Los entresijos de la acción (debate anarquista)

 

 

Habían quedado en la sidreria, como en los viejos tiempos. Juan fue el primero en llegar, y aposentándose en la puerta, optó por desenfundar de su bolsillo uno de esos cigarrillos “low cost” que fue uno de los únicos obsequios con los que se deleitó en su regreso de Argentina. Fumaba ansiosamente, como si con cada calada se alimentara de paciencia. Lo vio llegar con su forma inconfundible de caminar. Era Marc, seguro! Las primeras sonrisas de complicidad dieron paso en seguida a un caluroso abrazo cargado de ternura acompañado de unas palmaditas que inconscientemente afloraron de sus manos.

Optaron por sentarse en la misma mesa de siempre, alejados de la multitud y el bullicio provocado por el partido de “La Roja”. Después de pedir un par de medianas, actualizaron sus vidas como solo hacen aquellos amigos con un intenso pasado común. Las primeras conversaciones entrecortadas por los nervios, dieron paso poco a poco, cerveza a cerveza, a las bromas y la guasa, como si el tiempo no hubiera pasado; como si los 18 meses que hacía que no se veían, no hubieran pasado. Repasaron intensamente sus “ligues”, las venturas y desventuras habidas y por haber, encaminando irremediablemente sus palabras hacia la actualidad de las luchas libertarias que tantos años atrás les habían unido.

-        No se por que no salen este tipo de acciones en nuestros periódicos – soltó Juan, haciendo referencia a la quema de dos furgones de anti-disturbios en la periferia de Barcelona.

-        Tal vez por que no hay espacio para todo, por que se priorizan otras movidas o por que  no decirlo: por que hay gente que no comparte este tipo de accionar- replicó Marc, en un tono mas conciliador.

-        Pero si es lo mas interesante que ha pasado últimamente en Barcelona! Entiendo que no lo hayan querido publicar en los periódicos reformistas, pero en el “Crónica Subversiva”?!

-        No sé, no le veo mucho sentido en publicitar unas acciones que en muchas ocasiones aparecen descontextualizadas de luchas concretas, que pocas veces hacen aportaciones constructivas y que se quedan en el ámbito autoreferencial, haciendo, por ejemplo, una constante alusión a los presos del otro lado del mundo, como si aquí no hubiera cosas por las que luchar.

-        Los comunicados son una invitación al accionar, en el ahora y aquí, y no hay nada mas concreto que esto. Además, son una valiosa forma de diálogo entre las distintas afinidades, afilando la puntería hacia los objetivos a apuntar, a falta de un espacio físico posible en el que debatir.   

-        Pues será por que la mayoría de “compas” no se sienten reconocidos en este diálogo. Antiguamente los grupos anarquistas colectivizaban estos debates y decidían conjuntamente que prioridades había... había una estrategia a seguir y  no acciones descoordinadas que aparecen sin práctica repercusión

-        Que durante muchos años no hubo una estrategia, ya lo sé. Tal vez se apostaba a la acción por la acción y en la experiencia vital y colectiva que esto conlleva. Pero creo que ahora se ha reflexionado sobre las experiencias pasadas y se está buscando la forma de seguir actuando pero con una proyección puesta a varios años vista... todo son procesos, sabes. Además, no veo la forma de colectivizar estos debates en espacios públicos tal y como están las cosas...

El camarero hizo su aparición haciendo un intento de retirar las 4 botellas vacías de la mesa, usando una ya de por si sobrecargada bandeja. Les pidió a ver si querían algo mas, añadiendo un par de cervezas a la lista de bebidas reclamadas por los jóvenes.

-        Mejor apaguemos los móviles, no?- dijo Juan, como si esto bastara para preservar su intimidad. Sacaron la batería y la tarjeta en un ritual que tenían mas que interiorizado.

-        Además, por que priorizar las acciones directas por sobre de una manifestación? No son todas formas de expresarse dentro de una misma lucha? O es que consideramos unas formas mas importantes que otras...- arremetió de nuevo Marc, prolongado el caluroso debate.

-        No estoy diciendo esto. Pero manifestaciones hay cada semana y en cambio acciones directas cada vez veo menos... Se está perdiendo la combatividad, apostando cada vez por discursos y prácticas más reformistas y ciudadanistas! Antes violento era tirar un cóctel molotov contra la policía. Ahora pintar una pared se ha vuelto ya un acto violento...

-        Sinceramente, no pienso que por ir reproduciendo los comunicados se anime a otros “compas” a actuar. Tiene que ser algo mucho mas profundo y continuo,  tal vez buscar objetivos “a priori” más parciales, pero que obtengan resultados directos para dotar de una utilidad real a esta práctica... 

-        Pero, que quieras que hagamos si son pocas las que están dispuestas a pasar a la acción? Esperar?

-        Empezando por acercar la práctica de la acción a las otras compañeras que no están familiarizadas con esta forma de hacer, con paciencia, dedicación, transmisión de confianza... ir implicando a la gente a esta forma de hacer y igual ir vinculándola sin que por ello sea necesario que todo el mundo tenga que apostar por la noche . Lo decisivo estriba en conseguir que no se produzca una fractura cada vez mayor con el resto de realidades libertarias y un aislamiento social que empuje a los insurrectos a callejones sin salida.

-        La fractura está y estará. Si de hecho miras durante toda la historia del anarquismo ha sido así. Por que siempre las organizaciones formales se desmarcan de los compañeros detenidos por las acciones y facilitan la represión.

-        Sin lugar a dudas, esto no está bien, ni los pienso justificar. Pero una cosa son las organizaciones con mayúsculas y la otra los “compas” que pueden estar por los motivos que sea dentro de ellas. Por ejemplo, cuando echaron algunos maquis de la CNT, hubo mucha gente que los siguió apoyando a pesar de no estar del todo de acuerdo con ellos.  Pero esto es difícil de conseguir si des de nuestras publicaciones nos reímos de ellas, infravaloramos su trabajo y les acusamos de immovilistas. Una cosa es tener diferencias sobre la forma de organización. Pero como quieres que nos apoyen luego si no los hemos parado de criticar? No sé. Igual si en los comunicados y en la práctica no aparecieran tantos atisbos de elitismo, un fetichismo de la violencia constante como si fuera lo más y una cierta soberbia...

-        Si, lo sé. Pero esta inmadurez poco a poco se va dejando atrás. La idealización de la violencia cae por su propio pie a medida que vas entrando en contacto con ella, al ver que aquello que hicieron antes otros tu también eres capaz de generarlo. Por que ves las cosas buenas que tiene, pero también las repercusiones reales y duras que puede comportar. Además, partiendo de la base que casi no ha habido una transmisión generacional de esta práctica, es normal que los grupos sigan un proceso. Si al fin y al cabo lo que se trata es que sea solo una herramienta mas, no“LA HERRAMIENTA”...

-         Y también está una cuestión. Vale, nos podemos reír del discurso de “las condiciones objetivas para hacer la revolución”, llevada a cabo por los plataformistas. Pero... a nivel real no ha habido la capacidad ni de generar acciones continuas ni de responder ni estar a la altura en caso de represión. Por que si se opta por la acción, habría que tener una infraestructura mínima que dudo que exista. Antes golpeaban a una estructura y el día siguiente se levantaba una de completamente nueva. Ahora un golpe represivo implica meses de inacción. Y luego es normal que los que caen presos no sean capaces de asumir su práctica viendo el panorama que hay alrededor...

 

Marc y Juan se quedaron un momento pensativos, solamente interrumpidos por los breves suspiros de exasperación y los pequeños sorbos de cerveza.

-        Igual te vas a reír de mi, pero cada vez pienso más que debemos incidir en lo social... - soltó Marc, cómo si hubiera en sus palabras un tono de pequeña vergüenza a la espera de como iba a reaccionar su amigo.

-        Je, je. Quien te ha visto y quién te ve... je je. Si a mi me parece muy bonito ese discurso. Pero como haces por incidir en lo social cuando siempre te encuentras con oídos sordos? No estoy diciendo que se tenga que abandonar este ámbito, pero empiezo a estar un poco harto...

-        En esto es en lo que andamos muchos ahora. Las asambleas de barrio han permitido que mucha gente participe de debates enriquecedores y que de los discursos pasivos y eminentemente demócratas de un inicio, se vaya pasando poco a poco a una radicalidad mucho mayor. Es la propia realidad la que empuja a la gente a tomar esta dirección. Y es que si nunca te han destrozado a porrazos, te han entalegado a alguien o has sufrido la violencia del estado de una forma mas directa, es difícil de entender las prácticas mas contestatarias.

-        Si, si no estoy diciendo que no hay que incidir en lo social. Yo mismo intenté participar de la asamblea de mi barrio antes de irme, pero te juro que me fue imposible... Igual cada barrio es distinto. Y me parece super bien que la gente apueste por este ámbito. Pero eso no tiene que pasar por abandonar la acción directa y echar por la borda tantos años de práctica. Se tiene que buscar la forma de combinar una cosa y la otra. Por que por desgracia, no es la primera vez que ocurre algo parecido. Te acuerdas cuando lo de la guerra de Iraq? Nos perdimos en las asambleas de la Plataforma y otras cosas por el estilo, pusimos todos nuestros esfuerzos en esto y al final nos sentimos traicionados por que no conseguimos nada y la gente se volvió a casa tranquilamente. Esta bien apostar por experiencias colectivas, pero manteniendo espacios con una línea propia. Y eso no pasa, obviamente, por echar por la borda todo nuestro pasado sin mas.

 

Las últimas frases de Juan, impregnadas de una emotividad provocada seguramente por el hastío del que está siempre perdiendo, fueron interrumpidos por los gritos de los “barabuntes” que celebraban el primer gol de la roja... Ambos se despertaron en la cruda realidad de la que parecía se habían podido alejar con cada palabra de lucha, con esos intensos debates que los trasladaban a una realidad tal vez paralela y minoritaria, pero sin duda, intensa y consecuente.

Ante el clamor provocado por los aprendices de “hooligans”, ambos amigos decidieron abandonar la sidreria para seguir charlando en otro entrañable antro del casco viejo de la ciudad.  

-        Tu que quieres incidir en lo social, ya puedes empezar con esos...- soltó Juan, más sarcástico que nunca, refiriéndose a la manada de fanáticos del fútbol.

Abandonaron el bar entre solemnes carcajadas... 

Comentarios

Dijo Juan:

-Pero si es lo mas interesante que ha pasado últimamente en Barcelona! Entiendo que no lo hayan querido publicar en los periódicos reformistas, pero en el “Crónica Subversiva”?!

Pensé yo mientras les escuchaba gritar en medio del barullo:

-¿Interesante para quién?, ¿para el "guetto"?, ¿para la "vanguardia libertaria"?, ¿para les trabajador@s?, ¿para la gente "de a pie"? ¿Para quién?

Dijo Juan:

-Pero manifestaciones hay cada semana y en cambio acciones directas cada vez veo menos... Se está perdiendo la combatividad

Pensé yo mientras seguían gritando ya medio pedos:

Espero que no esté confundiendo acción directa con "violencia", porque es evidente que no tiene por qué ser así. Y espero que tampoco haga sinónimos "violencia" y combatividad, porque eso no tiene nada que ver. La acción directa puede ser pacífica y muy combativa, al igual que una buena manifestación.

Dijo Marc:

-Tiene que ser algo mucho mas profundo y continuo,  tal vez buscar objetivos “a priori” más parciales, pero que obtengan resultados directos para dotar de una utilidad real a esta práctica... 

Pensé yo, medio ilusionado:

-Vaya, pués sí, por ahí lo veo mejor, cuestiones concretas que obtengan resultados directos, pero para la gente "de a pie" basicamente. Se trata de generar una combatividad eficiente de cara a ganarnos a cuantas más personas a nuestra causa mejor, no de justicia poética, sea "violenta" o pacífica.

Dijo Juan:

-La fractura está y estará. Si de hecho miras durante toda la historia del anarquismo ha sido así. Por que siempre las organizaciones formales se desmarcan de los compañeros detenidos por las acciones y facilitan la represión.

Pensé yo, de mala hostia:

Bien, son les compañeres que no opinan igual en cuanto a la estrategia, en la acción o incluso sólo en cuanto a la reivindicación, les represores. Muy bien... Espero que sólo haya sido una declaración motivada por el alcohol y a nivel subconsciente, lo que no quita que el asunto sea asqueroso.

Dijo Juan:

-Tu que quieres incidir en lo social, ya puedes empezar con esos...

Pensé yo:

-Pues no nos queda otra que contar con esos, con unas estrategias u otras, porque la vanguarditis...

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