Hay otra cosilla que quería comentar, ahora que el genocidio va más despacio, y es el uso que se ha hecho –a veces, pocas, pero sí– del uso de banderas del Tercer Reich junto a la bandera del Estado de Israel, equiparándolas. A mí me parece que es una malísima idea en ambientes de izquierda y libertarios. Puede que bienintencionada, pero no me gusta naaaaada. Y os enumero algunos motivos.
El primero es el de la sensibilidad y la empatía. Cuando veo una bandera con esa cruz de brazos doblados, se me abre la úlcera de estómago, los angelitos pierden las alas y el niño Jesús llora. Ese símbolo representa el asesinato planificado, científico y sistemático de millones de judíos, gitanos, homosexuales e izquierdistas. Esa bandera no produce conciencia, produce asco, porque es la bandera de un exterminio de ayer por la tarde, llevado a cabo en Europa por gente que había ido a la Universidad y estudiado a Hegel, a Kant y a Mozart. A ver, joder, que es como enarbolar un kilo de mierda para reivindicar la paz.
Lo segundo es el mensaje. El objetivo político de la protesta es denunciar el genocidio en Gaza… Y cuando uno ve la hakenkreuz, se olvida del objetivo por las fatigas, angustias y vómitos que le entran. El centro de atracción, pasa al nazismo y a lo que a cada cual se le ocurre de él. Resulta que hay gente que empieza a ver cosas raras como el bigotito de Hitler flotando… O piensa cosas peores. Si queremos justicia y paz, de cara a la acción social, hay que buscar puntos de unión, cosa que no logramos con banderas odiosas y repugnantes.
Lo cuarto, que esa bandera no explica nada del genocidio actual. Al contrario, crea confusión. La causa palestina necesita –me parece– un lenguaje que favorezca la paz y esas banderas estatales, todas, representan la guerra. ¿Cuánta gente tiene que morir por la patria, para quedarnos tranquilos?
Lo quinto, que le hacemos propaganda a los racistas. Sacar esa bandera a relucir, es darle alas a esos, a esos…, a esos sujetos. Es afianzar discursos supremacistas que a día de hoy están extendiéndose por toda Europa y por el mundo. A esos tipos, mejor ni nombrarlos. Mi abuela me lo explicaba así: «¡ten mucho cuidado, porque si invocas a Dios, lo mismo aparece y te fulmina con un rayo!».
Y por último están todos los motivos que existen y que desconozco, para no sacar a pasear como provocación una bandera infame. Porque desde mi punto de vista, cualquier bandera nacional, escucha bien, tiene tras de sí, siglos de genocidios. Igual puedes poner al lado de la de Israel, la española, la francesa, la inglesa, la rusa, la china… ¿Por qué precisamente una n a z i, que hace que me sangren los ojos, que me zumben los oídos, y que mis pulmones expulsen una espuma verde con pompitas?
Un mensaje subliminal queda flotando en la inconsciencia universal… Ojo, que hay mucho cateto suelto. Y eso, escucha, no nos interesa.