@el_lokal [1]
No es casual el debate, mejor los debates que se están produciendo y hay que afrontarlos con valentía, humildad y respeto para con los iguales. Otra vez casi todo acaba en las urnas, en una convocatoria electoral, organizada por el poder responsable de la represión, que confia en ganarlas frente al “enemigo” y con la totalidad de los partidos: independentistas o no, participando, confiando a su vez en derrotar al poder represor. Las presiones para votar vuelven a ser tremendas y hay que insistir una vez más que la abstención es tan respetable, digna y representa posibilidades de luchar por lo menos igual a la opción de votar cualquier candidatura.
El terreno de juego vuelve a marcar las diferencias y lo hace en un momento en que,. algunos pensamos, que el terreno de juego había cambiado en parte. En que a pesar de que durante todo este tiempo, el govern, el Parlament, los partidos políticos y organizaciones afines, habían marcado la agenda, se produjeron desbordamientos, se abrieron brechas, que cambiaron la delegación por la auto-organización y que pusieron en juego no solo al estado español sino abrieron posibilidades más allá de los partidos, los sindicatos del poder y de la democracia formal. Entendemos que en esa desobediencia civil, activa, no violenta, masiva mucha gente vio y sintió y quizás por eso apoyó estas movilizaciones más allá del libre derecho democrático a la autodeterminación, intuyendo la práctica desobediente del derecho a la rebeldía frente al poder que nos oprime.
La competencia electoral partidista vuelve a inundar el calendario, vuelve a tomar la calle y los medios. Mientras por abajo las luchas continúan, con menos visibilidad, con más dificultades y tienen sus propias maneras y sus propios calendarios y hay que defenderlas, cuidarlas y ponerlas en primer plano.
Con votos o sin ellos la lucha por la vivienda, por los derechos y las libertades básicas, antifascistas y antirepresivas, feministas y antirracistas son nuestra vida diaria y exigen de la mayor unidad (entendida como luchar en común cada cual desde su posición, sin dejar de ser quien se es y sin pretender que todos sean como él).
Y para muchas personas y movimientos no son los partidos ni las elecciones el mejor instrumento para conseguirlo. La experiencia nos demuestra que en muchos casos se convierten en frenos para las luchas por acomodo en el poder o intereses propios. Es cierto que hay sus diferencias y que no todos son iguales pero también es verdad que comparten parte de estas dinámicas.
Entre los anarquistas y libertarios está siendo un gran debate con posiciones diferentes y confrontadas en los que ha habido respeto a cada cual y en su mayoría han participado de las luchas en sus propias realidades. En la calle el debate se está dando, es mucho lo que tenemos en juego para mirarnos y mirar más allá sin que la actualidad nos ciegue y seamos capaz de pensar y actuar con y desde la gente, desde las luchas, para ampliar derechos y libertades que, no hay duda, están en juego,
El LOKAL 6- DICIEMBRE 2017