C.4.3 ¿Qué significa la existencia de las Grandes Empresas?

De Ateneo Virtual
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Aquí indicamos el impacto de las Grandes Empresas en la teoría económica y el trabajo asalariado. De las palabras de Michal Kalecki, la competición perfecta es "una asunción de las más irreales" y "cuando su status de modelo práctico se olvida se convierte en un mito peligroso." (citado por Malcolm C. Sawyer, La Economía de Michal Kalecki, p. 8) desafortunadamente la teoría economía de la principal corriente capitalista se construye sobre este mito. Ironicamente, era contra un "trasfondo (de surgimiento de las Grandes Empresas en los 1890s) en el que la economía marginal, un mundo imaginario de muchas pequeñas empresas... fue consolidado en la profesión de economista." Así, "casi desde su concepción, los postulados teóricos de la economía marginal referente a la naturaleza de las empresas (y de los mercados, debemos añadir) han sido transvertidos de la realidad." (Paul Ormerod, Op. Cit., pp. 55-56)

Que las asunciones de la ideología económica contradigan tanto la realidad tiene consideraciones importantes en la naturaleza "voluntaria" del trabajo del salario. Si el modelo competitivo asumido por la economía neoclásica sostiene que veríamos una amplia gama de tipos de propiedad (incluyendo cooperativas, un extenso auto-empleo y trabajadores contratando capital) al no haber ningunas "barreras de entrada" asociadas al control empresarial. Éste no es el caso -- los trabajadores que contratan capital son inexistentes y el autoempleo y las cooperativas son marginales. La forma dominante del control es el capital contratando trabajo (esclavitud asalariada).

Con un modelo basado en la "competición perfecta," los partidarios del capitalismo podrían construir el caso en que el trabajo asalariado sea una opción voluntaria -- después de todo, los trabajadores (en tal mercado) podrían emplear el capital o formar cooperativas de una forma relativamente fácil. Pero la realidad del mercado "libre" es tal que este modelo no existe -- y como asunción, es seriamente engañoso. Si consideramos la actualidad de la economía de capitalista, pronto tenemos que darnos cuenta que el oligopolio es la forma dominante del mercado y que la economía de capitalista, por su misma naturaleza, restringe las opciones disponibles para los trabajadores -- lo que hace insostenible la noción de que el trabajo asalariado es una opción "voluntaria".

Si es la economía está estructurada para hacer la entrada en los mercados difícil y para que la supervivencia dependa de la acumulación del capital, entoces estas barreras son tan eficaces como los decretos del gobierno. Si las pequeñas empresas son exprimidas por los oligopolios entonces las posibilidades de fracaso aumentan (y por lo tanto prohibitivo para los trabajadores con pocos recursos) y si la desigualdad de la renta es grande, entonces los trabajadores encontrarán muy duro encontrar el aval requerido para pedir prestado el capital y para comenzar sus propias cooperativas. Así, mirando la realidad del capitalismo (en comparación con los libros de textos) está claro que la existencia de los oligopolios ayuda a mantener el trabajo asalariado restringiendo las opciones disponibles en el "mercado libre" para los y las trabajadoras.

Como observamos en la sección C.4, aquellos con poco capital se ven marginados a los mercados con bajos costes de establecimiento y baja concentración. Así, afirman los partidarios del capitalismo, los trabajadores todavía tienen una opción. Sin embargo, esta opción (como hemos indicado) es limitada por la existencia de mercados oligopolisticos -- tan limitado, de hecho, que menos del 10% de la población activa son trabajadores independientes. Por otra parte, afirman, las fuerzas tecnológicas pueden trabajar para aumentar el número de mercados que requieren bajos costes de establecimiento (el mercado informático se señala a menudo como ejemplo). Sin embargo, predicciones similares fueron hechas hace 100 años cuando el motor eléctrico comenzó a sustituir a las máquinas de vapor en las fábricas. "las nuevas tecnologías [ del 1870s ] pudieron haber sido compatibles con las unidades de producción pequeñas y las operaciones descentralizadas. . Esa. . expectativa no fue satisfecha." (Richard B. Du Boff, Op. Cit., p. 65) De la historia del capitalismo, nos imaginamos que los mercados asociados a las nuevas tecnologías irán por el mismo camino.

La realidad del desarrollo del capitalista es que incluso si los trabajadores invierten en nuevos mercados, uno que requiera bajos costes de establecimento, la dinámica del sistema es tale que en un cierto plazo de tiempo, estos mercados también se verán dominados por unas pocas empresas grandes. Por otra parte, para sobrevivir en una economía oligoloplística las cooperativas pequeñas estarán bajo presión de contratar trabajo asalariado y de funcionar como el capitalismo manda (véase la sección J.5.11). Por lo tanto, incluso si no hacemos caso de la masiva intervención del estado que creó el capitalismo en el primer lugar (véase la sección B.3.2), la dinámica del sistema es tal que las relaciones de dominación y opresión estarán siempre asociadas a él -- no pueden abandonadas pues las acciones de la competencia las crean y las refuerza (ver la sección J.5.11 y la sección J.5.12 sobre las barreras que el capitalismo pone a las cooperativas y al auto empleo aunque sean más eficientes).

Los efectos de la concentración del capital en las opciones disponibles son grandes y muy importantes. La existencia de las Grandes Empresas tiene un impacto directo en la naturaleza "voluntaria" del trabajo asalariado mientras que crean "barreras de entrada muy eficaces " para los modos alternativos de producción. El resultado de las presiones que las Grandes Empresas ejercen sobre las pequeñas reduce también la viabilidad de supervivencia de las cooperativas y del autoempleo como cooperativas y no empleadores de trabajo asalariado, efectivamente marginándolas como verdaderas alternativas. Por otra parte, incluso en nuevos mercados la dinámica del capitalismo es tal que se crean nuevas barreras de entrada continuamente, reduciendo otra vez nuestras opciones.

Total, la realidad del capitalismo es tal que la igualdad de oportunidad que subyace en los modelos de "competencia perfecta" no existe. Y sin tal igualdad, el trabajo asalariado no se puede decir que sea una opción "voluntaria" entre las opciones disponibles -- las opciones disponibles se han sesgado hasta tal punto en una dirección que las otras alternativas han sido marginadas.