Por Gelín Meana
I.- ¿Posado o robado?
Esta es la pregunta que se plantea cuando un personaje del famoseo y la farándula aparece reportado en algún medio. Estamos por decir que en el caso de este afamado personaje de la representación y la pantomima local, retratado en la sentada realizada tras la evacuación de La Madreña, se dan ambas situaciones.
Posado porque, esto de aparecer como si fuera un desalojado de La Madreña -dentro de la cual en muy contadas ocasiones se le ha podido ver- o dar la imagen de un activista madreñero, es mera pose. No se le conoce actividad madreñil ninguna más allá de acudir puntualmente, para no perderse la foto, a las procesiones rogativas a las alturas rezando por el mantenimiento del csoa. Hay que tener buenos contactos con los medieros madreñiles y gráficos de la prensa para estar a tan temprana hora, a los pocos minutos de la llegada de la dotación policíal, y no perderse la ocasión tan pintiparada. Te avisamos y nos das el posado. Tú aumentas tu cuota de famoseo y los réditos para tu formación y nosotros vendemos morbo. Posado.
Robado, que es lo más grave, porque se roba el protagonismo a los propios madreñeros, a los auténticos sostenedores durante estos años del proyecto de centro social ocupado y autogestionado, para dárselo a la representación politiquera de uno de los grupos implicados en el funcionamiento de La Madreña. Los medieros, madreñiles y gráficos de la prensa, conchabados en la operación de recuperación política del activismo desplegado en el csoa. La acumulación de bien tan preciado por algunos en la sociedad de la imagen como la fama (y échate a dormir) que el personaje en cuestión ha adquirido, la ha obtenido por este procedimiento del robo del protagonismo de los implicados en muchas de las luchas que en esta ciudad se han dado, copando la foto fija que de la lucha haya quedado. Robo sin fuerza, claro, y en muchas ocasiones llevado a cabo con la complacencia o al menos el silencio cómplice de los perjudicados. Que es, sin duda, lo más grave. Robado.
Pero esta situación, que puede parecer risible y anecdótica, refleja sin embargo un lamentable trasfondo de impotencia para hacer valer un auténtico proyecto autogestionario frente a determinadas posiciones politiqueras que, a través de la vis mediática, han pretendido con éxito cierto rentabilizar políticamente el activismo desarrollado en La Madreña. Y refleja, también lamentablemente, la incapacidad para la autodefensa del proyecto y la resistencia al desalojo que, pretendiendo compararla por la mera verborrea con otras actitudes bien distintas de otros centros en similar situación, resulta una patética impostura. Estas cuestiones, junto a otras que ayuden a entender la visión y la actitud de los libertarios organizados de Oviedo en todo el proceso de creación y desarrollo de La Madreña serán objeto de un análisis que esperamos poder publicar a lo largo del día.
II.- Desalojo o evacuación
Anunciábamos ayer que, tras la entrada de “posado o robado” en La Evacuación de La Madreña, intentaríamos un análisis desde la óptica libertaria del fenómeno de La Madreña, desde su inicio hasta los más recientes acontecimientos. Sin embargo, visto que la salida a la palestra de otros compañeros libertarios ha sido considerada por algunos activistas de La Madreña como precipitada y sin el tiempo necesario para un análisis sosegado y con el suficiente poso, a pesar que ese primer acercamiento al asunto ha provocado por los mismos un aluvión de comentarios que no parecen ni sosegados ni aposentados, prefiero tomármelo con más calma. Debo además consultar toda una serie de documentación para no hablar de memoria y sin fundamento. No voy a entrar tampoco en la cascada de comentarios a que me he referido, para no encontrarme mediatizado en mi enfoque. Ni me parece muy sano este modo de confrontar la cuestión, compartiendo las reservas que un comentarista hacía sobre que ello se estuviera dando el la red y no en las Asambleas, inexistentes para esto, lamentablemente.
Sin embargo adelanto que este análisis arranca sin duda del decepcionante acto final de la okupación del edificio de General Elorza. La imagen, el retrato que se ha dado ante las okupas de otros lugares es como menos penosa. Estos modos de enfrentar la defensa del proyecto no son casuales, son los que los sostenedores del csoa decidieron. El porqué fue ese el modo y no otro es una cuestión a mi manera de ver, crucial para entender lo que pasa y viene pasando con las “movilizaciones” en Asturias. Una cuestión que debe ser enfrentada si es que no se quiere seguir con este deplorable derrotismo que, derrota tras derrota, cunde en las filas de la contestación al sistema de Explotación y Dominio que venimos sufriendo.
A pesar que los medios nos hagan el gran favor de considerar lo que ocurrió con el cierre de La Madreña como un desalojo, no deberíamos compartir el engaño de esa muleta que se nos pone delante de los ojos y las entendederas. No hubo tal. Lo que ocurrió fue una lamentable evacuación. Y posterior pataleo que se quiso presentar como resistencia. Cómo y porqué se llegó a esto, y el significado y consecuencias que supone, lo abordaremos en nuestra próxima entrega. Por el momento y por si sirve de aclaración y reflexión, dejo aquí la entrada que el diccionario rae hace del término evacuar, que defiendo como el más adecuado a la realidad de lo ocurrido por casi la totalidad de sus significados.
evacuar. (Del lat. evacuāre).
1. tr. Desocupar algo. 2. tr. Desalojar a los habitantes de un lugar para evitarles algún daño. 3. tr. Dicho de un ser orgánico: Expeler excrementos u otras secreciones. 4. tr. Desempeñar un encargo, informe o cosa semejante. 5. tr. Der. Cumplir un trámite. Evacuar un traslado, una diligencia. 6. tr. Med. Sacar, extraer o dejar salir los líquidos anormales o patológicos del cuerpo. 7. tr. Mil. Dicho de una tropa o de una guarnición: Abandonar una plaza, una ciudad, una fortaleza, etc. 8. tr. ant. Enervar, debilitar, minorar.
III.- Gestación de una estrategia
Habíamos dejado el asunto en el planteamiento que sostengo de que lo sucedido con el cierre de La Madreña no fue un desalojo. Hablando con propiedad no puede ser considerado más que como una evacuación, en el sentido de casi la totalidad de las acepciones que el diccionario Rae da a este término.
No vamos a abordar, por ahora, la gestación, la trayectoria ni el significado del proyecto del CSOA La Madreña. Baste con apuntar aquí nuestro reconocimiento a la indudable importancia de su existencia y de su labor, para unos –probablemente la mayoría- desde la visión del ámbito del Ciudadanismo o Movimiento Ciudadano, para otros –entre quienes me encuentro- desde la óptica de un indeterminado Movimiento de Contestación al actual Sistema de Explotación y Dominio. No planteo estas agrupaciones por las aspiraciones teóricas de sus formulaciones, sino que las considero definidas por sus respectivas prácticas. Ambas perspectivas confluyen, con enfoques diversos, en lo que podríamos denominar “movilizaciones populares”, de las que lo acontecido en torno al cierre de La Madreña (LM) forma parte.
Nos centraremos (utilizo el plural porque son reflexiones debatidas y compartidas con y por otros compañeros) en el cierre de LM, porque los acontecimientos así lo demandan. Es lógico que la forma en que ese cierre se ha producido plantee muchos interrogantes y exija formularse ciertas cuestiones por lo sorprendente –aunque quizá no tanto- de la débil respuesta al mismo. Cuestiones e interrogantes no solamente legítimos, sino ineludibles para quienes les preocupe la cuestión más allá del paripé mediático. Intentaremos abordar aquí algunas de tales cuestiones.
Con algún posible error de fechas veamos a grandes rasgos como se “gestó” la posición adoptada y llevada a cabo por el colectivo LM. El 13 de mayo, miembros del colectivo conocen la decisión judicial de la Audiencia Provincial de proceder al desalojo del centro. El mismo 13 o el 14 el colectivo se reúne en Asamblea interna, no convocada abiertamente, para valorar la cuestión y acuerda un primer enfoque de plantear una “resistencia” pasiva y legal y se decide convocar una Asamblea abierta para el día siguiente. Es ya noche del 14. El 15 se difunde la convocatoria para esa tarde a las 8. A pesar de la urgencia se congregan un par de centenares de solidaridades.
Pero no llegó a constituirse Asamblea formal. Primero que si la gente no cabía en la sala, y entonces vamos pa fuera y hablamos desde las escaleras. A uno le parece un espacio harto incómodo para asamblear –horizontalidad- aunque sí muy cómodo para el chalaneo del “arriba y abajo” ¿porqué no en la patio de atrás, amplio y donde corre el aire?. Ya sé que habrá quien salte con lo de “ya salió el conspiranoico” pero ello no disipa el enrarecido ambiente que se generó. Por entremedias, confusión, barullo, grupos por aquí y allá donde parece que algo se ventila, pero el bochorno empieza a ser sofocante. Alguien que desde el micro “informa” -¿ha comenzado la ASAMBLEA?- de las acciones que se van ha llevar a cabo -¿ha decidido ya la ASAMBLEA?-, se abre un micro laudatorio y refrendatario -¿es ahora la ASAMBLEA?- que concita tímidas adhesiones, escasas pero suficientes para satisfacer las pretensiones convocantes de cubrir el expediente, y “entonces quedamos en que... -¿ya ha votado la ASAMBLEA?- y ahora vamos a salir a protestar –¿dijo protestar o pretextar?- cívicamente al paso de cebra -¿dijo de cebra o de cabra?- y mañana más. Atentos a la convocatoria. A uno le había llegado una convocatoria de ASAMBLEA para “para apoyar y hablar entre todxs d las posibles estrategias a seguir para impedir el desalojo del Csoa La Madreña.”. No pude acudir personalmente pero, por lo que supe por compañeros que sí fueron, apoyar, bueno; hablar entre todos de estrategias, como que no, y decidir, que no estaba previsto pero que se supone que es lo que hacen las ASAMBLEAS, ¿pa qué os vamos a cansar, si además ya está decidido?
Esto más que a ASAMBLEA suena a chalaneo, a cambalache, a juego de prestidigitación, a impostura en fin. Así el día 16 pudimos leer en, entre otros medios, “Asturias 24”:
Los miembros de La Madreña han confirmado a este diario su decisión, tomada ayer en asamblea, de no abandonar el centro de forma voluntaria. Rubén Rosón, uno de los portavoces del colectivo, ha advertido de que el desalojo tendrá que ser forzoso. Rosón ha señalado que no habrá violencia, pero sí resistencia pasiva a la desocupación.
Ana Taboada, una de las abogadas del colectivo, ha señalado que, si el abandono no se produce de manera voluntaria, los implicados podrían incurrir en un delito de desobediencia, por lo que hay que considerar el riesgo.
La estrategia quedaba definida, así, de aquella la manera.
El lunes 19 se celebra la Asamblea semanal de LM, que pone en marcha los pasos de esa estrategia con la convocatoria de una manifestación de apoyo y contra el cierre, con el lema de “La Madreña no se cierra”. Cuatro o cinco mil “asistentes”, según los convocantes, pasean por Uviéu al festivo ritmo de batucadas y orquestinas y “animados” por disfraces circenses y megáfonos contestarios. Tan animado desfile, sin embargo lo que provocó fue un deslabazado y disperso coreo de consignas y que a medida que avanzaba hacia su final “movilización tan reivindicativa” se “manifestase” un gesto de frustración, decepción y tristeza en los rostros y el tono postural de muchas de las solidaridades concitadas. ¿Así se pretendía dejar claro ante la Autoridad pertinente que “LM no se cierra”? Clarito les quedó que los convocantes tenían controlada su estrategia, nadie se desmandaría. Podían asegurarse un cierre sin desmanes y sin problemas. En el transcurso de tan distendida concentración quise saber si aquello terminaría en Asamblea, en la misma plaza de las de aquel 15M que dio lugar a la okupación que cuajó en LM, pero “uno de los portavoces del colectivo” me aseguró con contundencia que no, que no habría tal y de paso me dejó claro, ante mis críticas, que la manifestación-paseo y la estrategia de resistencia pasiva respondían a una pensada posición política. Por supuesto no me sorprendió, salvo en lo de “pensada”. Visto el panorama, después de pasar ante la Delegación del Gobierno -bajo cuya orden se aplicaría la decisión judicial- con mucha pena y ninguna gloria, decidí que ya había tenido suficiente y abandoné aquella mal disimulada procesión de almas en pena que en su tramo final, de predominante tonalidad negra, parecía arrastrar las pesadas cadenas de la decepción.
Una de las centrales e ineludibles cuestiones que se nos plantea es a qué meditada posición política interesan estas movilizaciones desmovilizadoras, esta línea de acción desactivadora que se viene imponiendo en las luchas sociales de los últimos años en Asturies, en las que la actitud más radical que se puede dar es la de tirar petardos explosivos. Quién las promueve y porqué. Quién las asume y porqué.
Otra es la de porqué respecto al cierre de LM se impulsó la estrategia pasiva y no otra. Porqué no se quiso contar a la hora de decidirla con los activistas que, aunque no participaran de la gestión, acudían con cierta asiduidad a las actividades de LM, los grupos externos que las organizaban, los colectivos en su momento requeridos para prestar su apoyo a la constitución del proyecto en las listas difundidas en los medios, ni menos, con los promotores de la okupación ni con los simpatizantes del CSOA. Se decidió así impulsar una manera determinada de enfrentar la cuestión, y no otras. ¿Legítimo? Sin duda, quizá. ¿Modélico? Sin duda que no, al menos para una sensibilidad autogestionaria, que ha de partir de la solidaridad, la lealtad, la horizontalidad y los procesos asamblearios.
En la próxima entrega avanzaremos al momento mismo de la evacuación intentando dar alguna clave que ayude a desentrañar el meollo de cuestiones como las planteadas y algunas otras pertinentes.
IV.- Impostura - Autenticidad
Decíamos que el 21 se había producido una manifestación de apoyo solidario y contra el cierre de LM.
Un proyecto como LM, gestado a partir de la okupación promovida por el 15M, que se aparta de las fórmulas autoritarias, jerárquicas, centralistas, de delegación para la gestión de la vida social y a ello opone formas de organización horizontal, asamblearia y autogestionaria, directa, es lógico que concite simpatías, entusiasmo y apoyo solidario, y es lógico que las gentes que sostienen aspiraciones y anhelos de profunda trastocación y superación del caduco mundo que nos ha tocado padecer se apresten a prestar sus esfuerzos contra el ataque a un proyecto que representa esas aspiraciones. Es lógico, necesario y saludable. Lo malo es cuando esos esfuerzos se ven frustrados.
En unos tiempos en que se está fraguando la pelea para concretar esas aspiraciones y anhelos trastocadores y darles vida, tiempos por tanto convulsos, difíciles, confusos, es lógico que las fuerzas transformadoras vacilen y no acierten a aclararse, a reconocerse a sí mismas, su posición, el terreno que pisan, no acierten a tomar voz, tomar protagonismo y hacerse valer. Son, a grandes rasgos, las fuerzas que laten alrededor del que califico como indeterminado Movimiento de Contestación al actual Sistema de Explotación y Dominio.
Es lógico también que en el “mientras tanto” otros sean quienes marquen el ritmo y se lleven el gato al agua. Para no perecer con sus fórmulas y sus querencias autoritarias, fuerzas comprometidas en el sostén del viejo mundo, se han venido a explorar sus “posibilismos” en estas otras nuevas formas que surgen y se afianzan por todas partes. Y como los modos autoritarios son atávicos, ancestrales, consolidados por los siglos de los siglos y no hay color frente a los esporádicos, inmaduros, titubeantes, aunque pujantes, y advenedizos nuevos comportamientos, aquellos avezados manejadores de los instrumentos de control y manipulación de la “escena política” tienen el terreno trillado, y lo aprovechan. Y encauzan el agua y se la llevan a su molino. Son, a grandes rasgos, las fuerzas dirigentes del llamado Movimiento Ciudadanista.
Pues bien, lo que ha sucedido en el desarrollo del proyecto de LM y particularmente en la vergonzante claudicación ante la Fuerza que llevó a cabo el cierre es esto: Que a pesar de que gran parte de quienes desinteresadamente acudieron a solidarizarse con el centro social okupado y autogestionado hubiese querido intentar, al menos, una actitud menos resignada y más activa, sin embargo se impuso la manera pasiva, entreguista, e interesada de los avezados a la manipulación y el conchabeo de los “petits comités”.
¿Porqué? Por una simple correlación de fuerzas entre las dos tendencias. Y la capacidad de las respectivas fuerzas no está ni mucho menos determinada por el número de seguidores de una y otra, asunto bien secundario en esta cuestión. Lo está, y esto es lo importante, por los instrumentos, las herramientas, las armas de que se dispone para llevar adelante una u otra propuesta. Está claro quién controla y maneja más instrumentos y puede instrumentar mejor las propuestas y energías que se ponen en juego.
El frentismo, el plataformismo, el entrismo en los movimientos sociales a través de las coordinadoras, las comisiones, las asociaciones vecinales o profesionales, y ahora los csa, es una constante histórica y una seña de identidad de una determinada manera de llevar adelante los objetivos políticos, en la que esa concreta fuerza política se mueve como pece en el agua. Allí despliegan sus añagazas y maniobran para hacerse con los instrumentos de toma y control de decisiones, orillando en lo posible y/o entorpeciendo los Procesos Asamblearios claros y abiertos. Estos procesos, enturbiados, ninguneados y relegados a meros organismos refrendatarios de lo decidido en “petit comité”, cumplen el papel mínimo y suficiente de incómodo trámite para cubrir el expediente. Así se ha evidenciado a lo largo de la evacuación de LM en la ya famosa “asamblea” para “decidir las estrategias contra el desalojo”. Nada se debatió, ni se confrontó, ni se votó allí. ¿Quien decidió entonces la estrategia que se llevó a cabo? Esta pregunta empezó ya a plantearse en la Asamblea de LM de este pasado lunes; sin la necesaria contundencia, sin embargo, para forzar a que “alguien” se explique y asuma la responsabilidad.
Esto por un lado. Pero ¿qué pasa con los defensores de la autenticidad de los procedimientos horizontales, abiertos, directos, autónomos y decididamente autogestionarios? Pues ya hemos señalado la escasa práctica que estos procedimientos han podido desarrollar, secuestrados por el sistema de la delegación y la representación que ha consolidado el Régimen de la Democracia. Un Régimen en el que se ha impuesto una ideología acrítica de sumisión y aceptación conformista y consumista del statu quo, de la situación, donde se frustran los valores del compromiso y la asunción de la propia responsabilidad. Desembarazarse de tan tóxico lastre lleva su tiempo, y exige un esfuerzo y una dinámica constante que promueva el desarrollo de prácticas antiautoritarias, las cuales, en las circunstancias en que nos desenvolvemos, no encuentran un terreno favorable para su realización. Es decir, el núcleo de los partidarios de la autenticidad está en clara desventaja en cuanto a los recursos de que se puede valer contra la inercia autoritaria. Así pues, faltos de práctica y de convicción en sus fuerzas, se sitúan en una posición de dependencia respecto a los hábiles expertos en el manejo del tinglado de la antigua farsa. Han de confiar en las buenas intenciones de los compañeros de viaje y tragarán con sapos y carretas para tratar de impedir que sus esperanzas sucumban y para no verse acusados de quebrar la unidad (unicidad, en realidad) en la defensa de la causa y de traicionar el buen rollito que nos ha traído hasta aquí.
En este terreno de juego y con estos mimbres los ciudadanistas han dominado la partida de cabo a rabo. Se sumaron a la propia okupación porque se trataba de un edificio público, objeto de los habituales trapicheos y corruptelas Administración-Empresas, lo que les venía como anillo al dedo en el principal banderín de enganche de su política municipal: la denuncia de la corrupción urbanística con su riestra de casos (Calatrava, Magdalena, Vasco) al que ahora se sumaba Elorza 32 para completar lo que denominan “operación de los Palacios”. Había que implicarse, poner toda la carne en el asador con la vista en el rédito político. Y ciertamente la pusieron. Se nos plantea la muy legítima duda, a tenor de lo sucedido en otras okupas anteriores realizadas en Asturies, sobre el grado de su implicación de haber sido otro el sitio, el cariz y el carácter de la acción. Pero no elucubremos.
Una acción, promovida desde el 15M de Oviedo para probar su fuerza y tratar de recuperarse de su declive; que “en principio” no tenía ese edificio por objetivo pero que “al final” fue el elegido; que suscitó el entusiasmo de muchas voluntades en abrir un espacio a la experimentación de la libertad y las formas de organización autónoma y directa, horizontal, cara a cara, autogestionada, se encontró desde el minuto uno mediatizado por los intereses de la politiquería: la misma noche de la okupación, apenas comenzada una Asamblea para valorar lo ocurrido, debatir planteamientos y estudiar pasos a seguir, uno de los “hábiles” expertos en tinglados se erige en portavoz y se dirige a los medios “convocados” en la verja para hablar en nombre de los okupantes -a espaldas de estos y sin su conocimiento - y soplarles el número de activistas encerrados, sus intenciones, el significado del acto –según su interpretación, que ya se sabe que quien parte y reparte explicaciones se atribuye la mejor parte- y hasta el color de los gayumbos de un bedel que había aparecido emparedao en el sótano. Luego tuvo que disculparse ante la Asamblea, con la muy cuestionable excusa de la importancia de los medios, que no pueden esperar. Pero tú controla, que algo queda. Política de hechos consumados.
La engrasada maquinaria de la politiquería maquinaba a tope. Y furrularía apoyada en dos raíles, en estos dos ejes principales: mediatización y medios. Herramientas de medieros, interlocutores, delegados, agentes, representantes.
En la próxima -y espero que por mi parte definitiva- entrada sobre la cuestión veremos cómo esta estrategia se desarrolla y se concreta en lo sucedido en torno a lo que ha venido a evidenciarse como una evacuación. Pero, piano.
V.- Coda y fin
Mediatización y medios habíamos señalado en la anterior entrada como los ejes en que se apoyarían los medieros -portavoces, interlocutores, agentes representativos- de LM para llevar adelante la estrategia de “resistencia” pasiva frente al cierre, decidida como habíamos visto, de la manera. Instrumentos interdependientes, complementarios ambos, retroalimentándose mutuamente para hacer avanzar el propósito. Intentaremos comprender cómo, a través del análisis de lo que los hechos nos revelan.
Para llevar una estrategia adelante lo primero que deben procurarse sus impulsores es contar con una fuerza que la respalde; evidente. Pero, para un análisis desde la distancia necesaria que nos proporcione una cierta perspectiva, previamente hemos de tratar de ver con la mayor claridad posible el contenido y el alcance de la estrategia que se estaba desarrollando, desvelar el significado real de la propuesta que se concretaba en el lema de “La Madreña nun se pieslla”. Y habría que procurar determinar si ese significado era el mismo para los impulsores de la estrategia que para aquella necesaria fuerza que la respaldaría. Yo aventuro que no. El lema no significaba lo mismo para quienes, por activa o por pasiva, se erigieron en portavoces y conductores del movimiento que se generó como consecuencia de la amenaza de desalojo que para quienes aportaron su disposición solidaria para impedirlo.
Lo que significaba para unos y para otros ya lo avanzamos en la última entrada. Intentaremos concretarlo.
Para los impulsores de la resistencia pasiva esta propuesta encajaba en su estrategia de utilizar LM como un elemento más de su batalla política contra el psoe (en el nivel autonómico) y contra el pp (en el nivel municipal). LM se convertía en una lucha ciudadanista que diera rédito electoral. Además los ciudadanos han de conservar los buenos modales, deben limitarse a protestar en la calle, a hacer bulto en la comparsa procesional, porque “ya se sabe” que las reivindicaciones solo se pueden lograr en las instituciones, que es donde está el poder de decisión, y que para eso están los políticos, que son los capacitados, los que “pueden”. En la manifestación de la tarde de la evacuación la única pancarta, que iba en primera fila, se encargaba de señalar al rival político. Ni una referencia que alentara la capacidad para la autogestión. Lo tenían claro: si tenemos un enemigo que nos cierra el csoa, lo único que cabe es denunciarlo; él es el culpable del cierre, para nada cuestionarse la incapacidad propia para haberlo impedido. Nada de impulsar las capacidades autónomas del movimiento; nada de confiar en la acción directa del propio movimiento para revertir las cosas, para propiciar una nueva okupación... El proyecto de consolidación de un CSOA, más allá de la instrumentación, de la mediatización política, nunca estuvo en sus cálculos. Lógico, algo así, auténtico, les desplazaría, les dejaría sin papel dirigente y eso sería un sinsentido que son incapaces de comprender. “La Madreña nun se pieslla” no era más que la excusa para enganchar gente a su estrategia. Evitar el cierre nunca fue su intención. Si lo hubiera sido hubieran puesto empeño y medidas para lograrlo, cae de cajón. Por tanto fue una impostura, sostenida, en consecuencia, por impostores.
Para quienes acudieron al reclamo, el lema era expresión de una esperanza auténtica en que LM tuviera la ocasión de consolidar un proyecto autónomo, antiautoritario y autogestionario. Pero se dejaron arrastrar, ya hemos explicado porqué en la entrada anterior. Se dejaron engañar por las “buenas intenciones”, “la unidad” mal entendida, y la falta de una práctica propia. Su entusiasmo y sus aspiraciones fueron mediatizadas. Al tiempo que se les convocaba a expresarlas, manifestarlas y corearlas, se impedía que pudieran concretarse en un resistencia activa y una actitud decidida contra el cierre. Si los “convocantes” hubieran querido impulsar todas las energías que se pusieron en juego, otro gallo cantaría. Hubiera sido muy fácil, por ejemplo, abrir una Asamblea al final de la mani del 21 en la Escandalera y proponer turnos de ocupantes, o Asamblea permanente o Encierro permanente en LM para impedir su cierre. Movilizar el entusiasmo presente hacia la convicción de que ello era posible, hubiera supuesto una actitud muy diferente frente al desalojo. Entre los cuatro o cinco mil manifestantes que dicen los convocantes haber congregado ¿no se juntarían un par de cientos para ello? Pero se teme a las Asambleas, a la autoorganización de la gente, a la autogestión, y eso por parte de quienes se reclaman gestores de un cso autogestionado. Se mediatizó la disposición de los manifestantes de ese día: la manifestación de una actitud firme y decidida contra el cierre -que no precisa de quema de contenedores ni apedreamiento de escaparates para expresarse- fue relegada y se nos regaló el oído y la autocomplacencia con un desfile lúdico-procesional que diluyera la indignación de la gente en el ruido de la charanga y la batucada. El personal fue desmovilizado y desmoralizado. Y se conformó; no se fue capaz de sostener el lema “La Madreña no se cierra” como significado de una aspiración auténticamente autogestionaria. Pero tenía ese significado; lo que no se pudo mostrar fue “la postura”.
Y se siguió mediatizando el apoyo solidario jugando al activismo, para mantener a la gente “ilusionada” y enganchada a la estrategia, que se convirtió en estratagema. Se lanzaban proclamas y convocatorias que hicieran creer que se estaba en una dinámica de lucha contra el desalojo, pero eran pura soflama, un suflé que se deshinchaba a la hora de hincarle el diente. Se jugaba con las esperanzas de la gente. Y se jugaba, literalmente: las acciones entre el día 21m y el 3j, día de la evacuación, cuando no tenían un carácter meramente lúdico -como la “barricada” de libros (en la acera), el reparto de libros a los maderos o el “apadrina a un diputado”- no pasaban del pataleo puramente mediático en un acto electoral del psoe.
Y aquí toman papel principal los medios. Lógicamente, entre un movimiento ciudadanista y otro antagonista, el cuarto poder -que no es más que otra de las caras del Poder- promoverá al primero para recuperar para el Régimen la contestación de la calle. Así se definían en una crónica de uno de esos medios sus simpatías: “sus formas y método no se correspondían con los de un grupo de típicos okupas: en lugar de lucir enhiestas crestas a lo punki, sus autogestores han sabido ser, ante todo, diligentes, eficaces y prácticos emprendedores” Chicos formales, de fiar... Claro que nada de extrañar si consideramos el concepto que “el colectivo de autogestión” tenía de lo que era un CSOA, según declaraciones a otro medio querían sacar adelante «ocio autogestionado, para convertirnos en un referente cultural y artístico» ¡¿?!
Los medios amplificarán y darán cobertura a los mediatizadores. Y estos utilizarán esta complicidad para afinar su estratagema: dar la “imagen” de un activismo que parará el cierre, lo que sin embargo será desmentido por los hechos.
Veamos una muestra de cómo entre unos y otros nos colocaban “el mensaje”, en titulares, declaraciones y crónicas (los subrayados son nuestros para resaltar la contradicción mensaje-hechos y la ironía implícita). Así, en los primeros momentos:
- La Madreña insisten en que tratarán por todos los medios de frenar el desalojo.
- La pretensión es no ponérselo fácil a los encargados de ejecutar el procedimiento.
- El colectivo destaca que su capacidad de convocatoria puede cortar en pocos minutos la calle General Elorza o hacer llegar a la sede del centro a cerca de un millar de personas.
- La Madreña diseña ya una doble batalla, legal y social, para evitar el cierre del centro social okupado.
Pues, como que no. Son muy reveladores otros titulares como “La Madreña se rearma con las palabras” o “Los usuarios intentan resistir de forma "pacífica" y piden al Gobierno del Principado que detenga “esta gran incongruencia” Por cierto que esta transformación de okupantes a “usuarios” que difunden los medios es también muy reveladora.
A partir del 26 de mayo, cuando se desaloja Can Vies se produce otra hábil mediatización. Ante el peligro de un efecto contagio y también para mantener avivada la “ilusión”, los recuperadores madreñiles y prensiles se apresuran a sacarle jugo a la coincidencia, meramente temporal como veremos. Así, p.e., podemos ver en la edición digital de “El Público.es” del 03/06/14 esa mediática identificación en el titular “Policía desaloja por la fuerza La Madreña, el 'Can Vies' asturiano [1]” mientras la crónica se encarga de establecer diferencias y nos cuenta que “los usuarios” "no opusieron resistencia a la Policía" y lo abandonaron "de manera pacífica", tal y como ha explicado a Público uno de ellos, remarca que “los usuarios han organizado una sentada en la que se encontraba el portavoz de IU en el Ayuntamiento de Oviedo, Roberto Sánchez Ramos,” y recoge las palabras de un usuario "Si alguien piensa que el desalojo va a detener la denuncia contra la especulación urbanística de la Operación Palacios, se equivoca", dejando claro el cariz ciudadanista que les anima, hechos y actitudes en las antípodas de lo ocurrido en Barcelona en torno a Can Vies.
Sin embargo la semana anterior los medieros madreñiles juegan al supuesto paralelismo de ambas experiencias y así pudimos ver en su facebook una imagen en la que tres personas sostenían una pancarta con la leyenda “La Madreña en solidaridad con Can Vies” o algo así –la foto ha desaparecido del muro y es imposible rastrearla por un buscador- con el siguiente pie de foto: “concentración de apoyo a Can Vies”, realizada ¡en la sala principal de LM! Ciertamente, muy concentrada. Aparte de alguna otra referencia en declaraciones de algún “autogestor” y la reiteración de algún titular en el paralelismo, el efecto Can Víes sirvió para que la Autoridad, pienso, retrasara unos días el cierre de LM esperando que se apagaran los rescoldos de Barcelona, no fuera a ser que un mal viento los arrastrara hasta Oviedo, y también sirvió para que las soflamas de los estrategas, sin llegar ni mucho menos a ser incendiarias, tomaran un perfil más activista. Al mantra “La Madreña no se cierra” sucedió un nuevo mensaje Si nos cierran La Madreña, ocuparemos la ciudad. Pero como veremos, a pesar del torpe empeño de medios y mediatizadores en vestir la realidad con ropajes “can-vieros”, el rey-realidad se nos mostrará tercamente desnudo.
Reconstruyamos lo sucedido con la evacuación a través del relato de un par de medios, Asturias 24 y El Comercio (los subrayados para resaltar la contradicción mensaje-hechos y la ironía implícita siguen siendo nuestros)
-Medio centenar de agentes procedieron al desalojo del edificio
-cinco usuarios en ese momento se encontraban haciendo guardia en el centro social en el último piso donde se resistían los okupas. Una resistencia pacífica. «Nos identificaron y salimos caminando tranquilamente».
-Unas 75 personas, (muy generoso recuento de las cuatro docenas que se pueden contar fácilmente en las fotos) todos defensores del centro okupado, desplazados hasta General Elorza improvisaron un corte de tráfico simbólico como protesta.
-Los usuarios de La Madreña hicieron una sentada mientras coreaban 'La Madreña nun se pieslla'.
-Rápidamente los agentes se pusieron los guantes y comenzaron a levantar y arrastrar a todos los manifestantes.
-«Teníais que estar de nuestro lado como los bomberos que se negaron a colaborar en el desalojo. Nosotros podríamos ser vuestros hijos», les retaba una joven.
¿Y lo de tratar de frenar el desalojo por todos los medios? ¿Y el millar de personas que en pocos minutos cortarían la calle? Intentar establecer cualquier paralelismo con Can Víes resulta patético, a la luz de los hechos y las actitudes. Pero aún se podría exprimir más la oportunidad y mediatizar la indignación que el cierre hubiera causado, para desviarla al cumplimiento de la estratagema. Para la tarde se realizó una convocatoria de concentración-manifestación, y en la convocatoria se volvió a tirar el anzuelo de una Asamblea al final, en la que se decidiría los pasos a seguir. Los medios recogían la convocatoria «Con fuerza y argumentos vamos a tomar las calles» Y así nos contaban lo acontecido:
-Con música e ironía, la protesta ha subido desde la antigua Consejería de Sanidad hasta el edificio ocupado por la plantilla de Sedes en Uría.
-Foncalada arriba, el ánimo de la convocatoria era festivo. Un lema resumía el objetivo de los manifestantes: Si nos cierran La Madreña, ocuparemos la ciudad
-la manifestación repitió recorrido entre cánticos como 'un desalojo, otra okupación'
-la marcha ha proseguido hasta la sede regional del PSOE
-El colectivo que ha gestionado el cierre culpa al Gobierno regional del PSOE
-«Hoy no puede ser un día triste. Los objetivos que teníamos el día que entramos aquí están en parte cumplidos»
En parte porque querían señalar al presidente socialista y al que entonces era alcalde, ahora delegado de Gobierno, Gabino de Lorenzo».
-En todo caso el ambiente era pacífico. «No quemamos contenedores», incidía a grito uno de los hombres que encabezaba la marcha.
-Pero al llegar a La Escandalera, tras casi dos horas de caminata, los usuarios decidieron seguir hacia La Madreña y cumplieron con eso de ocupar la ciudad. (¿?) ¿Y la Asamblea? ¿quienes decidieron? ¿los usuarios?
-Al llegar frente al centro social de nuevo, se produjo una carga policial. Los agentes se enfundaron los casos y sacaron las porras. Cargaron y un joven resultó herido con una brecha en la cabeza.
-Tras ese enfrentamiento, los usuarios pidieron calma a sus compañeros. Permanecieron aún unos minutos reprochando a la Policía su carga (¿usuarios que piden calma a usuarios?)
-Los colectivos sociales reclaman otro espacio donde desarrollar su actividad
-Anunciaron que se querellarán contra los responsables.
Desnuda verdad: mediatización e impostura. Vergonzosa claudicación. Nada de defensa. Nada de tomar las calles. Nada de okupación, ni de la ciudad ni de otro edificio. Objetivo cumplido: señalar al enemigo político. Y ahora a reclamar a las alturas otro espacio para el “ocio autogestionado” y que se juzgue a los “responsables”. De Asambleas libres y abiertas, ni hablar. Conciliábulo, para moverse como pece en el agua. Evacuación. La gran evacuación.
Parece que algunas gentes de la propia Madreña y del entorno se han percatado de la maniobra y ello puede tener consecuencias de cara a los próximos pasos. No están dispuestos a dejarse arrebatar un proyecto autónomo y autogestionario a costa de “mantener la unidad” y no quieren ir a una deriva legalista y pactista para hacerse con un nuevo local o para sustanciar responsabilidades por el cierre.
Quedan planteadas cuestiones cruciales para la determinación en Asturies, de verdad y con todas las consecuencias, de un movimiento antagonista de contestación al actual Sistema de Explotación y Dominio, que tenía en La Madreña un espacio para la expresión y la creación de experiencias de Libertad. Algunas de esas cuestiones hemos procurado ponerlas sobre el tapete a través de estas entradas y queda ahora un tiempo de reflexión y poso que nos permita ir asentando posiciones cada vez más sólidas. Espero haber aportado elementos para ello. Que cunda.
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*Activista de la CNT y del Atenéu Llibertairu d’Uviéu, participó como miembro del 15M d’Uviéu en la okupa que dio origen a La Madreña.