Fragmentos de memoria histórica de la lucha libertaria contra la dictadura franquista: junio-agosto de 1962.

Barcelona, Junio 2024, Tomás Ibáñez.

 

Prolegómenos.

 

El reciente fallecimiento de Alain Pecunia (6 de mayo 2024) me ha incitado a explorar una serie de documentos vinculados al Consejo de Guerra celebrado en Barcelona en septiembre de 1962 contra tres jóvenes libertarios implicados en las acciones organizadas por Defensa Interior (DI). Me he centrado, por una parte, en las diligencias policiales relativas a la detención de esos compañeros, y, por otra parte, en las declaraciones de Jordi Conill Vall en sede policial. 

 

Aunque el marco orgánico que presidió al inicio de las actividades promovidas por Defensa Interior es bien conocido no es inútil recordar brevemente que la CNT, escindida en dos corrientes desde 1945, se reunificó en el Congreso celebrado en Limoges en agosto de 1961. Entre los acuerdos de dicho congreso figuraba la constitución de un organismo conspirativo denominado Defensa Interior (DI), dependiente de la Comisión de Defensa, pero dotado de amplia autonomía para organizar una serie de acciones susceptibles de alcanzar una fuerte resonancia mediática, así como para llevar a cabo un atentado contra el Dictador.

 

Las acciones impulsadas por el DI en suelo español se iniciaron en junio de 1962 con la colocación de tres artefactos en Madrid (5, 7, y 12 de junio). Les siguieron otros tres en la noche del 29 al 30 de junio en Barcelona, otro el 15 de julio en Valencia, y uno más el 20 de julio, nuevamente en Barcelona, mientras que el 12 de agosto estalló un artefacto en el Valle de los Caídos. Por fin, el 19 de agosto fue detonado un potente explosivo cerca de la residencia de verano de Franco en Ayete, al tiempo que se activaron ese mismo día dos artefactos en Madrid y otro en Barcelona.

 

En el corto periodo de tres meses estallaron no menos de trece artefactos, concentrados básicamente en Madrid, Barcelona y Valencia, concluyendo el mes de agosto con un total de 17 detenciones, 3 en Barcelona, 3 en Zaragoza y 11 en Madrid, más dos enlaces enviadas desde Francia, lo cual dejaba desmantelados los principales núcleos vinculados a la FIJL.

 

Aunque este análisis se ciñe a los primeros pasos del DI, es decir a los meses de junio, julio y agosto de 1962, también cabe señalar que, tras hacer estallar tres nuevos artefactos durante la primera semana de diciembre, no fue hasta el 3 de marzo de 1963 cuando se reanudó la fase de hostigamiento directo, colocando sendos petardos en tres aviones situados en tierra en los aeropuertos de Barcelona, la Palma y Madrid, y activando el 5 de abril un artefacto en el barco Ciudad de Ibiza. El 8 de abril explotaron sendos artefactos en una oficina de Iberia en Valencia y otra en Alicante. Tres de los autores de esas acciones, incluido Alain Pecunia, fueron detenidos, consiguiendo volver a Francia el cuarto participante, Silvio Matteucci, tal y como lo relata el mismo.[1]

 

Cuatro meses más tarde, interfiriendo con la preparación de un atentado fallido (¡como todos los que se prepararon, contra Franco!), estallaron el 29 de julio de 1963 en Madrid sendos artefactos en la Dirección General de Seguridad y en la delegación nacional de la Central Nacional Sindicalista. Tras la detención tres días después de Granados y Delgado, falsamente acusados de colocar dichos artefactos, y habiéndose perpetrado su fulminante asesinato el 17 de agosto, el DI ya no organizó ninguna nueva acción en “el interior” antes de ser disuelto en el Congreso de la CNT en Montpellier en 1965, y solo cabe reseñar antes de esa fecha la incipiente preparación en 1964 de un nuevo atentado contra Franco que acarreó la detención de Stuart Christie y de Fernando Carballo en Madrid.

 

Todo lo que sucedió con posterioridad a 1965 ya no tenía la cobertura del

extinguido DI, que, además, ya había sufrido en octubre de 1963, a los 18 meses de su constitución, las bajas de Germinal Esgleas y de Vicente Llansola, elegidos respectivamente secretario general, y secretario de coordinación del SI (Secretariado Intercontinental) de la CNT.

 

Tras esta breve contextualización podemos pasar ahora al examen de una particular secuencia de la lucha libertaria contra la dictadura, a fin de procurar entender mejor las condiciones de esa lucha y sus dificultades.

 

La petición de condena a muerte para Jordi Conill Vall

 

El 21 de septiembre de 1962 los miembros del tribunal del Consejo de Guerra celebrado contra los jóvenes libertarios Jordi Conill Vall, Marcelino Jiménez Cubas y Antonio Mur Peyrón desoyeron la petición del fiscal que pedía la pena de muerte para Conill, y dictaminaron unas condenas que iban desde 30 años para el primero, 25 años para el segundo y 18 años para Mur. El capitán general de la cuarta región militar, en desacuerdo con la negativa a infligir la pena de muerte se negó a firmar la sentencia, debiendo repetirse el juicio el 5 de octubre. El fiscal mantuvo en esa ocasión la misma petición de pena de muerte, mientras que el tribunal confirmó la anterior sentencia.

 

En el intervalo que mediaba entre los dos juicios miembros del Gruppo Giovanile Libertario de Milán, entre los cuales se encontraban Amedeo Bertolo y Luigi Gerli, ayudados por compañeros de otras tendencias revolucionarias, que habían estado con Conill en Barcelona poco tiempo antes, tomaron motu proprio, al margen del DI, la iniciativa de raptar el 28 de septiembre al vicecónsul de España en Milán, Sr. Isu Elías, para exigir que fuese revocada la petición de pena de muerte. El eco mediático alcanzado por esa acción hizo que el cardenal de Milán, Monseñor Montini, futuro Papa Paulo VI, intercediese acerca de Franco por carta del 8 de octubre en la cual imploraba clemencia.

 

Esa petición de pena de muerte para una persona que no había infligido ni el más mínimo rasguño a nadie era una buena indicación de que la dictadura franquista seguía totalmente dispuesta a ejercer la más cruenta y despiadada represión contra sus oponentes, cosa que se confirmaría dramáticamente tan solo unos meses más tarde con la ejecución por garrote vil de Francisco Granados y Joaquín Delgado.

 

Entre el momento de la detención de Conill el domingo dos de septiembre de 1962, y el inicio, en enero de 1962, de su militantismo libertario vinculado al DI, solo habían transcurrido 8 meses. Conocer con cierta precisión lo ocurrido durante ese tiempo permite entender mejor las circunstancias que rodearon la lucha libertaria antifranquista tras la constitución de Defensa Interior, así como las consecuencias que dichas circunstancias tuvieron para los ulteriores desarrollos de esa lucha durante la década de los 60.

 

A partir de su aprobación por las tres ramas del Movimiento Libertario en sus respectivos comicios de septiembre del 1961, los preparativos para la puesta en marcha del DI comenzaron de inmediato y aunque la primera reunión del DI no tuvo lugar hasta primeros de marzo de 1962, se desplegó una intensa actividad de reuniones, intercambios y preparativos durante ese lapso de tiempo. Particularmente implicados en esa actividad preparatoria fueron Octavio Alberola, nombrado representante de la FIJL en el DI, y Jacinto Guerrero Lucas, apodado con el nombre de guerra “Hidalgo”. Este último era un joven libertario madrileño que había acudido a Francia en septiembre de 1961 en compañía de Fermín Pérez Mírez y de Ángel Ramos García, pertenecientes también al grupo de jóvenes libertarios de Madrid, para participar en el Pleno de la FIJL de finales de septiembre de 1961, pero que no pudo regresar a España debido a la caída del Comité nacional de la CNT que se produjo el 19 de octubre de 1961 y con el cual estaba en contacto.

 

Fue en ese contexto de intensos preparativos para articular el DI que Conill, estudiante de cuarto de Químicas por aquel entonces, con inquietudes sociales, pero ajeno a las luchas antifranquistas de carácter libertario según declaró en dependencias policiales (aunque ese dato contradice algunas fuentes que vinculan a Conill con las juventudes libertarias desde 1958), se trasladó à Paris a principios de septiembre de 1961 permaneciendo allí unos tres meses, hasta el 24 de diciembre de ese mismo año, fecha de su regreso a Barcelona.

La estancia de Conill en Paris.

 

Una de las primas de Conill que le acogió en la capital francesa, participaba de la sensibilidad libertaria y por eso le llevó a la sede de la Federación anarquista francesa para que conociera su librería y pudiera asistir a una reunión del grupo Louise Michel. Fue en ese grupo, donde conoció al estudiante de Psicología Michel Señer, vinculado al militantismo libertario antifranquista. Poco después, en noviembre, acudió al local parisino de la CNT en el exilio, Rue Sainte Marthe, donde conoció a Agustín Sánchez, quien era en aquel momento secretario de la Federación local de la FIJL, y uno de los jóvenes militantes más activos, junto con Alberola y Guerrero, en los preparativos para poner en marcha el DI.

 

Fueron precisamente Agustín Sánchez y Michel Señer quienes lo pusieron en contacto con los tres jóvenes libertarios madrileños que se encontraban en Francia en ese momento, Guerrero, Fermín y Ángel. En posteriores reuniones mantenidas con Hidalgo este le convenció de constituir en Barcelona un grupo libertario.

 

Según declaró Conill en sede policial Hidalgo le explicó que: “La tarea previa consistía en despertar el exilio de su letargo, remover la prensa internacional, crear grupos de propaganda en el interior, y, en su momento agitar el ambiente con una serie de atentados por medio de explosivos que inquietaran a la opinión pública, hicieran disminuir el turismo y obligaran a tomar posiciones definidas a los diversos estamentos políticos del país”.

 

Conill aceptó la propuesta de Hidalgo quien le proporcionó una dirección de contacto y unas contraseñas para comunicarse, a la vez que Conill le remitía algunas direcciones en Barcelona donde poder recibir correo y llamadas telefónicas, figurando entre ellas la de su amigo Manuel Gisbert. Es probable que Conill no tuviese contacto con Alberola porque este salió el día 2 de noviembre de 1961 para Madrid, donde hizo escala rumbo a México, afín de poder organizar allí mismo su traslado definitivo a Francia.

 

Puede que “Hidalgo” fuese un infiltrado de la policía, como algunos lo sostienen, y que eso explique ciertas caídas posteriores, sin embargo, el hecho de que era uno de los muy escasos conocedores del viaje de Alberola a Madrid, y que no lo hubiera denunciado, no excluye del todo, pero, atenúa esa posibilidad. Por mi parte coincidía con Salvador Gurucharri, en que Guerrero no era en aquel momento un colaborador de la policía, cosa que sí ocurrió, acabado el franquismo con el gobierno socialista durante la transición. 

 

Tampoco cabe atribuir la detención de Conill a los diversos contactos que estableció durante su estancia en París, pero es obvio que la policía franquista, al igual que la policía francesa, tenía entre sus atribuciones la vigilancia del entorno libertario en el exilio.

 

El periodo previo a las acciones “explosivas” en Barcelona

 

Conill declaró que tras su regreso a Barcelona el 24 de diciembre dedicó los meses de enero y febrero de 1962 a formar un grupo de jóvenes libertarios, tal y como se lo había sugerido Hidalgo. Captó para ello a su amigo Manuel Gisbert, cuya dirección ya había proporcionado a Hidalgo en París, así como a Marcelino Jiménez Cubas y a Antonio Mur Peyrón. Este último le contactó al regresar de una visita que había hecho a su hermano Luis Mur, libertario afincado en Toulouse, y le entregó, a petición de Hidalgo un tubo de crema de afeitar que contenía una carta con instrucciones para él.

 

A finales de enero un primer contacto, llamado Manolo y domiciliado en Aviñón, le entregó 500 ejemplares de Juventud Libre. Al cabo de unas semanas una joven llamada Jeanine Lalet le entregó un paquete con 1000 ejemplares de Juventud Libre, mas 500 manifiestos libertarios y 500 declaraciones de la FIJL. Poco tiempo después esa joven, cuya dirección en Perpiñán, rue Fustel de Coulanges, quedó anotada en las diligencias policiales relativas al interrogatorio de Conil, le entregó un segundo paquete con el mismo contenido para que lo conservara a la espera de que alguien pasara a recogerlo. En los meses siguientes Jeanine realizó varios viajes facilitando propaganda y ayudando a cruzar la frontera por Puigcerdà.

 

A finales de marzo o principios de abril, Monique, una joven, vinculada al periódico anarquista Le Monde Libertaire, le trajo un mensaje de Hidalgo y le entregó 1200 pesetas para gastos. Fue en ese período cuando Conill conoció a Milagros Castells, estableciendo una estrecha colaboración con ella, y contactó con otras dos jóvenes que, al igual que Milagros también estaban vinculadas al FLP, Esperanza Dols y Rosario Fuentes quienes fueron detenidas semanas más tarde en una operación contra el FLP. Milagros se desplazó a París y Conill le encargó verse con Agustín Sánchez en la librería anarquista y traerle unos libros a su regreso.

 

En torno al 25 de abril pasó por Barcelona Fermín Pérez Mírez para proponerle varias acciones, a cuál más descabellada, tales como secuestrar un avión en vuelo y hacerlo aterrizar en Suiza. Luego, Fermín se trasladó a Madrid (consta, por otros documentos, que hizo la misma propuesta al grupo de jóvenes libertarios de la capital[2]), y ante el fracaso de sus gestiones volvió a Barcelona para regresar a Francia en tren por Puigcerdà. Cuando ya se había marchado llegó en su busca un tal Jacques, que también regreso a Francia, en moto al parecer. Esa fue, según afirmó Conill la primera vez que vio a quien desempeñaría un importante papel a finales de junio en Barcelona.

 

En mayo, con motivo de las huelgas de la minería asturiana, los cuatro miembros del grupo de Barcelona, Conill, Mur, Jiménez y Gisbert. se dedicaron a hacer pintadas murales en solidaridad con los huelguistas ya que carecían de propaganda impresa. Para colmo recibieron el 25 de mayo una maleta cargada de octavillas relativas al Primero de Mayo. No tuvieron más remedio que quemarlas y decidieron que Antonio Mur iría a Toulouse para quejarse de la falta de medios.

 

A finales de mayo Mur se reunió efectivamente en Toulouse con Hidalgo y con Octavio Alberola, a quien Conill calificó como: “El jefe visible de la Organización”, y que en las diligencias que dan cuenta del interrogatorio la policía describe, con errores y aciertos, como: “… un individuo que ha vivido mucho tiempo en México, ingeniero industrial y periodista, profesión que ha ejercido en España.”

 

Hidalgo y Alberola atendieron sus quejas y, añaden las diligencias, le anunciaron que pronto iba a iniciarse una actuación enérgica. Además, le entregaron 7000 Pts. y le indicaron que procediera a alquilar un local. En el mes de junio Marcelino alquilo el local a su nombre en la calle Jaime I, N.º 8”.

 

Por esas fechas, la fuerte represión contra el FLP por su apoyo a las huelgas mineras hizo que Milagros Castells decidiera refugiarse en Francia, pero antes de marchar le comentó a Jordi Conill que su hermano, Manuel Castells Olivan, muy significado en el FLP, se encontraba escondido, esperando poder pasar a Francia, y le pidió que indagase si sus contactos de la juventudes libertarias podían ayudarle. Conill expuso el caso a Jeanine Lalet quien respondió positivamente.

 

Según se relata en las diligencias policiales del interrogatorio de Conill Manuel estaba escondido en un pueblo cercano a Gerona desde el cual fue trasladado en moto por su correligionario José Sabaté a Vic donde le esperaban Milagros y Conill que: lo llevaron a una especie de Fonda establecida en una masía a unos 12 Km de Vic y conocida como “Can Buxons”, donde Castells permaneció hasta que se pudo arreglar el paso a Francia. Este se verificó llevándole Sabaté hasta Puigcerdà donde le aguardaba Conill. Después vino Jeanine con otras personas y proporcionó a Castells el “laisser passer” para que cruzase la frontera.

 

La noche del 29 al 30 de junio 1962, los artefactos en Barcelona.

 

En las diligencias policiales consta que poco después de haber alquilado el local de la calle Jaime I: “llegó Jacques acompañado de dos chicos de aspecto muy joven. El más joven, de unos 17 años, se llamaba Alain, o algo parecido, Conill nunca oyó el nombre del tercero, pero expuso a Jacques su disgusto por trabajar con gente tan joven. (de hecho, se trataba de Alain Pecunia, el cual en esa fecha aún no había cumplido los 17 años, estaba en los 16. Había cumplido los 17 cuando el siguiente mes de abril se le encargó una nueva acción que llevó a su detención).

 

Jacques se albergó en una pensión por la calle del Carmen y los otros dos en un Hotel de la plaza Real. Jacques y sus acompañantes venían con la misión de preparar cuatro artefactos explosivos a fin de colocarlos en otros tantos lugares de Barcelona con la colaboración de Conill y también de Jiménez y de Antonio Mur. A tal efecto traía detonadores, dos paquetes de plástico en cajas que simulaban ser de galletas, cuatro pilas eléctricas y dos despertadores.

 

Los relojes que faltaban los adquirió en una franquicia del Sepu. La preparación de las bombas las realizó Jacques. Las explosiones debían producirse en la noche de San Juan, pero al final las dejaron para el treinta o mejor dicho para la madrugada del treinta, en la noche del veintinueve para evitar que hubiera gente por la calle pues no se quería producir víctimas. Los objetivos eran el Instituto nacional de previsión, el Banco Popular, la residencia del Opus y un local de Falange. Jacques y los otros franceses se encargaban de los dos primeros, Marcelino, Antonio y Conill de los otros dos. Los petardos (de hecho, eran de escasa potencia) fueron preparados en el local de la calle Jaime I, y los franceses se los llevaron al hotel de la plaza Real.”

 

El artefacto destinado al Banco Popular no pudo ser colocado por Jacques y Conil lo desactivo, tirando las piezas en las alcantarillas.

 

Al poco tiempo de esas explosiones y del regreso a Francia de Jacques y de los dos jóvenes que lo acompañaban llegó a Barcelona otro equipo, compuesto esta vez por jóvenes italianos en misión de propaganda y de organización.

 

Solapamiento entre artefactos y multicopistas

 

En torno al 10 de julio salieron de Toulouse en una moto los milaneses Luigi Gerli, y Vittorio de Tasis, encargados de llevar una pequeña multicopista al grupo de Barcelona y de visitar varias ciudades, entregando octavillas a los contactos que les fueron proporcionados en Toulouse.

 

Conil hospedó a los italianos en una pensión sita a la entrada de la calle Aribau junto al cine central. Se trataba de Luigi Gerli, apodado Quico, y Vittorio de Tasis. Traían una multicopista para imprimir unas octavillas que habían de distribuirse en el día 19 de julio. Imprimieron unas 3000 octavillas de las cuales unas 500 quedaron en Barcelona, llevándose las restantes los italianos que volvieron el 18 de julio.

 

Conill explicó que el día 19 Luigi Gerli marchó a Perpiñán donde estuvo alojado en casa de Jeanine Lalet mientras esperaba la visita de Hidalgo. A los 4 días, el 23, regresó con 5000 pesetas. Venía alarmado, pues Hidalgo le había comunicado la desaparición de una cartera con la lista de elementos que actuaban en el interior.

 

Luigi y Vittorio marcharon a los 2 días en tren con destino al parecer a Bilbao donde debían distribuir la propaganda. A continuación, Luigi debía visitar Madrid y Zaragoza…. El 3 o 4 de agosto volvió a Barcelona, desolado, diciendo que en Madrid nadie acudió a la cita.

 

… Luigi le informó que un amigo suyo, también italiano, que operaba en el sur y con el que había coincidido en Madrid, debería pasar por Barcelona. El italiano en cuestión utilizaba el nombre de guerra de Ittei y se llamaba Amedeo, era alto, delgado y venía con una moto guzzi. Dos días más tarde en efecto Ittei le llamó y se entrevistaron él, Marcelino Jiménez, y Conill. Les comunicó que la situación en el sur no era alentadora para ellos y les dijo que había visitado Málaga, Sevilla, Alicante y Almería donde vio elementos de la organización.

 

Amedeo se hospedó en el local de la calle Jaime I, (es decir, por lo tanto, en el mismo local donde se habían preparado los artefactos en junio), recogió en la American Express dinero que su madre la había enviado ya que en Málaga le habían robado el que tenía y la máquina fotográfica, y dejó a Conill la segunda multicopista que estaba estropeada.

 

Antes de partir Amedeo (Ittai) le pidió que le enviara un trabajo sobre la actual situación española, el cual le serviría de tema para una conferencia y el afecto le dejó la dirección de un Damonti, vía Washington 78, Milano, explicándole que éste era miembro de la Federación anarquista italiana y podía eventualmente proporcionarle dinero para la organización.

 

Sobre contactos orgánicos en el interior Gerli mencionó a Ronco como un elemento con el que se había entrevistado en Zaragoza. Sin embargo, Conill declaró no haber tenido ningún contacto con él.

 

La moto en que realizaron su viaje Luigi y Vittorio se averió y tuvieron que dejarla en un garaje situado en la calle París, quedándose Marcelino con la documentación correspondiente a la misma.

 

Final de trayecto, agosto de 1962

 

Inmediatamente después de la marcha de Amedeo, Conill escribió a Jeanine Lalet rogándole que viniera a pasarle por la frontera.

 

Mientras tanto, el día 14 de agosto llegó a Barcelona procedente de Francia una chica que dijo llamarse Montserrat, con la que concertó por teléfono una cita para el siguiente en la plaza de Cataluña frente a la telefónica. Con Montserrat, que hablaba mal el español, joven, baja, regordeta, de pelo castaño, con gafas, quedó de acuerdo en que el día 19 de agosto se encontraría en Puigcerdà donde se le uniría Jeanine Lalet para entregarle un pase francés a fin de pasar la frontera como si se tratase de un rayano. Además, recibió de ella 10000 francos para pagar las deudas originadas por los italianos. Permaneció con ella pocos minutos y se marchó ignorando si al interior o al extranjero (de hecho, se trataba de Monserrat Turtós, la distorsionada descripción que Conill dio de ella solo se explica por el intento de protegerla. Montserrat se trasladó seguidamente a Zaragoza para contactar con Eliseo Bayo).

 

Por la tarde, Conill comunicó a Marcelino su proyecto de viaje a Francia a fin de encontrar a Hidalgo y recibir instrucciones. El sábado día 18 fue con Marcelino al local de la calle Jaime I y advirtió a este que previniese a Manuel Gisbert el lunes que había dicho a su familia que se marchaba con él a Zaragoza.

 

El 19de agosto salió para Puigcerdà en tren por la mañana. Jeanine se presentó a las 14h30, y le dio un pase. Cruzaron la frontera separados y una vez en Bourg-Madame se reunieron: el marido de Jeanine, llamado Jorge Lalet (de hecho, se trataba de Jordi Gonzalvo, pero cediendo a las inercias de la cultura dominante Conil pensó que el apellido de Jeanine era necesariamente el de su marido), y otro chico al que llamaban Marc, francés que habla catalán, Jeanine y Conill, todos los cuales marcharon a Perpiñán en el coche de Jorge Lalet.

 

La estancia en Toulouse, finales de agosto a 2 de septiembre 1962

 

Al llegar a Francia comunicó sus deseos de hablar enseguida con Hidalgo, pero este se encontraba en Istres donde se celebraba una concentración de juventudes libertarias. El día 23 pidió a Georges Lalet que lo llevara Istres, lo que efectuó presentándole a Luis Sos y su familia que le manifestaron que Hidalgo había marchado a Toulouse el día anterior. Los Sos lo alojaron en su tienda. la concentración tocaba su fin y había poca gente entre la que predominaban los franceses.

 

El sábado por la noche día 25 los Sos le condujeron a Toulouse, donde viven, y en cuya casa se alojó. En la mañana siguiente vinieron Hidalgo y Octavio Alberola, trataron de la documentación perdida por el primero, que lo reconoció, pero afirmó que no se corría peligro porque la policía francesa no entregaría documentos de ese tipo a la española. (de hecho, esa documentación, con contactos en el interior, fue robada el 12 de julio en una playa desértica donde Guerrero y Octavio adiestraban a Franco Legio acerca del artefacto que tenía que colocar el 15 de julio en el ayuntamiento de Valencia)

 

Aquellos días se estaba celebrando en Toulouse el pleno intercontinental de la C.N.T. le dijeron que de él dependía de que hubiese abundancia de medios pues en el pleno se trataría de las acciones a desarrollar en España.

 

El mismo domingo día 26 llegó a casa de Sos un compañero de Zaragoza que usaba el nombre de guerra de Carlos y que es periodista (identificado en la persona de Eliseo Bayo Poblador también detenido) dijo que llevaba dos o tres días en Toulouse, pero al parecer no se había entrevistado con Hidalgo ni Alberola que se rodeaban de mucho secreto.

 

Conill declaró que a la hora de comer nos reunimos 18 personas a la mesa, a los que no se conocían no se les indicó la procedencia ni la identidad de los demás. De ellos Conill conocía a Octavio Alberola, Jacinto Guerrero, Fermín y Ángel. Por aquellos días conoció a un tal Salvador un chico de origen vasco procedente de Inglaterra alto, fuerte (de hecho, se trataba de Salvador Gurucharri) … y a Boticario, secretario de relaciones de la C.N.T. y juventud libertarias.

 

Al otro día Carlos, el periodista de Zaragoza y Conill plantearon a Hidalgo la necesidad de concretar posiciones. Acordaron reunirse al día siguiente todos ellos con Octavio Alberola para, una vez llegados a un acuerdo, entrevistarse con Boticario para que apoyase la petición de ayuda monetaria. Aquel mismo día, miércoles 29 de agosto, conoció a otro chico de París llamado Pasamar que según dijeron Alberola y Hidalgo sería el encargado a partir de ahora de recoger las informaciones procedentes de España. La correspondencia habría de serle dirigida a la siguiente dirección: Mr. L. Roy, 12 rue de Lancry, París 10ème. 

 

También le mostraron la fotografía de una persona de la que dijeron se había introducido en casa de Sos y en la sede de la CNT en la rue Belfort haciéndose pasar por médico. Añadieron que se llamaba Manzano, que era inspector de policía, de servicio en un tren del norte de España, y que era natural de Rentería. Esta información había sido facilitada por Solidaridad Vasca.

 

El día siguiente 30 de agosto se reunieron con Boticario los referidos Alberola, Guerrero), Bayo (Carlos) y Conill en casa de Luis Sos.

 

El viernes 31 de agosto salieron de Toulouse con destino a Perpiñán Salvador, Hidalgo, Fermín, Sos, Bayo, Alberola y el dicente. A unos 3 km de Perpiñán bajaron a comer a casa de un tal Soler quien lo llevó en una moto a casa de Jeanine Lalet, Bayo estuvo hospedado en otra casa y no ha vuelto a verlo.

 

Conill permaneció en Perpiñán hasta el domingo día dos del actual, y acompañado por el matrimonio Lalet y Marc, o sea los mismos que le proporcionaron la entrada en Francia, cruzó la frontera a eso de las 3:00 de la tarde utilizando un Laisser Passer que había sido obtenido en el puesto de policía de Bourg-Madame.

 

A las 5:00 de la tarde tomó el tren en el que vino directamente a Barcelona siendo detenido al llegar a su domicilio.

 

La desarticulación de los grupos de Barcelona y de Zaragoza

 

En diligencia del 7 de septiembre extendida por el inspector jefe Antonio Juan Creix se hace constar que: “en lo que va de año… en Madrid, Valencia, Barcelona, y San Sebastián han explotado artefactos que demuestran el deseo de cambiar con la violencia el poder establecido, sembrando en el país la inquietud y la alarma. Por otra parte, se pretendía y con estos hechos vandálicos desviar la corriente turística que fluye hacia nuestra nación, fuente de considerables ingresos...

 

 Desde que comenzaron los actos terroristas en España, por esta Brigada regional de investigación social, siguiendo las directrices emanadas de la superioridad se intensificaron al máximo las medidas preventivas, informativas, y de represión, para tratar de identificar a la organización u organizaciones propulsoras de dicha campaña y conseguir la detención de los inductores y autores de dichos actos….

 

Se encaminó la investigación policial hacia las actividades del frente de liberación popular cuya mayor parte de sus dirigentes fueron detenidos en mayo del presente año. Con la creencia de que las juventudes de tal entidad subversiva tenían que ver algo en los actos de terrorismo se hicieron gestiones para localizar a tales elementos … Se mantuvieron vigilancias en dos domicilios durante mes y medio aproximadamente de los que se sabía a través a través de los dispositivos de información de la comisaría general de investigación social que a los mismos podía acudir a algún elemento del exterior para tomar contacto con los del interior a efectos atentatorios y conspirativos a la seguridad del Estado, dichos domicilios eran calle de Tamarit número 158 y calle Sales y Ferrer número 36.

 

Logrose identificar a los inquilinos de los mismos, centrándose la investigación sobre un tal Sabaté que vivía en la primera casa citada, y sobre una joven llamada Esperanza, habitante de la segunda. Se ordenó la detención de los mismos resultando ser José Sabaté Galve y Esperanza Dols Pérez. (de hecho, recordemos que ambos mantenían relación con Conill).

 

En los registros que minuciosamente se hicieron en las viviendas de ambos se hallaron en la de Sabaté, entre otros papeles y documentos, una carta en la que figuraba un párrafo al que se le dio suma importancia que, transcrito decía así: “pregúntale a Jorge que si sabe algo de las maleta. Carlos aún no ha dicho que la ha recibido, a ver si puedes averiguar qué se ha hecho de ella”. Interrogados separadamente Sabaté Galve manifestó que la misiva encontrada en su casa procedía de una tal Milagros Castells que se supo además era prima hermana de varios individuos del mismo apellido detenidos y encartados unos y huidos otros en la represión efectuada en el mes de mayo del año actual contra el FLP. … llegose a concretar que el Jorge y el Carlos que figuraban en la carta eran Jorge Conil Val y Manuel Castells Oliván que usaba el nombre conspirativo de Carlos.

 

… en lo que atañe a Jorge conill no pudo de momento lograrse su captura por hallarse según manifestaron sus familiares fuera de Barcelona, creyendo que se encontraba en Zaragoza. Posteriormente se supo era una añagaza del mismo para trasladarse a Francia.

 

Se dispusieron esperas en los domicilios de Jorge y de Milagros consiguiéndose la detención de un sujeto llamado Marcelino Jiménez cubas que había comparecido en el domicilio de Jorge Conil para notificar a sus padres sobre el paradero del mismo. Trasladado a esta Jefatura confesó al ser interrogado sobre la colocación de los explosivos, como si se tuviera convencimiento de su participación en tales hechos, que efectivamente había participado en la preparación y comisión de los hechos que se le imputaban facilitando detalles sobre ello y confesando tener alquilado un estudio en la calle Jaime I número 8, tercero en donde tenían una máquina de escribir y un par de multicopistas para la confección de propaganda subversiva. Asimismo, dio un contacto que debía tener sobre las 20:00 h de la noche con otro individuo que le había ayudado en esos manejos, o sea en lo de la propaganda y de la colocación de los artefactos, dando también el lugar en donde tenían que verse que era en el café Moka de las ramblas.

 

Con estos datos se logró la captura de otro elemento llamado Antonio Mur Peirón quien confirmó lo manifestado por su compañero de fechorías, y que había intervenido en la colocación del explosivo en la residencia del Opus Dei, y en un local de Falange sito en la plaza de Lesseps. Si bien este último no lo pudo colocar en una ventana tal y como se le había indicado, dejándolo caer en un jardín de las cercanías.

 

Estrechado a preguntas, y por separado, coincidieron en ser, junto con Jorge Conill los que pusieron los explosivos en los lugares antes indicados y que los del Instituto Nacional de Previsión, y otro que falló tras ser puesto en el Banco Popular Español del Paseo de Gracia, lo habían colocado otro comando, o grupo, compuesto por tres franceses, al frente de los cuales figuraba el de más edad del trio, que era conocido por el nombre de Jacques, este sujeto era el que había traído de Francia la materia explosiva que consistía en unas pastillas de plástico.

 

La vigilancia montada en el domicilio de Jorge Conill dio como resultado la intercepción de un telegrama dirigido a su padre con el siguiente texto: “Retraso llegada, envío carta. Jorge”. Ese telegrama había sido interpuesto en Zaragoza a las 13 25 horas del día 31 de agosto. Por ello se trasladaron funcionarios a la capital aragonesa pudiendo comprobar que el telegrama había sido tramitado por un individuo perteneciente también a las juventud libertad en aquella capital llamando José Ronco Pecina y en cuyo poder se halló el resguardo y el texto del telegrama anteriormente mencionado que en unión de una carta dirigida al padre de Jorge Conill y firmada por este le había sido remitido desde Francia para su envío a Barcelona a fin de demostrar que Jorge Conill se encontraba en Zaragoza.

 

Por haber intervenido en este hecho se detuvo también a otro militante de las juventudes libertarias llamado José Andrés Manovel Latas cuyo domicilio se utilizaba como estafeta de correspondencia de las juventudes del exterior con las del interior.

 

En el registro del piso de la calle Jaime I se encontró además de una máquina de escribir y de una multicopista, la hoja-libreta de circulación de la moto de Luigi Gerli, donde figuraba las señas de Ricardo Metola Amat, de Miranda de Ebro. La policía consiguió, además, aunque no está claro de si fue en ese registro, la foto de Vittorio de Tasis.

 

La fecha en la que se realizó ese registro, posterior a la detención de Marcelino Jiménez Cubas, excluye que la obtención policial de las señas de Ricardo Metola pudiera haber provocado su detención en Madrid. Recordemos que ese verano, y por esas fechas, también cayó todo el grupo de Madrid. Aunque el relato de esa caída excede los límites del presente escrito es obvio que se inserta en un mismo contexto y que merece, por lo tanto, que se aluda a ella, aunque sea muy brevemente.

 

Recordemos que los tres primeros artefactos promovidos por el DI en el interior. estallaron precisamente en Madrid a principios de junio. El contacto con el DI, especialmente con Guerrero que provenía de ese mismo grupo iba de por sí. Por ejemplo, Julio Moreno Viedma, el principal responsable del grupo de Madrid se trasladó a Toulouse en julio, poco después del mencionado robo de la cartera, para proporcionar a Guerrero el diccionario que este necesitaba para encriptar las comunicaciones. Y Moreno Viedma también debía reunirse con Conill, Bayo, Alberola y Guerrero a finales de agosto en Toulouse, no pudiendo hacerlo porque para esa fecha ya estaba detenido desde el 25 de agosto.

 

Es posible que el efecto producido en las instancias policiales y políticas, por la osadía de atentar el 12 de agosto en el propio Valle de los Caídos, seguido una semana después, el 19 de agosto, por la fuerte explosión de Ayete haya servido de acicate para intensificar al máximo la labor investigadora y represiva de las instancias policiales en Madrid.

 

Elementos de conclusiones

 

Bien sabemos que toda lucha pone en riesgo a quienes la protagonizan, tanto más cuanto que el enfrentamiento es más directo, así que pretender rebelarse a riesgo cero significaría simplemente renunciar a cualquier oposición frente al poder y aceptar la más completa de las sumisiones. Sin embargo, esta convicción no implica que no se deba calibrar los riesgos y procurar, minimizarlos, o por lo menos no contribuir a incrementarlos, sobre todo cuando se sabe que las torturas, los largos años de cárcel, o incluso la muerte, pueden ser el precio del enfrentamiento. Por eso resulta útil una mirada crítica sobre los episodios de lucha, lo que no significa que sea una mirada descalificadora.

 

Reconozco que el ímpetu con el cual un sector del anarquismo español retomó la bandera de la lucha frontal contra el régimen no solo me motivó y me entusiasmó, sino que me sigue pareciendo admirable. Sin embargo, también considero que es imprescindible atemperar ese entusiasmo a la vista de cómo fueron los primeros pasos del DI, y sospechar que ya llevaban la semilla de los sucesivos tropiezos ulteriores.

 

Cuando se comprueba que tan pronto como en junio de 1962, es decir, desde el mismo inicio de las acciones, la policía ya tenía identificados a buena parte de los principales impulsores del renovado enfrentamiento directo con el régimen franquista, parece inverosímil que no se tomasen mayores precauciones facilitando el trabajo policial por la constante frecuentación de lugares tan expuestos como, por ejemplo, el domicilio de Luis Sos en Toulouse, o la sede de la CNT en esa ciudad  por mencionar tan solo el tema de los lugares de encuentro. La línea adoptada requería, por una parte, fuertes condiciones de clandestinidad, pero, por otra parte, no se tenía la capacidad de implementarlas.

 

En definitiva, con Defensa Interior se inició en 1962 una breve andadura, ciertamente voluntariosa, que cabía celebrar frente al inmovilismo reinante, pero que también resultó ser aventurada en exceso.

 

 

[1] Silvio Matteucci, “Un jeune au service de la cause antifranquiste”. En: Floréal Cuadrado, Comme un chat. Editions du Sandre. Paris. 2015.

[2] Video de la reunión celebrada en Madrid el 17 de octubre de 2009 en los locales de CNT, a instancias de Antonio Martín y en presencia de Jacinto Guerrero y de los detenidos de 1962 en la capital.

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