Sobre los explotadores del Voto del Miedo


Acojone de cartel, pidiendo el Voto del Miedo. O tal vez sexo.

Vuelvo a decir, que a mí, sinceramente, me la pela que votes o no votes, que te presentes por Podemos o por el PSOE. Me da lo mismo. En serio. Lo que sí considero conveniente, es responder al discurso que nos están metiendo a tornillo, que viene a decirnos que los abstencionistas vamos a tener una gran responsabilidad en el triunfo de la ultraderecha. Es que es increíble esa peña, desesperados por arañar votos de alguna parte, sin importar la procedencia…, y van con esa cantinela llamándonos amigos de los fascistas…

Vamos a ver. Las elecciones dicen las encuestas que las va a ganar el PSOE, que tendrá que pactar con alguien. Pablo Iglesias afirma que está dispuesto a lo que haga falta para gobernar, y ERC –a través de su portavoz Gabriel Rufián–, ha dicho que también, que simplemente quieren una Mesa para hablar bla bla bla. Y si no puede pactar el PSOE con esos dos actores por exigencias del guión, como en las pelis porno cuando te tenías que empelotar, pues pactarán con Ciudadanos y a cascarla. O harán algún otro malabarismo onanista y gobernarán solos. Así que tranquilidad, que aún hay tiempo.

Dicho esto, afirmo que los anarquistas no tenemos nada que ver con la ultraderecha. La aparición de ese partiducho ultramontano, ha sido en cierto modo deseada por buena parte de la izquierda, ya que se quería a toda costa mostrar una imagen de la España cutrefacta, con esas banderas del águila y tal… Pues hala, ya tenemos ultraderecha. Ya están en la tele a diario. Como en Francia con Marine Le Pen y Rassemblement National, o como en Italia con Alessandra Mussolini y Forza Italia. La aparición electoral de esos cabestros en España, no la hemos traído los abstencionistas, qué va. Esa abominación ideológica, no es más que la normalización de algo que ya sucede en Europa desde hace muchos años. La ultraderecha hispana no es ni mejor ni peor que la de los países mencionados. De la austriaca, la húngara, la ucraniana, la finlandesa, o la noruega, o la estadounidense, o la alemana, o la rusa, o la… Mejor ni hablar. Tienen el mismo discurso o parecido en todas partes: que los extranjeros nos roban, que primero los de aquí, que el país X es cojonudo, que los gitanos son maleantes, que las mujeres tienen su sitio en el hogar, apoyar la familia, la industria local, el idioma, restaurar la mili, acabar con el aborto y toda esa montaña de mierda que une Parlamento con asesinos de masas como en Noruega, Nueva Zelanda o USA. Está pasando en todas partes. De España lo mismo salta a Portugal. Y no es problema del voto el detener esa locura. No. En Europa llevan votando la tira, y cada vez los fachas están más presentes. ¿Y por qué digo que votar o no votar no detendrá a los fachas fachas?

Lo primero, porque si aquí los partidos de izquierda quisieran frenar a los fascistas, tendrían que presentar un frente unido con un programa mínimo, ya que en España solo gobierna la izquierda cuando hay un partido hegemónico, en este caso el PSOE, o formando una especie de frente popular. Vale. ¿Qué hacen esos partidos en el día a día? Lo que muestran son fracturas, divisiones, discusiones que nadie entiende, unos líos que te cagas para formar listas, maniobras, depuraciones, enjuagues, incumplimientos… Y programas que no concretan las propuestas, los procedimientos, los plazos, y la forma de financiación. No se comprometen a nada. Y además llevan sin hacer ni el huevo desde la disolución del Parlamento, y cuando se constituya el nuevo, se van a tirar hablando la tira para dilucidar a quién ponen a mandar. Vamos, la pera de confiables en el tema antifascista. De todas maneras según las encuestas, van a sacar mayoría las izquierdas, aceptando que todo ese marasmo convulso sea la izquierda.

Así que a mí me causan mucha diversión los espabilados explotadores del Voto del Miedo, asegurando que para frenar el fascismo hay que votar, y que el que no vote (a ellos) es fascista. A ver. ¿A quién puñetas hay que votar? Decirlo claro joder, y explicar cómo pensáis legislar en contra del fascismo, que los únicos que han dicho algo al respecto con claridad son los del PACMA, que nunca obtiene escaño. Explicad cómo vais a eliminar la Ley 15/97 de 25 de abril, la que facilita la privatización de la sanidad y la transferencia de fondos públicos a empresas privadas. Definid cómo vais a quitarle los privilegios económicos a la Iglesia Católica, cómo eliminaréis la religión de la escuela pública, de qué manera potenciaréis sanidad, educación, servicios sociales públicos de calidad sin matar de extenuación a sanitarios y profesorado. Nadie explica ni el qué, ni el cómo, ni el cuándo. No te detallan si van a sembrar millones de árboles, si van a proteger acuíferos o si se harán siete pajas al día con el deo en el culo. No hay ningún compromiso. Lo que nos dicen es que votemos, que les demos el Gobierno, y después ya harán lo que puedan, o lo que les convenga de acuerdo con el marco legal que impone la Unión Europea.

Por otro lado, al fascismo no lo va a parar el voto por lo que he señalado antes: surge por cuestiones concretas relacionadas con la crisis, con años de propaganda machacona de tertulianos y revisionistas, con la financiación de los movimientos sociales de la Iglesia pro vida y pro familia… Vamos, que los abstencionistas ni pinchamos ni cortamos en esa cuestión.

Y si hay alguna forma clara de detener a ese fenómeno social reaccionario, opino que es potenciando nuestros movimientos sociales de manera que no se les deje respirar: el movimiento feminista, el ecologista, el pacifista, el movimiento obrero, las plataformas de defensa de lo público… En eso es donde hay que incidir para extender la complicidad, la solidaridad, la fuerza de lo colectivo, dejando al margen a esa maraña de políticos que solo espabilarán cuando vean que corren peligro sus poltronas. Veréis que entonces, como siempre, se echarán encima de los movimientos sociales, como garrapatas para trasmitir la fiebre botonosa.

En resumen: pintoresco eso de que los Explotadores del Miedo nos consideren amigos durante cinco minutos si les votamos, y luego hasta 2023 anarquistas, antisistemas, ocupas, punk y demás ralea maldita vayamos a ser unos guarros. Porque recordad: un gobernante lo que quiere es gobernar, y lo último que necesita es un pueblo capacitado, consciente y activo. Es esa exigencia de tener a gente sometida y pasiva, y no la abstención, el principal vivero del fascismo.

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NOTA
Partidos de la nueva extrema derecha (propaganda y discurso que sostienen, ojo. Que yo no tengo nada que ver con esa banda.)

 

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