[ALE-Madrid] Ante el golpe represivo, por la libertad de todos

Enviado por anonerror (no verificado) en Sáb, 30/11/2013 - 16:03

Todos los detenidos están ya en libertad, acusados de diferentes delitos. Los detenidos durante la concentración solidaria del jueves salieron la mañana del viernes. Todos los detenidos durante la operación policial fueron llevados a los juzgados de plaza Castilla alrededor de las 17:30, donde esperaba una multitudinaria concentración solidaria, además de un dispositivo policial sin precedentes, más de 20 lecheras y toda la policía rodeando la concentración, se produjeron algunas identificaciones.

Pasadas las 21:00, los detenidos iban saliendo de uno en uno por la puerta de los juzgados, siendo recibidos por la marea solidaria al grito de ¡Muerte al Estado y viva la Anarquía!.

Durante la mañana del jueves 28 de Noviembre se han producido múltiples detenciones del entorno anticapitalista y antiautoritario sin necesarias conexiones entre los detenidos, detenciones en parte aleatorias, pero que vienen a confirmar la presión policial y el seguimiento continuo sobre aquellas gentes que luchan contra el orden establecido.

La excusa que esgrime tanto el Ministerio del Interior como la prensa son los acontecimientos ocurridos tras la manifestación antifascista del 20N en la Universidad Complutense, en la que se produjeron enfrentamientos dentro de la Facultad de Derecho entre manifestantes y miembros de una asociación reaccionaria cercana a las ideas fascistas con estrechos vínculos con decanato de dicha facultad. La excusa se cae por su propio peso cuando entre los detenidos hay gente que no estuvo ahí. Entre ellos hay personas que participaron en una acción feminista en una manifestación anti-aborto, compañeros libertarios de distintos proyectos y gente que participa en los movimientos sociales combativos.

Es curioso observar la impunidad de la que gozan los elementos fascistas cuando habiendo amenazado de muerte con un machete en la UAM o paseándose con impunidad y amenazantes por la UCM mientras rendían homenaje al partido nazi griego Amanecer Dorado, la prensa calla y la policía mira a otro lado. Que a nadie se lo olvide, a sus chicos no se les toca.

La magnitud represiva del aparato policial poco nos sorprende ya. Da igual no haber hecho nada delictivo, si participas en asambleas, colectivos o manifestaciones eres sujeto de estudio para la Brigada de Información, ellos se encargarán de saber donde vives, con quien te juntas y donde haces la compra. Irán a tu casa a buscarte, te llamarán por teléfono y te pasearán por tu barrio con las esposas en las muñecas. Así ha ocurrido. Vivimos en una cárcel sin muros.

Durante la tarde del mismo día de las detenciones, se produjo una concentración solidaria frente a la comisaría para exigir la inmediata puesta en libertad de los detenidos. En un ambiente de calma y sin mayores provocaciones hacia la policía, esta decide cargar sin previo aviso, tras lo cual se producen carreras y leves enfrentamientos. Decenas de coches y lecheras policiales por todo el barrio a la caza de posibles participantes de la concentración, al final 11 detenidos más.

Ante esta situación, la escalada represiva y el miedo que tratan de infundir sobre el conjunto de la población, no queda otra que plantar cara y denunciar de manera pública los hechos, señalando tanto a las instituciones encargadas de gestionar la represión, como a las personas que señalan y ordenan: Ministros, delegada de gobierno, periodistas y policía. La represión es algo inherente a la existencia de un Estado y del desarrollo capitalista, cuando se ve en peligro saca a las calles a sus fieles secuaces, policía y fascistas.

El camino de la transformación social está lleno de baches, detenciones, hostias y encarcelamientos. En nuestras manos está el crear una táctica y estrategia capaz de hacer frente a la que se nos avecina, para que la gente no trague con las mentiras policiales y realizar un intenso trabajo contra-hegemónico en ese sentido. La fachada democrática de la dictadura del capital se cae poco a poco, o la echamos abajo o el fascismo se impone.