A.2.3 ¿Los anarquistas están a favor de la organización?
Sí. Sin asociación, una vida verdaderamente humana es imposible. La libertad no puede existir sin sociedad ni organización. Como indica George Barret:
"Para llegar al sentido pleno de la vida debemos cooperar, y para cooperar tenemos que llegar a acuerdos con nuestros semejantes. Suponer que tales acuerdos significan limitaciones a la libertad es en verdad un absurdo; al contrario, son el ejercicio de nuestra libertad.Si vamos a inventar un dogma sosteniendo que el llegar a acuerdos es dañar la libertad, entonces la libertad se vuelve tiranía inmediatamente, puesto que prohíbe a los hombres los más ordinarios placeres cotidianos. Por ejemplo, yo no puedo ir a pasear con un amigo puesto que va contra el principio de la Libertad si acordamos estar en cierto sitio a cierta hora para reunirnos. No puedo ni siquiera extender mi influencia más allá de mi mismo, porque para hacerlo tengo que cooperar con alguien más, y la cooperación lleva consigo el acuerdo, y eso va contra la libertad. Se verá de inmediato que este argumento es absurdo. Yo no limito mi libertad, simplemente la practico, cuando me pongo de acuerdo con mi amigo para ir de paseo.
Si, por otro lado, decido debido a mis mayores conocimientos que es bueno para mi amigo hacer ejercicio, y por eso intento obligarle a dar un paseo, entonces yo comienzo a limitar la libertad. Esta es la diferencia entre un acuerdo libre y un gobierno."
Objecciones al anarquismo , pp. 348-9
En cuanto a la organización, los anarquistas piensan que "lejos de crear autoridad, es la única cura para ella y el único medio por el cual cada uno de nosotros se acostumbrará a tomar parte activa y consciente en el trabajo colectivo, y cesará de ser un instrumento pasivo en manos de los dirigentes" (Errico Malatesta, vida e ideas). Así los anarquistas son conscientes de la necesidad de organizarse de una forma estructurada y abierta. Como señala Carole Ehrlich, aunque los anarquistas "no se oponen a la estructuración" y simplemente "quieren abolir la estructura jerarquica" están "casi siempre estereotipados como que no quieren ninguna estructura." Esto no es así, para "organizaciones que se construyen con responsabilidad, la difusión de poder entre el maximo número de personas, rotación de trabajos, compartir las habilidades, y la difusión de la información y los recursos" que estan basadas en "los buenos principios anarquistas de organización!" (Socialismo, Anarquismo y Feminismo, Quiet Rumours: An Anarcha-Feminist Reader, p. 47 y p. 46)
El hecho de que los anarquistas están a favor de la organización puede parecer extraño al principio, pero es comprensible. "Para aquellos con experiencia solo en la organización autoritaria," sostienen dos anarquistas britanicos, "parece que la organización solo puede ser totalitaria o democratica, y que aquellos que no creen en gobiernos deben no creer en ningun tipo de organización. Esto no es así." (Stuart Christie y Albert Meltzer, The Floodgates of Anarchy, p. 122). En otras palabras, como vivimos en una sociedad en la que virtualmente todas las formas de organización son autoritarias, las hace que parezcan como la unica clase de organización posible. Lo que casi nunca se reconoce es que este modo de organización ha sido condicionado históricamente, surgiendo de una clase de sociedad particular - una cuyos motivos principales son la dominación y la explotación. Según los arqueólogos y los antropólogos, este tipo de sociedad sólo lleva en existencia unos 5.000 años, habiendo aparecido con los primeros estados primitivos basados en la conquista y la esclavitud, en los que el trabajo de los esclavos creo un excedente que mantuvo a la clase dominante.
Anteriormente, durante cientos de miles de años, las sociedades humanas y proto-humanas eran lo que Murray Bookchin llama "orgánicas", es decir, basadas en formas cooperativas de actividad económica involucrando el apoyo mutuo, el libre acceso a los recursos de producción y el compartimiento de los frutos de la labor comunal de acuerdo con las necesidades de cada uno. Aunque tales sociedades probablemente tenían rangos basados en la edad, no había jerarquías en el sentido de relaciones de dominio-subordinación institucionalizadas, impuestas por sanciones coercitivas resultantes en la estratificación de clases y suponiendo la explotación económica de una clase por otra (ver Murray Bookchin, La Ecología De La Libertad).
Hay que notar, sin embargo, que los anarquistas no abogan por un retorno a la "edad de piedra". Simplemente apuntamos que puesto que el modo de organización jerárquico-autoritario es un desarrollo relativamente reciente en el curso de la evolución social humana, no hay razón para suponer que de alguna forma está "destinado" a ser permanente. No creemos que los seres humanos estén genéticamente "programados" para una conducta autoritaria, competitiva y agresiva, al no haber pruebas convincentes que apoyen esta premisa. Al contrario, tal conducta esta condicionada socialmente, o aprendida, y como tal, puede ser desaprendida (ver Ashley Montagu, La Naturaleza De La Agresión Humana). No somos ni fatalistas ni deterministas genéticos, sino que creemos en el libre albedrío, que significa que la gente puede cambiar la manera de hacer las cosas, incluyendo la forma en que organizan la sociedad.
No cabe duda que la sociedad necesita ser organizada mejor, puesto que en el presente la mayor parte de la riqueza - que es producida por la mayoría - y el poder están distribuidos entre una pequeña minoría elitista en la cumbre de la pirámide social, causando privaciones y sufrimientos a los demás, particularmente a los que están en lo más bajo. De esta manera, ya que esta elite controla los medios de coerción a través de su control del estado (ver sección B.2.3), puede así someter a la mayoría e ignorar sus sufrimientos - un fenómeno que ocurre a menor escala en todas las jerarquías. No es de extrañar, pues, que la gente en las estructuras autoritarias y centralizadas lleguen a odiar a esas elites como una negación de su libertad. Alexander Berkman dice:
"Cualquiera que te diga que los Anarquistas no creen en la organización esta diciendo tonterias. La vida entera es organización, sea consciente o inconsciente (...) Pero hay organización y organización. La sociedad capitalista esta tan mal organizada que sus diversos miembros sufren: Tal como cuando tienes un dolor en alguna parte de ti, todo tu cuerpo te duele y tu estas enfermo (...), ni un solo miembro de la organización o el sindicato puede con impunidad ser discriminado, ahogado o ignorado. Hacerlo sería lo mismo que ignorar un dolor de muelas: enfermarías del todo."
Op. Cit. , p. 53
Hasta ahora esto es lo que sucede precisamente en la sociedad capitalista, con el resultado de, efectivamente, "todo enfermo".
Por estas razones, los anarquistas rechazan las forams autoritarias de organización y en cambio apoyan las asociaciones basadas en el libre acuerdo. El libre acuerdo es importante porque, en palabras de Berkman "unicamente cuando cada uno es una unidad libre e independiente, cooperando con otros desde su propia elección por intereses mutuos, puede el mundo trabajar con exito y llegar a ser poderoso." (Op. Cit., p. 199). Como discutimos en la sección A.2.14, los anarquistas hacen hincapie en que el libre acuerdo tiene que ser complementado con la democracia directa (o, como es denominado normalmente por los anarquistas, la autogestión) dentro de la asociación de lo contrario la "libertad" sera poco más que elegir señores.
La organización anarquista esta basada en una masiva descentralización de poder recuperada por las manos del pueblo, es decir por aquellos que directamente son afectados por las decisiones que se toman. Citando a Proudhon:
"A menos que la democracía sea un fraude y la soberanía del Pueblo un chiste, debe ser admitido que cada ciudadano en la esfera de su industria, cada consejo provincial, de distrito, municipal dentro de su propio territorio (...) deber actuar directamente y por si mismo administrando los intereses que le incumban, y deberia ejercer plena soberanía en relación a ellos."
The General Ideal of the Revolution , p. 276
También implica una necesidad de federalismo para coordinar intereses colectivos. Para el anarquismo, el federalismo es el complemento natural de la autogestión. Con la abolición del Estado, la sociedad "puede y debe, organizarse de una forma diferente, pero no de arriba a abajo (...) La futura organización social debe estar hecha enteramente desde abajo hacia arriba, por la libre asociación o federación de trabajadores, primeramente en sus sindicatos, después en comunas, regiones, naciones y finalmente en una gran federación, internacional y universal. Solo entonces sera realizado el verdadero y vigorizante estado de libertad y bien común, que lo ordena, lejos de denegarla, por el contrario afirma y armoniza los intereses de los individuos y de la sociedad." (Bakunin, Mijail Bakunin: Selected Writings, pp. 205-206) Porque una "organización verdaderamente popular comienza (...) desde abajo" y "el federalismo se convierte en una institución politica del Socialismo, la libre y espontanea organización de la vida popular." Así el socialismo libertario "es federalista en esencia". (Bakunin, The Political Philosophy of Bakunin, pp. 273-274 y p. 272)
Por tanto, la organización anarquista esta basada en la democracía directa (o la autogestión) y el federalismo (o confederación). Son la expresión y el entorno de la libertad. La democracia directa (o participativa) es esencial porque la libertad e igualdad implican la necesidad de foros en los que la gente puede discutir y debatir como iguales y en los que se permite el libre ejercicio de lo que Murray Bookchin llama "el creativo papel del disidente." El federalimo es necesario para asegurar que los intereses comunes son discutidos y la actividad colectiva se organiza de forma que refleje los deseos de todos aquellos que esten afectados. Para asegurar que las decisiones fluyen de abajo a arriba en lugar de ser impuestas de arriba a abajo por unos pocos gobernantes.
Las ideas anarquistas sobre la organización libertaria y la necesidad de la democracia directa y la confederación serán tratadas más adelante en la sección A.2.9 y la sección A.2.11