Me parece que el mensaje de diengo! es el más lúcido que he leído en estos últimos tiempos.
Aceptar lo que existe o proponer solamente una reforma, ni siquiera es digno de llamarse revolucionario. Para eso afiliémonos a un partido de izquierda parlamentario.
Pero l@s revolucionari@s no podemos limitarnos a oponernos a todo lo que existe, a ese "todo o nada" infantil. Eso es revolucionarismo, y a lo único que lleva es a la esterilidad.
Si el movimiento por l@s pres@s tuviera esa filosofía ¡pobres de ell@s! No se recurriría a la lucha legal por mejorar la situación de l@s pres@s porque eso significaría "compromisos con el sistema" y demás. Sería lo mismo que decirle a l@s pres@s "¡jódanse!". Eso sí, conservaríamos nuestra "coherencia revolucionaria", sí señor...
Construir alternativas aplicables hoy y no sólo oponernos a lo actual en nombre de una utopía, esa es la propuesta que yo interpreto de diengo!.
Pretender abandonar las luchas parciales que pueden realizarse hoy en nombre de la "abolición inmediata de la cárcel" es de una irresponsabilidad tan grande como pretender que se abandonen las luchas salariales para realizar la "abolición inmediata del trabajo asalariado". Este maximalismo es sólo la otra cara del posibilismo, porque tiene sus mismos efectos prácticos: la conservación del orden existente y la apatía.
Sí, el maximalismo teórico es CON-SER-VA-DOR.
No se puede abolir la cárcel sin abolir a la sociedad que necesita de cárceles. Entonces, pongámonos los pantalones largos y afrontemos este tema con la seriedad que se merece, con una mentalidad
práctica: investigar las circunstancias históricas que dieron origen a la cárcel y por qué la cárcel sigue siendo reproducida por la sociedad (la obra de Kropotkin, y también la de Foucault, es útil para esto). Y entonces, una vez tengamos claro cual es el sostén social de la cárcel, ver qué es lo que podemos ir haciendo para transformar las circunstancias sociales y transformarnos a nosotr@s mism@s para erosionar el modo de vida que crea y recrea a la cárcel.
La filosofía del castigo a quien se sale de la regla no es algo que solamente está en la cárcel, sino también en la escuela, en el trabajo, en la familia. ¡Incluso en nosotr@s mism@s, que la hemos internalizado! ¿Qué está a nuestro alcance para ser cambiado
hoy?
Eso es lo que un/a verdader@ revolucionari@ se pregunta:
qué puedo hacer hoy para transformar la realidad que me rodea, no qué debería hacerse en un futuro lejano, o qué debemos hacer para ser "coherentes" con cierta idea de la revolución social.
¿Qué puedo hacer hoy contra la cárcel y la sociedad que necesita de ella?
- Solidarizarme con los reclamos de l@s pres@s
- Actuar en mí mism@ y en mi entorno inmediato para dejar de reproducir las formas de actividad que justifican la autoridad, la vigilancia, y el castigo
- Promover, mediante una actividad teórica seria, la conciencia social sobre la cárcel y su rol, y confrontar el fruto de esta investigación en las dos actividades anteriores