ANARQUÍA Y PROPIEDAD PRIVADA

Gran parte de la literatura anarquista se desarrolla basándose en la idea que anarquía y propiedad privada son dos ideas contrapuestas (ver por ejemplo la https://theanarchistlibrary.org/library/the-anarchist-faq-editorial-collective-an-anarchist-faq-03-17#toc16). Dentro de la propiedad privada se diferencia entre posesión (legítima) y propiedad privada (ilegítima). La posesión es una propiedad de uso propio, y que por lo tanto no puede ser utilizada para explotar a nadie. En cambio, la propiedad privada es de naturaleza rentista. Es decir, su propietario no la utiliza, sino que la alquila a alguien que lamentablemente no tiene medios para adquirirla. Con lo cual, la propiedad privada se convierte en un instrumento que crea jerarquías entre propietarios/rentistas e inquilinos.

El pensamiento anarquista es muy rico y complejo, y se caracteriza por una componente ética humanista fuerte. De ahí que una idea central en el pensamiento anarquista sea la oposición rotunda de la opresión de un humano por parte de otro humano. Y es aquí donde la propiedad privada juega un papel preponderante. Los estados democráticos liberales se caracterizan por una defensa a ultranza de la propiedad privada que conlleva a situaciones de injusticia/opresión extremas. Estas situaciones no podrán ser defendidas jamás por una anarquista, y de ahí que haya un rechazo muy importante a la propiedad privada.

Sin embargo, si la anarquía se caracteriza por alguna cosa (ya sea como horizonte como realidad aquí y ahora), es por dejar que cada grupo/comunidad se dote de sus propias reglas y que los comportamientos macroscópicos/sociológicos emerjan sin imposiciones. La anarquía, prácticamente por definición, es un rechazo a la ingeniería social. Ingeniería social entendida como la creación de reglas y marcos macroscópicos para que la gente se comporte de cierto modo. La ingeniería social es de naturaleza impositiva, aunque el modo en el cual se impone puede variar mucho: desde violencia despiadada hasta sistemas complejos de condicionamiento operante (https://es.wikipedia.org/wiki/Burrhus_Frederic_Skinner)1. De ahí que, a pesar de tener una componente humanista muy fuerte, se pueda aceptar el asesinato de genocidas o explotadores dentro de los marcos de la anarquía. Y la misma flexibilidad debería ocurrir con la propiedad privada.

Es decir, la existencia de la propiedad privada no es equivalente a la defensa de tiranías o explotadores. Las formas de organización humanas son diversas y complejas, y no es difícil de imaginar que uno pueda alquilar su coche a otro sin necesariamente incurrir en situaciones injustas. Quizás el alquila el coche un día hospedará al propietario del coche, o hará trabajos de comunidad de los cuales se pueda beneficiar el propietario. O quizás le pagará en moneda social. O no necesitará hacer nada, o lo que sea. Aquí el punto principal es que desde una ética libertaria, ninguna tiranía se puede aceptar - sea basada en la propiedad privada, en su negación, o en lo que sea.

Desde esta óptica, al final el debate sobre la propiedad privada no es tanto en si debe existir o no, sino en si debe ser respetada por encima de la justicia o la opresión. Para un capitalista, en general la respuesta es sí - la propiedad privada se tiene que defender por encima de todo. De ahí su defensa a ultranza de la policía o de mercenarios privados para que la defiendan. En cambio, creo que para un anarquista (y en consecuencia anticapitalista), la respuesta debe ser un NO rotundo. La propiedad privada no puede ser más importante que la justicia, la dignidad o la vida. La belleza de la ética anarquista es precisamente su flexibilidad. Se entiende que la complejidad humana no puede ser capturada por un conjunto de reglas. Y se entiende que las personas somos suficientemente espabiladas para poder solucionar nuestros conflictos sin tener que aferrarnos a reglas inmodificables.

Cualquier persona puede entender que no es lo mismo vivir en un sitio donde todas las personas tienen sus propiedades o vivir en otro sitio donde uno monopoliza toda la propiedad. Un anarquista puede defender la propiedad privada en el primer caso, pero no la podrá defender jamás en el segundo, puesto que es más importante destruir la opresión, que no el respeto de la propiedad privada. Un anarquista puede estar de acuerdo con el concepto de propiedad privada y okupar al mismo tiempo. Un capitalista, en cambio, defenderá siempre la propiedad privada por encima de todo puesto que no está interesado ni en la vida, ni en la opresión, sino más bien en ordenar macroscópicamente la sociedad a través de una serie de normas.

1: Os recomiendo también este corto video de Lewis Mumford: https://www.youtube.com/watch?v=gARS4F90wmw

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