Políticas identitarias
Las dos peores cosas que le han pasado a la Humanidad recientemente, han sido dos. Y son la Religión, los Nacionalismos, y otra cosa que se me ha olvidado. Ahora estamos viviendo una época de locura nacionalista, y conviene entender cómo funciona esa cosa.
Los humanos, somos criaturas que hemos vivido siempre en rebaños. Nos gustan los grupos, sentirnos que formamos parte de algo: un club deportivo, una asociación, pandillas de amigas, creencias comunes, ideologías… Ese sentimiento de comunión, es la identidad. Todos nos identificamos con cosas, por ejemplo, yo tengo una fortísima identidad con el vino tinto y con las cabras. No sé por qué, me gustan.
Los Estados modernos, conscientes del poder de la identidad, intentan que la población se identifique con unos "marcadores identitarios". Esos marcadores, identifican a la población del país. Son pocos, uno, dos, tres como mucho. En España, el marcador por excelencia, es el idioma. Si hablas español con un acento y tono que parece que estás cabreado, pasas por español. Si no, eres Paraguayo.
En España, por supuesto, hay muchas identidades. Hay vascos, hay gallegos, hay murcianos… Pero la identidad más fuerte y más compleja, la más elaborada, es la española. Hay millones de españoles… Hasta en Cataluña. Están por todas partes, haciendo cosas de españoles. Esa identidad les proporciona un territorio en propiedad, una historia, unos colegas, un idioma, unos derechos. Y son los más fuertes en España, porque son los mayoritarios, tienen más símbolos, más historia, más gente famosa, nacieron de una Guerra de Liberación Nacional contra Napoleón…, y si comparas a, qué sé yo, Llach con Serrat, pues no hay color. Serrat gana más pelas. Seguro.
¿Entonces qué hace el Estado? Pues intenta que la población se identifique con él a través de la identidad española. Los españoles hablan español, que es el idioma del Estado, lo ha mimado durante cientos de años, viven en un territorio que coincide con el del Estado, tienen una historia que es la del Estado… Y el Estado les da símbolos. Muy importantes los símbolos: el rey, la bandera, el himno, el mapa, la lotería nacional... Así que España es el Estado, así lo ven los nacionalistas, aunque no lo sepan. Y como todo Estado tiene un Gobierno, y todo Gobierno unos gobernados, resulta que la población española, pobres, ricos, hombres, mujeres, funcionarios y plebeyos, obreros y empresarios, son españoles, y forman un Pueblo. Este es otro concepto curioso. Pueblo.
El Pueblo, antiguamente, eran los pobres y los catetos. Ahora el pueblo, en sentido nacional, lo forman desde el millonario, al aparca coches. Claro, es una mentira de las gordas, pero Dios, que es la mayor mentira, funciona cuando se cree en él. Con las naciones y clases sociales pasa igual: que para que existan, hay que creer en ellas.
El Estado, por supuesto, de cara a organizar la dominación, fortalece la identidad española. Toda esta agitación de estos días, le viene de maravilla. Mientras más se sublevan otras naciones, más fuerte se hace la nación española, más cree la gente en España, y más y más españoles surgen y surgirán de debajo de las piedras. De ahí esos espectáculos bizarros de españoles pobres saludando a la policía como a héroes.
Je, me entra un poco de risa. Je je. Imaginaos lo que será tener a una España al lado, llena de españoles fascistas, que miran el vecindario no-nacional a cara perro. Muy eficaces no serán, al fin y al cabo son españoles… Pero algún daño harán, seguro. A esto hay que añadir que el Estado español es fascista (1), por supuesto, se afirma mucho. La represión que lleva a cabo es similar que la de otros estados fascistas, como Inglaterra machacando a los irlandeses, Francia a los corsos, Italia a los lombardos... Por no hablar de conflictos laborales, estudiantiles, raciales y antiglobalización, que van aparte. Porque cuando Canadá tiene que usar gas pimienta, vaya que si lo emplea (2).
Pues nada, esa es la política identitaria: el Pueblo se identifica con una Nación, la Nación con el Estado, el Estado con el Gobierno, el Gobierno con el Pueblo, el Pueblo con el Fascismo, y al final tienes un círculo diabólico que se retroalimenta. La base de todo, es la identidad colectiva nacional. ¿Cómo romper el círculo?
Cualquiera sabe.
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- Fascismo. Del italiano: fascismo. Tercera acepción del diccionario: actitud antidemocrática fascista relacionada con el fascismo. Democracia: Gobierno de la oligarquía fascista.
- En España, al no haberse derrotado al fascismo, no tiene ni que disimular, a diferencia de otras naciones fascistas en tercera acepción en las que se le dio una paliza enorme al fascismo en primera acepción.
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