Más depresiones post electorales


Tal vez con un exorcismo...

Ahora que se han constituido los ayuntamientos de las dos ciudades más gordas de España, lo mismo uno puede comentar la perplejidad en que ando sumido por las actitudes de la izquierda. En Madrid tres o cuatro candidaturas progresistas se presentaron en frente desunido, y la reacción ha vuelto a reconquistar su feudo. Nada que objetar. El pueblo (el 68%) ha hablado mediante las urnas y bla bla bla. Acto seguido Carmena se retira, supongo porque con su edad puede mandar siendo alcaldesa, pero en la oposición como que no se verá, teniendo que estudiarse los plenos y esas mandangas. 

Bueno, pues una de las cosas que más me han sorprendido desde hace tiempo en relación con los logros del ayuntamiento de Carmena, es la bajada de la deuda. 3000 millones de euros dicen que ha amortizado. 500.000 millones de pesetas. Y eso lo presentan como una victoria.

Y yo es que flipo. ¿No es verdad que fue el Gobierno de Rajoy el que impuso medidas de austeridad a todos los ayuntamientos, y que esas medidas fueron denunciadas como un austericidio? Yo pienso que si resulta que el ayuntamiento de Carmena se ha dedicado a pagar las facturas de Gallardón a los bancos y a los empresarios… ¿No es eso lo que preconizaba el PP, y que ahora nos vende la izquierda como una bicoca de gestión guay? ¿Y en qué se gastaron los 3000 millones? ¿No deberían explicar en qué se han pulido esa montaña de pasta gansa los fachas, y tal vez pedir responsabilidades? Pero lo único que se dice es que han ahorrado mucho… ¿En qué? ¿En parques infantiles, en pavimento, en grapas, en supositorios?

En fin, son preguntas que me hago. En Barcelona en cambio, Colau revalida el mandato con los votos de la derecha y del PSOE. La alternativa era Maragall con los votos de Colau y de la derecha. Ha salido Maragall trasquilado, y anda el hombre con un cabreo que no veas.

De Maragall ha sido genial su explicación en torno a los insultos (machistas) dedicados a Ada Colau por conquistar la alcaldía con votos de la derecha. Os lo traduzco: Maragall lamenta dichos insultos. Pero matiza que de habérsele hecho a él alcalde (con los votos de la derecha), no la hubieran insultado…

Y hala hala, a gobernar al pueblo. Para las próximas, volved a pedirnos el voto, pandilla de mamarrachos, que llega si no el fascismo.

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