Felicidades EZLN
Hace ya 20 años, el primero de enero de 1994, México se despertó sobrecogido con la noticia de que un grupo armado había tomado a la fuerza 6 cabeceras municipales del Suroriental estado de Chiapas.
Los que amamos ese país y conocemos la lucha de los pueblos zapatistas, no podemos menos que recordar ahora todo lo que ha pasado en las últimas dos décadas. Lo más importante sea quiza decir que en Chiapas no hay paz. No la hay porque aunque el E.Z.L.N. ha mantenido su compromiso de alto el fuego, los grupos paramilitares siguen en activo, hay comunidades enteras que siguen amenazadas y muchos desplazados no han podido retornar aún a sus pueblos.
Pero sobre todo en Chiapas no hay paz porque la pobreza y la marginación se siguen cebando con los pueblos indígenas veinte años después de que ellos desenterrasen el hacha de guerra. Según datos del gobierno mexicano (Consejo Nacional de Población) Chiapas es la segunda entidad con mayor grado de marginación donde el 78,4% de la población vive en situación de pobreza.
A pesar de esto, los que amamos esa tierra chiapaneca tenemos motivos para celebrar. Podemos celebrar que hace 20 años se empezó a construir un sistema de autogobierno indígena que funciona a pesar de la oposición del gobierno federal y estatal. Podemos celebrar las clínicas y las “escuelitas” que los pueblos zapatistas han construido en estos años y donde se gesta un modo distinto de entender la vida, un modo donde ser indígena no es motivo de vergüenza si no de dignidad.
En estos años de rebeldia, las comunidades zapatistas han construido un sistema de autogobierno indígena basado en el principio de “mandar obedeciendo”. En este sistema todas las autoridades son elegidas por el pueblo, pero ninguna elección se hace a través de partidos políticos, los cargos siempre son rotativos y nunca tienen carácter remunerado. Han desarrollado un sistema de salud y educación propios. Cientos de escuelas y decenas de clínicas funcionan en la selva Lacandona sin haber recibido nunca dinero del gobierno municipal, estatal ni federal. Han construido algo más que un enorme espacio de resistencia al neoliberalismo y sus consecuencias. Han construido un espacio de creatividad, donde los pueblos organizadamente tratan de construir otras relaciones, otra sociedad, otro mundo.
Todo esto se ha construido con el esfuerzo de los pueblos indígenas, que tratan de construir un país y una modernidad donde acceder a la salud, la educación y el bienestar no suponga renunciar a su carácter de pueblos originarios; donde salir de la pobreza no suponga abandonar su lengua, su religiosidad ni sus costumbres; donde ser indígena no sea sinónimo de marginación, sino de dignidad.
En estos años se han realizado importantes avances en la liberación de la mujer en las comunidades zapatistas. Como han reconocido las propias autoridades zapatistas en más de una ocasión, aún falta camino por recorrer, pero lo cierto es que hoy hay mujeres que son autoridades de sus pueblos, educadoras o promotoras de salud, y esto era absolutamente impensable antes del levantamiento armado.
Hoy, los pueblos originarios de México están luchando por crear un mundo mejor, “un mundo donde quepan muchos mundos”. Y lo que es más importante; lo están consiguiendo. Es justo decir que en el caminar de estos treinta años de rebeldía, las comunidades zapatistas han contado con la solidaridad de otros pueblos.
En el estado español hay varios Comités de Solidaridad que cada año envían grupos de observadores y observadoras de Derechos Humanos que permanecen en aquellas aldeas susceptibles de ser atacadas por paramilitares a fin de evitar un enfrentamiento. En una estrategia pacífica, como la desarrollada por las comunidades zapatistas, la presencia de sociedad civil internacional ha contribuido sensiblemente a frenar la impunidad de la que aún hoy disfrutan los grupos paramilitares en Chiapas.
La lucha zapatista continúa, y se avecinan nuevas actividades e iniciativas por parte del EZLN. Hoy más que nunca debemos estar atentos y atentas a lo que sucede en Chiapas.
El día de hoy 30 de diciembre, en Bilbao la Plataforma Vasca de Solidaridad con Chiapas / Txiapasekiko Elkartasun Plataforma ha realizado una acción conmemorativa del 20 aniversario del levantamiento armado del EZLN en el Guggenheim. Se ha colocado una pancarta en el Guggenheim a las 12:00 y se ha hecho un brindis popular en la plaza del teatro Arriaga a las 13:00.
Se han realizado acciones similares en Paris, Valencia, Madrid, Asturias y Manchester.
Plataforma vasca de solidaridad con Chiapas
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