Hubo un tiempo en que la definición política de catalán correspondía a una magistral clase de benevolencia paternal por parte del más longevo President de la Generalitat catalana en la historia reciente de esta antigua institución. Jordi Pujol decía para sus acólitos que "catalán es todo aquel que vive y trabaja en Catalunya". Hoy, con casi un millón de parados, el ex-president puede comprobar que esta palabrería no solo ha enriquecido a su propio hijo Oriol, sino que ve a su propia sangre intentando "sobrevivir" con éxito en la difícil jungla de la corrupción y el parasitismo, como gran parte de su formación política Convergència i Unió (CiU), el resto de parlamentarios y los sectores privilegiados de la "Belle Epoque" catalana. Toda esta pléyade de "buenos" catalanes se ha visto implicada en blanqueo y desvío de fondos a través del escandaloso sonido del Palau de la Música, donde el director de la orquesta, el sr. Millet, hacía amistad hasta con los directores de los principales medios (des)informativos de la sociedad catalana.
Es así como, a través de los años, el catalán de Pujol se ha quedado cojo. La brecha entre ricos y pobrews ha aumentado de forma drástica y, sin asomo de vergüenza patriótica, éste ha sido el fruto podrido de las intrigas y corruptelas políticas en nuestro país. En el año del tricentenario de la conquista de Barcelona por la monarquía borbónica frente a la corona de los austrias, no sabemos a ciencia cierta si lo que se va a celebrar es una victoria o una derrota ni por parte de quién, solo el tiempo lo dirá. Lo que si debemos, con mucha humildad, es incluir en la sociedad catalana a la gente que malvive, porque está en el paro, la desahucian, despiden, roban sus ahorros o engañan con cualquier estafa de índole económica. También la recién llegada, incluso quien no tiene la documentación en regla y la encierran como un animal en un Centro de Internamiento para Extranjeros, pisa el mismo suelo que los catalanes, tanto como las personas que están en la cárcel o no reciben ayuda social y terminan durmiendo en la calle. Esta situación dramática siempre estuvo ahí pero se ve aún mas agravada y visible por una crisis que se cierne sobre muchos y muchas de quienes quedaron fuera del segundo requisito "pujolenc" (el derecho a trabajar).
La cruel realidad podría ser motivo de atención publicitaria o institucional intensa, pero desde las instituciones, nuestro flamante presidente Artur Mas (CiU) se ha subido a lomos de la más festiva y popular, la reclamación de independencia, que para mal o bien deberíamos de reconvertir en lo que de verdad cualquier persona madura quiere y desea en su vida, lo que llamamos desde postulados anarquistas la emancipación total del individuo, a través de la autogestión de los recursos, o valga la comparación, independencia y autonomía.
Nuestra comunidad catalana nunca será independiente bajo el yugo del Estado, se nombre a éste catalán, español o europeo. Un Estado limita fronteras, recauda impuestos e impone normas tendentes a fortalecer su estructura. Se puede comprobar tras casi 40 años de "democracia" perteneciendo a la estructura estatal española, durante la dictadura fascista (en 2014 se cumplen 75 años del triunfo de la barbarie) o a través de los libros de Historia, que el Estado se impone sin la necesaria complicidad o conveniencia de quienes lo mantienen, sino por la obligatoriedad a formar parte de él.
El Estado modifica su discurso en función de las circunstancias que le favorecen, para continuar siendo el dueño y señor absoluto del territorio que regula. Esta regulación estatal nunca ha venido de la mano del pueblo llano, sino de quienes lo dirigen desde posiciones privilegiadas, y que con los años se ha transformado en una relación directa entre el Estado y el Gran Capital a través de unas engrasadas "puertas giratorias" de gran actividad. Solo quien vive del Estado le desea vigor ( y no serán todos, claro está), porque es sabiduría popular que la distribución de la riqueza que detenta es mísera con el pobre y complaciente con el rico.
La independencia de los habitantes de las tierras de habla catalana será posible si éstos se liberan de las cadenas del capitalismo. El sistema económico, extendido por todas partes a través de la doctrina liberal y la socialdemocracia, algún día nos querrá hacer pagar por respirar, cosa tan probable como es cierto que ya lo hacemos por ser y estar en la vida. La altivez de quienes más acumulan es un obstáculo a la libertad de todos los seres humanos. El capitalismo genera dependencia y sumisión a través de un servilismo colaborador. Mediante un encadenamiento escalonado hacia la obtención de privilegios, forma una casta parasitaria burguesa no muy diferente a la aristocrática o feudalista, y que aún provoca vasallaje y esclavitud. El capitalismo derrocha recursos, malgasta energía y deshumaniza al contraponer un resultado económico altamente favorable a una minoría por encima de cuestiones éticas, morales o de sostenibilidad. Además sus ciclos críticos provocan rebeliones y guerras, a la vez que miseria y hambre entre las capas más desfavorecidas, mientras fondos "buitres" y oportunistas se enriquecen. Esta falta de escrúpulos es la principal característica del capitalismo en su deriva constante hacia la rentabilidad. Su absoluto desprecio a la idiosincracia, muestra la superficialidad y vanalidad del dinero.
Si queremos llevar a cabo los dos grandes pasos de liberación individual y colectiva, que rompan con el capitalismo y el estado, el movimiento autónomo e independiente puede proponer alternativas de menor o mayor alcance según los objetivos propuestos a su razón de ser. Valgan pues, si interesan, las siguientes proposiciones:
- Llamamiento a la asociación y fuerza organizada. Mover una roca entre varios no requiere el mismo esfuerzo que el intentarlo uno solo. Antes de hacer andar una sociedad hay que hacer andar asociaciones con objetivos claros.
-Los delegados electos de cada asociación han de cumplir la voluntad de la expresión de sus asambleas. El delegado es el lazarillo de los ciegos que quieren ver.
-Proselitismo ácrata de color reivindicativo y social en la calle. Que hable la voz del anarquismo en los muros, paredes y fachadas que fueron levantados con el sudor del trabajo.
-Acción social contra el desamparo. Las instituciones se hinchan con presupuestos y estadísticas mientras la miseria crece. Cobijo universal y atención médica gratuita. ¡Ya!
-Ocupación de propiedades que no mantengan ninguna actividad útil por medio de colectivos afines.
-Potenciación de campañas contra las multinacionales que subcontratan esclavitud y son depredadoras de recursos naturales. Llamamiento a la organización obrera y al boicot.
-Denuncia y sabotaje de medios publicitarios, con especial énfasis los anuncios de bancos, prostitución y los que manipulan la realidad.
-Lucha contra el paro. Pasacalles en barrios obreros, mítines y reparto de panfletos en zonas de concentración de trabajadores. Tabla reivindicativa social para la distribución racional de las horas de trabajo. Reducción de la jornada laboral diaria hasta donde se crea conveniente y necesario, sin reducción de poder adquisitivo.
-Lucha por la autogestión de los recursos. El agua, la luz, el gas y todos los productos que nos da la tierra no deben ser objeto de negocio. Reclamación del autocontrol por parte de la clase productiva, de los recursos y su distribución.
-Eliminación de todas las barreras robóticas que impiden el libre albedrío, desde los peajes hasta las máquinas dispensadoras de productos envasados. Transporte público gratuito. Sino es necesario un trabajador para desarrollar una labor concreta, tampoco es necesario el ánimo de lucro ni una seguridad privada que se encargue de ninguna recaudación. En la confianza del reparto justo reside la reponsabilidad social y colectiva.
-No al contrato laboral. La posición de poder de las sociedades empresariales frente al individuo es una balanza desiquilibrada. Fusión de derechos y deberes en acuerdos de ámbito local y específico. Usufructo común y colectivo. Prohibición del despido. La libertad individual como garante del empleo y de nuevas tendencias de desarrollo económico.
-Desaparición paulatina de la herencia material. Gestión comunal o municipal del reparto de bienes e inmuebles según necesidad. Demolición de edificios que no se ajusten a mínimos sanitarios e higiénicos. Construcción de inmuebles que se ajusten a las necesidades del desarrollo común y colectivo.
-Protección de la pequeña propiedad privada, sin derecho a crecimiento exponencial que no se adapte a las necesidades del individuo o núcleo familiar. Prohibición de la acumulación irresponsable.
-Actividad social comunitaria regulable y ajustada a las necesidades locales. Rechazo al mecenazgo capitalista e institucional. ¡Fuera esponsors!
-Descentralización máxima con la potenciación de usos y costumbres populares que ayuden a la socialización del individuo. Recuperación de tradiciones basadas en la interacción con la naturaleza.
-Escuela y universidades con jornada de puertas abiertas todo el año. Facilitación de la participación parental en la enseñanza y reparto de tareas sin atender a ningún tipo de especialización en la escuela inicial. Desaparición de la edad obligatoria de ingreso. Elección libre del estudio mediante la dinamización de encuentros y actividades en común. Adaptación a las reglas por medio del libre aprendizaje. Espacio universitario autogestionado que trate de dar respuesta a las necesidades comunes y sociales de la persona frente a la la sociedad.
-Federación libre entre organismos de intereses comunes. Cooperación y apoyo mútuo como base de relación. Adecuación del espíritu competitivo circunscrito a tan sólo el åmbito del ocio y el deporte.
-Milicia social libertaria. La sociedad de forma autónoma, se encargarå de la protección de sus intereses con las herramientas necesarias de autodefensa, para que, por sus propios medios, puedan disuadir cualquier injerencia interna o externa de dominación.
Sirva este pequeño esbozo como muestra de intención social libertaria y objetivo afín hacia una agrupación de recuperación anarquista en Catalunya. La sociedad debe regularse por sí misma cubriendo sus propias necesidades en función de la liberación total del individuo. Dando el apoyo necesario a una formación lo más completa posible para que se pueda actuar con responsabilidad en el entorno, y esta acción sirva de base y ejemplo para las generaciones venideras.
Catalunya es una tierra con una gran tradición anarquista. Un movimiento revolucionario catalán que haga frente a la crisis financiera y a la corruptela política institucional, se sumaría al ansia de libertad y cambio que nos llega del resto de pueblos de la península, a la vez que desenvolupamos nuestra personalidad colectiva.
¡Que los ojos del mundo libertario vean como en el sur de Europa se extiende la revuelta de África, mientras sigue con interés y afecto los cambios en América y anima al despertar emancipador de Asia y Oceanía!
¡¡Salud y liberación!!