Pienso que uno de los grandes enemigos lo tenemos dentro de nuestras propias organizaciones. Hay gente que se dice libertaria y actúa autoritaria, que se dice federal y tiende a la centralización, que habla de autonomía y no sabe a lo que se refiere. Muchas veces me pregunto porqué esta gente no se mete en el PCE o algo por el estilo.
Luego, hay otros que se parecen a budistas alcanzando el nirvana que no pueden permitirse el descender de su estado de pureza celestial y que censuran los hábitos de vida de los demás como si sólo hubiese una única y luminosa senda.
Estoy de acuerdo con unx mas en que el anarcosindicalismo hoy en día debe a parte de mostrarse, mostrar nuestras propuestas libertarias más concretas. Pienso que nuestra tarea hoy en día es mucho más complicada de lo que fue en el inicio del movimiento obrero. Tenemos partidos que se dicen obreros y no lo son, sindicatos que venden a los trabajadores, medios de comunicación haciendo propaganda continuamente del sistema y una población que de entrada se muestra hostil.
El tímido repunte del anarcosindicalismo creo que se debe a que poco a poco estamos llegando y esperemos que vaya a más.
Difícil equilibrio (anarco-sindicalismo).
Re: Difícil equilibrio (anarco-sindialismo).
Todos los animales somos iguales
Re: Difícil equilibrio (anarco-sindialismo).
... En una palabra, el sindicato obrero es, por su naturaleza misma, reformista y no revolucionario. El revolucionarismo debe introducirse, desarrollarse en él por obra constante de los revolucionarios que actúan fuera y dentro de su seno, pero no puede ser la manifestación natural y normal de su función. Al contrario, los intereses reales e inmediatos de los obreros asociados, que el sindicato tiene la misión de defender, están con mucha frecuencia en pugna con las aspiraciones ideales y futurísticas; y el sindicato sólo puede hacer obra revolucionaria si está penetrado por el espíritu de sacrificio y en la proporción en que el ideal se ponga por encima del interés, es decir, sólo y en la medida en que cese de ser un sindicato económico y se transforme en un grupo político e idealista, cosa que no es posible en las grandes organizaciones que para actuar necesitan del consentimiento de la masa siempre más o menos egoísta, temerosa y retrógrada. Y no es esto lo peor. La sociedad capitalista está constituida de tal manera que, hablando en general, los intereses de cada clase, de cada grupo, de cada individuo son antagónicos con los de todas las demás clases, los demás grupos y, todos los otros individuos. Y en la práctica de la vida se verifican los más extraños entrelazamientos de armonías y de intereses entre clases y entre individuos que desde el punto de vista de la justicia social deberían ser siempre amigos o siempre enemigos. Y ocurre con frecuencia que, pese a la proclamada solidaridad proletaria, los intereses de un grupo de obreros se oponen a, los de los demás y armonizan con los de un grupo de patrones; como ocurre también que, pese a la deseada hermandad internacional, los intereses reales de los operarios de un determinado país los vinculan con los capitalistas locales y los ponen en lucha contra los trabajadores extranjeros: sirvan de ejemplo las actitudes de las diversas organizaciones obreras frente a la cuestión de las tarifas aduaneras, y la parte voluntaria que las masas obreras toman en las guerras entre los Estados capitalistas.
No me extenderé citando muchos ejemplos de contrastes de intereses entre las diversas categorías de productores y de consumidores… el antagonismo entre ocupados y desocupados, entre hombres y mujeres, entre operarios nativos y operarios venidos del exterior, entre los trabajadores que usufructúan de un servicio público y los que trabajan en esos servicios, entre los que saben un oficio y los que desean aprenderlo, etcétera, etcétera. Recordaré más especialmente el interés que tienen los obreros de la industria de lujo en la prosperidad de las clases ricas, y el de múltiples grupos de trabajadores de las diferentes localidades en que el “comercio” vaya bien, aunque a expensas de otras localidades y con daño de la producción útil para la masa. Y ¿qué decir de quienes trabajan en cosas dañinas para la sociedad y para los individuos, cuando no tienen otro modo de ganarse la vida? Id nomás, en tiempo ordinario, cuando no hay fe en una inminente revolución, id a persuadir a los trabajadores de los arsenales amenazados por la falta de trabajo a decirles que no pidan al gobierno la construcción de un nuevo acorazado. Y resolved, si podéis, con medios sindicales y haciendo justicia a todos, el conflicto entre los estibadores que no tienen otra manera de asegurarse la vida sino monopolizando el trabajo en ventaja, de aquellos que ya ejercen el oficio desde hace tiempo, y los recién llegados, lostemp o ra rio s, que exigen su derecho al trabajo y a la vida.
Todo esto y tantas otras cosas que se podrían decir muestran que el movimiento obrero por sí mismo, sin el fermento del idealismo revolucionario contrastante con los intereses presentes e inmediatos de los obreros, sin el impulso y la crítica de los revolucionarios, lejos de llevar a la transformación de la sociedad en beneficio de todos, tiende a fomentar los egoísmos de grupo y a crear una clase de obreros privilegiada superpuesta a la gran masa de los desheredados. Y esto explica el hecho general de que en todos los países las organizaciones obreras, a medida que crecieron y se robustecieron, se volvieron conservadoras y reaccionarias, y que los que consagraron sus esfuerzos al movimiento obrero con intenciones honestas y teniendo en vista una sociedad de bienestar y de justicia para todos, están condenados a un trabajo de Sísifo y deben recomenzar periódicamente desde el principio.
MALATESTA. Sindicalismo y anarquismo
No me extenderé citando muchos ejemplos de contrastes de intereses entre las diversas categorías de productores y de consumidores… el antagonismo entre ocupados y desocupados, entre hombres y mujeres, entre operarios nativos y operarios venidos del exterior, entre los trabajadores que usufructúan de un servicio público y los que trabajan en esos servicios, entre los que saben un oficio y los que desean aprenderlo, etcétera, etcétera. Recordaré más especialmente el interés que tienen los obreros de la industria de lujo en la prosperidad de las clases ricas, y el de múltiples grupos de trabajadores de las diferentes localidades en que el “comercio” vaya bien, aunque a expensas de otras localidades y con daño de la producción útil para la masa. Y ¿qué decir de quienes trabajan en cosas dañinas para la sociedad y para los individuos, cuando no tienen otro modo de ganarse la vida? Id nomás, en tiempo ordinario, cuando no hay fe en una inminente revolución, id a persuadir a los trabajadores de los arsenales amenazados por la falta de trabajo a decirles que no pidan al gobierno la construcción de un nuevo acorazado. Y resolved, si podéis, con medios sindicales y haciendo justicia a todos, el conflicto entre los estibadores que no tienen otra manera de asegurarse la vida sino monopolizando el trabajo en ventaja, de aquellos que ya ejercen el oficio desde hace tiempo, y los recién llegados, lostemp o ra rio s, que exigen su derecho al trabajo y a la vida.
Todo esto y tantas otras cosas que se podrían decir muestran que el movimiento obrero por sí mismo, sin el fermento del idealismo revolucionario contrastante con los intereses presentes e inmediatos de los obreros, sin el impulso y la crítica de los revolucionarios, lejos de llevar a la transformación de la sociedad en beneficio de todos, tiende a fomentar los egoísmos de grupo y a crear una clase de obreros privilegiada superpuesta a la gran masa de los desheredados. Y esto explica el hecho general de que en todos los países las organizaciones obreras, a medida que crecieron y se robustecieron, se volvieron conservadoras y reaccionarias, y que los que consagraron sus esfuerzos al movimiento obrero con intenciones honestas y teniendo en vista una sociedad de bienestar y de justicia para todos, están condenados a un trabajo de Sísifo y deben recomenzar periódicamente desde el principio.
MALATESTA. Sindicalismo y anarquismo
Re: Difícil equilibrio (anarco-sindialismo).
Joder con el Malatesta ese.
Ya podiamos invitarle a que interviniera más en los foros. El tío sabe de lo que habla creo
Ya podiamos invitarle a que interviniera más en los foros. El tío sabe de lo que habla creo
Teño barca, teño redes, teño sardiñas no mare
teño unha muller bonita
non quero máis traballare.
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non quero máis traballare.
Re: Difícil equilibrio (anarco-sindialismo).
Es que estos debates, tienen 200 años. Podía haber buscado los textos que dedica Bakunin a la Federación del Jura, los internacionales de su cuerda, y la crítica que les hace: delegacionismo, pasividad, egoismo, intereses perversos, comités de dirigentes eternos... Muchachos y muchachas, la crítica está hecha. Lo que podemos cambiar, es la manera de decir las cosas, no los hechos en sí. Por eso lo recomiendo siempre: leed a los clásicos del siglo XIX y XX.
Re: Difícil equilibrio (anarco-sindialismo).
todo esto y tantas otras cosas que se podrían decir muestran que el movimiento obrero por sí mismo, sin el fermento del idealismo revolucionario contrastante con los intereses presentes e inmediatos de los obreros, sin el impulso y la crítica de los revolucionarios, lejos de llevar a la transformación de la sociedad en beneficio de todos, tiende a fomentar los egoísmos de grupo y a crear una clase de obreros privilegiada superpuesta a la gran masa de los desheredados. Y esto explica el hecho general de que en todos los países las organizaciones obreras, a medida que crecieron y se robustecieron, se volvieron conservadoras y reaccionarias, y que los que consagraron sus esfuerzos al movimiento obrero con intenciones honestas y teniendo en vista una sociedad de bienestar y de justicia para todos, están condenados a un trabajo de Sísifo y deben recomenzar periódicamente desde el principio.
MALATESTA. Sindicalismo y anarquismo.
Grande Malatesta.
Bueno creo que en la epoca del escrito la CNT no era precisamente conservadora y reaccionaria, es decir ya la CNT experimenta, antes de Primo de Ribera, un crecimiento tan importante como para verse viciada por la burocracia. Esta bien lo del peligro de la burocratizacion de las centrales sindicales que se hacen grandes, pero la atomización tampoco es la solución, ¿una federacion de atomizados combativos con capacidad independiente de federarse o no? Quien sabe...
MALATESTA. Sindicalismo y anarquismo.
Grande Malatesta.
Bueno creo que en la epoca del escrito la CNT no era precisamente conservadora y reaccionaria, es decir ya la CNT experimenta, antes de Primo de Ribera, un crecimiento tan importante como para verse viciada por la burocracia. Esta bien lo del peligro de la burocratizacion de las centrales sindicales que se hacen grandes, pero la atomización tampoco es la solución, ¿una federacion de atomizados combativos con capacidad independiente de federarse o no? Quien sabe...
...es preciso poner al día discursos, estadísticas y datos...para demostrar que las predicciones del Partido nunca fallan[...]no puede admitirse en ningún caso que la doctrina política del Partido haya cambiado lo más mínimo porque cualquier variación es una debilidad.
Y si los hechos demuestran otra cosa, habrá que cambiar los hechos...
EL LIBRO.
Y si los hechos demuestran otra cosa, habrá que cambiar los hechos...
EL LIBRO.
Re: Difícil equilibrio (anarco-sindicalismo).
Estoy bastante de acuerdo con el texto de "unx mas", aunque el concepto de clase social me chirria bastanjte en el actual sistema político. Es decir, me veo mas como una persona, que al igual que el resto de personas sufro las consecuencias de un sistema inhumano, que como un proletario explotado por la burguesia.
Como anarquista estoy de acuerdo con el anarcosindicalismo, siempre y cuando no caiga en el reformismo (propio del sindicalismo), es decir siempre y cuando entienda las luchas laborales, como forma de autodefenderse de forma eficaz frente a las agresiones que este sistema inhumano hace a los seres humanos y pretenda ser un método de organización para transformar de raiz el actual sistema.
Como anarquista estoy de acuerdo con el anarcosindicalismo, siempre y cuando no caiga en el reformismo (propio del sindicalismo), es decir siempre y cuando entienda las luchas laborales, como forma de autodefenderse de forma eficaz frente a las agresiones que este sistema inhumano hace a los seres humanos y pretenda ser un método de organización para transformar de raiz el actual sistema.
"Es en busca de lo
imposible que el hombre ha realizado lo posible. Los que sabiamente se han
dedicado a lo que les parecía posible, no han dado nunca un solo
paso".
(M. Bakunin)
imposible que el hombre ha realizado lo posible. Los que sabiamente se han
dedicado a lo que les parecía posible, no han dado nunca un solo
paso".
(M. Bakunin)
Re: Difícil equilibrio (anarco-sindicalismo).
Pues a eso yo lo llamo que tienes o has adquirido conciencia social. Eres consciente de que hay un sistema que te explota a ti y al resto de personas, eres consciente de que ese sistema es inhumano. Tienes, por tanto, conciencia social. Cuando hablo de conciencia de clase me refiero exclusivamente a la del terreno laboral, a ser consciente de que eres un esclavo asalariado como tantos otros y a que los medios de producción están en manos privadas y que bla bla bla.Parragate escribió:me veo mas como una persona, que al igual que el resto de personas sufro las consecuencias de un sistema inhumano, que como un proletario explotado por la burguesia.
Nada, por aclarar términos.
Re: Difícil equilibrio (anarco-sindicalismo).
Yo le llamaría, más bien, tener o adquirir conciencia personal. Si se ve como una persona, pues conciencia personal. No lo digo por fastidiar, sino porque llevo ya unos años que montones de conceptos que he empleado más o menos durante años, veo que no me sirven para gran cosa. El de conciencia social es uno de ellos. ¿Cómo voy a tener conciencia social, cuando lo que yo pienso lo comparte un escaso número de personas? ¿Cómo conseguir que la gente vea el actual estado de las cosas y actúe contra él?unx mas escribió:Pues a eso yo lo llamo que tienes o has adquirido conciencia social.Parragate escribió:me veo mas como una persona
¿Quién se imaginaba lo de Túnez estos días?
Re: Difícil equilibrio (anarco-sindicalismo).
Jorge. escribió:me veo más como una persona
A la idea entera yo sí la denominaría "conciencia social". También podría haber cortado en otro punto y te quedaría:Parragate escribió:que al igual que el resto de personas sufro las consecuencias de un sistema inhumano
Entonces no lo denominaría conciencia social, lo denominaría vidente.Parragate escribió:me veo
O por ejemplo así:
En ese caso lo denominaría egocéntrico, porque sólo "se" a sí mismo.Parragate escribió:me
Nada, perdón por la coña.