Absuelto el comando Tupperware en Zaragoza

Con la absolución termina el que iba a ser el primer jucio por un escrache, en este caso en Aragón, pero realizado con el mejor humor del mundo.

En enero pasado montaron un 'árbol de tuppers' en el portal del domicilio de Dolores Serrat, consejera de educación por el recorte en las becas de comedor, entre otras, y tras proponer que l@s estudiantes se llevaran una fiambrera con la comida. Desde entonces, la consejera de Educación del Gobierno aragonés no ha dejado de perseguirles. Les acusó de acoso y de intromisión en su intimidad, y la Fiscalía veía un delito de atentado a la autoridad. Ayer, 27 de noviembre, la consejera no se presentó al juicio. El juez lo ha cerrado tras absolver a los acusados.

El juez ha absuelto esta mañana en Zaragoza a las cinco personas imputadas por montar un 'arbol de tuppers' ante el portal de la Consejera de Educación en enero pasado organizado por Marea Verde. Tras casi dos años de instrucción, Dolores Serrat no ha asistido al juicio para ratificar la denuncia, y el juez, algo molesto, ha cerrado el caso.

El acto consistió en la elaboración de un 'árbol de tuppers' en una farola frente al domicilio de la consejera, en una calle céntrica de Zaragoza, para protestar por los recortes en las becas de comedor, en el que participaron medio centenar de personas.

Serrat puso una denuncia a título personal por amenazas y acoso, que el juez desestimó y decidió iniciar el procedimiento para un juicio de faltas. La Fiscalía recurrió la decisión y solicitó que la protesta fuera enjuiciada como un presunto delito de atentado a la autoridad, con una pena que podría llegar a los seis años de prisión, que el juez volvió a desestimar.

Esta mañana, casi un año después de la protesta, estaba convocado el juicio, aunque la inasistencia de la consejera para ratificar la acusación ha impedido su celebración, dando carpetazo al caso por parte del juez, que no ha ocultado su enfado, quizá ante tanto despropósito.

Marea Verde, tras calificar el proceso como "escandaloso" y con un final "ridículo y esperpéntico", ha denunciado el coste que ha supuesto para la comunidad el "capricho" de una consejera a la que "teníamos ganas de decirle a la cara lo que pensamos de su actuación".