Enviado por anonerror (no verificado) en Vie, 29/06/2018 - 09:35

En el siglo pasado, Wilma Scott (1921-1985) se dispuso a demoler la etiqueta de género que pende de muchas profesiones con esta frase: “Los únicos trabajos que no puede hacer ningún hombre son ser una incubadora humana o amamantar, y el único trabajo que no puede hacer ninguna mujer es ser donante de esperma”.