Que pena que con lo inteligente que seas no seas capaz de ir más allá del muñeco de paja.chief salamander escribió:¿Ya hemos llegado a la conclusión de que oponerse a la tortura del psicópata malvado (y fascista) de las pelis de sobremesa significa ser una serpiente judeocristiana cuya única alternativa acabará siendo votar a IU? Vaya nivelón. Hasta me ha parecido ver por ahí a la Esteban.
¿Hombría de qué? ¿Donde ves tú la pretensión de virilidad en este hilo? vamos es que decir que ciertas prácticas, si es con tal de salvar la integridad propia y grupal, son aceptables, es ya ser un proto-fascista, pues bueno, mira con los ojos que quieras.chief salamander escribió:Hay gente, que se dice anarquista, que demuestra la altura ética de una mierda en mi zapato y la sed de sangre de un tertuliano de telecinco, con quien comparte furor punitivo, pragmatismo sádico y justificaciones, triste parodia de hombría. Así que estoy en desacuerdo con que la ley del embudo ampare a los torturadores "anarquistas". Les niego ese derecho.
Por cierto me da igual los derechos que niegues, el derecho lo hace la fuerza y a no ser que llames a la confederación anarquíca en pro de los derechos humanos y a sus cascos rojinegros poco vas a hacer.
Sobre lo que dice Javier Ortiz:
La excepcionalidad no implica norma, implica variar tu pauta normal ante una situación extraordinaria. Y con situaciones extraordinarias me refiero a situaciones en la que la vida o muerte de los tuyos depende del silencio deliberado de tu enemigo.
Y no creo que cuando alguien torture lo haga en nombre de un "bien superior", se hace en nombre de uno mismo y de los suyos, pero bueno, supongo que hablar de uno y de los suyos es un esquema mental propietarista y capitalista, lo suyo es abandonarse a la esencia panhumana y ser uno en el ser único.
Y respecto a lo de la jerarquía, se puede torturar sin necesitar un estado o un especialista, le dejo hablar a Marvin Harris:
Desde Brasil hasta los Grandes Llanos, las sociedades indoamericanas sacrificaban ritualmente víctimas humanas con el fin de lograr determinado tipo de beneficios. Prácticamente todos los elementos del ritual azteca están prefigurados en las creencias y las prácticas de las sociedades grupales y aldeanas. Hasta la preocupación por la extracción quirúrgica del corazón tiene precedentes. Por ejemplo, los iroqueses competían entre sí por el privilegio de comer el corazón de un prisionero valiente a fin de poder adquirir parte de su coraje. Los prisioneros varones fueron, en todas partes, las víctimas principales. Antes de matarlos, los obligaban a correr baquetas o los azotaban, los apedreaban, los quemaban, los mutilaban o los sometían a otras formas de tortura y malos tratos. A veces los ataban a estacas y les daban una maza para defenderse de sus torturadores. En ocasiones, conservaban uno o dos prisioneros durante períodos prolongados y les suministraban buenos alimentos y concubinas.
Bajo esa premisa, cómo muchos anarquistas han muerto asesinados no sé con qué cara han podido los anarquistas a lo largo de la historia cometer asesinatos y magnicidios.Y todo esto, habiendo compañeros sufriendo ensañamiento, y maltrato sistemático en cárceles y comisarías, a ver con qué cara explicamos que hay algún mal en ello salvo que nos compren una película infantil de buenos y malos. Estoy epatadísimo.
Hablales a estos de la ley del embudo:


¿Acaso tenían ellos "autoridad moral" para arrebatarle la vida a personas cuyo único delito era gobernar un país, ser burgués o haberte alistado en la polícia?

