La industrialización capitalista del agua, la sequía como herramienta de expolio y devastación.
El colapso creado por la sequía en Cataluña pone al descubierto nuevos aspectos sobre el “capitalismo hídrico” que hasta ese momento no eran del todo visibles, por una parte una redefinición de lo que es el agua y por otra una profundización de la gestión tecnoindustrial de la misma por la economía de mercado capitalista.
La redefinición de la palabra agua.
Cada vez más, incluso responsables de la administración, hablan de las depuradoras (EDAR), las desalinizadoras o de las regeneradoras (ERA, de momento sólo la de El Prat) como «fábricas de agua», el agua pasa así a ser así un producto industrial y por tanto una mercancía y su gestión un tema empresarial o corporativo, de hecho en gran parte del mundo (incluido nuestro país) la gestión ha sido entregada a conglomerados transnacionales.
En los documentos de planificación de la Generalitat (al menos en los recientes) ya queda implícita la desconexión de Barcelona del agua de los ríos, del ciclo natural del agua, desconexión que en realidad es sólo una fantasía «de economía circular» con California e Israel como modelos. Así se impone la aceptación de la construcción de una serie de instalaciones industriales y, lo que es más importante, de su producto.
Esto queda ilustrado muy especialmente en la actual campaña «educativa» de la ACA «el agua no cae del cielo»... pues ¿de dónde cae el agua?, nos dejan claro que el agua viene de la factoría es un producto y hay que pagar su precio... el precio que pone AGBAR con el acuerdo de las diferentes administraciones.
La redefinición de lo que hasta ahora se entendía y percibía como agua facilita la definitiva privatización; alienándonos de ella.
Según datos del mes de marzo, en Barcelona, un 81% procede de “factorías”: regenerada un 25%, desalinizada un 33% y de acuíferos del Llobregat y el Besos un 23% (que previamente deben pasar por una “fábrica” ” las ETAP del Besos y del Llobregat). En la COP28 en Dubai (finales de 2023) el Consejero del Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural de la Generalidad de Cataluña ya anunció el objetivo de 100 hm3 de aguas regeneradas en el plazo de 4 años (el consumo anual de Barcelona) un 41% de incremento.
La complicidad de los gobiernos y la codicia de las corporaciones
Desde la anterior sequía (2007/2008) quienes nos gobiernan no han ejecutado nada de lo que, desde un punto de vista industrial, habían planificado. La única acción de envergadura fue la privatización de la empresa pública ATLL (Aigües Ter Llobregat), fue adjudicada a ACCIONA, con la oposición de su competidor AGBAR, cuya licitación fue anulada judicialmente, después de todo un lío judicial y, suponemos, millones de dinero público perdido, la Generalitat se vio obligada a recuperar la empresa, ahora con el nombre de ATL y, de momento, parece que no se atreven a privatizarla.
Ahora buscan la solución en las desalinizadoras, una Tordera II y la otra en Cunit programadas desde hace muchos años, curiosamente una en la Costa Brava (5,4 millones de turistas 2023 y 11 campos de golf) y otra en la Costa Dorada (4 millones de turistas 2023 y 7 campos de golf), el agua es imprescindible para la industria turística, es «necesaria» para los planes de expansión turística (Hard Rock)... Aquí todo lo que sea actividad capitalista (agroindustria, urbanizaciones...) no tiene restricciones, son los clientes premium.
La financiación propuesta por las desalinizadoras es a través de créditos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) de la UE, el dinero de este Plan no se puede devolver a través de los presupuestos públicos, es «con recuperación de costes» que significa simplemente que deben repercutirse en los recibos de los usuarios del servicio.
La sequía también ha servido para resucitar el proyecto de interconexión de cuencas (la del Ebro con el «sistema» Ter/Llobregat), dicho de forma más clara el trasvase del Ebro, un negocio de un buen puñado de millones como siempre en pocas manos.
Esta interconexión la piden con entusiasmo, la patronal (Fomento), los colegios profesionales, los contratistas de obras...
El agua... un asunto de clase
El suministro de agua, a pesar de todos los discursos verde/bonistas (ahorra, guarda el agua de la ducha, de hervir la verdura...) es un asunto de clase, basta con ver los consumos diarios según la renta y comparar el consumo de Matadepera (159 litros/hab x día), el municipio con la renta más alta, con la de Badia (86 litros), uno de los más bajos, un 85% más alta; o en Barcelona, donde el consumo el consumo de Sarrià St. Gervasi (128 litros) que es un 38% más alto que el de Nou Barris (93 litros).
El horizonte de costes del agua es de incremento, este año (con la excusa del aumento de costes) se incrementará alrededor de un 30% y una vez se empiecen a devolver los créditos PRTR irá a más , si la proporción de agua desalinizada aumenta los costes aumentarán en proporción (6 veces el coste de la potabilizada convencional) y con el agua regenerada ocurrirá algo similar. La realidad de un apartheid hídrico no es lejana, reaparecen los carritos cargado de garrafas llenadas en las escasas fuentes públicas, y quien te memoria recordará cómo algunas escuelas y polideportivos municipales abrieron durante la crisis de 2008 sus duchas a familias que no podían pagar la factura del agua ni la de la energía para calentarla.
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