¿Cómo aprenden las Inteligencias Artificiales?

Los últimos artículos que escribí en torno a las Inteligencias Artificiales (IAs) me dieron a mí mucho en qué pensar. La cuestión que me planteo es la siguiente: existen en la red IAs que actualmente componen música, pintan cuadros y escriben poesía. En amazon la mayor parte de los libros que editan, están elaborados por IAs. Son libros deleznables, le he echado un vistazo a alguno. Pero no son peores que lo que se escribe hoy para Casa del Libro. Y lo mismo con la música. Le encargué a una IA musical que compusiese un cuarteto para cuerda, al estilo de Mozart. Y una de las versiones… Es buena. Para pasar el rato. Supongo que para generar esa partitura, se habrá gastado el agua de un pantano, pero esa es otra cuestión.

Dicen las discográficas que esas IA aprenden sin pagar derechos de autor, o sea, cogen de la red todo lo que hay expuesto, lo asimilan y con ello hacen sus dibujos, libros, devaneos, canciones… Y que eso no puede ser porque van a hundir al sector de los creativos humanos.

Pero claro, es que así es como aprendemos también los sapiens. Si vas a una Facultad de Bellas Artes, estudias a los artistas, cómo lo hicieron, sus técnicas.  Hay quien se corta una oreja para pintar como Van Gogh. Por ejemplo, me encantan los autores eslavos: Vainovich, Bulgakov, Chejov, Grossman, Zoschenko, Tolstoi, Mrożek, Hašek, Kafka… En fin, que si me atasco cuando escribo, lo mismo abro a Chejov y veo cómo resolvió él tal o cuál cosa. Es decir: copio. O si lo preferís, me inspiro en… Por supuesto le doy mi estilo, no es un plagio al completo. No transcribo frases enteras o el propio argumento como Ana Rosa, pero sería tonto no percibir la influencia que ejercen esos maestros en mi manera de expresarme, y lo mucho que les debo... Para escribir este artículo, me documento. Copio.

Claro que sí. Yo tengo muchas más limitaciones que una IA. O sea, esas máquinas pueden recorrer la red a la velocidad de la luz empleando su algoritmo. En cambio yo para leerme «Sombras suele vestir» de José Bianco, y analizarlo, me puedo tirar una semana, y aún no tener claro si Jacinta estuvo aquí viva, allí muerta… Son unas 12.000 palabras y un lío portentoso. Ahora bien, sí poseo esta ventaja: si ese cuento lo ingiere una IA gratuita, no da pie con bola. De momento, son muy tontas. Copian, pero analizan malamente y dialogan de forma circular. Por eso sostengo un debate inacabable sobre ética con la IA Gémini... Y cuando la meto en un atolladero imposible, vuelve a la casilla de salida. No hay quien la pille. Y yo, también aprendo. A mí tampoco me pilla.

A lo que me vengo a referir, es que cuando las asociaciones de artistas denuncian judicialmente a las empresas de las IA por haber aprendido de sus obras sin pagar, están abriendo camino para que en algún momento, a algún iluminado le dé por afirmar que por aprender de sus obras hay que apoquinarle, y que lleve a los tribunales a toda una escuela de arte dramático, que exponga en el programa de estudios, sus trucos y maquinaciones.

De momento, id preparando el sello de «hecho por humanos». Tiempo habrá.

 

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