¿Desbordar o no desbordar? Una hipótesis fraudulenta

Por ajkarter

En el anarcosindicalismo y los mundos libertarios se habla últimamente de un bálsamo supuestamente revolucionario, como respuesta a este mundo cruel del capitalismo realmente existente. Se ha dado en llamar tal medicina como la “hipótesis del desborde”. Y se ha hecho repentinamente protagónica a raíz del acontecer político-social del independentismo catalán.

¿Qué nos pretende decir tal hipótesis? A grosso modo sería algo parecido a esto: la independencia (de Catalunya) y el procés independentista es una marco adecuado para superarlo en sentido revolucionario, llamando a la movilización por la autogestión, la desobediencia civil y la conciencia de clase. Tal desbordamiento debe ser tanto territorial (más allá de Catalunya y más acá de las españas y europas) como reivindicativo (más allá de lo político, ahondando en lo social, laboral y económico).

¿Qué supuestos previos y en movimiento podrían pensarse para que dicho desborde se verifique? Se me ocurren como mínimo dos pares de supuestos, los cuales deberían confluir dinámica y dialécticamente para que el desborde se califique de tal, obviamente pensando siempre desde una perspectiva anticapitalista y emancipatoria.

El primero, y quizás aparentemente el más obvio, es el de la oportunidad para el desborde. La oportunidad es aquel acontecimiento o encadenamiento de sucesos que desde un punto de vista pragmático permite pensar o al menos intuir que inaugura un abanico de posibilidades para ser desbordado. Para algunas activistas, el independentismo catalán es el marco adecuado de esa oportunidad.

El segundo supuesto es casi correlato y complemento del primero: si con la oportunidad se abren “posibles” para la movilización social, cabe pensar que la movilización se alimenta de un sustrato previo de descontento y desaire a lo existente, más o menos articulado, el cual de un modo consciente o inconsciente quiere expresarse y expandirse, aprovechando las brechas sociales surgidas en el devenir de la oportunidad. En el caso que nos ocupa, el sustrato sería el conjunto o amalgama de movimientos sociales de toda índole que históricamente han emergido con cierta fuerza en el territorio catalán.

El tercer supuesto tal vez no sea tan evidente, pero sin duda es igual de necesario para que un cierto desborde se desarrolle, y más si se pretende revolucionario. Junto a la oportunidad y al sustrato hay que pensar en los límites, tanto internos como externos, al desbordamiento en movimiento. Al menos habrá que tenerlos en cuenta como posibles elementos de desgaste, apalancamiento o retroceso del desbordamiento. Y no sólo entra aquí la represión del estado como límite máximo, si no también otros varios: su acotamiento territorial, su estrechamiento ideológico y político, su freno reivindicativo, las divisiones internas, la pérdida de apoyos… Estos límites son propiamente los que la realidad impone a la oportunidad.

El cuarto y último supuesto, se refiere a lo que el movimiento desbordado ofrece constructivamente como alternativa al orden existente, pero no sólo como alternativa ideal o utópica, si no como alternativa posible a lo que el desbordamiento confronta. Es decir, alternativas que han de emerger y hacerse cuerpo tanto en los agentes activos del desbordamiento, de clase social trabajadora y precarizada se supone, como también y principalmente en sus agentes pasivos o sectores sociales auxiliados o damnificados por y gracias al desbordamiento, aliados del desborde.

Si me atengo a estos supuestos para analizar el desborde que ciertos sectores plantean con la “crisis” catalana, me surgen una cuantas dudas y objeciones:

1º En cuanto al supuesto más obvio, el de la oportunidad, resulta que es el más problemático, pues ¿cuáles son las razones de peso por las que tenemos que asumir que el independentismo catalán en su actual fase de confrontación es una oportunidad cierta para el desbordamiento social y territorial? Creo que las razones relevantes están en el cuerpo intelectual y político de la CUP, pero no las veo con enjundia alguna en el mundo propiamente libertario, y menos en el anarcosindicalista.

2º En cuanto al sustrato, no obviaré que sin duda existe, pero ¿con la suficiente fuerza y articulación como para desbordar y desbordarse a sí mismo? Pues todo desbordamiento social es principal y usualmente un desbordamiento de las propias organizaciones de lucha, como fue el caso del 15M. No queda claro que haya una “insurgencia” desde abajo plenamente autoconsciente de que lo sea. Y menos claro está que la tal “insurgencia”, en el caso de que exista, apueste por formas de democracia directa, de autoorganización horizontal, o procesos de índole libertaria. Algunos colectivos y grupos lo son, otros muchos no.

3º Los límites por otro lado están cada vez más claros: son de carácter represivo sin duda, pero también y sobre todo jurídico-institucionales, económicos, de juego político partidista y electoral, y de tapado de la corrupción sangrante y del empobrecimiento expansivo.

4º Las alternativas… haberlas haylas, claro que sí, y algunas de gran interés, pero aún así son pocas, deslabazadas, experimentales, no bien articuladas, no muy extendidas ni conocidas más allá de ciertos entornos militantes.

En fin, la hipótesis del desborde como hipótesis orientadora de la acción es básicamente falaz, pues casi siempre que hay desbordamientos sociales desde abajo, se producen más allá de las organizaciones que las quieren controlar, promover o teorizar. Esa es su gran virtud y su gran debilidad. Es falaz básicamente por que ni siquiera es una hipótesis, es un hecho de cómo se verifican las respuestas sociales de calado, cuando se verifican, no cuando deseamos que se produzcan. Pretender hacer del desbordamiento una estrategia de lucha, desde las propias incapacidades organizativas y de intervención social, desde la falta de debates, de análisis y de ideas, es un artificio fraudulento que esconde un apoyo tácito a otras estrategias que previsiblemente no son las propias.

Todo lo antedicho tiene que ver mucho con cómo se plantean las respuestas en los entornos libertarios. Si se produce un desbordamiento con alguna de las características señaladas, el anarcosindicalismo debe ser capaz de tener su discurso y su respuesta, pero no cualquier discurso ni cualquier respuesta. Anteponer estrategias dudosas a los hechos crudos, por desgracia limita, sesga y divide las capacidades reales de respuesta fuerte y unida contra lo que acontece.

Desde esta pequeña aportación, mi más fraternal apoyo y solidaridad a las compañeras y compañeros catalanes en sus luchas por un mundo sin explotación ni opresión.

Antonio J. Carretero

Enlaces relacionados / Fuente: 
https://disfemia.wordpress.com/2017/10/11/desbordar-o-no-desbordar-una-hipotesis-fraudulenta/

Comentarios

Claro que sí, Antonio Carretero, nunca es el momento, nunca hay suficiente fuerza y nunca hay alternativa.

Vamos, el discursito que manejabas en la CGT para amansar y que ahora has venido a imponer en la CNT. Pero ya estamos un poco hartas de tanto líder apagafuegos que al final lo único que consigue en salir al lado de Rajoy, o quedarse en casa cuando él lo manda.

Enemigos del pueblo contra el pueblo, ese será el escenario.

A desbordar, a desbordar, aunque los burócratas nos querais parar.

Una cosa tiene el artículo de Karter, es que da la cara. Le puedes decir que viene de donde viene y que es un burócrata (y por eso va a esa organización donde los burácratas están tan cómodos).

Hacer una crítica ad hominem sin una firma reconocible, me parece muy bajuno. Propio de actitudes que no deberían caber en una organización libertaria aunque desgraciadamente no es raro encontrárselas.

En resumen, creo que la crítica de Karter, aunque dura, está escrita en términos respetuosos. No así tu respuesta. Contra-argumenta, da razonamientos mejores o lo que sea.

Otra cosa es que comparta el análisis de Karter. Que no. No lo tengo claro, pero de equivocarse, mejor hacerlo por actuar que no por quedarse sentado. Y supongo que también yo estoy siendo injusto, que no es lo que proponen quienes están en contra de movilizarse al ritmo del procés. Si es que lo de Karter está tan bien escrito que no lo entiendo muy bien.

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