Negativas a combatir de ambos lados del frente: entrada en el segundo otoño de la guerra de Ucrania

Una modesta visión local desde la región de Kharkiv sobre el aumento de la fatiga entre las tropas rusas y ucranianas del frente durante el verano de 2023.

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La sangrienta contraofensiva prolongada durante meses, que se convirtió en una nueva picadora de carne en el Somme tras la nueva batalla de Verdún cerca de Bakhmut, se está reflejando notablemente en el ambiente social. Un interlocutor de la Asamblea, conductor de trenes en el metro de Járkov, contaba anónimamente el 25 de junio:

"Mi hermano está luchando cerca de Bakhmut, la 31ª brigada de asalto. La semana pasada pasaron a la ofensiva y recibieron tal respuesta que se retiraron más lejos de donde estaban antes de la ofensiva. Al día siguiente, los coroneles llegaron con amenazas. Y donde atacar, hay cañones, morteros, aviones. Anteayer, dos batallones se negaron a luchar. No les dieron de comer, amenazaron con encarcelarlos. Tres batallones depusieron las armas, porque se vieron abocados a la matanza sin apoyo. 30 personas fueron derribadas inmediatamente. Dieron un nuevo comandante, pero todo sigue igual. Apenas tomaron alguna aldea. No hay tanques, no hay Bradley, se están ocupando de ello, para no molestar a Occidente. Pero no se ocupan de la infantería: les dieron dos rifles de francotirador polacos y se los llevaron. No hay comida, sólo una ración seca. Nos amenazaron con encarcelarnos, responden: ¿encarcelar?, ¿y quién vendrá a nuestras posiciones? Ahora siguen luchando de alguna manera, pero in situ, sin humor. Cosas así".

El mismo informante confirma el artículo de junio de Der Spiegel sobre los tanquistas de las Fuerzas Armadas de Ucrania que imitan los daños de los tanques para evitar que pasen a la contraofensiva del sur. "Se quedan parados. Les dieron un vehículo de combate con capota de plástico. Cuando iban a alguna parte, se quedaba parado, apenas lo desenterraban. Estos vehículos están parados, nadie quiere conducirlos, una cápsula de la muerte", dijo ese conductor el 5 de agosto.

También en la primera quincena de agosto apareció una entrevista en vídeo del bloguero político Yury Romanenko, cercano a la Oficina de Zelensky, con el francotirador Konstantin Proshinsky, que combate cerca de Bajmut. Tuvo resonancia, incluso en los medios occidentales, con las palabras de que el ejército no estaría en contra del "escenario coreano", así como críticas a la "dura movilización" y la prohibición de salir de Ucrania a los hombres, porque "nunca ganaremos una guerra contra Rusia por números". Pero además de esto, Proshinsky confirmó la información de la Asamblea sobre salvar el equipo pesado occidental mediante ataques de infantería al estilo de los "asaltos de carne cañón" rusos y sobre los rechazados en el ejército ucraniano. Según los militares, entre los reclutas enviados recientemente a Bajmut, el más joven tenía 52 años. Entre el resto había hombres con tuberculosis, hepatitis y diabetes. Fueron movilizados, se les permitió pasar la noche en la oficina de alistamiento, y a la mañana siguiente eran enviados al frente. Muchos de estos combatientes después de la primera batalla escribieron una negativa a participar en las hostilidades. Esto no es deserción, por lo tanto no conlleva responsabilidad penal - el solicitante debe ser transferido a una compañía de abastecimiento, y pronto tales compañías "tendrán miles de personas", dijo el invitado del programa.

Mientras tanto, el avance de las Fuerzas Armadas rusas en el territorio de Kupyansk a Kremenna, al parecer, tiene aún menos éxito que los intentos ucranianos de abrirse paso hasta la costa de Azov y Bakhmut. El espíritu de lucha de los ocupantes también es mediocre. Nuestros colegas de ASTRA publicaron los días 9 y 11 de agosto nuevas pruebas sobre un sótano clandestino para los rechazados rusos en Zaytsevo, al noreste de la región de Lugansk. Movilizados del destacamento "Tormenta" (unidad militar 31134) se quejaron a sus familias de cómo les obligaban a ir a una muerte segura. Familiares de varios militares informaron de ello a ASTRA, presentando sus quejas al Comité de Investigación, así como una grabación de audio de una conversación con uno de los movilizados. En la grabación, el combatiente dice que van a tener un cuarto asalto consecutivo, que se lanzan a los ataques sin armas y sin descanso: "Sólo nos quedan 20 de 100 de "Tormenta". Son casi 20 minutos de combate. <...> Nos están obligando a entrar en los campos de minas. ¿Por qué nos llevan hasta allí? Porque las autoridades ya han informado que se han llevado todo. <...> A los que se negaron, el comandante les disparó personalmente a las piernas". Los 24 supervivientes fueron enviados al sótano de Zaytsevo, el contacto con ellos desapareció. Como nos añadió la editora del canal, Anastasia Chumakova, los internos allí son constantemente diferentes.

El medio de oposición siberiano "Gente del Baikal" publicó el 25 de julio un artículo sobre un residente movilizado de Irkutsk llamado Alexander, que sirvió en la unidad "Tormenta" de la 90ª división de tanques. A principios de marzo de 2023, él y tres compañeros abandonaron el puesto y se dirigieron a Alexandrovsk, donde alquilaron un apartamento y bebieron alcohol. Allí fueron detenidos y enviados a la oficina del comandante. Después, Alexander apareció muerto cerca de Chervonopopovka (también en la frontera entre Lugansk y Járkov) con restos de un lazo alrededor del cuello. "Me di cuenta de que ésta no era la guerra que había imaginado. Esto es exterminio, nos prepararon como cebo. Que me metan en la cárcel, no moriré por esto", relata su hermano Sergey las palabras del fallecido. Está intentando aclarar las circunstancias de la muerte a través de la fiscalía militar y el Comité de Investigación.

Y los plazos para ambos estados se agotan. Septiembre más o menos cálido, y eso es todo: de nuevo frío, barro y enfrentamientos posicionales. A juzgar por el fuerte endurecimiento de la legislación rusa sobre el servicio militar obligatorio, se avecina allí una nueva oleada de movilización abierta. Sin embargo, hasta las elecciones presidenciales de 2024, sus autoridades intentan limitarse obligando a firmar contratos a las capas sociales más serviles: convictos, reclutas e inmigrantes centroasiáticos.

Junto a los que se niegan a luchar, tanto en el bando ucraniano como en el ruso ya es fácil encontrarse con un soldado de primera línea que sospecha vagamente que está siendo utilizado como material fungible, pero tiene miedo de admitirlo ante sí mismo. Les gusta preguntar a civiles al azar por qué no están en las trincheras y no van a ir allí, pero de alguna manera no preguntan nada a los dueños de la vida sobre hacer negocios con representantes del enemigo y la corrupción en las compras del ejército. Cuántos de ellos llegarán a posiciones contrarias a la guerra es todavía una incógnita. Lo único cierto es que si todo sigue como hasta ahora, algún día ambos estados simplemente no tendrán fuerzas para nuevas ofensivas.

Puede que la línea del frente ni siquiera cambie mucho respecto a la actual, pero también puede que se desplace a las fronteras ucranianas de 1991. Las derrotas de un ejército frente a otro no son capaces de poner fin a la guerra por sí solas - sólo obligan al régimen perdedor a verter más activamente nuevas toneladas de astillas humanas en la pira funeraria...

Recientemente, ya hemos hablado de la creciente decepción de los ucranianos ante las perspectivas de superar la pobreza y la corrupción, que alimenta el deseo de abandonar Ucrania inmediatamente después de la guerra o incluso antes.

Además de esto, te invitamos a echar un vistazo a cómo en las empresas de nuestro Kharkov los trabajadores masculinos están siendo reemplazados por mujeres y pensionistas como en Europa 1916 debido a la movilización.