, durante la que ninguno de sus constructores ha conseguido alcanzar el objetivo, a pesar de que no ha quedado ningún medio sin investigar.
Desde entonces, la técnica ha aprendido mucho. Se han hecho descubrimientos asombrosos, los inventos han hecho vacilar las concepciones, se ha conquistado el espacio. Pero no se ha cumplido el antiguo sueño de la humanidad de crear un aparato de movimiento continuo.
En nuestros días aún se inventan aparatos de movimiento continuo. Todavía no ha terminado la historia de la máquina que se mueva sin energía impulsora exterior. Y como quiera que el hombre no se aparta tan fácilmente de los sueños queridos, será una historia todavía muy larga.
Será una historia todavía muy larga
El ingeniero F. M. Feldhaus escribió hace mucho años: «Cuanto más lejos se haya llegado por la senda del error, tanto más instructivo será el regreso y tanto mejor nos ayudará a encontrar el camino correcto.
A pesar de todo lo analizado, los defensores del movimiento continuo tienen un gran campo para seguir trabajando y poder conseguirlo. Queda disponible en la creación una energía inmensa, estas son las fuerzas magnéticas con sus campos cerrados en movimiento que se encuentra en los imanes. El gran desafió consiste en conseguir que esta energía de atracción y repulsión actué como impulsora de movimiento, o transferir energía de corrientes inducidas al al sistema, por medio de producir giros y órbitas para captar sus efectos magnéticos.
Otra posibilidad consiste en ampliar los conocimientos del flujo magnético, para fabricar bovinas que interfieran de forma directa en la inducción. Algo así como una bovina con giros dentro de otros giros.
En el sistema que se esta aplicado se aprovecha el que, las corrientes que se inducen en un circuito se producen en el sentido de que sus efectos magnéticos tienden a oponerse a la causa que las originó. La ley de Lenz, si no hay desplazamiento, el trabajo es nulo, no se transfiere energía al sistema y las corrientes inducidas no pueden aparecer.
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